Capítulo 9

...ARTHUR ...

Hablar en privado con Katherine y sin interrupciones, va a la lista de las cosas que he hecho bien este año. Pero nada hubiera salido tan bien si Madison no me ayudaba dándome a conocer la fecha del cumpleaños de Kat, para tomar como excusa lo del regalo.

Ahora que me pongo a pensar, una semana es un plazo muy extenso como para saber su respuesta; conociendo mi impaciencia, estaré comiéndome las uñas hasta que llegue el día.

...•••...

—¡Completos ineptos e incompetentes! —exclamo, echando los documentos que estaban recopilados encima del escritorio—. Si esta empresa se va a pique, será solo por su asqueroso desempeño en todo este tiempo. ¡Lárguense de aquí!

En solo segundos se dan prisa en salir los empleados de mi oficina. Madison me juzga con la mirada por mi genio histérico. Tengo un proyecto de marketing a medias que debía ser lanzado el día de hoy, ¿cómo debería reaccionar si los encargados de realizarlo no tienen las ideas necesarias para completarlo? De incompetentes estoy rodeado.

—Bájale dos rayitas a tu intolerante genio, Arthur; así como vas, ni un perro volteará a ladrarte. Y deja de utilizar excusas para liberar tu enojo, a mí no me haces boba, estas así porque Katherine aún no te da el sí, hasta acá escucho tu corazoncito partirse en mil pedazos.

—Hoy se cumple una semana… ¿Sabes dónde está ella?

—Es horario de trabajo, ¿dónde más va a estar? —ve la hora en su celular—. Me he tomado mucho tiempo libre, Katherine puede estar necesitándome y yo aquí contigo, será mejor que me vaya…

—Madison —se detiene antes de tocar la puerta—, no le vayas a decir a Katherine que estoy hecho mierda por ella.

—Soy una tumba —hace una seña de cierre en sus labios.

...KATHERINE ...

—¡Katherine! —con prisa y una corta sonrisa de labios, Madison entra a la oficina y cierra con seguro la puerta, para evitar interrupciones.

—¿Con qué chisme me vienes ahora? —pregunto sin dirigirle la mirada para concentrarme en los papeles que estoy revisando.

—Tu hombre está más insoportable de lo normal porque no le das una respuesta aún.

—Arthur no es mi hombre, Madison.

—Ah, ¿y cómo sabías que hablaba de él? —ladea la cabeza, apoyando las manos en mi escritorio.

—Conozco tus locuras —doy una corta respuesta—. ¿Son ideas mías o estás más contenta que de costumbre? —sonríe cuando termino la pregunta—. Oh, esa sonrisita tiene nombre y apellido, ¿no?

—Sí —ríe con timidez, como una niña avergonzada—. Lewis me pidió ser su novia y quiere que salgamos esta noche para que le dé una respuesta.

—Hay un “pero”, ¿no?

—Él no sabe de mi pasado. Tengo miedo de perderlo y que se avergüence de mi si le llego a confesar que… me prostituía.

—Pero lo hacías por necesidad, estabas obligada. Además, él no tiene por qué reclamarte nada, eso es parte del pasado, y si en serio le gustas tendrá que oírte.

—Hay hombres que solo toman en cuenta los defectos de una mujer, y algo me dice que Lewis es de ese tipo de hombres, pero espero equivocarme porque en verdad quiero echarle ganas a lo nuestro.

Todo el día me la había pasado pensando en Arthur y en la respuesta que no sé darle, ni noté que la noche cayó, perdí el día por enfocarme en él.

Todos los empleados ya se han ido, excepto los guardias de seguridad. Lewis vino a recoger a Madison para llevársela a su cita. Estoy sola en la empresa, sin ningún trabajador, o eso es lo creo.

Me paseo por los pasillos de la compañía, verificando que no haya nadie. Siento una sensación de alegría estallando en mi corazón cuando veo a Arthur, aún en su oficina, trabajando en su computador. Me cuestiono si sería correcto entrar, pero ignoro las respuestas de mi mente.

—¿Trabajando aún? —cierro la puerta una vez estoy dentro.

—Buenas noches. Creí que ya estabas en casa, y por lo visto pensé mal.

—¿Por qué sigues trabajando a estas horas, en lugar de dejarlo para mañana? Te vendrá bien darte tiempo para ti, para descansar e irte a casa.

—Prefiero terminar esto hoy mismo, de todas maneras, hoy no saldré a ningún lado. Por cierto —deja de escribir en su computador y levanta la vista, viéndome a los ojos—, no regresaré a la mansión, ayer estuve arreglando unos trámites y ya compré una casa en la que comenzaré a vivir desde hoy.

—¿En serio?

Tanto tiempo guardándome esto y me estoy viendo en la necesidad de soltarlo ahora, en su cara, o sino terminaré arrepintiéndome el resto de mi vida.

—Arthur, tengo algo que confesarte.

—Soy todo oídos —se cruza de brazos y se pone de pie, como si sabe lo que se viene.

—Tenías razón en todo lo que me dijiste cuando me confrontaste hace una semana en la oficina. Después de pasármela reflexionando las veinticuatro horas del día, por fin encuentro el motivo por el que no sales de mi cabeza: me enamoré de ti, Arthur.

Con una mirada sin emociones me ve a los ojos. Sus pies se agilizan en llegar a donde estoy para posar sus manos en el escote de mi espalda. Se expresa con una sonrisa de lado que me estremece.

—Nunca antes había sido tan sincera como ahora —digo en voz baja, casi en un susurro—. Quiero estar contigo, no te vayas de mi lado.

—Hábleme claro porque no le estoy entendiendo, señorita. ¿Trata de decirme que me permite esta noche ser su novio?

Doy un sí con la cabeza, lentamente.

Sus heladas manos acarician mi nuca al mismo instante en el que nuestras bocas juegan con intensidad en una conexión llamada amor. No es nuestro primer beso, pero sí la primera vez que con seguridad puedo admitir que no hay más dudas en mi corazón.

Las circunstancias de última hora no solo permitieron dejar cosas en claro, también permitir que regresáramos juntos a la mansión, y no para dar a conocer nuestra relación…

Entre desesperadas caricias y efusivos besos abro la puerta de mi habitación mientras le doy la espalda y Arthur la cierra cuando ya estamos adentro. Sin temor a que nadie nos interrumpa ahora, lo guío a mi cama y lo empujo con desesperación. Con las rodillas me apoyo en la cama y con ellas apreso su cuerpo para sentarme en su abdomen.

—No te olvides de usar protección —murmuro cuando muerde el lóbulo de mi oreja.

—Eso ya lo sé. Relájate, estás tensa.

No se toma el trabajo de quitarme los botones de la blusa y la rasga por la parte delantera. Como un niño ansioso por probar su dulce observa mis senos. Luce contento, ansioso. Me toma de las muñecas para acostarme en la cama y ponerme debajo de él.

—¿Me permite hacer de esta noche una locura que quedará grabada en estas cuatro paredes? —me pregunta, relamiéndose los labios observando con sus ojos brillosos mi cuerpo.

—Adelante, soy toda tuya.

Como una bestia que está por cazar a su presa, se me lanza a devorarme la boca, y con sus manos libres me quita la falda en menos de un minuto. Sus besos me motivan a deshacerme de su ropa mientras él toca mi piel. No puedo centrarme en nada más que en su boca tirando de mis pez*nes; es una prueba de masoquismo, porque, aunque duela no quiero que pare. Con las manos en su pelo lo hago ascender a mi boca y en lugar de besarlo paso la lengua por sus labios, probándolos sin prisa.

El contacto de mis dedos con su cabello desaparece cuando va hundiendo su firme miembr* en el pequeño acceso que tengo entre las piernas. Me excito con el simple hecho de sentir como voy succionándolo con una lentitud que se asemeja a la paralización del tiempo. Gimo, o más bien, grito cuando entra de modo brutal, de una estocada. No ha pasado mucho tiempo desde que entramos y siento las gotas de sudor correr por mi piel.

—¿Y si consideramos la idea de dejarlo para otra noche? —musito mordiéndome el labio.

—Si sabías lo que te esperaba, ¿para qué calentaste la comida? Tranquila, no te haré daño. Veamos hasta qué punto puedes llegar.

Me da la vuelta y pone mis manos en mi espalda. Ata mis muñecas con su corbata, pero no digo nada. Amo el masoquismo, todo el placer que venga será bien recibido.

Se aferra de mis caderas y con un rítmico movimiento preciso arremete con brusquedad dentro de mí.

Mis gritos se quedaron a medias y se fueron disipando cada que presionaba mi cara en la almohada, disipando cada gemido y quejido. Nunca antes me había imaginado estar sometida de esta forma, ni en mis mejores fantasías sex*ales.

Entre las situaciones dolorosas que he vivido, esta es la mejor; no hay mejor dolor que el que te genera placer. Una, dos, no recuerdo cuantas veces llegué al éxtasis, pero sé que viví en carne propia el verdadero significado del placer. Sus labios paseando por mi piel era lo único que me hacía falta, ser su mujer era lo que necesitaba para considerarme llena. Llegué a pensar que tenerlo frente a frente mientras sus ojos descansaban sobre mí era lo que me debilitaba, pero qué decir de lo rara y enloquecida que estoy teniendo su cara bajando por mi abdomen mientras busca con prisa mis finos labios inferiores.

—Mientras yo esté contigo, amor y sexo nunca te faltarán —suelta un breve susurro al momento de descansar su cabeza en la almohada—. ¿Te sientes bien? ¿Te gustó?

—No es necesario que me lo preguntes. Joder, esta es la mejor noche de mi vida.

Se inclina hacia mí con el propósito de besar mi frente y peinar mi cabello con sus dedos.

—Es todo lo que le hacía falta a un hombre como yo, señorita Hardy, porque somos tan iguales y diferentes. Quédate conmigo, ¿sí? A partir de ahora eres mi mujer, mi novia, y quiero hacerte sentir como te mereces —su comentario me sacó una sonrisa porque me hizo sentir como una adolescente que encontró algo que no buscaba.

—Si lo nuestro va para algo serio es necesario exponerlo en la familia y en la empresa para que luego no se lleven sorpresas.

—Lo que diga la reina. Mañana daremos a conocer lo que hay entre los dos.

—¿Te digo algo? Siento que nos faltó algo —comento.

—¿No te hice sentir lo suficientemente complacida? ¿Necesitas que lo volvamos a repetir? —ni tardo ni perezoso se me monta encima.

—Tú no dejas pasar oportunidad. No hablo precisamente de eso, solo que…

Entre el silencio y las sonrisas nos miramos a los ojos, hasta que nos acordamos de una pequeña cosa que nos hizo falta desde un principio. Volteamos a ver a la mesita, y, efectivamente, ahí seguía el preservativo.

—¡No nos protegimos! —exclamo.

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Comments

Sarya G

Sarya G

y entonces para k??🤔🤔😇😇😇

2024-08-29

0

Sarya G

Sarya G

hey, hey a nosotros ablanos claro 🤭🤭😏

2024-08-29

0

Sarya G

Sarya G

esperamos mami yo también tengo esperanzas 🤞🤞

2024-08-29

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