El primer día de clases.

Era un día normal de clases, pero esa mañana Ekaterina se encontraba muy animada, tenía tiempo que no despertaba con tanta energía. Cada día despierta con deseos de no levantarse de la cama, deseando dormir unos minutos más, pero entonces recuerda que es la princesa del Imperio Tarasov y que como tal, debe poner el ejemplo, ya sea siendo la primera en llegar al salón o con un rendimiento ejemplar en clases, por lo que el quedarse dormida es un lujo que no puede darse.

Pero hoy es distinto, se levantó entusiasmada a primera hora, se colocó su uniforme, el cual luce impecable como siempre, y salió a prisa de su habitación.

¿El motivo? Ser la primera en desear suerte a Davor en su primer día de clase.

Ser la princesa del Imperio más poderoso del continente tiene sus ventajas, y una de ellas fue el averiguar en qué dormitorio se hospedaría su amigo aventurero.

La academia cuenta con cuatro dormitorios para los estudiantes, el primero de ellos, donde reside Ekaterina, es solo para estudiantes del Imperio Tarasov, mientras que el último, es para aquellos estudiantes que no provienen de una de las tres naciones principales, por lo que ahí se hospedará Davor.

Anton se encargó de acompañarla, en un inicio le pidió a Anya que fuera con ella, pero su amiga es bastante dormilona y por nada del mundo es capaz de levantarse temprano, así que se tuvo que conformar con el apoyo de su fiel escudero.

—¿Y bien? ¿Ya viene?

Le preguntó escondida detrás de un arbusto, desde donde se preparaba para llevar a cabo su plan.

En cuanto Davor saliera de su dormitorio rumbo al salón, Ekaterina lo interceptaría, provocando un encuentro totalmente “fortuito” entre ambos, situación que aprovecharía para desearle mucha suerte en su primer día, y aprovechando que ya se habían encontrado por casualidad, le sugeriría si la acompañaba a comer junto al resto de sus amigos, después de todo, es su primer día y no le gustaría que comiera solo.

Era un plan perfecto que diseñó antes de dormir, estaba ansiosa por ver el rostro de sorpresa de Davor al verla. Desafortunadamente, Anton le dio terribles noticias.

—Acaba de irse hace un momento.

—¿¿Qué?? ¡¡Diablos!! ¡¡Vamos a buscarlo!!

Antes de que la princesa saliera en su búsqueda, Anton la detuvo agarrándola del cuello de su uniforme.

—Lo siento su alteza, pero nosotros también debemos ir a nuestras clases, recuerde que debe poner el ejemplo y mantener su record de asistencia perfecto.

—Es cierto, hay que sobornar a la maestra para que omita mi falta de hoy.

Ekaterina nuevamente intento ir en búsqueda de Davor, pero en esta ocasión Anton se la llevó rumbo a su salón jalandola del cuello de su blusa, ante la mirada curiosa de todos los estudiantes, quienes no podían creer que la elegante princesa estaba haciendo un berrinche como si fuera una niña pequeña.

...◊◊◊...

Su plan para desearle suerte a Davor a primera hora había fallado, pero Ekaterina no se rendiría tan fácil, todavía podía desearle suerte durante la comida.

En la Academia Vexala, por las mañanas son impartidas las clases generales como literatura, matemáticas e historia, mientras que por las tardes acuden a clases de combate, estrategia e historia militar. La hora de la comida es al mediodía, en donde la mayoría de los estudiantes se reúnen en el comedor.

Ekaterina tenía todas las intenciones de salir corriendo rumbo al comedor una vez acabadas las clases, pero el profesor la entretuvo para pedirle su apoyo con los alumnos que muestran menor rendimiento, después de todo, ella es la líder de su facción y malas calificaciones de parte de sus compañeros afectarían el prestigio de su nación.

Una vez se deshizo del profesor, salió a toda velocidad rumbo al comedor, encontrándose en la puerta con Anya.

—Hola Anya, ¿qué haces aquí afuera? Vamos a comer con los demás, ¿Davor ya llegó cierto?

—Sí, pero…

—¿De qué hablas? ¿Cómo de que sí pero? ¿Paso algo?

Las dos bellas jóvenes entraron al comedor, obviamente robando todas las miradas de los presentes, después de todo, son dos de las estudiantes más populares de la academia.

—¿Y bien? ¿Dónde está?

Ekaterina buscó la mesa en donde se reúne con sus amigos a comer, pero no vio a Davor, por lo que comenzó a buscarlo con la mirada por todo el comedor.

Debido a que no pertenece a ninguna facción, Davor debe utilizar el uniforme blanco, por lo que en medio de los uniformes de color negro como el de ella, le es fácil ubicarlo en una de las mesas.

Al verlo, el corazón de Ekaterina dio un sobresalto, hasta ese momento, solo lo había imaginado usando el uniforme de la academia, estaba segura de que se vería muy bien, pero no puede creer que se vea tan galante, incluso pareciera otra persona, su apariencia desaliñada con la que lo conoció quedó en el pasado.

—Davor.

El antiguo aventurero se sorprendió al escucharla a su lado, por lo que rápidamente se levantó de la mesa, haciéndole una reverencia.

—Princesa Ekaterina, me da gusto volver a verla.

Ahora fue ella quien se sorprendió por el tono formal en que le hablo, pensaba que ya había pasado por eso, que eran amigos y no entendía porque el cambio de tono. Tal vez piense que como estudiante debe ser más respetuoso hacia ella, así que tendrá que aclararle que eso no es necesario.

“Sin duda el uniforme le queda muy bien.” Pensaba con una sonrisa, pero pronto vio algo que le borró dicha sonrisa, pese a que hizo lo posible por disimularlo.

Después de que su plan por encontrarse a primera hora falló, Ekaterina deseaba poder compartir la mesa con él y sus amigos, pero parece que ese plan también había fallado, y de la peor manera posible, puesto que Davor ya estaba comiendo en compañía de las únicas personas que no deseaba ver en toda la academia.

—Oh, qué casualidad ver a su alteza aquí en la mesa de los rechazados —Comento una joven pelirroja

—Davor, ¿Dónde están tus modales? —Comento una joven de cabello rubio platinado— ¿No piensas presentarnos?

Al llegar al comedor, Ekaterina tenía ganas de matar al profesor que la retraso, pero ahora esos deseos asesinos estaban puestos en las dos chicas que acompañaban a Davor. Se trataba de las mismas chicas que le habían hecho pasar un mal rato hace un par de días en la biblioteca.

—Cierto, una disculpa, Princesa Ekaterina, le presentó a Tea.

La chica pelirroja se puso de pie y le dio un fuerte apretón de manos a la princesa.

—Un placer su alteza real.

—Igualmente. —Le respondió Ekaterina fingiendo la sonrisa y devolviéndole el apretón de manos, lastimándola— hay, lo siento, creo que no medí mi fuerza.

—Y…

Justo antes de que pudiera presentar a la chica rubia, esta se levantó y dándole un pequeño empujón a Davor, se posó frente a Ekaterina.

—Mi nombre es Lara Kahabelle, es un placer conocerla su alteza.

A diferencia de su amiga, Lara si le hizo una reverencia, pero por alguna razón, Ekaterina sintió como si fuera una burla.

—¿Kahabelle?

El apellido de la chica llamó la atención de Ekaterina, quien rápidamente recordó de dónde provenía dicho apellido. Era el nombre de la antigua nación que existió en las tierras que actualmente ocupa el territorio neutral y la academia.

—Tú eres…

—Sí, lo soy, soy la última descendiente de la familia real de Kahabelle, soy la princesa sin reino.

Pese a ya no existir, los nacidos en los territorios neutrales aún se consideran súbditos de la familia Kahabelle, por lo tanto, para Davor, ella es su princesa.

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...Ahora si apareció una rival para Ekaterina, espero que les guste y sigan disfrutando de esta historia. Cuidense....

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Comments

Martha Divas

Martha Divas

jajaja ja ja hay ekaterina te lo ban a ganar nasaa ya es tuyo no tengas miedo

2022-07-16

0

Abdiel Hernandez

Abdiel Hernandez

NO MANCHES....

2022-03-28

0

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