La pelirosa miró su papelito con duda, habia dejado caer su maleta y se concentro en las pequeñas letras escritas, miró a su al rededor pero no logró ver el nombre de la calle que buscaba. Ya estaba un poco arta.
— ¡Fu! No se donde termine, debería llamar a Naay.— la chica sacó el teléfono y se quedo un momento pensativa, al final de nuevo lo guardó suspirando con pesadez.— No, será mejor pedir un taxi. Preferiría darle la sorpresa, de seguro estará feliz de verme.
Al otro lado de la ciudad de pie junto un puesto de comida callejera, Naay estornudaba con bastante fuerza, por suerte no tiró la hamburguesa que se comía . Los días cada día iban poniéndose más fríos y aún con el abrigo, se puede sentir la helada brisa en sus caras. Yunuen a su lado, lo miraba como reprochando.
— ¿Que fue eso? ¡No me digas que te estas enfermando. Sabes que No puedes! Prometiste que esta semana iríamos al cine! ¡Naay, idiota!— Gritaba un poco paranoico el pelirrojo dándole un pañuelo.
— ¿Quieres callarte? Solo debió ser el polvo, a ti te gusta traerme a lugares sucios después de todo.— el moreno se tallaba la nariz algo irritado.
— ¿Ah? ¿De que hablas? ¡Este lugar hace la mejor hamburguesa del mundo! Te lo aseguro, nunca encontraras un lugar tan bueno y barato como este. Estoy tan lleno, ya puedo sentir como mi estómago fuera a explotar.
El moreno lo miro detenidamente escuchando su parloteo, el pelirrojo se veía tan radiante y muy feliz ¿Cómo puede un chico verse tan lindo?
Cuando el mayor se dió cuenta de lo que pensaba reaccionó, siguió comiendo y cuando terminó dejó el pago por su alimento en el mostrador y se dispuso a marchar.
— Me voy, tengo exámenes mañana.— el moreno revisó su teléfono, eran ya pasada las diez, un poco tarde para estar perdiendo el tiempo, así que se marchó.
— ¿Eh? ¿Donde vas? ¡Naay!— a prisa se llevó todo el resto de hamburguesa a la boca inflando sus cachetes, después pagó y salió corriendo detrás suyo.— ¡Naay, cabron! ¡Esperame!
Después de un largo rato de caminar, ambos estaban en un gran departamento. Con ventanales gigantes desde dónde podía verse la ciudad y lleno de muebles muy lujoso, incluso la puerta tenía su propio sistema de seguridad y que el Meyer abrió con una tarjeta. Algo que solo había visto en las series de televisión. Yunuen emocionado recorrió cada rincón de la casa como si lo hubieran llevado a un museo.
— ¡Ah! Que lugar tan limpio y reluciente, se siente como una escenografía de televisión.— se sentó en el suelo junto a la mesita de cristal y patas de madera oscura, tomando el libro que estaba sobre ella.— Es tan limpia que siento podría comer en el piso y no importaría.
— Sí quieres te sirvo la cena en el suelo, de paso le pondré tu nombre al plato.— dejó un vaso de agua para el menor.
—No me importa que digas Naay, nada arruinara mi humor cuando por fin se me hizo que me invitaras a tu casa.
— Solo quiero recordarte que fuiste tú quien me siguió aquí.
el pelirrojo sonrió como un diablillo burlón. El moreno se dejó caer en el sillón, arrellanada, cogió aire y exhaló con fatiga. Inmediatamente el otro se le acercó y se sentó entre sus piernas.
— Dijiste que me ayudarías a estudiar y aquí estoy. — el pelirrojo abrió el libro para continuar con su lectura.
— Nunca dije que sí. Fuiste tú quien lo decidió también. Además...— Naay abrazo la cintura de Yunuen para poder hablarle con voz seductora al oído.— ¿No hay nada más que quieras hacer?
—Pues no lo sé... Tal vez sí. Hay algo que me dará mucho placer.— Yunuen dejó el libro a un lado y tocó la mejilla del moreno acercando el rostro cerca suyo, poniéndolo ojos en cierta medida provocadora.
—Bien... Quiero escuchar que me lo pidas...
—yo... ¡QUIERO VER FOTOS!
—¿Eh?— El moreno parpadeó un par de veces sin creer lo que escucho.
— ¡Sí, fotos!
— Pensadolo bien preferiría estudiar solo. Si no tienes nada que hacer aqui sera mejor que te vayas a tu casa de una buena vez.
— ¡No, no! —se tiró al piso pataleando haciendo la actuacion de un niño berrinchudo.— ¡Yo quiero ver fotos! ¡Fotos de cuando Naay era un bebé, yo quiero verlas, quiero verlas!
El moreno se contuvo de golpearlo apretando el puño y lanzar un grito mientras el otro giraba en el suelo.
— ¡Ah! Maldición, cállate, ire a buscarlos.
El moreno se levantó y se dirigio al dormitorio por ellos, totalmente disgustado por ceder a semejante tontería, pero igual lo hizo. Yunuen se levantó después de que el otro se fue. cuando estuvo solo se tocó el pecho y araño su ropa preocupado. Lo habían hecho hoy otra vez antes de salir a comer, aún puede sentir su rudo tacto sobre su cuerpo, pero sobre todo no se recuperaba del dolor de hacerlo dos veces con Naay y tampoco podría saber si el azabache se dió cuenta de que no pudo venirse está vez. No le dirá, tiene el presentimiento que si lo hace Naay lo hará a un lado. Pero tendrá que acostumbrar a su cuerpo si quiere seguir a su lado.
El timbre sonó de pronto dejando de hacerlo pensar, pero para no molestar a su novio decidió ir a ver. Iba abrir la puerta pero se dió cuenta de que no tenía la tarjeta, aún así la puerta hizo un sonido extraño y se abrió desde el otro lado. Al hacerlo apareció la pelirosa en la puerta con su propia tarjeta, ella se tiro sobre el pelirrojo muy emocionada a abrazarlo.
— ¡Po fin Naay! ¡No sabes cuanto te e extrañado yo...! ¿Eh?
Cuando al fin se dio cuenta abrazaba a un extraño, se puso roja como un tomate y empujó con fuerza al pelirrojo que cayó como árbol talado al suelo. Cuando ella pudo ver mejor las prendas que traía el chico, las orejas perforadas y una cara de pocos amigos, se dió cuenta de que era todo un delincuente.
— ¡Ladrón! ¡Alejate de mí!
El pelirrojo se quedó quieto sobre el frío suelo por la acusación, sin saber que hacer o como reaccionar, estaba acostumbrado a ser señalado pero por alguna razón no pudo ni moverse. Al oír el ruido el pelinegro que iba llegando a la sala, dejo los álbumes sobre la mesa y salió hasta el pasillo donde vino el fuerte ruido en la puerta.
— ¡Que ruidoso! ¿Y ahora q demonios estas hacien...? ¿Emma?— él miró a la chica como si hubiera visto a un fantasma.
Al oírlo la chica dejó de gritar y sus ojos se llenaron de lágrimas que brotaron tan fácilmente con solo verlo.
— ¿Naay? ¡Naay! ¡Te extrañe!- Ahora si, corrió abrazando al chico correcto para estar en sus brazos.
El moreno estaba en una especie de trance quien después miró a un muy, muy confundido pelirrojo que lo observaba asombrado.
Continuará.
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Updated 75 Episodes
Comments
Yeisy Sofía De la Hoz Polo
Yunuen es el que invita y Naay es el rico, que cosas no. A todas éstas quisiera saber de dónde saca dinero Yunuen
2025-01-29
1
Alondra Cristel Reynoso Romero
Siento que se aproximan problemas serios y en algún momento alguien va a llorar.
2024-01-22
1
Carmina Purata
Jajajajajajajaja tarado
2022-06-25
3