A Yunuen le gusta mirar las nubes, por eso eligió ese fresco lugar junto a la ventana. Sin embargo hoy se ven un poco grises. De pequeño su mamá le dió un libro infantil sobre ellas. No lo recuerda mucho, como tampoco la cara de su mamá. A veces la ve sonriendo, y otras leyendo junto a él.
- Yunuen ¿Que sucede? Tienes las mejillas rojas.
La voz de Liam sacó al pelirrojo de sus ensoñaciones. Su amigo peliverde se le acercó mientras jugaba con una pelota negra en las manos, pasándola de un lado a otro. Yunuen se sorbio los mocos y se dejó caer en el pupitre tosiendo bajito. Le quitó entonces el juguete que llevaba para mirarlo mejor, eran de esos artefactos que adivinaban el futuro.
- No es nada, debe ser el calor.-
El pelirrojo sacudió su bola ocho mágica mientras hacía su pregunta. La sacudió tan fuerte, poniendo todo su empeño en ello.
- caracola mágica ¿Él me amara algún día?
Cuando detuvo la mano, miró la figura dentro del juguete, este giró para revelar su respuesta. Un gran y rotundo: "No".
- ¡¿Cómo te atreves?!
Gritó histérico lanzando el artefacto contra el piso. Ninguna bola de billar va venir a decirle que hacer.
- ¡Hey, me lo regalaron para mí cumpleaños!
Chilló el peliverde viendo cómo su juguete salía disparado. El pelirrojo volvió a caer sobre su mesa demasiado cansado.
Liam luego le puso una mano en la frente y la apartó rápido algo asombrado.
- ¡Estás caliente!
- ¡Esa es una mentira y lo sabes! - Yunuen apunto a Liam enojado.
- Yunuen, si estás enfermo debes ir al doctor- Jude se acercó de pronto también para tocarle.
- Les digo que estoy bien.
- Nada de eso. Si estás enfermo debes ir a casa.- Apareció el rubio.
Barnett no dudo en poner la mano en la cara del pelirrojo para comprobar su temperatura. Y ya que estaba en ello, Liam volvió a poner la mano igual para así tener toda la cara de Yunuen cubierta. El pelirrojo lanzo manotazos para que se apartaran.
- ¡Estoy bien! ¿Quieren dejarme en paz?
El pelirrojo gruño enseñando sus dientes. Sus amigos le dieron la espalda para reunirse en un círculo y murmurar.
- Parece que no nos escuchará y realmente está enfermo ¿Que hacemos? - Jude se mostró preocupado.
- Yunuen odia ir al médico ¿Y si tratamos de llevarlo con engaños? ¿Cuál es su comida favorita? Era esa pasta ¿No? - Liam se sobó la barbilla pensando.
- Yo tengo una cuerda en mi mochila, podríamos amarrarlo.- Jack la sacó de inmediato.
- ¡Jack! ¡No aparezcas así! ¿Y por qué tienes un...?- Jude y Liam sudaron nerviosos mirando al chico de las ojeras sospechosamente.
- ¡Oigan, oigan, concentrence!- Barnett dió un par de palmadas para que tener la atención.- Si no hacemos algo rápido Yunuen...
De pronto se oyó un rechinido y todos levantaron la cabeza para poder mirar como Yunuen se metía a la ventana, la cerraba con toda la calma y de un salto bajaba del salón que estaba en el segundo piso. Los chicos corrieron pegandose en el cristal solo para ver cómo se les escapaba.
Yunuen se sintió un poco mejor y aprovechando fue a alcanzar a Naay mientras volvía a casa.
Cuándo lo vió, sé le colgó cubriendo sus ojos.
- ¿Quién soy?.- preguntó juguetonamente.
- ¡Estúpido, me vas a matar!
Yunuen era tan chaparro que estaba doblandole el cuello a a Naay y hasta la espalda.
Yunuen lo soltó y comenzó a tirar de él obstinadamente hasta arrastrarlo a un parque.
Se acercaron dónde un gato retosaba a los pies de una estatua. El pelirrojo lo acaricio suavemente aprovechando lo dócil que era.
- ¡Naay, a este gato le pasa algo! - La voz de alerta del pelirrojo preocupó al azabache.
- ¡¿Que?!- exclamo agachandose para ver de qué se trataba.
- ¡Uh! te engañe- inmediatamente le puso el animal en la cara para bromear con él.
Yunuen corre por su vida mientras es perseguido por Naay que terminaba de limpiarse la cara y tirar su pañuelo.
- ¡No sabía que se iba a orinar en tu cara! ¡No lo sabía! - Yunuen se disculpó acelerando su carrera.
- ¡Maldito hijo de pu...!
El pelirrojo huía por su vida, lo primero que vio fue un muro alto color amarillo, brincó y termino dentro del patio de la casa de alguien. El azabache, quien no lo había perdido de vista, lo siguió igual, y no dudo en traspasar al otro lado. Cuando logro bajar y alcanzarlo vio a Yunuen ahí quieto de pie. Naay apretó el puño.
- No creas que te voy a perdonar tan...
Muy tarde el moreno se dió cuenta de lo que sucedía. Frente a ellos había un perro grande que enseñaba los dientes, haciendo ruidos de bestia y no parecía muy amistoso. Yunuen se había quedado paralizado. El perro dió un paso adelante y ellos dieron uno atrás. Entonces lanzó un ladrido feroz y ellos gritaron para después echarse a correr. El animal embrabecido los persiguió. Lograron brincar la barda otra vez, pero no contaron que el animal saldría por el espacio debajo de las rejas del portón.
- ¡Tu nos metiste en esto! ¡¿Que haremos ahora?!
- ¡Alejarnos y no lucir deliciosos! ¡Corre! - respondió Yunuen acelerando el paso.
No importaba hacía dónde corrieran, el animal no los dejaba en paz, tenía tanta resistencia como ellos, seguro si fuera más delgado ya los hubiera alcanzado y usado como juguetes chillones. Frente a ellos apareció unas escaleras, uno que usaban los del servicio de electricidad para dar mantenimiento a los postes de luz, el pelirrojo tiró del brazo al moreno y lo llevó ahí Comenzaron a subir ambos cómo pudieron, cuándo Yunuen llegó arriba primero le extendió la mano a Naay quien no dudo en tomarlo para que tirará de él y así poder subir dejando a la bestia abajo, que continuo ladrando por un largo rato. Ambos tomaron asiento junto a los generadores a la espera.
Aún con el corazón desbocado intentaron jalar aire y llenar sus pulmones de oxígeno, estaban agotados. Cuando por fin se miraron más calmado suspiraron con alivio y se mantuvieron otro poco pensando en poder escapar de alguna manera.
Esa tarde fue de nubarrones, se había pronosticado lluvia. En la tarde empezó un aguacero, la gente escapaba bajo sus sombrillas intentando no mojarse y el perro huyó asustado por el agua. Después de bajar los chicos jóvenes e inconscientes caminaron por las calles encharcadas, riéndose de si mismos. Repitiendo la historia entre bromas como dos buenos amigos.
Oscureció y era hora de regresar a casa. Yunuen dió unos pasos adelante, después se giró y miró hacía él azabache.
- Pues... Nos vemos.- levantó la mano y sonrió suavemente para luego retirarse.
Naay no respondió pero sonrió también.
Continuará.
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Comments
Estela Rodriguez
que risa🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
2024-08-31
0
juli💗
está descompuesta tu tranquil
2024-05-02
5
Isabel Tr
ay si XD me encanta tu historia 😸😸😸
2023-12-30
3