DIECISEIS:

    El jueves por la tarde fui a ver al abogado de mamá, Samuel.  Nos encontramos en un café a las afueras de la ciudad y hablamos sobre lo que tanto tiempo había esperado. 

    Resulta que Marcus me había engañado. Siempre había intuido que había algo mal en él,  pero no me imaginaba que fuese tan grave.

     Después de la muerte de papá,  mi madre quedó devastada. Comía poco y el brillo en su mirada había desaparecido. Al cabo de unos años todo cambió. Se veía contenta, llena de vida y aunque no sabíamos la razón estábamos felices por ella. El día que trajo a Marcus a casa todo cobró sentido.

    Phanie lo amó al instante. Tenia una química con ella y mamá que yo no entendía,  porque a diferencia de ellas, yo siempre tuve un mal presentimiento hacia ese tipo, ¿Pero quién le hace caso a la intuición de un niño de ocho años?. Pronto anunciaron su compromiso y posterior boda. La casa parecía haber cobrado su luz, mientras que cada día yo perdía la mía. 

    Marcus aprovechaba la menor oportunidad para molestarme, me hacía la vida difícil pero veía tan feliz a mamá que no quería arruinarlo,  Así que callé. 

     A los tres años de su boda mamá cayó en cama repentinamente.  Los médicos no entendían la causa de su enfermedad, ya que cada vez que parecía mejorar sufría una recaída más fuerte. Decían que su propio sistema estaba atacando al cuerpo, estuvo así un año entero, luchando por nosotros.

       Un día al despertar, corro a su habitación como cada mañana y me encuentro con una escena que marcaría mi vida para siempre. Mamá estaba tirada en el suelo inconsciente, una línea de sangre sobresalía de sus labios y sus azules ojos abiertos me miraban fijamente. Corro rápidamente a su encuentro y me tiendo a su lado con la intención de reanimarla, pero ya era tarde. Su cuerpo rígido y sin vida era la máxima prueba de que todo había acabado. Miro a mi alrededor asustado, Grito por ayuda pero nadie llega a brindarme socorro. Hasta que aparece él.  Toma a mamá como si fuese un trozo de carne cualquiera y la coloca en la cama sin el menor cuidado para después llamar a la policía. Me siento perdido, sin nada en la vida que me sostenga... completamente a la deriva. ¡Ya nunca volvería a ser el mismo!.

    Despues del entierro Marcus mostró su verdadero ser. No había pasado un mes cuando tomó el control absoluto de los bienes de mi madre y se instaló en el lugar donde un día fuimos felices convirtiendo nuestro refugio en un infierno. Llego con una mujer alta y hermosa y un chico, uno o dos años menor que yo. Le dieron mis juguetes y mis cosas desplazándome a mí a una de las habitaciones de invitados. Con respecto a Phanie, que seguía muy deprimida por nuestra pérdida, la llevaron a un lugar que desconozco, lo más lejos posible de mi, sin darme siquiera una pista de donde encontrarle.

    Mi infancia fue una mierda, mi adolescencia igual, siempre buscando la manera de alejarme del desgraciado que había arruinado mi vida. Cuando cumplí veinte años huí de esa casa, contacté a Samuel y me vine a vivir acá. No imaginé que hasta aquí llegaran a vigilarme.

  

   Nunca entendí porqué si tanto me odiaba, insistía en que siguiera con él fingiendo ser su hijo... hasta el día de hoy.

   - He encontrado a Phanie. - las palabras llegaron a mis oídos haciendo que un pedazo de mi vida regresara.

  - ¿Donde está?. - estoy agitado. - Llevo nueve años buscándola. ¡No puedo creer que al fin la he encontrado !.

  - La llevaron a Suiza... a un internado.

  -¿ Y como la sacamos de ahí? - Samuel ladea la cabeza.

- No es tan fácil chico. Han tomado todas las medidas para alejarla. Lo único seria...

  - Que?. No le des tantas vueltas al asunto y habla.

  - Tu madre le dejó todos sus bienes en manos a Marcus... - se aclara la garganta -. Pero solo como albacea.

  - ¿Eso significa?.

  - En cuanto tú, su primogénito y único hijo varón tenga la edad suficiente para hacerse cargo de lo que le pertenece por derecho. Marcus debe entregarle todo al verdadero heredero.

     Me falta el aire,  estoy confundido. Todo este tiempo me ha hecho creer que ha hecho una obra de caridad conmigo,  me ha humillado y hecho mi vida una mierda... ¿ Y todo lo que tiene es mío? .

  -  Por eso es que no ha dejado que me aleje de él... ¡Maldito miserable!. - Samuel suspira aliviado. Parece que había esperado toda su vida para decirme esto. - ¿Y qué edad es esa?.

   - A los 22 años puedes hacerte cargo de todo. Pero Marcus es muy hábil, es muy importante qu...

  - ¡Ese miserable!... me va a oír... - me levanto abruptamente del asiento, quiero encontrar a ese maldito y mostrarle con quién se ha metido pero Samuel me detiene.

  - No Christiam. - lo miro enojado. Él está serio. Incorruptible.  - Es muy importante que Marcus piense que no sabes nada. Si llegase a enterarse, haría cualquier cosa por destruirte, como lo hizo...

    Samuel se levanta del asiento y sale del café.  Dejándome absorto y enojado, aunque con una esperanza... pronto me reuniré con mi hermana. 

    No regresé a casa esa noche, tampoco la siguiente hasta el domingo. Necesitaba calmarme. Si había entendido bien a Samuel, Marcus estaba dispuesto a todo con tal de quedarse con la herencia y un solo paso en falso podía ponerme en peligro no solo a mi, sino también a las personas que amo.

 

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