CAPÍTULO X

Cuando terminaron de cenar, las niñas creían que Luci no les estaba poniendo suficiente atención, pero cuando se levantaban de sus lugares, Luci se dirigió a ellas.

-Antes de irse recojan los trastes

-Está bien, hay quienes se encargan de eso.- dijo Rodrigo

-Rodrigo.- advirtió Luci. Ambos estaban sumergidos en una batalla de miradas, la cual no duró mucho ya que, como siempre, Rodrigo terminaba cediendo ante ella. Dándose por vencido, solo apartó la mirada, Luci sonrió y miró a las niñas, quienes obedecieron sin peros ni pretextos. Al regreso, dieron las buenas noches y se dirigieron a sus habitaciones.

-De verdad no tenían que hacerlo.- apoyó Carlos a Rodrigo

-No quiero que se malacostumbren, ya hablé con ellas, estoy segura de que habrás escuchado parte de lo que les dije… Tú sabrás cuáles reglas se podrán romper, pero en lo que te decides estarán obedeciendo a lo que he dicho.- aclaró Luci. Los dos amigos sonrieron ante la pequeña, sabían que tenía razón en lo que decía.

-¿A nosotros también nos harás levantar los trates?- preguntó Carlos sarcásticamente, rompiendo el silencio. Luci negó con la cabeza riéndose de él. Se levantó y llevó los trastes sucios hasta el fregadero, ahí ya había alguien lavando los que les habían llevado las niñas. Luci los colocó con cuidado, la chica que los lavaba y ella intercambiaron sonrisas, para después continuar cada quien con lo que tenían que hacer. Al regresar al comedor, Carlos y Rodrigo aún estaban en sus lugares, cuando estuvo cerca de ellos, Rodrigo la volteó a ver y dijo

-Carlos las llevará mañana de compras, vendrá alguien para que les arregle el cabello y demás. Por cierto, hay alguien que quiere verte

-¿Quién es?- preguntó con curiosidad Luci

-Mañana lo sabrás

-De acuerdo.- contestó Luci haciendo un puchero al no tener la respuesta exacta que quería oír.- si no hay algo más me iré a dormir, hasta mañana

-Hasta mañana.- contestaron al mismo tiempo los que se quedaban. Una vez que Luci salió del lugar, Carlos reanudó la conversación

-Hermano, no sabes el gusto que me da que al fin la hayamos encontrado

-Que NOS hayamos encontrado- corrigió Rodrigo.- despide a quienes la estaban buscando, dije claramente que la buscaran hasta debajo de las piedras si era necesario… pero si, a mi también me da gusto y tranquilidad tenerla aquí

-Wow, jamás pensé que sería capaz de sobrevivir en un entorno tan peligroso, y menos que haya sido capaz de salvarte. Aunque a veces puede ser un verdadero dolor de cabeza, comportarse como un pequeño demonio, tiene un buen corazón que la hace casi un ángel.- dijo Carlos mientras le daba un gran sorbo a su copa de vino. Rodrigo asintió mientras sonreía

-¿Sabes? Cuando estaba en aquel callejón me sentía impotente al creer que jamás la volvería a ver y proteger, pero cuando se acercó a mí me sentí más tranquilo… supongo que una parte de mi ya la tiene más que identificada

-Tu intuición es lo suficientemente buena para reconocer a las personas. Además que te la pasabas casi todo el tiempo con ella; si la ocultaran, disfrazaran, la pusieran con niñas de su misma complexión y tuvieras que encontrarla, estoy seguro que lo lograrías en un abrir y cerrar de ojos

-¿Será?- se preguntó Rodrigo sosteniendo la copa de agua. Carlos sabía leer a su amigo como si fuera un libro abierto, sabía que en su interior estaba más que feliz de haberla encontrado. El año que había sucedido todo el caos, Rodrigo no dormía para nada, casi no tocaba su comida, se la pasaba triste, perder a las personas más importantes de su vida le había partido el alma. Todos los días preguntaba por los avances de la búsqueda de Luci, no fue hasta que conoció a Alice, quien lo reconfortó y le dio ánimos para seguir adelante. Aunque a Carlos no le agradaba del todo, sabía que ella había llegado para sacarlo de su sufrimiento, quizás no completamente, pero cuando ella estaba con él, podía sentir como su dolor disminuía en gran medida.

-Rod, ¿aun seguirás con el trato que Luci te ofreció? Apenas es una niña, bien la podríamos entrenar de otra manera y evitar que se manche más las manos

- Aún no lo he decidido- confesó Rodrigo soltando un suspiro.- hemos mantenido la compañía de su padre hasta ahora, la podría convertir en la mejor empresaria de este mundo… pero para ser sincero, tiene madera para el bajo mundo, ha sobrevivido bastante bien, ha madurado más de lo que se podría esperar, si la entrenamos en nuestro negocio, lograría dominar el mundo en un abrir y cerrar de ojos. Para dominarlo se necesita una cabeza fría, madurez, inteligencia, muchas cualidades que Luci tiene a tan corta edad, si se sigue desarrollando de esta manera, el poder no se le subirá a la cabeza tan rápido… quiero tenerla dentro de la organización, pero eso solo lo decidirá ella.- Carlos asintió, el rostro de Rodrigo estaba serio, cada uno analizaba la situación desde su punto de vista.- dejemos eso para mañana, estoy realmente agotado…

-No olvides que llegó tu Dulcinea…

- Rayos, se me había olvidado Alice… bueno, la iré a ver para que no me arme dramas

-¡Ay hermano! Bueno, te ayudo a llegar

-No gracias, puedo ir solo… tu también debes estar cansado, ve a dormir que mañana te espera un día muy agitado

-Ni que me lo digas- dijo Carlos alborotando su cabello.- entonces hasta mañana

Poco después de que Carlos saliera del lugar, Rodrigo hizo lo mismo.

Por otro lado, Luci iba de habitación en habitación asegurándose de que las gemelas y Nath estuvieran descansando bien. Al entrar a la habitación de Andy, no la vió por ningún lado, supuso que estaría en la habitación de Annie, ya que casi nunca se separaban. Al entrar a la habitación de Annie, ahí estaban las dos durmiendo profundamente. Luci sonrió al verlas así, eran tan iguales pero tan diferentes. Se aproximó a la cama y las arropó, una vez hecho depositó un beso en la frente de las gemelas y salió de ahí cerrando silenciosamente la puerta detrás de ella. Pasó a ver a Nath, quien también estaba muy dormida, repitió lo que hizo con las gemelas, la arropó, le dió un beso en la frente y salió del lugar para dirigirse a su habitación.

Después de cepillarse los dientes, se dirigió a la cama para tener su merecido descanso de un día tan largo. El último pensamiento que cruzó por su mente, fue el cómo su vida cambiaba de un momento a otro, nació siendo una niña llena de bendiciones, para después perderlo todo, para que después de eso estuviera en la casa de Rodrigo pensando en cómo recuperar lo que le pertenecía. Entre tantos pensamientos de lo que sería de su futuro a partir de ese momento, sus ojos se fueron cerrando poco a poco hasta caer en un sueño profundo.

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