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¡Amor Al Primer Golpe!

Capitulo 1.- Choque

Yunuen aprendió desde pequeño, que no existe mejor placer que no sea... Rompiendole la cara a alguien. Pasado los años, para el joven de preparatoria de baja estatura, cabellera roja, piel nivea y ojos como el ambar, no habia mayor excitación que ver la sangre correr entre sus nudillos. Y la satisfacción de la victoria, eran mucho mejor que una disculpa hipócrita. Era a su parecer, algo mejor que el sexo

con mujeres, una necesidad desquiciada que solo podría saciar con violencia. Y no tardó para que el muchacho de la sonrisa

asesina fuera apodado "El demonio pelirrojo".

Pobre de aquel que chocase con su hombro y no se disculpara o él no estuviera de humor, porque lo último que veía era la mirada asesina del pelirrojo y su desafortunado destino era terminar detrás de un bote de basura o de algún callejón oscuro, desmayado o medio muerto. A pesar de su corta estatura, en la pelea nadie podía detenerlo.

Es un nuevo día en la escuela para Yunuen, una mañana igual al otro en el colegio más peligroso de la ciudad, una escuela llena de delicuentes y chicos problema. Se dirige tranquilamente por los pasillos, con la camisa desabotonada y los pantalones recogidos a las rodillas. El miedo provocado por su propia leyenda hacía que los demás se alejarán al verlo pasar, agachaban la cabeza y huían aterrorizados. Él ni sé inmutaba. Estaba bastante acostumbrado al rechazo.

Entraba al salón de clases, tiraba la mochila a su pupitre negro y lanzaba un bostezo mientras tomaba su lugar junto a la ventana. Se quedaba largo rato mirando el cielo de nubes lejanas con los codos sobre el mesabanco, observando como en sus formas se dibujaban figuras extrañas y se disolvían, era un chico disipado.

Solo unos pocos se atrevían a llamarse su amigo.

Fue entonces que se acerco un atareado muchacho, con el cabello teñido de un verde brillante, sosteniendo su libreta con hojas sucias y notas que no se entendían.

- Yunuen, dime que hiciste la tarea de matemáticas, el maestro me sacará otra

vez si no le entrego nada hoy...-

- ¿Ah? - el pelirrojo le miró confundido y cuando por fin reacciono, se pega la frente.- ... Liam, la tarea de Mate...- con prisas se dispuso a sacar sus

libretas buscando con desespero el que necesitaba.

- ¿Qué demonios Yunuen? ¿Tampoco la hiciste? ¿A caso eres idiota?

- ¡¿A quién estás llamando idiota, idiota?!

Al poco rato ya estaban frente a un chico con el cabello largo lleno de mechones amarillos, un chico alto y tan delgado que por sus facciones delicadas siempre lo confundían con una chica.

- ¡Ah! ¡Lo siento! ¡La tarea! ¡Lo siento mucho!- el chico se cubría con ambas manos y sus ojos se llenaban en lágrimas.

- E... Está bien, no llores, Jude... No es importante...- Liam palmeo la cabeza suavemente como si consolara a un niño.

- Ci.. cierto, No es tu culpa.- Lo consoló también Yunuen sintiéndose culpable por habérselo pedido.

Después corrieron donde un chico rubio cenizo y de ojos adormilados, le decían viejo, por qué parecía un anciano apesar de casi tener su edad, quién bastante tranquilo levantó la cara de su mesabanco y negando con la cabeza indico que tampoco la había hecho, aún que no parecía sentir nada de culpa por ello.

Un aura depresiva los invadió a los tres. Más tarde como lo supusieron fueron sacados de clase, y los pusieron de pie en la puerta del pasillo.

El rubio perezoso, el chico pelirrojo, un peliverde, un larguilucho y un misterioso chico de ojeras pronunciadas suspiraron de resignación. Pasaron solo cinco minutos cuándo el rubio mayor, el líder del grupo que siempre parecía estar cansado se dispuso a marcharse.

- Qué estupidez...

- Barnett tiene razón... No podemos perder el tiempo aquí... Y tengo hambre.- le siguió Yunuen sobándose el estómago.

- Conozco un lugar con buena comida, aúnque no pregunten que clase de carne es...- añadió el chico misterioso de las ojeras que iba detrás suyo.

Y como si una aparición les hablara Yunuen, Liam y Jude gritaron en corto aterrados por la presencia de la voz.

- ¡Aah! ¡Un fantasma!... No, esperen es solo Jack.- suspiraron aliviados.

El chico misterioso se masajeo el puente de la nariz sin decir nada.

Fue así que brincando el muro de la escuela a la calle, caminaron largo rato hasta llegar a una tienda de conveniencia. Compraron sopas instantáneas y un par de paletas heladas. Y se quedaron en el pequeño parquecito de enfrente donde suelen reunirse. Hablando de banalidades sin sentido.

- Miren ahí...- señalo el peliverde del grupo haciendo un gesto con la cabeza a dirección de la pandilla que los observaba con cierta

provocación.- ¿No son los sujetos que pateamos el otro día?

- ¿Crees que quieran pelea?- murmuró Jude con la cara manchada de helado.

- Por mi estaría bien.- sonrió ladino el pelirrojo tronando sus nudillos-

- Nada de eso. Nos vamos... La tercera hora va a comenzar. Y quiero un lugar donde dormir.- les indico su lider cubriéndose la boca al bostezar.

Sus amigos sin discutir ni objetar le obedecieron. Hubieran salido pronto si no fuera porque fueron interceptados por los mismos sujetos que antes los miraban. Cuando ellos se acercaron, un sujeto rapado empujo a su lider, haciéndolo retroceder.

- ¿Adonde van tan asustados? ¿No se quedan a hablar un momento? Aún quedó algo pendiente de la última vez que no resolvimos ¿Recuerdan? -

Los amigos del líder de cabello cenizo escuchaban sin producir ningún ruido, observando con atención, mientras los rivales reían en coro. Barnett sonrió y respondió.

- Ah, lo siento ¿Necesitabas una moneda? Creo que aquí tengo uno... - el cenizo lider hizo como que buscaba en sus bolsillos.

Esto provocó el enojo del rapado, más carcajeo mofandose como si tuviera la victoria asegurada.

- No te creas tanto hijo de... -

Su puño se acerco peligrosamente a la cara de Barnett pero a tiempo fue detenida por una palma que apretó el puño ajeno con tanta fuerza, empujando hasta hacer al calvo arrodillarse.

- Uf, casi... Pero no debiste ni intentarlo...-

El demonio pelirrojo de la sonrisa asesina hizo su aparición, propinando un cabezazo en medio de la cien derribandolo así.

- ¡Maldito enano! - Grito el compañero del rapado abalanzandose al pelirrojo.

- ¡¿A quién estás llamando enano?!- histérico le pateo la cara reclamándole por el insulto.

Se escuchó un grito e inmediatamente los compañeros del sujeto que yacía en el suelo tambien trataron de golpearlo, pero los amigos de Yunuen lo cubrieron antes de que pudieran hacerle algo. Por qué porsupuesto, no solo Yunuen era bueno en la pelea, sus amigos no lo hacían mal, esquivando patadas y tirando puñetazos, entraron a una frenética pelea a puño limpió.

Mientras a lo lejos, un chico que cruzaba casualmente por ahí pudo escuchar el tumulto, se bajo los grandes audífonos y miró en dirección de la bronca. Frunciendo las cejas se quedó observando al pelirrojo que peleaba.

Los amigos mientras tanto en el furgor de la batalla ya habían logrado sacar a las demás basuras que se habían metido con ellos. Pero Yunuen no satisfecho, levantó al rapado y tomando a su sujeto del cuello iba propinando golpes tan bestiales que se oía la carne chocar en sus manos. Verlo llorar y oírlo pedir que se detenga eso se sintió muy bien. La situación comenzaba a verse mal.

- ¡Yunuen ya basta!- grito Jude viendo como la cara del tipo que sostenía su amigo comenzaba a ponerse morado.

- ¡Ya basta Yunuen! ¡Ya detente! ¡¿Que demonios?! ¡No lo mates!- Liam trato de jalarlo sujetándolo de los brazos pero fue

empujado por el mismo pelirrojo.

-¡Detente! - grito su lider ya preocupado al no recibir respuesta del pelirrojo. - ¡Yunuen!

Yunuen comenzaba a sentirse en la cuspide del placer cuando, ignorando las advertencias ajenas de sus compañeros, llegó de pronto un puñetazo silencioso que alcanzo la cara del pelirrojo, fue como una embestida de una bestia grande que empujo su cuerpo, un choque tan fuerte que le hizo girar, derribarlo al piso y azotando la espalda inevitablemente con el duro suelo.

Cómo si una explosión se hubiera disipado, todo el mundo se quedó quieto en la espectación. Barnett tenía los ojos tan abiertos como platos.

- ¿Que carajos?- el rubio no cabía en sí.

Ayudado por sus brazos, el pelirrojo apenas y pudo sentarse y levantar la cabeza, de la nariz goteaba un líquido carmesí y la limpió con sus dedos sucios.

- Oye subnormal... Te han dicho basta...- la figura frente a él habló con su voz autoritaria.

Sorprendido miró al frente, a continuación el pelirrojo pudo verlo, a un chico de su edad, con un conjunto de sudadera deportiva. Un azabache de mirada feroz con un problema de heterocromia, sus ojos ambar se encontraron con sus profundas pupilas roja y verde.

Sus amigos quedaron igualmente de asombrados por la brutalidad con la que Yunuen fue detenido, y es que nadie en su sano juicio se había atrevido a

golpear o siquiera mirar al pelirrojo cuando estaba enojado. Lo único que temieron era por la vida del héroe azabache. Un horrible pánico les causó escalofríos, ellos sabían que si Yunuen se alteraba, nada lo iba a detener. Había pasado una vez, y tuvo que intervenir hasta la policía.

Y mientras tanto el azabache, y el pelirrojo aún en el suelo, se miraban en silencio...

Continuará.

...****************...

⚠️

Las imágenes presentadas NO son mías. Son meramente para uso visual. De encontrar al autor original apoya su arte.

capitulo 2.- El más fuerte

La campana a su hora puntual anuncio que las clases habían terminado. Yunuen y sus amigos como era costumbre regresaban a casa juntos.

Caminando a pasos aletargados iba arrastrando los pies muy detrás del grupo un pelirrojo que se veía deprimido. Sus amigos volteaban de vez en cuando a sus espaldas sin quitarle la vista de en cima.

-Esto es terrible...- giro la cabeza Liam mirando al frente.- Es increíble que exista alguien más fuerte que Yunuen... Todo el día se la paso callado y ni siquiera quiso comer.

- Debe ser un shock terrible, puesto que Yunuen siempre estuvo orgulloso de ser el chico más fuerte de la ciudad...- la voz de Jude se escuchaba temblorosa.- ¿Tú que piensas Barnett?

- Callense ya, no quiero oír sobre eso...- hablo su líder agitando la cabeza.- ya deporsi fue difícil sacarlo de ahí... Como para ahora saber que estamos en la mira de los chicos de Meyer...

[ FLASHBACK]

Ayer mientras Yunuen y Naay se miraban en silencio, un miedo estremeció todo el cuerpo de sus amigos. Conocían al sujeto, su nombre era Naay Meyer era famoso en el boxeo por sus victorias sangrientas en el cuadrilátero y mandar al hospital a muchos hombres, su fuerza era sobre humana. Estaban en alerta todos esperando un movimiento. Alguien tan bestial o incluso más fuerte que Yunuen sólo provocaría problemas y una pelea después de hacer enojar a Yunuen sería una desventaja para ellos ¿Que se debía hacer en esos apocalipticos casos?

El azabache del boxeo al fin rompió el momento de tensión, estaba apuntó de tocar a Yunuen, la punta de sus dedos rosaban la estupefacta del pelirrojo cuando apareció Liam, Barnett y Jude frente al azabache como un muro entre ellos, inmediatamente hicieron una reverencia.

- ¡Nuestras más sinceras disculpas! Nosotros ya nos íbamos... Somos solo unos buenos estudiantes, así que no queremos problemas.- trato de sonreír lo mejor que pudo su joven líder para distraer su atención.

Mientras Jude levanto al herido echandolo sobre su hombro como un saco de papas y es que tampaco respondió. Liam fruncía el entre cejo enojado cubriendo a Jude que salía corriendo.

-Tenemos que... Que... Eso...- balbuceó Barnett empujando a Liam para que comenzará a caminar.- ¡Que tenga un buen día señor!

Así pusieron en pie su plan de "retirada". Dejando a tras a un azabache quién solo dejo escapar a los extraños sujetos.

[FIN DEL FLASHBACK]

- No quiero recordar. Fue tan absurdo.- se rasco la cabeza malhumorado el cenizo líder.-

- No te preocupes Barnett, seguro no le volvemos a ver... No es de por aquí y tampoco estudia con nosotros- Jude intento ponerse positivo pero seguía nervioso.-

- ¿Quién carajos se supone es el tipo ese?- pregunto Liam enfurecido. Todos hablaban de él pero parecía el único que no sabía nada.

Los chicos se detuvieron para pensar.

- veamos... Traía el uniforme de la escuela "A"...- Jude miro distraídamente al cielo pensando.-

- Naay Meyer- interrumpió Jack- hijo de políticos, práctica boxeo... Al igual que nosotros tiene dieciséis años. Y como bien dicen está en segundo año de la preparatoria "A" incorporada a la universidad más prestigiosa del país... Es una escuela de Élite.

Yunuen se crispó alcanzando escuchar eso. Jude y Liam estaban abrazados y lanzaron un dramático grito de terror.

- ¡¡Demonios Jack te hemos dicho que avises que estas aquí!!

Jack se sobó la barbilla aún meditando la información.

- pero sí llevó un buen rato caminando con ustedes- murmuro.

- ¿Entonces solo es un niño rico que le gusta pelear? - Liam volteó hacia su líder.

- Tal vez no le gusten las peleas. Solo creyó que Yunuen era el tipo malo- Jude fue quien respondió y también miró a Liam.

- En todo caso...- espeto el rubio. -para evitar que maten a Yunuen ninguno de nosotros va hablarle sobre ello. Yunuen es capaz de ir y buscarle revancha. Nosotros no podríamos detenerlo. Si queremos protejerlo debemos evitar que se encuentren ¿Ha quedado claro?...

- ¡Entendemos! - repitieron todos.

- Bien, ahora solo debemos guardar este secreto a... Ah caray ¿Y Yunuen?

Voltearon todos hacia dónde Yunuen y no estaba donde lo habían dejado. Barnett tiró de sus cabellos. Esto se estaba poniendo cada vez peor.

- Tal vez no debimos decir todas esas cosas en voz alta.- Sonrió nervioso Jude abriendo una barra de chocolate, comer calmaba las ansias.

Naay Meyer es el estudiante modelo. Buenas calificaciones, buenas relaciones con los maestro, habla muy cortesmente y es el número uno es su club de deportes. Por supuesto es muy popular con las mujeres. No suele sonreír así que las chicas se siente atraídas aún con lo silencio que es. Se sabía que practicaba el deporte de los golpes para canalizar su energía, su gran cuerpo lo ayudaba. No es que se dedicará profesionalmente.

Saliendo después de sus practicas de boxeo con los guantes colgando de sus hombros. Un serio Naay se dirigía a la salida cuando a la distancia alcanzó a ver unos cabellos rojos tan llamativos que fue inevitable no notarlo. Un pelirrojo mirándolo sin expresión alguna estaba de pie esperándolo, los alumnos que se retiraban huían sin dirigirle la mirada pues traía la cara herida.

Fingiendo también que no lo había visto, el azabache siguió caminando pasando de largo cerca del pelirrojo. Cosa que no pareció gustarle.

- ¡Oye Naay! ¡Espera! -grito el pelirrojo en un tono arrogante.

Haciendo el Meyer se detuviera y volviera el rostro preparado para una confrontación. Quién sea que fuera si se trataba de una pelea lo mejor era acabarla aquí y ahora. Pero su sorpresa fue grande cuando se encontró al pelirrojo haciendole una reverencia brusca y ofreciendo su mano como saludo.

- ¡Mi nombre es Yunuen de Luca! Por favor... ¡Sal conmigo Naay Meyer!- saco a todo pulmón el rubio con las mejillas enrojecidas hasta las orejas.

El Meyer estaba que no caía en sí ante tal acontecimiento. Estaba esperando una pelea, no esto.

- ¿Aah? - Logro exclamar Naay con la boca abierta.

Continuará.

capítulo 3.- La Convicción del delincuente

Los amigos de Yunuen, incluyendo a Jack, corrían desesperados por la ciudad hasta la dichosa escuela del azabache donde sabían estaría el pelirrojo. Sí las cosas salían mal no estaban preparados para una confrontación a puñetazos. Tenían la esperanza de encontrarlo antes de que algo malo suceda. Siempre habían sabido que Yunuen es un chico impulsivo, y había que cuidarlo de meterse precisamente en líos serios como esto.

-¡Barnett!- gritaba agitado Jude tratando de seguirles el pasó. Podía ser delgado, pero no tenía la condición de los demás y se estaba quedando atrás.

-¡Sólo un poco más!.- Barnett miraba al frente con enojo, era quien guiaba a los demás.- ¡Resiste Jude! ¡Debemos impedir que Mayer mate a Yunuen! ¡Corran! !A prisa!

- ¡Sí! -gritaron al unísono los muchachos siguiendo su loca carrera perdiendose de vista.-

Por su parte aún lejos de ahí, el pelirrojo con las mejillas ruborizadas titubeó dando pasos lentos acercándose y parándose frente al azabache.

- Tú sabes... Después de ese golpe sentí algo aquí...- dijo apretándose el pecho del lado del corazón.- Como una emoción... Tu sabes... Amor...- y sus ojos brillaron.-

El azabache seguía estupefacto ante cada palabra. Miró a todas partes asegurándose que era a él a quién le hablaban. Pero no había nadie detrás suyo. Está era la primer vez que recibía la confesión de un hombre y no sabía que hacer. Suspiro pesado.

- Lo siento... No soy de esos...- dijo sin más comenzando a caminar. El pelirrojo corrió para ponerse en su camino.

-¡No, no, espera! Se lo que estas pensando y creeme, esto es extraño también para mi... Es que bueno verás... Después de ese golpe... Sabes, nadie me había pegado así.- se acaricio la mejilla con ternura.- jamás había sentido tanta emoción... Creo que es amor... ¿Me entiendes, cierto? - sus ojos se iluminaron otra vez llenos de esperanza.

Mientras que el Meyer lo miraba con una cara cómica de asco. Había escuchado de la existencia de esos tipos con fetiches extraños, pero era la primera vez que veía a uno. Comenzó a caminar de nueva cuenta quería con ganas alejarse de ahí. Pero el pelirrojo camino a su costado siguiéndolo.

-... ¿Y que me dices? ¿Saldrías conmigo?

- No...- respondió de inmediato el moreno.

- Vamos... Será divertido... Imagina esto como conociendo nuevos horizontes... Ya sabes... Lo mismo con una mujer... Pero con más chistes y groserías.- le da de codazos en la costillas juguetonamente.

- vete al carajo.- Naay lo empujo haciéndolo un lado.-

- ¡Pero debes amarme! ¡Estuve pensando en ti todo el día! ¡No podía dormir por qué estaba pensando en ti y cuando lograba dormir solo podía pensar en ti! ¿Que no es eso lo que llaman amor? - se tiró a abrazar la cintura del azabache para frenar su paso levantandolo y echarlo hacía atrás. Logró hacer que los pies del llamado Meyer se despegaran del suelo.

- ¡¿Que estás...?! ¡Suéltame subnormal! - luchaba el azabache empujando la cara del pelirrojo para que le liberará.

Cuando por fin pudo quitárselo de encima se dió prisa a huir. Yunuen se quedo mirando la ancha espalda de Naay alejándose.

- ¡Naay!- grito Yunuen usando sus manos como megáfono.- ¡Te quiero, maldición!

El ojo de Naay comenzó a temblar con un ligero tic y le hizo una señal obsena con el dedo mientras subía al autobús que lo llevaría a casa y los que estaban dentro se reían.

Yunuen agitó la mano despidiéndose y sonrió.

- Ay no, es mucho más apuesto cuando está avergonzado...-

Justo en ese momento muchos pasos apresurados se dirigieron al pelirrojo distraído.

-¡¡¡Yunuen!!!-

Se escucho de pronto como un coro, haciendo que el pelirrojo volteara encontrándose con sus amigos todos agitados y hechos un desastre. Liam lo abrazo eufisivo y con alivio.

- Yunuen me alegro que estés vivo, pendejo hijo de... Carajo, me tenías preocupado...- El peliverde le aplastaba la cara contra su pecho.

Por último venia Barnett quien también llegó exhausto y tembloroso, pues venía cargando con Jude a sus espaldas todo el camino después de qué esté se pusiera a llorar de cansancio.

- ¿Chicos que pasa? ¿Y porque están sudados? La verdad me están dando un poco de asco.- trató de safarse de Liam.

-Yunuen, no vuelvas a asustarnos así, creíamos que te habían dado una paliza...- interrumpió Jude bajando de Barnett y pararse frente al pelirrojo con las lágrimas desbordándose y sacudiendolo un poco.

- ¿Que pasó Yunuen? No te encontraste con Naay? - cuestionó Liam dejando besos en la cabeza del pelirrojo.

- umm sip, lo hice... Y le pedí que sea mi novio...

-ah, menos mal con razón no te...

-¡¡¡¿Que?!!!- gritaron estupefactos todos.

El líder empujo a los chicos, lanzandolos a un lado para pasar y tener de frente al pelirrojo.

- no te ofendas pero... Eres un imbécil...-

-¿Ah? ¡Oye, oye! ¡¿Quieres pelea?!

- el golpe que el Meyer le dio lo afecto, talvez sí le damos otro se componga.- dijo Liam levantando ya un pedazo de madera grueso que encontró.-

-Yunuen! ¿Pero que estas diciendo? ese hombre el peligroso...- Jude le miro preocupado.- Ese hombre te hará daño, en todos los sentidos posible.

- Además de que es hombre...- recalcó Liam apoyándose en la madera como bastón en lo que hacía notar como ignoraban lo más importante.

El pelirrojo les miró y sonriendo ampliamente les dijo.

- No se preocupen... Lo se... Me gustan los retos...

- Suena a un capricho...- interrumpió Jack detrás de ellos.

-¡¡Aaah!!!! ¡¡¡Que dejes de aparecer así!!!- se abrazaron en bolita el trío de idiotas.

- Jack tiene razón.- repuso el líder canoso quién se quedó mirando a pelirrojo con el ceño fruncido.- Deja de jugar Yunuen. Menos mal si fuera alguien guapo como Jude, podría hacer una excepción.

Todos tenían rostros preocupados preocupados, excepto Jude quien estaba sonrojado, y se aplastó las mejillas por las palabras de Barnett.

Más que por el prejuicio de la palabra "homosexual" les preocupaba que el pelirrojo estuviera jugando con fuego, y lo peor de todo que el que terminara quemado es el mismo Yunuen por ser tan ingenuo.

Un suspiro pesado rompió con el incómodo silencio. Y su líder saco un cigarrillo de su bolsillo, prendiendolo con su pequeño encendedor, aspiro suavemente aquella droga gris para después exhalar. No tenía otra alternativa que poner la lealtad de Yunuen contra las cuerdas.

- Yunuen, no quiero que vuelvas a ver a Naay otra vez ¿Me entiendes? De hacerlo, estarías desobedeciendo mis reglas.

- ¡Por supuesto! Voy a hacer a Naay mío.- respondió sin siquiera escuchar lo que le habían dicho

Eso no había salido como hubiera querido. Barnett le sujeto la barbilla bruscamente para forzarlo a mirarlo.

- Prometelo Yunuen, promete que no te vas a acercar a Naay otra vez. Somos tus amigos y estamos muy preocupados.

Yunuen lo miro a los ojos, la lucha de miradas comenzó. Barnett tampoco iba a ceder. Estaba angustiado por su amigo, y sabía que su subordinado no iba a desobedecer su orden. Es un poco loco pero hasta ahora nunca se había negado a él. Por fin el pelirrojo respondió.

- Prometo que voy ha hacer que se enamore de mí.

Barnett suspiró derrotado. Todos los demás se golpearon la frente. No había manera de hacer que ese cabeza dura cambiará de parecer.

continuará.

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