CAPÍTULO XII

-Luci, otra vez tuviste pesadillas… estabas gritando demasiado cuando llegamos, ¿Te sientes bien?- preguntó preocupada Andy

-Estoy bien, estoy bien… Fue una noche muy agitada, fueron demasiadas emociones para una sola noche. No se preocupen, estoy bien.... Saldré a tomar un poco de aire, vayan a dormir que mañana nos espera un día muy largo.

-Luci… estamos contigo, y lo estaremos en cualquier momento que lo necesites.- dijo con seriedad Annie. Nath se acercó a Luci y le puso una mano en el hombro dándole un suave apretón, para después dirigirse a la puerta y regresar a su habitación. Luci les regaló una sonrisa antes de salir de su habitación mientras las gemelas se miraban.

-¿Estará bien dejarla ir sola?- preguntó Andy sentándose en la cama.

-No lo sé- contestó Annie soltando un largo suspiro e imitando la acción de su gemela- quizás sea mejor no asfixiarla, pasó por muchas cosas esta noche, necesita espacio para asimilar lo que ha ocurrido

-¿Tu crees que…?

-No, ella jamás nos haría daño. Desde que la conocemos se la ha pasado cuidando de nosotras, ella no nos tocaría ni un pelo, no hay que preocuparnos por eso.

-Tienes razón, creo que estoy así por ver tanta sangre.- dijo en voz baja Andy. Annie se acercó a ella y la abrazó

-Ey, aunque pasen los años, no nos separaremos. No tienes que temer, aunque Luci se llegue a enojar mucho, jamás nos haría daño, ella cuidará de nosotras hasta que seamos mayores de edad… ¿Acaso ya olvidaste que nos lo prometió? Dijo que cuidaría de nosotras, cuando se alejó dijo que regresaría por nosotras y así lo hizo. Estaremos bien.- Annie confiaba plenamente en Luci, para ella era una de las personas más importantes que tenía en su vida, después de su gemela obviamente. Andy correspondía cálidamente al abrazo de su gemela, quería a las tres de una manera diferente, porque cada una era diferente.

Luci caminó entre los pasillos solitarios, hasta llegar a la puerta que la llevaría al jardín trasero. El cielo se veía despejado, las estrellas apenas se podían ver por el resplandor de la luna que iluminaba todo el lugar. A paso lento fue adentrándose más al jardín, el aire soplaba suavemente, meciendo las copas de los árboles, creando una ligera tonada, al mismo compás revoloteaba su cabello corto, mientras que rodeaba su cuerpo con sus delgados brazos.

Alzó la mirada al cielo, un largo suspiro se escapó de su boca.

'Mamá, papá… ¿Qué es lo que viene en el futuro? Tengo miedo de lo que está por pasar… se que no me debo asustar ni ponerme impaciente por lo que aún no llega, pero no sé qué hacer… no sé qué caminos debo seguir de ahora en adelante… sospecho que Rod no está en muy buenos pasos, y me pregunto si esos pasos debo seguir para cumplir mi promesa. No sé si es lo que les gustaría o no que hiciera, pero mi mente me grita que debo buscar justicia por ustedes… Por lo que tengo entendido, Damswork no es un rival con el que pueda lidiar fácilmente de la manera legal, pero tengo que derribarlo de cualquier manera… Hoy descubrí que sus hombres fueron los que me secuestraron, en ese entonces no pudimos encontrar al culpable de que Rod se haya arriesgado tanto por salvarme, pero ahora que lo sé, quiero cobrarle cada una de las deudas que tiene conmigo y con nuestra familia… quiero que pague el precio por destruir lo que más amo. Quiero que pague por arrebatarle la felicidad a más de una familia… quiero descargar todo el dolor que me ha hecho sentir en todo este tiempo que me vi obligada a vivir en las calles. MADRE, PADRE… ya he tomado una decisión, entraré en el mundo bajo para acabar con quién nos ha causado tanto dolor, lo haré pagar por todo… por favor, cuiden de mí a cada paso que dé. Aunque quizás no les hubiera gustado que tomara este camino, ya lo decidí… tío Hugo, Matías… cuiden de nosotros para que podamos tomar venganza por nuestras familias. Solo tengan un poco de paciencia para que la justicia llegue a ustedes y sus almas puedan descansar en paz… Me encantaría poder estar con ustedes lo antes posible, pero no sin antes cumplir con lo que he prometido, no me rendiré tan fácilmente, saldré adelante de una manera u otra, lucharé con todas mis fuerzas hasta el final… solo hasta que esté completada esta tarea, felizmente iré a donde sea que estén. Los amo…' las lágrimas bajaban por las mejillas de Luci, recordar a su familia le provocaba un enorme dolor en el pecho

'Señor Donald… pocas veces lo llamé así, una vida no sería suficiente para agradecerle todo lo que hizo por mí. No encuentro las palabras adecuadas para agradecerle todo, absolutamente todo lo que me ha ayudado… se que una de las razones por las que murió fue para salvarnos, así que supongo que de alguna manera hemos participado en su muerte. Lo único que puedo hacer por usted es darle un digno entierro, recordar su bondad… y encontrar a su hijo… ¿Ha encontrado a su esposa e hija?...' Las piernas de Luci temblaban, provocando que cayera de rodillas. Con el corazón adolorido, agachada, con los ojos llenos de lágrimas, entregaba sus más sinceros sentimientos a esa fría noche, los entregaba a la solitaria luna que brillaba en lo alto del firmamento, los entregaba a las suaves ráfagas de viento. Mordiendo sus labios, intentaba contener sus gritos de dolor que se agolpaban en garganta, en verdad estaba sufriendo, todo lo que había tenido que pasar le estaba pesando de sobremanera. Pocas veces se había atrevido a llorar como lo estaba haciendo esa noche. Una silueta apareció detrás de ella, caminó un poco más para estar frente a ella, se inclinó para estar a su altura, la tomó de los hombros para que ella lo viera, pero apretaba tan fuerte sus ojos para poder controlarse sin tener éxito. Sin saber qué más hacer la abrazó, odiaba verla así, pero sabía que no podía hacer nada para disipar su dolor, él también se sentía así, sabía que todo eso era demasiado doloroso. En ese momento, no sólo buscaba darle consuelo a ella, también estaba buscando consuelo para él, ambos sentían dolor en sus corazones, ambos estaban rotos por dentro, ambos querían reconstruirse… pero no sabían cómo hacerlo.

Luci se dio cuenta de su presencia e imitando su acción, lo abrazó tan fuerte como podía, no sabía cómo parar, no sabía qué hacer con lo que cargaba en su corazón, no quería decir nada, solo quería permanecer así un poco más.

-Tranquila… estoy aquí, estoy aquí.- decía Rodrigo con la voz quebrada, no pudo soportarlo más y comenzó a llorar con ella, de alguna manera, él también necesitaba sacar lo que lo sofocaba.

'Es la primera vez que la veo tan vulnerable, nunca la ví llorar de esta manera. Aunque se raspara todo el cuerpo, aunque se lastimara, ella no lloraba como lo hace ahora… pero la entiendo, el dolor que sentimos está a otro nivel de cualquier dolor físico. Luci, ¿Podrás soportarlo sin romperte?¿Podremos salir de esto sin rompernos?'

-Los extraño tanto- susurro Luci ahogada en llanto. Rodrigo depositó un suave beso en la cabeza de la niña, sus lágrimas empapaban su rostro mientras intentaba articular algo.

-Yo también… yo también los extraño- dijo Rodrigo con un ataque de hipo a causa del llanto. Sin interrupciones, ambos entregaban sus sentimientos más profundos que llevaban guardando desde un tiempo atrás, a esa fría y solitaria noche. La luz de la luna los cobijaba, el murmullo del viento jugando con el follaje de los árboles amenizaba el momento, las millones de estrellas eran testigos del sufrimiento de este par de almas.

Pese al sufrimiento, dos corazones latian al mismo compás, ambos compartían el mismo dolor.

No importa cuánto tiempo pase, el dolor de la pérdida no se va… solo aprendes a vivir con los dolorosos recuerdos. La vida es como un abrir y cerrar de ojos, tan pronto empieza puede terminar.

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