Cuando pensaba que lo peor ya me había pasado llegó ese día, ese día en el que tenía que subir al cielo.
Lucifer me miraba, sabía que intentaba descifrar algo en mi cara, pero yo estaba neutra, solo miraba al frente.
—¿Estás segura de querer hacer esto? —preguntó Astoreth captando mi atención.
—Es lo que hay que hacer —me encogí de hombros mordiéndome el labio, nerviosa.
Lucifer me cogió de la muñeca y se tiró conmigo por la ventana, sacó las alas y voló alto, tan alto que me daba miedo mirar para abajo, Lucifer tornaba su mirada en mí y hacia arriba.
Yo tenía los ojos cerrados, no podía abrirlos por el miedo.
Poco a poco los iba abriendo y ya no se veía la ciudad, estábamos encima de las nubes, todo era blanco, un blanco hermoso, fuimos sobrevolando las nubes hasta llegar a una nube redonda, pasamos por ella y seguimos volando hasta entrar en el cielo.
Lucifer tenía la mirada perdida, sabía que no estaba siendo fácil para él volver al cielo después de eones sin subir.
Bajó al suelo y continuó andando, había muchas personas, niños, bebés incluso.
Mi cara era de asombro pues nunca me imaginé el cielo así.
—¿Ves al hombre de allí? —Me preguntó a lo que yo asentí mirando al hombre.
—Es Jesús - lo miré sorprendida y reí. —¿De qué te ríes? —Negué.
—De nada, es que nunca me imaginé que esto fuera así, o sea es Jesús el hijo de María ¿no? —Lucifer asintió.
Se quedó callado al ver que todos nos miraban.
—¿Qué pasa? —me miró y sonrió con malicia.
—Nadie me quiere aquí —mi boca formó una "O".
—Nos podemos ir si quieres —apunté hacia abajo.
Lucifer siguió andando hasta llegar a Jesús y demás personas.
Mi mano cogió la de Lucifer, pensaréis que estoy loca, pero estaba cagada del miedo.
—¿Dónde está padre? —La voz de Lucifer salió fría, al escucharlo mi cuerpo entero se estremeció.
—Padre no se encuentra —habló Jesús.
—Muy bien pues nos vamos —intenté tirar de Lucifer, pero claramente no lo moví ni un centímetro.
—Necesito hablar con él, es urgente —nadie habló.
—De verdad es urgente —hablé mirando al hombre.
Una mujer apareció y me acarició el pelo, sonreí mirándola.
—¿Eres humana cierto? —Asentí mirándola. —¿Cómo es que estás con él? —Me encogí de hombros.
—Mi mejor amiga le vendió mi alma —todos me miraron sorprendidos y asustados. —Creo que hay peores personas que Lucifer —sonreí para luego mirar a otro lado.
—¿Para que necesitas a padre? —Habló otro hombre.
—Necesitamos una explicación —habló frío.
—Estoy aquí —mi boca se abrió kilométrica.
Era una luz cegadora, una luz grande y blanca, miré a Lucifer, él solo miraba a la luz con odio, un odio muy grande.
Esa luz poco a poco se fue haciendo corpórea hasta llegar a ser una persona humana de carne y hueso.
El cabello era de color blanco, sus ojos eran marrones muy claros, su piel era blanca, vestía una túnica blanca.
—Samael —habló Dios.
—Lucifer, me llamó Lucifer —lo corrigió.
Dios sonrió, Lucifer tenía una cara neutra, ningún sentimiento se veía en él más que el odio y el rencor.
—Necesitamos hacerte unas preguntas —habló por fin con su típico tono frío.
—Se puede esquiar en tu frialdad —hablé haciendo que los dos hombres me miraran.
Tragué saliva y me callé, mi mano seguía apretando la de Lucifer, Dios comenzó a andar, nosotros lo seguimos hasta una pequeña casa, entramos, Dios se sentó y nosotros nos quedamos de pie.
—No sé cómo os podría ayudar a eso —dijo después de que ambos le contáramos la historia.
—¿A qué se debe? —Hablé mirando al padre de Lucifer.
—Son sueños premonitorios —ese sueño es algo que te pasará en tu vida —mi ceño se fue frunciendo poco a poco sin entender nada —No entendí ¿o sea que me voy a llamar Lilith? —Dios rio y negó.
—Tu vida cambiará mucho, hija, todo lo que creíste que era tu vida solo era algo que tenías que vivir, tu verdadera vida es la que se está aproximando. Tu destino está ligado a Samael, siempre estaréis juntos —mis ojos se abrieron como platos.
—¿Juntos? —Dios asintió.
—Reinareis juntos el infierno, juntos —negué riendo.
—Esto es demasiado, en vez de aclararme me has liado más —sonrió con ternura mirándome.
—Deja que el destino haga lo suyo, vosotros seguir vuestro camino —miré a Lucifer.
Este cansado de escucharlo suspiró y salió de esa pequeña casa.
—Gracias —sonreí y salí detrás de Lucifer.
Lucifer me volvió a coger de la muñeca y salimos volando.
Ninguno de los dos hablamos durante horas, lo que había dicho nos había dejado bastante pensativos o al menos para mí, no entendí nada de lo que dijo, y lo último me dejó desconcertada y con miedo.
—Nada de lo que dijo es cierto —habló de la nada con tu típico tono frío.
—Yo lo vi muy seguro de lo que decía —Lucifer me miró.
—Sabe mentir bien —me encogí de hombros.
Salió de su apartamento dejándome sola y pensativa.
No sé qué le tenía así, si el volver a ver a su padre o lo que había dicho, supongo que no sería fácil volver a verlo después de tanto tiempo, pero tampoco entendía por qué su comportamiento.
Bajé hacia el bar y vi a Astoreth.
—¿Me pones un Bourbon? — Astoreth asintió y me lo sirvió.
—¿Qué fue lo que pasó ahí arriba? —suspiré bebiendo un trago de mi bebida.
—....y seguramente eso lo tenga así —terminé por contarle todo.
—Lucifer muchas veces se pone así y ni él sabe porque —sonreí terminando de beberme la bebida.
—No lo sé, tampoco me solucionó nada, más bien me hizo preguntarme más —Astoreth rio.
—¿No has pensado que igual estáis destinados a estar juntos? Juntos como pareja —negué frunciendo el ceño.
—Lo dudo, llevamos un tiempo conociéndonos y yo no siento nada por él —La chica detrás del mostrador se encogió de hombros.
—Piénsalo, puede que a eso se podía referir —negué sonriendo.
—Lo dudo, pero no sé, no entiendo nada de lo que pasa, supuestamente esto que vivo ahora no es mi vida —reí sirviéndome más Bourbon.
—Eso no lo entiendo muy bien —ambas reímos.
—Igual esas respuestas las tienen tus padres —me encogí de hombros.
—Lucifer les borró la memoria —Astoreth pasó una bayeta por encima de la encimera.
—Pero pueden tener las respuestas en algún lado de la casa —la miré mordiéndome el labio, pensativa.
—Ahí ya no tengo excusa —terminé de beberme el culin de bebida.
—Pues deberías ir a buscar —asentí sin mirarla.
Subí al apartamento de Lucifer y allí se encontraba sentado en el sofá.
—¿Dónde estabas? —Arrugué la frente y suspiré.
—Tengo que salir, vine a por la chaqueta —la cogí y me acerqué a la puerta.
—¿Dónde vas? —Me solté de su agarré.
—A ti que te importa ¿qué te pasa? —Me miró y sonrió con malicia.
—Respóndeme —suspiré.
—Estaba con Astoreth abajo —Lucifer me pegó contra la puerta.
—¿Seguro? —Puse cara de asco por su comportamiento.
No entendía por qué se estaba comportando de esa manera, pero me estaba dando asco su comportamiento, quería salir de su departamento y no volver hasta que se le quitara la tontería.
—Debo irme —salí rápido y corrí hasta la que antes era mi casa.
Pero antes de poner un pie dentro un hombre se atravesó a en mi camino, era grande, de pelo negro y ojos azules, vestía de traje, su piel era morena. Intenté esquivarlo, pero él me impidió caminar.
—Irena —habló, su voz era fría y aguda haciendo que mi piel se erizase.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 40 Episodes
Comments