El duelo.

Después de varios días de espera, por fin llegó la fecha en que Davor y Pascal se enfrentarían, siendo este último quien evaluará al primero para definir si es aceptado o no en la academia. Su combate ha llamado la atención de casi todos en la academia, es la primera vez en mucho tiempo que un combate de este tipo definirá si se acepta a un alumno o no.

El sol de mediodía baña con sus rayos la zona de combate, en donde ambos jóvenes se encuentran frente a frente. Dada la importancia del duelo, la maestra Xandra, una de las guerreras más feroces de la academia, ha sido designada como juez del mismo.

Las reglas del combate fueron establecidas previamente: Se usarán espadas de madera, los golpes a la cabeza están prohibidos y la única forma de obtener la victoria es por rendición del rival o que este quede imposibilitado para seguir luchando.

Xandra, una imponente amazona de cabello naranja, revisa que ninguno esconde un arma o algún otro objeto que pueda alterar el resultado de la contienda.

—Dense la mano.

La batalla inicia desde el apretón de manos, en donde Pascal utiliza toda su fuerza para buscar intimidar a Davor.

—Veremos que tan hábil eres aventurero.

—Espero sorprenderlo su alteza.

...◊◊◊...

Momentos antes de salir a combatir, Ekaterina busco a Davor para desearle suerte, encontrándolo en un pasillo que da a la arena de batalla, ahí estaba él, con su apariencia desaliñada, tranquilo, de brazos cruzados sentado en el piso, esperando su momento para salir a combatir.

—¿No estás nervioso?

Le preguntó la princesa, mientras se agachaba para tener su rostro a la misma altura.

El joven aventurero quiso responderle, pero al voltear a verla, se perdió en los bellos ojos violetas de la princesa, más hermosos que cualquier gema, de ellos emanaba un brillo que siempre dibujaba una sonrisa en él.

Era difícil de creer la fortuna que había tenido de conocerla, sin duda su vida cambió el día que la encontró sola en el bosque, y ahora estaba frente a una nueva oportunidad que no podía desaprovechar, si se ganaba el respeto del príncipe Pascal, entonces podría dejar atrás su vida humilde de aventurero, pero aún más importante, podría ver más seguido ese bello rostro que lo embelesaba.

Al ver que no le respondía, la princesa le pinchó su mejilla y este soltó un ligero quejido.

—¿Por qué hiciste eso?

—Estás distraído, no puedes tener la guardia baja cuando en instantes vas a tener un duelo muy importante y estás aquí sentado, pensando en no sé qué.

Davor soltó una risa nerviosa, quería decirle que ella era la causa de su distracción, pero fue prudente, después de todo, ella es inalcanzable para alguien para él; aún así, desea estudiar en la academia a su lado.

—No te preocupes princesa, voy a derrotar al príncipe Pascal, estoy decidido a estudiar en esta academia. No pienso desaprovechar la oportunidad que me has dado, estoy seguro que con tu apoyo lo lograré.

Las palabras de Davor resonaron en Ekaterina, quien se sonrojo mientras su corazón comenzaba a palpitar cada vez más fuerte.

—¡E-esa es la actitud! ¡Ahora sal a ganar! ¡Yo te estaré apoyando, así que no te atrevas a perder!

Exclamó la princesa y entonces salió corriendo.

—Ojala tú fueras mi princesa —Murmuró al verla alejarse emocionada

...◊◊◊...

—Tranquilízate Lina, me vas a poner nerviosa a mí también.

En primera fila se encontraban Ekaterina y sus amigos, expectantes del duelo, especialmente la princesa, quien no podía ocultar su nerviosismo, quien no dejaba de estirar los dedos de sus manos.

—Neele, tu ya peleaste con ambos, ¿Crees que Davor pueda ganarle a Pascal?

—Es posible.

Ekaterina se quedó mirando a su amiga, esperando que profundizará más en su respuesta, pero al ver que esta ya no dijo más, terminó de perder el control.

—¿¿Qué clase de respuesta es esa?? —Le dijo, sacudiéndola de los hombros

—Tranquila Lina —Le decía Anya mientras la abrazaba para tranquilizarla— ¡mira, ya va a iniciar el combate!

Las palabras de Anya hicieron que Ekaterina recuperara la compostura y pusiera toda su atención en el duelo.

—Te investigue aventurero, al parecer gozas de muy buena fama en el gremio, dicen que una vez mataste a un guiverno que amenazaba una aldea. Eso requiere de mucho valor, lo reconozco, aunque soy de la opinión de que matar a una bestia salvaje, un animal sin cerebro, cualquiera con suerte lo puede llegar a hacer. Así que dime aventurero, tuviste suerte ese día, o de verdad eres un guerrero respetable.

—¿Ahora quiere hablar su alteza? Pensé que el propósito de este combate era que usted comprobara de primera mano mi habilidad, ya que no confiaba del todo en las palabras de los demás.

—Es verdad, para qué hablar si podemos combatir, que sean nuestras armas las que expresen nuestras palabras.

Fue entonces que la profesora Xandra dio por iniciado el combate, y todos los presentes en la arena sueltan un grito de euforia, ansiosos por verlos luchar.

Pascal fue el primero en atacar, se lanzó sobre su rival, levantando su espada y dejándola caer con toda su fuerza, buscando partir en dos a su rival. Davor no tuvo problemas en bloquearlo, pero era tanta la fuerza del impacto que tuvo que retroceder, fue cuando se dio cuenta de la intención del príncipe con ese ataque inicial.

No buscaba derrotarlo con ese golpe inicial, sino que buscaba intimidarlo con su enorme fortaleza, demostrarle porque era el mejor espadachín de la academia.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Pascal al ver el desconcierto en el rostro de Davor, quien no esperaba que su rival tuviera tanta fuerza, aún así, no se amedrentaba.

Sintiéndose dueño del combate, Pascal hizo un ademán con la mano, invitándolo a atacar.

Davor lo atacó, comenzando un intercambio de feroces espadazos entre ambos contrincantes, ahora es Pascal quien luce desconcertado, no pensaba que su rival se le pondría al tú por tú.

—Increíble, parecen estar al mismo nivel —Comento Anya

—Es verdad, estoy segura que Davor le borrará esa estúpida sonrisa a Pascal.

Un nuevo choque de espadas que provoca que ambos contrincantes tomen distancia, buscando recuperar el aliento, al mismo tiempo que todos los presentes gritan emocionados de ver tan espectacular combate.

—¡¡Vamos Davor!! ¡¡Acaba con él!!

De entre ese mar de voces, destaca la de la princesa Ekaterina, la cual llega a oídos de ambos peleadores, animando a Davor a seguir, mientras que en el caso de Pascal, le provoca que le hierva la sangre, “Ella debería apoyarme a mí” piensa molesto, por lo que decide que es tiempo de terminar el combate.

Inicia su ofensiva con un paso al frente, busca asestarle una estocada, pero Davor hábilmente la esquiva, o eso es lo que piensa, repentinamente, con habilidad sobrehumana, Pascal cambia la dirección de su ataque y desata toda su fuerza sobre el aventurero, quien apenas y tiene tiempo de bloquear el golpe con su espada. Es tal la fuerza del encontronazo que termina en el piso, y antes de poder reaccionar, Pascal le propina un golpe en la espalda, justo cuando está intentando levantarse.

En ese momento, Davor dejó de escuchar los gritos de apoyo de Ekaterina.

—Este combate terminó.

Proclamó Pascal levantando su espada.

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