-Mañana necesitamos estar con mucha energía, es mejor que vayas a descansar
-Tienes razón, ¿Quieres que le diga a Eva que prepare otra habitación?
-No, dile que me traiga una tina con agua, un trapo limpio y una manta.
-De acuerdo, si no hay algo más, me retiro.
-Descansa- Carlos salió de la habitación dejándolos solos. Rodrigo tomó la mano de Luci, la cual estaba algo fría y al como lo hacía cuando eran más jóvenes, acunó una de sus manos entre las de él y sopló aire caliente, las frotaba y repetía la acción un par de veces para luego hacer lo mismo con la otra mano. Eva tocó la puerta, después de que le diera permiso de entrar, la misma chica que había llevado la pijama de Luci, llevaba en sus manos la manta, la cual dejó en el sofá e inmediatamente salió de ahí. Eva dejó la tina cerca de Rodrigo, sacó el trapo y lo exprimió para quitarle el sudor de la cara a Luci.
-¿Necesita algo más?
-No, es todo Eva. Recuerda que mañana tenemos invitados, quiero que preparen tres habitaciones y una de las casas de servicio.
-Claro
-Hasta mañana Eva
-Descanse
-Por cierto, Eva… ¿Dónde está Alice? No la he visto desde que regresé del cementerio- preguntó sin mirarla
-La señorita Alice salió un poco molesta después de que usted se hubiera ido, desde entonces no ha regresado.- dijo un poco inquieta.
-Antes de que te vayas a dormir, pídele a Luke que la busque
-Esta bien
-Ya te puedes retirar.
Eva salió de la habitación. Rodrigo terminó de limpiar suavemente la cara de Luci mientras su mente se llenaba de pensamientos sobre Luci y Alice. Viendo que la chiquilla estaba durmiendo muy tranquila, agarró la otra almohada y fue hasta el sofá, donde se dispuso a descansar.
*Narra Luci*
No sé dónde me encuentro, pero este lugar me da miedo. Hay muchas niñas a mi alrededor, pero no puedo verles la cara… solo a una, la que está a mi lado.
Esta chica tiene unos preciosos ojos avellana, una piel tan blanca como las nubes y una cabellera roja como el fuego, con unos rizos muy bien definidos. Ella me abraza y me dice que me calme, que todo estará bien… pero yo no puedo parar de temblar de miedo, en especial cuando escucho el grito de las niñas que son llevadas arrastras. Un señor entra, no puedo verle la cara porque se ve distorsionada, él me toma fuertemente del brazo y me quiere llevar a no sé dónde. Me intento liberar de su agarre, pero cada vez me aprieta más el brazo
-No, basta…- Le suplico con lágrimas en los ojos, su agarre cada vez se vuelve más doloroso-
por favor, deténgase- le suplico entre murmullos-por favor, por favor deténgase… ¿Que está haciendo?- las lágrimas escapaban de mis ojos al ver que la chica que estaba a mi lado empieza a golpear desesperadamente al sujeto para que me suelte. Pero solo logra molestarlo, me deja de prestar atención y se concentra en ella, le da una fuerte cachetada, tirándola en el suelo, va hasta ella y la comienza a golpear.-BASTA- es lo único que puedo decir. No me puedo mover, quiero ir y ayudarla, pero mi cuerpo no me responde… maldición, su bella cara está llena de sangre y yo no puedo hacer nada por ella.
-¡MALDITO IMBÉCIL! ¡PÚDRETE!- le grita enojada al tiempo que le escupe la cara y lo araña, incluso en su estado no deja de maldecir y luchar contra una persona que le dobla o quizás triplica el peso y la fuerza. Sumamente furioso veo que arremete con mucha más violencia a mi amiga.
-No le haga daño… BASTA POR FAVOR- veo como la golpea tan salvajemente y no puedo hacer nada para ayudarla. Desde otro ángulo se ve como si la estuviera apuñalando y no golpeando. Solo puedo ver cómo sus manos empiezan a perder movilidad, sus gritos y maldiciones se escuchan cada vez más bajito… cuando sus manos dejan de moverse, sé lo que ha pasado.
-¡MER!… NO ME DEJES…- ella ya no me responde, ya no puedo escuchar ningún grito que provenga de ella.-¡MER! NO ME DEJES, POR FAVOR.- mi cuerpo se siente débil, ya no me quedan fuerzas para llorar. La sangre que brota del cuerpo de Mer llega hasta mí… es mi culpa, si yo no me hubiera encariñado con ella, si yo no me hubiera opuesto a que me llevaran, ella seguiría con vida. Caigo al suelo como única reacción de mi cuerpo, es ahí donde me invade una intensa y siniestra oscuridad.
Una puerta se abre, iluminando todo el lugar: la luz blanca que logra entrar es cálida, agradable, reconfortante. Logro arrastrarme hasta ella, quiero sentir más paz, quiero sentirme más tranquila y sé que solo en esa luz blanca lo conseguiré. Antes de poder llegar hasta ella, veo que alguien se está acercando, esa persona viene de esa luz, ¿Será un ángel que viene a salvarme? Cuando está lo suficientemente cerca de mí puedo ver claramente su cara.
-Rodrigo.- su nombre escapa rápida y desesperadamente de mis labios, él ha llegado para rescatarme ¿Verdad?
Con total delicadeza, me ayuda a ponerme de pie. Sostiene mis manos por un largo rato, a comparación de mis gélidas manos, las suyas son realmente cálidas, esa calidez la transmite a las mías.
Sé que no solo le da calidez a mis manos, si no que también a mí ahora destrozado corazón.
*Narrador omnisciente*
Luci abrió los ojos, se asustó un poco al darse cuenta que no estaba ni en el cobertizo ni en su habitación, pero se tranquilizó al no sentir ningún tipo de dolor. Lentamente se incorporó, e intentó identificar el lugar, pero no podía ver claramente su entorno.
Sin saber dónde estaba, decidió acurrucarse un rato más en la cama mientras intentaba recordar lo que había pasado, pero a su mente solo llegaron fragmentos borrosos de su pasado, causándole dolor de cabeza... respiró hondo e intentó recordar, pero después de la plática que tuvo con Rodrigo, no recordaba más. Su cerebro hizo click al identificar el aroma de las sábanas, caoba. Si, las sábanas olían a caoba y el aroma natural del cuerpo de Rodrigo, ¿Cómo había llegado hasta ahí?
Vió que en el sofá algo se movía, su cerebro empezó a trabajar, si era la habitación de Rodrigo y ella estaba en la cama, posiblemente el bulto que estaba en el sofá era Rodrigo quien había tenido que pasar la noche ahí. Lentamente se levantó de la cama y avanzó hasta él.
-Rod, ¿En verdad eres tú?- preguntó en susurros
-Um, espera… si sigues corriendo así te vas a caer- habló Rodrigo entre sueños. Luci se tapó la boca con sus manos para no reírse tan fuerte. Al fin acostumbrada a la oscuridad, tomó la manta que cubría a Rodrigo y lo arropó antes de salir del lugar para dirigirse a su habitación. Quiso pasar a ver a las gemelas y Nath, pero temiendo que las pudiera despertar, decidió pasar de largo. Encendió las luces de la habitación, dirigiendo su mirada al reloj en la mesa de noche, vió que marcaba las 6:30 AM. Era una hora perfecta para salir a correr y empezar su día con toda la mejor actitud posible. Fue hasta su armario a buscar un conjunto deportivo que había escogido el día anterior, pero se le vino a la memoria que no había podido guardar nada, ya que había ido al cementerio, al regresar habían pasado a comer, después había ido con Rodrigo a su despacho para hablar sobre su decisión y luego… no podía recordar nada de lo que había pasado luego de haber estado platicando con Rodrigo, cada vez que intentaba recordarlo le dolía la cabeza. Quizás no hizo nada importante y por eso no recordaba nada, pero le llamaba la atención el hecho de que había despertado en la habitación de Rodrigo con su pijama puesta. Sin embargo todo estaba perfectamente bien ordenado; sin prestarle más atención, tomó un pantalón deportivo negro suelto, blusa de manga larga y tenis del mismo color, un par de tobi tines blancos y entro al vestidor. Después de cepillarse los dientes, tomó una bandita elástica y se ató el cabello. Al bajar, ya había movimiento en la mansión; algunos hombres iban de un lado a otro y se detenían en un punto específico, haciendo guardia. Uno de los hombres la vió y fue hasta donde estaba
-¿Quién eres?- preguntó con voz profunda y escalofriante
-Soy una invitada de Rodrigo Collins- contestó Luci con firmeza
-¿A si?- el señor de por lo menos treinta y cinco años la miró de arriba abajo, sus labios se curvaron hacia arriba burlonamente
-Así es, y si no me cree…
-¿Qué haces aquí?- una tercera persona se acercó hasta donde estaban, por la manera en que se dirigía al hombre que la interrogan, pudo darse cuenta de que era su superior-¿Por qué no estás en tu puesto?
-Señor, me encontré con esta pequeña intrusa y la estaba interrogando, por eso aún estoy aquí
-¿Pequeña intrusa?¿De quién me estás hablando?- el hombre frunció profundamente el ceño al no ver a nadie más que a él y a Luci
-Esta niña de aquí- contestó tomando bruscamente a Luci del brazo. Al ver cómo la trataba, el segundo hombre palideció. Tan rápido como pudo, le dio un golpe en el antebrazo que hizo que el tipo que sujetaba a Luci la soltara mientras se quejaba del dolor
-¿Acaso no sabes quién es esta niña? Ella es quien salvó al señor Collins hace un par de días y logró engañar y acabar con el sujeto que había logrado escabullirse para robar papeles importantes de la empresa del señor… y no solo eso, la "intrusa", como tú la acabas de llamar, es invitada especial del señor Collins, sin mencionar que ella tiene amistad con el señor Carson y Collins desde antes de que tú empezarás a trabajar aquí… ¿Cómo te atreves a tratarla de esa manera?- el hombre lo regañó tanto como le fue posible, sin notar que Luci estaba sorprendida por lo que había escuchado que había hecho ella. Pequeños fragmentos de lo que había pasado la tarde anterior llegaron a su mente, dándole un pequeño dolor de cabeza. El sujeto que la estaba interrogando anteriormente dejó de mostrarse tan altanero y comenzó a disculparse
-Lo siento señorita, no sabía que se trataba de usted… le pido disculpas, no volverá a suceder
-Esta bien, espero que sea la primera y última vez. Asegúrese de que el resto de ustedes nos reconozca para evitar malos entendidos en el futuro.
-Si señorita.- respondieron al unísono. Luci se alejó de ellos caminando, para adentrarse al mini bosque en el que amaba pasar tiempo cuando visitaba a los hermanos Collins. Empezó a trotar para después aumentar su velocidad mientras iba pensando en lo que había escuchado hablar de ella.
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Updated 96 Episodes
Comments
Cinzia Cantú
Por todos los episodios que vivió parece que su mente selectiva desecha lo que le pueda hacer daño
2025-01-07
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