OCHO:

  Comienzo a tocer y Kevin me golpea la espalda para calmarme.

  ¿Que hace aquí?, ¿No le quedó claro que no quiero volver a verle?. ..

   - ¡Tenemos que hablar! - dice apenas logro calmarme, aunque más que una petición suena como una orden. - ¡Ahora!.

   Lo miro con expresión ridícula, busco apoyo en mis amigos, pero Sandra está demasiado cabreada y Kevin lo ve todo con tal románticismo que seria estúpido pedir su ayuda. Sin más apoyo que mi coraje, suavizo mi expresión antes de hablarle.

  - No tengo nada de que hablarte.

   - ¡Ohh claro! - mira a mis amigos y asiente -. Pero yo sí tengo que hablar contigo.

   - Lárgate quieres. - espeto enojada - . Me dejaste muy claro ayer lo que piensas de mí.

   No dijo nada, su mirada se volvió más oscura, como si sus ojos tuviesen la habilidad de cambiar de color a petición, apretó los dientes produciéndome escalofríos y se dio la vuelta para marcharse.

   Respiré aliviada, lo menos que necesito ahora es una escena con este chico que ya me dejó muy en claro que no podemos ser amigos.

   - Entonces... - suelto para cambiar el tema y olvidarnos del incómodo momento-... A que hora nos reunire...

   Fue lo único que pude decir antes de que mis pies se levantaran del suelo y Chistiam me alejara en brazos de mis amigos hacia un pasillo en remodelación del centro comercial.

   - ¿Que haces? - suelto apenas toco el suelo, me estiro la ropa -. ¿Acaso te has vuelto loco?.

    Continúa mirándome con esa indescifrable expresión. Su oscura mirada se clava en la mía y por un momento todo desaparece a mi alrededor.

   - ... ¡Te estoy hablando!. - lo empujó con todas mis fuerzas, creo que no tengo mucha porque apenas si se inmuta-. ¿QUIEN COÑO TE CREES PARA VENIR ACA Y...

   Pega sus labios a los míos. Intento resistirme, pero el suave contacto hace que me tiemblen las piernas, estoy desorientada. Sus labios tienen un sabor tan dulce, tan embriagador... me dejo llevar por el momento y lo beso. Es algo tan nuevo para mí, no porque no haya besado antes, es la sensación... la calidez, jamás la había sentido.

    Su lengua se abre paso por mi boca y se enrosca en la mía provocandome un cosquilleo en mi bajo abdomen... no se que es todo esto. No está bien... pero no quiero que se detenga.

    Su mano agarra mi cintura posesivamente y la otra sube y baja por mi espalda. Si este es él infierno, no me importaría perderme en el. Me dejó llevar por el beso que cada vez se hace más apasionado, hasta que de la nada él se detiene, se separa de mi abrazo y se va.

    No se que pensar... ¿A qué ha venido eso?. Me quedo mirando en la dirección por la que se ha ido.

Mi agitada respiración aún no se ha normalizado por completo cuando Kev y Sandra aparecen por detrás. La preocupación en sus rostros se disipa en cuanto me ven a salvo. Caminan a mi lugar sorprendidos, la verdad es que ni yo entiendo lo que acaba de pasar...

- ¿Que fue eso linda? - pregunta Kev con picardía.

  Lo miro en silencio. ¿ Como lo explico? ... Osea, literalmente Christiam acaba de raptarme para traerme acá y darme un beso. ¡No tiene sentido. Decido obviar la realidad.

   - Solo quería disculparse. - digo, quitándole importancia a lo que realmente pasó. 

   - ¡NIÑAAA!. - Exclama mi escandaloso amigo. - Pero ¡ vaya disculpa!.

   - Vámonos a casa. - digo cansada. La verdad es que no tengo ganas de esto.

   Salimos del centro comercial, no volví a abrir la boca en todo el camino. Mi encuentro furtivo con Chistiam me ha dejado fuera de órbita.

     Cuando aparcamos frente a casa, me despido por un beso de ellos y me disculpo por el mal rato con el desubicado de Christiam; me dicen que no hay problemas y Sandra bromea con que son las desventajas de ser tan bella, sonrió pro el halago y entró a la casa.

    El fin de semana transcurre en paz. No problemas, no contratiempos, sin chicos extraños robándome el sueño... Todo en su lugar.

    La semana siguiente transcurrió tranquila, las cosas parecen volver a su lugar. Kev regresó a la escuela y con Sandra no nos separamos en ningún momento. Entregamos pendientes, salimos a comer y nos distrajimos. Carl ha estado súper amoroso esta semana. El miércoles me llevó a un restaurante chino y luego fuimos a caminar al parque, hablamos tendido. Se disculpó por haberse alejado y por lo de la prueba, me pidió una oportunidad para redimirse y yo se la di.

    Quizás este era el momento de contarle lo que pasó en el centro comercial pero no tuve el valor. Seria un problema mayor que preferiría evitar.

    Con Chisthiam no he vuelto a hablar  desde lo ocurrido el sábado. Aunque Kev no pierde oportunidad de decirme lo guapo que está y de lo que me he perdido por tonta, lo prefiero así. El jueves en la clase de historia lo vi flirteando con Britney de nuevo. Ella estaba sentada a su lado y pasaba su mano coqueta por la pierna de él que parecía no tener ningún inconveniente hice todo lo que estuvo a mi alcance para no mirarlos, no vale la pena, el y yo jamás podríamos haber sido amigos... Esa sí es su chica ideal.

   Aunque pensándolo bien, Britney es el tipo de chica que luce perfecta con cualquiera. Su monumental figura, además de su largo y ondulado cabello, sus extrovertida personalidad y más atributos la hacen la chica perfecta... la chica perfecta para el.

     Él por su parte, ha causado gran revuelo entre los estudiantes.  En solo una semana se convirtió en el modelo ideal para todas las chicas del instituto. Christiam parece no notarlo , o no le da ninguna importancia pero Carl... a él si que no le ha causado mucha gracia que le arrebaten su título, y que aunque no lo dice, sé que está esperando el momento oportuno para desquitarse.

   No sé porqué hace eso. ¿Por qué es tan importante que todos lo adoren?. Es algo que jamás entenderé. La necesidad de todos acá de llamar la atención, es tan estúpida.  Pero ese chico es tan diferente, mientras que todos se desviven por tener un lugar, él parece rehuir de el. Mientras más acechado está, más prescinde de ello... él no se parece a ninguno de acá... es... especial.

   El viernes llego a casa temprano y empiezo a preparar las cosas para ir a la fiesta, no quiero ir, pero se lo he prometido a todos y no puedo fallarles.

    Me meto a la ducha para relajarme, quizás no sea como siempre... tal vez hoy todo sea diferente.

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