capitulo 11.- Sentimientos desbordándose.

A veces en las oscuras habitaciones de un hotel o en la casa del pelirrojo ambos se deshacían de sus ropas y jugaban con sus cuerpos, con cierto límite que ponía el más bajo cuándo las cosas se ponían peligrosas. Esto dejaba un poco frustrado al heredero de los Meyer. Pero no podía negar que estaba disfrutando con las ansias de tocar más.

Conformé los días seguían pasando, tomar de la mano al pelirrojo y arrastrarlo a un callejón oscuro se volvió una actividad habitual, Naay lo arrinconaba contra la pared, lo tomaba por los cabellos obligandolo a levantar la cabeza y entonces darle un lascivo y húmedo beso, dejando que sus lenguas juguetearan, esa rudeza sólo encendia más al pelirrojo, tomaba al azabache del rostro profundizando como sí se consumieran en aquel beso largo, y cuando les faltaba el aliento, entonces se miraban en silencio y sonreían cómplices de sus hormonas disparadas.

Muy adentro de la ciudad. Barnett y su grupo tenían serios problemas con una pandilla que le había buscado pelea. Barnett le dió un directo de izquierda entre la nariz a uno de los sujetos para quitarlo del camino.

— ¿Dónde está Yunuen?

— Como si no supieramos dónde. Con su “amado Novio”.— respondió Liam desquitando su enojo propinando patadas a un sujeto en el suelo.

— ¡Barn! ¡Cuidado! - gritó Jude corriendo hacia él al ver la amenaza detrás de su amigo.

Alguien estaba a punto de atacar al rubio con un cuchillo pero apareció Yunuen y de un saltó pateó la cara de su oponente. Hasta Barnett estaba impresionado de su entrada.

— ¡Buenas, chicos!.- Yunuen corrió al centro para deshacerse de otro sujeto que estaba detrás de Jude.

— ¡Yunuen! ¡Que bueno que estás aquí!- chilló Jude emocionado.

Yunuen levantó la cabeza hacia dónde más tipos venían a ellos.

— ¡Les voy a patear el trasero ahora mismo si no se largan de una vez!

Gritó el pelirrojo, y la pandilla viendo a todos sus compañeros heridos salieron huyendo de ahí. Jude abrazaba a Barnett llorando aliviado por qué estuviera bien.

— ¿Que haces aquí?.— Pregunto el rubio aún desconcertado.

— El chino me mandó un mensaje y me dijo dónde estaban.— Yunuen se llevó los dedos en la comisura de sus ojos para estirarlos lo más que podía burlándose de la mirada de su amigo.

— Oye, oye. Estoy aquí.—Liam le dió un golpe juguetón en la cabeza.

— Creímos que estarías con Naay.

— Estaba, pero él tenía que tomar una clase extra o algo así, eso que hacen los estudiantes aplicados para estudiar más antes de entrar a la universidad... Eso me recuerda que yo también quiero ir donde estará él.

Un silencio invadió a sus amigos por aquellas palabras tan serias y de pronto explotaron en carcajadas.

— ¿Tú en una universidad élite cuando no sabes ni que significa élite?— El rubio inclinaba el cuerpo adelante sin contener su risa.

— Debe ser una mala broma ¿Que estudiaras? ¿En la carrera de payasos?— Liam también se destartalaba en gracia.

— Chi... Chicos, no sean mal... ¡Pff!.- Jude trato de defenderlo, aún cuando se cubrió la boca no aguantó más y se puso a reír.

La cara de Yunuen estaba roja por las burlas más por el enojo que la vergüenza.

— ¡Se los demostraré! ¡Ahora me dieron más ganas de entrar por su culpa! ¡Me las van a pagar!

Les hizo una señal obsena con el dedo y sacó su teléfono, se puso a buscar señal de internet dando vueltas por la plaza. Debe hacer de inmediato su investigación sobre la escuela donde estudiara Naay, y de paso que significa "élite".

Los chicos fueron controlandose poco a poco.

Después de limpiarse las lágrimas se miraron entre ellos.

— Así que Naay a aguantado bastante... Admito que pensaba que sólo resistiría unos días... — El rubio saco un cigarro y lo pusó en sus labios.

— Eso es por que Yunuen es realmente tenaz.— se rió bajito Jude encendiendo el tabaco de Barnett con un adorable mechero de chancho.

— Ey Barn... ¿No creeras que pronto terminara con él, sin decir nada, ¿Verdad? Eso no puede ser bueno, destrozaria a Yunuen — Liam se recargo a la pared cruzandose de brazos.

Hablaba enojado con su lider más como un reproche, pero el otro parecía desinteresado como siempre. Él se rasco la cabeza chistando.

— Ah, dejenlo en paz... Se que Yunuen es consiente de eso... Lo preocupante ahora será pensar en como controlar a la bestia de Yunuen cuando Naay rompa con él.

— Va... Vamos, no podemos ser tan negativos a lo mejor y Yunuen logra atrapar el corazón de Naay.

— ¡No seas ingenuo Jude!—bramó Liam— Barnett tiene razón hay que encontrar la manera de separlos antes que las cosas se pongan feas.

— ¿Eh? ¿A que te refieres?.— Jude no tuvo un buen presentimiento.

— ¿Te imaginas lo doloroso que sería para él? Estara enfadado, como un loco, golpeara a todo frente suyo hasta seguro casi matarlos, y no creo que haya alguien para detenerlo.

Sus semblantes se pusieron serios. Especialmente el de los cabellos verdes que tenía un brillo misterioso.

— Yo... Yo tengo que separarlos...

— Liam, Barnett no hablo nada de separlos— se apareció en medio de ellos Jack que se unió a la plática.

Jude abrazo a su líder asustado, mientras Liam lo insultaba por aparecerse así de la nada. Además de que no estuvo ni el la pelea. Aunque el ojerozo les juró que sí.

Y mientras ellos armaban un alboroto con el imperturbable Jack, Barnett miraba a su amigo peleador un tanto preocupado.

Era muy tarde, la noche comenzaba a ponerse fría, pero ni los temblores en su cuerpo impidieron a Yunuen esperar paciente en las puertas de la escuela. Se metió las manos en los bolsillos y estuvo esperando un par de minutos.

Después de salir del salón, Naay se encontró a su amigo el pelimorado mirando por la ventana muy atento a lo que había afuera.

— Creí que te habías ido ya.— Se paró a su lado de Louis el moreno.

— Acabó de salir del club de música. Por cierto... Tu novio te está esperando ahí. No lo hagas esperar.— se rió indiscreto apuntandolo.

Naay se acercó y pudo verlo con su cara de tonto tiritando, una suave sonrisa de dibujo en su cara, tan tierna que hizo hasta a su amigo se sintiera avergonzado de presenciar.

Cuando por fin Yunuen lo vió salir de la escuela corrió hacia él y camino a su lado.

— Naay, escucha, hoy quiero llevarte a mi guarida secreta... Quiero que... Bueno sea un lugar secreto solo para nosotros dos y eso lo haría especial.— hablaba el pelirrojo con la nariz roja por el clima helado.

— ¿Un lugar? No hablaras de tu sucia casa verdad? — le miro con fastidio el moreno-

— ¡No está tan sucia!... Hay... Hay lugares mas sucios...

— ¿Entonces?

— Bue...bueno es un edificio abandonado... Pero mejor ven... Te la enseñare.—

Y tomandolo de la mano lo llevo hasta ese lugar. Efectivamente era un edificio, sin nada mas que las paredes, y sin cristales en los espacios de la ventanas. Ahi había un sofá gastado y viejo. En las paredes estaba escrito el nombre del pelirrojo una y otra vez.

— ¡Eso! Esta es mi propiedad privada, ¿Que te parece?

— Bien, es mas limpia que tu cuarto, por suerte.

— ¡Oye! — grito un poco, entonces, tomó un aerosol y puso el nombre de Naay y el suyo jungos.— ¡Bien! Ahora todos sabrán que este lugar es nuestro

— Para mi eso ya es un delito.

— ¡Ah! No digas eso! Eres un poco cruel. Te estoy dando mi mayor secreto que ni mis amigos conocen y no parece importarte. —se sentó en el sofá refunfuñando.

El azabache le siguió rodando los ojos y sentandose tambien. Al verlo a su lado Yunuen se acerco a gatas a él.

— Naay, Naay, ¿Sabes? me gusta mucho tu cara, me gusta tu mirada de malvado y me gusta incluso como te queda el uniforme de la escuela, tu cabello tan oscuro, tus labios delgados... ¿Que es lo que te gusta de mi?

— Veamos. No creo que haya algo realmente.

— ¡¿Eh?! Eres un cabron Naay al menos di algo como mi cabello o mi sonrisa.— Yunuen lo sujeto del cuello de su camisa y lo sacudió un poco.

Naay rodeo la cintura del pelirrojo y el menor entonces le montó el regazo. El de los cabellos negros lo beso, un beso corto que hizo suspirar al otro.

— ¿Para que quieres escuchar esas cosas? ¿Acaso eres una mujer?

— No tiene nada que ver. Yo también quiero saber si sientes lo mismo...

Sonriendo un tanto pícaro el pelirrojo volvió a acercarse a los labios del moreno y tantear con besarlos. No lo hacía, solo sus alientos chocaban, mientras movia las caderas y se frotaba contra su bulto. Le había agarrado gusto ver la cara de Naay cuando comenzaba a excitarse.

— vaya, ¿Entonces para eso fui invitado a venir? Para hacerme cosas sucias.— el moreno de burló.

— Di que no lo quieres, mentiroso, si eres igual un pervertido. Es algo que sólo yo sé.

— Pervertido.

El azabache sonreía por como le provocó. Comenzó a abrir la camisa al pelirrojo y metía la cara tocando con la boca la piel que se destapaba. Pasando la lengua para saborear.

— ¿A quién llamas pervertido?.— Yunuen sujeto la cara de Naay para que lo mirara a los ojos.

— el pervertido eres tu, gran idiota-

Y se besaron sin mas, con desesperacion, con hambre, saboreando y degustando algo maravilloso. El pelirrojo gemia al sentir los labios de Naay bajar por su cuello succionando su piel.

— Naay... Te amo...

— Sí eso es cierto, entonces, dejame tener sexo contigo...-

Continuará.

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