CATORCE:

El lunes y martes de la siguiente semana no tuve ni rastro de él. Carl me buscó para hablar, según él quería explicarme lo que pasó con Britney y decirme que no era lo que parecía. Estaba con Sandra saliendo de clases, hablando sobre la fiesta y el porqué de mi extraña actitud repentina.  Tuve que contarle todo lo ocurrido,  y para cuando terminé,  la mandíbula de ella casi rozaba el piso.

  - ¡ES UNA BASURA GYNA, NO PUEDES REGRESAR CON ÉL!. - Sus mejillas estaban encendidas.

    Yo asiento decaída y me dispongo a contestar, cuando aparece Carl por segunda vez para hablarme. Me doy la vuelta para salir en otra dirección pero me sigue, y me detiene cuando llegamos al jardín.

  - Espera... Gyna ¡Por favor escúchame!. - se veía desesperado, y por un fragmento de segundo sentí pena por él. Me miraba con ojos suplicantes y semblante arrepentido, así que decidí escucharle.

  -  ¿Que me vas a decir?. Gyna lo lamento. - imito su tono de voz- ¡No es lo que parece!, estaba ebrio y Britney se aprovechó de mi... ¿no?.

    Ladea la cabeza. ¡Pues claro que era lo que diría!, me conozco su parlamento de cabo a rabo, siempre ha sido igual... pero yo ya no quiero ser la misma.

  - ¡Eres realmente patético!. - suelto con desprecio. Sus ojos se abren y me mira incrédulo.  - Ya estoy cansada de esto Carl... de tus infidelidades, de tu sonrisa prepotente y que creas que te debo perdonar todo solo por que seas lindo... - suspiro- ¡Se acabó!.

  - ¿Que me estas diciendo? - dice alzando la voz - . ¿CREES QUE TU ERES MEJOR QUE YO?... - Esta reacción me sorprende... claro que soy mejor. Yo no ando enrollandome  con el primero que... ¡Mierda, si lo he hecho!.

  - ¿O qué mierda estabas haciendo con Brown en la fiesta del viernes? - ¿Brown?... ¡A si, Chistiam!.

  - ¡Yo no hice nada con Christiam! - bramo ofendida-. Sin embargo yo te vi, mientras ustedes... - la voz no me sale, ni siquiera soy capaz de decirlo en  voz alta. Carl me reta con la mirada y el peso de mi dolor amenaza con asfixiarme.

  - ¡Tú no puedes dejarme Gyna! - se aprovecha de mí dolor he intenta usarlo en mi contra. Estoy indefensa. - Lo nuestro está escrito y no puedes escapar de eso... ¿Que crees que diría tu mamá?... ¿O vas a decirle que rechazarás a la persona que escogió para ti?...

     Me quedo sin palabras, ya no sé qué responderle, es cierto... ¿Que diría mamá?. Se volvería loca si sus planes para mí se estropearan. Quiero mandarlo a la mierda. Decirle que no importa cuántos planes tuviera el mundo entero para mi; yo declino de ellos... pero no me salía la voz. Estaba petrificada por el miedo y Carl me conocía lo suficiente como para saber que era el momento oportuno para volver todo a su favor.

  - ¿Ves como todo es más fácil de decidir ahora?... - unos cuantos curiosos se habían acercado a presenciar la discusión, entre ellos y la presión de Carl yo ya no sabia como reaccionar. Se me acercó para susurrarme al oido - Vamos a hacer como que nada pasó ¿vale?, tú no me viste haciendo nada y yo no le digo a tu madre que su hija andaba de ofrecida con el nuevo... ¿de acuerdo?.

   Traté de contener el llanto, él había ganado y no tenia caso llorar. Estaba acabada. Todo lo que hiciera sería en vano... Carl Matthews me tenía en sus manos.

   Salí del lugar lo más rápido que pude.  Ya alejada del todo sentí como el aire volvía a mis pulmones devolviéndome el aliento. Carl me había jodido , y de una manera en la que no me lo imaginaba.

     Cuando lo conocí , ambos éramos unos niños, mi madre me había llevado a una fiesta de caridad que organizaba la suya y ahí coincidimos. Fue algo instantáneo. Era tan dulce y divertido así que nos , y aunque parezca poco creíble, en mi infancia no tuve muchos amigos, a excepción de Kevin que nunca le agradó a mi madre. Carl y yo nos hicimos unidos al instante, quedábamos para jugar, íbamos al parque y hacíamos todo juntos.  Al crecer, nos alejamos. El se convirtió en un hermosísimo y atlético chico popular, mientras que yo solo era la hija de Fabian Castell. Solo sabían de mi por la posición que poseía mi padre en la sociedad y nada más.

    Yo fantaseaba con él,  recordando al chico dulce que compartía mis juegos mientras lo veía pasearse con las chicas más hermosas del lugar, me había vuelto invisible para él.  Hasta que un día yo estaba sentada en la entrada de mi casa y se me acercó. No podía creer que estuviera hablándome y los nervios me traicionaron. Me encantó su seguridad y lo cómico que podía llegar a ser. Estaba completamente enamorada de ese chico y ese momento era un sueño hecho realidad. Esa misma noche me dijo que siempre había estado enamorado de mi y me pidió que fuera su novia, no lo pensé dos veces y desde ese día he estado con él. Aunque la felicidad fue cosa de solo una semana. Pronto comenzó a ignorarme y hacer cosas que me entristecían. Traté de ser fuerte y aferrarme a la idea de que algún día iba a cambiar, pero hoy... hoy tuve la confirmación de que estaba equivocada.

   Me encojo en el banquillo y escondo mi rostro entre mis piernas. Quiero poder controlar esto que siento y así poder seguir adelante, aceptar que no tengo escapatoria y así poder aceptar lo que se ha arreglado para mi, pero no puedo... simplemente no quiero aceptar este destino impuesto . 

    Me quedo en silencio por un rato, hundiendo mi dolor y aguantando las lágrimas. Hasta que siento unas manos rodear mi cuerpo, abrazándome... Y me quiebro. Todo el dolor que habia estado conteniendo sale a la luz y las lágrimas se derraman por mi rostro amargamente dejándome ver indefensa. Sin fuerzas .

   Siento algo por el contacto que me hace calmarme. Me siento capaz de mostrar lo que siento, no lo veo, pero algo en mi corazón me dice que puedo hacerlo... que solo por esta vez puedo ser Real. 

     Tardo un rato en calmarme, la persona detrás de mi no hace nada, solo se queda ahí, esperando que mi respiración se normalice, y cuando ese momento llega, susurra algo a mi oído dejándome en completo estado de shock...  

   ....No podía ser nadie más.

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