Amor...

Hacía días que no sabía nada de Lucifer ni de Miguel. Parecía como si todo lo sobrenatural hubiera desaparecido, como si todo hubiera sido un sueño... O una pesadilla.

Adelina y yo nos habíamos caído bien, quedábamos casi todos los días. Ella al final firmó los papeles y el hombre también. Muchas veces al día ella se desmorona, no entiendo mucho que se siente en el desamor, pero por lo que veo no se pasa nada bien.

—Irena siento no poder haber venido más rápido —vi como Adelina se acercaba a mí algo agitada.

—¿Qué vienes de correr una maratón? —Ella rio.

—Casi, había un hombre persiguiéndome —suspiró —me preguntaba por ti fruncí el ceño mirándola.

—¿Cómo era el hombre?

—Tenía el pelo rubio, también algunos tatuajes y vestía de traje —Lucifer... Había vuelto. —¿Sabes quién es? —Asentí.

—Si, es un antiguo amigo, luego lo llamo... —Y entonces apareció frente a nosotras.

—Irena —lo miré a la cara.

—Yo me voy amiga, nos vemos luego —me dio dos besos y se fue.

Mi corazón comenzó a latir muy rápido. No podía despegar la mirada de él. Me dolía volver a verlo después de casi dos meses. No supe que hacer o que decir, solo me limité a sonreír falsamente.

—¿Cómo has estado?

—Bien.

Su mirada y la mía conectaron. Suspiré mirando a otra parte y me aclaré la garganta.

—Me enteré que has vuelto con Lilith.

—Si —respondió serio —y yo también me enteré que te llevas muy bien con Miguel.

—Si, en el cielo es con el que mejor me llevo.

Me levanté de la silla y caminé hacia la puerta para irme.

—Irena —su voz me hizo frenar —. Me gustaría hablar de nosotros.

—¿Nosotros?

—Lo que empezamos a tener.

—No sé de qué me hablas.

—Quedan cinco meses.

La realidad me volvió a golpear. Pensé que eso ya se había olvidado, que después de todo no me haría nada de lo que al principio quería hacerme. Ya veo que me he estado equivocando con esos pensamientos.

—Lo sé, estoy disfrutando mi vida.

—Me gustaría que lo hicieras a mi lado.

—Tienes pareja.

—¿Eso te molesta?

—Me da igual —respondí fría encogiéndome de hombros.

—¿De verdad te da igual?

—Si ¿por qué debería importarme?

—Pensé que yo te gustaba.

—Pensaste mal.

Terminé por salir del pub, comencé a caminar sin ningún rumbo. Me quedé apoyada en la fachada de una casa.

—Irena —la voz de Lucifer me hizo girar la cabeza.

Tenía las manos metidas en los bolsillos del pantalón, su cabello rubio caía por su frente, sus ojos azules me miraban con mucha atención e intensidad.

—Lilith y yo...

Le corté.

—Me da igual.

—¿Cómo acabamos así? —Se acercó a mí.

—¿Me lo preguntas a mí? Fuiste tú el que desapareció cuando te dije que no podía estar lejos de ti.

—Irena...

—¿Qué? —Pregunté cansada de estar hablando con él.

—No lo entiendes.

—No, el que parece que no lo entiendes eres tú, desapareces cuando te confieso eso, estás con otra mujer y me vienes a decir esto —reí sin ganas —estas peor de lo que pensaba.

Lucifer me miró a los ojos y negó.

—No la amo.

—¿Y?

Él me miró y suspiró.

—Te quiero conmigo.

—Estás con otra mujer.

—¿Y si no lo estuviera? ¿Estarías conmigo?

—En seis meses te lo digo.

Comencé a caminar para alejarme de él. Sentí una mano agarrar mi brazo y girarme rápidamente.

—No puedo volver a dejarte ir —susurró muy cerca de mis labios.

Intenté separarme de él, pero no me dejó.

—¿Por qué haces esto ahora?

—Me he dado cuenta de que te quiero.

Se separó de mí rápido y miró hacia el cielo. Fruncí el ceño y asentí.

—¿No lo sientes verdad?

Me miró, pero no dijo nada.

Nos quedamos en silencio.

—¿Qué esperas que te diga?

—Solo espero que seas sincero por una vez en tu vida, ya no por mí, si no por ti. Pero claro —reí sin ganas —¿qué me quiero esperar del diablo? Si lo único que hace es mentir y pensar en sí mismo.

—Estás equivocada.

—¿A sí? ¿Pues por qué no dejas ver todo lo contrario? Me vienes a hablar de todo esto estando con otra mujer, me dices te quiero, pero ambos sabemos que no lo sientes. Lo has dicho para que vuelva a tu lado, porque, aunque me joda admitirlo tú y yo estamos unidos, destinados a estar juntos. Pero claro... Tú quieres estar a mi lado a base de mentiras y yo las odio.

—Nunca te he mentido, contigo he sido siempre sincero -su voz si sonaba sincera.

No me lo creía...

—Me acabas de mentir hace unos minutos. Me has dicho "te quiero" sin sentirlo.

—Nunca he dicho "te quiero" y eres la primera persona que me hace sentir esto.

—¿Qué es "esto"?

—Amor, Irena.

Se quedó en silencio unos minutos.

—No dejo de pensar en ti.

—No te creo.

Se acercó a mí y cogió mi cara entre sus manos.

—Déjame demostrártelo.

—Estás con otra mujer Lucifer. Deja de hacer esto por favor.

Me separé de él e intentó acercarse a mí.

—Déjalo, por favor.

Comencé a caminar. Me senté en un portal. Apoyé la cabeza en mis rodillas y cerré los ojos.

¿Cómo me iba a creer las palabras que me estaba diciendo? No podía hacerlo cuando lo estaba diciendo estando con otra mujer.

—Irena —la voz de Miguel me hizo levantar la cabeza —es hora de volver.

Extendió su mano y yo la cogí. Cerramos los ojos y nos volvimos a encontrar en el cielo.

—Sientes rencor —habló serio mientras caminábamos hacia ese rio.

—¿Perdón?

—Sientes rencor por todo lo que te hizo Lucifer. Por lo que te está haciendo.

—No lo entiendo, trato de hacerlo, pero no puedo.

—¿Qué es lo que no entiendes?

—Nada, no entiendo nada. Me dice te quiero sin sentirlo, me dice cosas muy bonitas, pero está con otra mujer. ¿Por qué mi destino es estar con una persona que no siente amor? Nunca lo sentirá y lo peor es que... Es que yo sí lo siento y me hace daño.

Acarició mi espalda y me sonrió.

—Un amor no correspondido.

—No lo sé. No me creo ni una sola palabra que sale de su boca.

—Él está con Lilith porque ella le chantajeo. Puede manipularlo a su antojo —miré a Miguel —es un poder que Lilith usa contra él.

—No entiendo —susurré.

—Lucifer al principio se negó a estar con ella, Lilith le dijo que si no estaba con ella tú sufrirías las consecuencias.

—¿Él está con ella para que no me haga daño?

—Exacto, no debería decírtelo, pero eres mi debilidad, no puedo verte mal.

—¿Tú debilidad?

—Me haces sentir muy bien, pero a la vez mal, no se explicarlo —rio —pero debes intentar entender a Lucifer.

—¿Por qué él no acaba con ella?

—La única manera de separar a Lilith de Lucifer es mandándola a la celda.

—¿A qué celda?

—Es un lugar recóndito en el infierno, una vez que pisas esa celda no vuelves a salir hasta el final de los tiempos.

—Nunca la he visto.

—Solo la puede ver Lucifer, es el rey del infierno, si no la ha metido en esa celda por algo es.

—¿Crees que la sigue queriendo?

—Tal vez si o tal vez no. Igual lo hace por la amenaza, eso debes averiguarlo tú.

—¿Cómo?

—La manera más sabia de saber las cosas es preguntar.

—Que fácil lo pones.

—Piénsalo.

Se levantó y con una sonrisa en los labios se alejó de mí.

Mi mirada pasó a las personas que andaban por esos jardines.

Nunca me imaginé que esto realmente existiera.

Parecía todo tan... Bonito...

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Comments

Fralu

Fralu

Ahí me gusta esta historia ✨ voy a esperar los demás capítulos 🙏🎈

2022-02-18

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