Luci corrió hasta la casa del viejo Donald, una vez en la puerta, tomó aire y lo expulsó lentamente, regularizando su respiración y sus latidos.
Al entrar vió que Rodrigo estaba acostado en el sofá, entró silenciosamente y se paró al lado del sofá, cruzando sus brazos sobre el respaldo, detalló cada parte de su rostro, su piel bronceada, sus cejas pobladas, nariz perfecta, labios carnosos, pestañas largas y negras, su cabello negro lo tenía en un corte que le hacía ver bastante atractivo… cuando acercó su mano para tocar su cabello, sentía algo de familiaridad, como si lo conociera desde antes.
Se recordó mentalmente que tenía el tiempo limitado, así que sin perder un minuto más sacó el celular y el dedo del sujeto, una vez desbloqueado movió a Rodrigo para que se despertara mientras ella desactivaba el modo avión.
-Despierta, tenemos poco tiempo.- Habló Luci lo más calmada que pudo, su corazón latía demasiado rápido, sabía lo que estaba por venir. Rodrigo fue abriendo poco a poco los ojos, acostumbrándose a la luz. Sin levantarse extendió la mano para que Luci le diera el celular, el cual ya estaba listo para que marcara el número de su hombre de más confianza.
En su primer intento nadie le contestó, obteniendo el mismo resultado dos veces más:
-Imbécil, yo en peligro y él no contesta.
-Intentalo otra vez, o estaremos muertos.- en su voz se escuchaba la ansiedad y nerviosismo que sentía.
Rodrigo volvió a marcar, después del tercer tono contestaron a la llamada
-¿QUIEN ES Y QUÉ CARAJO QUIERES?
-AL FIN CONTESTAS IDIOTA, SERÉ BREVE… HAY UN MONTÓN DE HOMBRES DE DAMSWORK QUE VIENEN POR MÍ Y SI NO TE DAS PRISA NO PODRÉ COBRARLE TODAS LAS QUE ME DEBE, ASI QUE MUEVE TU TRASERO Y TRAE MAS HOMBRES CONTIGO, TE ENVIARÉ MI UBICACIÓN
-Esta bien hermano… pero, ¿Estás bien?
-Si lo estoy, por el momento sobrevivo
-Bien, Daniel ya tiene tu ubicación, voy para allá
-De acuerdo.- Rodrigo soltó un suspiro de alivio al saber que había posibilidad de salir con vida y salvar a la mocosa que lo acompañaba.
-Ya está, vendrán en un rato más por mi.- Dijo Rodrigo con una sonrisa en los labios, dos hoyuelos se le formaban en las mejillas, Luci no pudo evitar pinchar con su dedo la mejilla del hombre, quien la volteó a ver… ese pequeño gesto se le hacía demasiado familiar.
-Lo siento,- murmuró Luci con las mejillas sonrojadas y encogiéndose de hombros,- es una manía, no lo puedo evitar.
Rodrigo quería decir algo, pero en ese momento entró por la puerta principal el viejo Donald, su cara se veía pálida y grandes gotas de sudor bajaban de su frente.
-¿Por qué vienes así?- preguntó Luci alarmada.
-Salí a dar una vuelta, para ver cómo están las cosas allá fuera, y ví a muchos tipos de traje negro muy armados… los están buscando.- El viejo Donald se oía preocupado, y no era para menos, todos estaban en peligro.
-¿Cómo sabe que es a nosotros?- cuestionó Rodrigo
-Te mencionaron, dijeron tu nombre… Además de que cuando me cuestionaron, el hombre que me sostuvo tenía un tatuaje de serpiente enrollada en la mano.- Contestó rápidamente. Tras unos segundos de silencio, se dirigió a Luci, la tomó por los hombros y la instruyó.- Llévalo al cobertizo con las niñas, llévate todas las botellas de licor, todo lo que sea flamable y cuidense hasta que lleguen sus refuerzos
-¿Tu qué harás?- preguntó Luci preocupada, temía por lo que le respondiera el viejo, algo en su interior le decía que iba a cometer una locura.
-Los intentaré distraer… intentaré ganar un poquito más de tiempo para ustedes.
-¡NO! NO PUEDES HACER ESO, TIENES QUE VENIR CON NOSOTROS
-Luci, escucha lo que te digo. He cometido muchos errores en mi vida, muchos de esos errores ya te los conté. Quiero hacer algo bien en esta vida, ya estoy viejo como tú lo has dicho muchas veces, creo que ya es hora de que me retire de esta vida. Luci, no mires atrás cuando te vayas, no te pongas triste cuando me recuerdes, piensa que me fui feliz porque pude dar mi vida por cuidarlas aunque sea un poquito. Aunque hace tiempo no pude cuidar de quienes amaba, quiero enmendar mi error dando mi último aliento por ustedes. Hazlo por mí, solo hazlo por esta vieja alma muerta, ¿De acuerdo?- los ojos del viejo Donald se humedecieron al recordar el día que conoció a Luci, el día que llegó con Nath, el día que descubrió a las gemelas escondidas en el cobertizo, todos los recuerdos de su pasado llegaban en grandes olas a la costa de su memoria. Por su parte, Luci se mordía fuertemente los labios y apretaba entre sus manos los bordes de la ropa, no lloraría, no lo volvería hacer. En el sofá, Rodrigo se sentía conmovido ante tales palabras, a pesar de que las personas no eran familia, estaban dispuestos a dar la vida el uno por el otro. Luci se liberó del agarre del viejo Donald, y con sus delgados brazos rodeó su cintura.
-En nuestros corazones, eres nuestro ángel protector. Si llegas antes que yo, apartame un lugar, ¿De acuerdo?
-Lo haré si tú me prometes que lucharás por vivir, si no, no lo hago- contestó correspondiendo el abrazo.
-Bien, es un trato.- dijo Luci con voz temblorosa, el nudo en su garganta la sofocaba, la presión en su pecho la estaba haciendo sufrir inimaginablemente, ese dolor que había enterrado tiempo atrás se volvía a instalar en su pecho. Pero como aquella noche, prometió luchar para seguir avanzando.
-Es hora, tienen que irse… toma- era una vieja foto de la familia de aquel hombre de años atrás, se le veía completamente diferente, se le veía feliz, rodeado de su esposa, su hija e hijo. Quien lo veía no creería que ese hombre sucio, maloliente, ojeroso y malnutrido, había sido un hombre de familia, que en un abrir y cerrar de ojos perdería a quienes amaba, y que por decisiones tontas le quitarían lo que le quedaba, dejando a un hombre solitario, sin luz, sin brillo. Sin esperanzas de un mejor mañana, se intentaría quitar la vida, hasta que vio a una niña indefensa, intentando zafarse del agarre de un viejo borracho que por lo menos triplicaba la edad, el peso y la fuerza. En ese momento se dio cuenta que tenía una nueva oportunidad de ayudar a quien lo necesitaba.- Si en algún momento tienes oportunidad, busca a mi hijo y dile que papá lo siente, todo lo que tuvo que pasar por mi culpa, todas las veces que no estuve a su lado cuando más me necesitaba, lo siento… y siento tanto lo que pasó con su madre y su hermana, que cuando llegue al otro lado, las buscaré y les pediré perdón, espero que ellas me perdonen… y él también.
-Lo harán, tenlo por seguro- Luci intentó consolar al hombre que tenía frente a ella, regalandole una sonrisa, esforzándose por que pareciera muy real.
-Bien, haz lo que digo… toma todas las botellas de alcohol que puedas y úsalas como te enseñé- agregó el hombre dándole un guiño a la niña, la cual le sonrió cómplice.
Entre el viejo Donald y Luci ayudaron a Rodrigo a levantarse y tomar tantas botellas podían de la vitrina y estantes.
-Espera- dijo Luci repentinamente, y corrió a la cocina. Al regresar traía consigo una canasta y metió más botellas ahí.- Ahora sí, vamos.
-¡Muchacho! Cuídalas bien, en especial a esa pequeña demonio… quizás te saque más de una cana verde, pero creeme, es mas buena que el pan.- los ojos del viejo Donald brillaban al hablar de Luci, lo que le confirmaba a Rodrigo que era verdad lo que le decía.
-Tenga por seguro que lo haré, se lo prometo.- respondió Rodrigo con una sonrisa en los labios.
Rodrigo se iba apoyando de Luci, quien con un brazo ayudaba a Rodrigo a desplazarse, y con la otra cargaba unas botellas más. Al llegar al cobertizo, las niñas se alarmaron al ver a Luci con las botellas y Rodrigo manchado de sangre.
-Luci, ¿Que está pasando?- preguntó inquieta Nath
-Larga historia.- contestó mientras ayudaba a Rodrigo a sentarse en la vieja cama y bajaba las botellas que llevaba en el otro brazo al suelo.- Ahora quiero que me escuchen con atención, vienen problemas y los vamos a arreglar, él y yo…- dijo señalando a Rodrigo.- ustedes se ocultaran hasta que esté todo resuelto, ¿Entendido?- Luci se dirigió a una estantería, donde se encontraba una cubeta vacía y la puso entre Rodrigo y ella. Quería concentrarse en lo que estaba haciendo, pero no podía hacerlo si las niñas la veían. Se quitó nuevamente la vieja sudadera, y con la navaja que le cortó el dedo al difunto, comenzó a cortar algunos trozos largos de tela y tomó un par de botellas de licor. Empapó los trapos con el licor y pasó un extremo del trapo por la boca de la botella, las cuales rellenó nuevamente con los licores y alcohol etílico mezclados, después de eso enrolló un pedazo sobrante alrededor del cuello de la botella en forma de nudo, dejando un trozo no tan largo de tela… había fabricado una bomba Molotov. Después de hacer lo mismo con dos botellas más, fue hasta donde estaban las niñas y les entregó las bombas y un encendedor, el que había sacado del traje de Rodrigo y les dijo:
-Si alguien se les acerca, prenden la mecha,- y señaló el trozo de tela que colgaba de la botella,- y lo arrojan con fuerza, les dará tiempo para que puedan escapar… ellos solo se les podrán acercar si pasa lo que no queremos que pase. Quizás no vayan por ustedes, el problema es de ellos, con él y conmigo.- Luci intentó calmar a las chicas al ver sus caras asustadas- las protegeré, pero ustedes tienen que ocultarse y protegerse también, ¿Estamos?
-¿Cómo estás tan segura de que solo vienen por ustedes?¿QUIÉN NOS ASEGURA QUE SI SOBREVIVEN NO NOS ABANDONARAS?- la voz de Nath se escuchaba la histeria, definitivamente todo estaba saliendo mal.
-¡¿PODRÍAS DEJAR DE LLEVARME LA CONTRARIA POR UNA MALDITA VEZ?! INTENTO PROTEGERLAS COMO LO HE ESTADO HACIENDO HASTA AHORA, ¿COMO SE TE OCURRE QUE LAS DEJARÉ A SU SUERTE? NATH, INTENTO QUE SE RELAJEN Y CONFÍEN EN MÍ, NO QUE ESTÉN ASUSTADAS… SÉ QUE ESTA SITUACIÓN DE MIERDA NOS PONE EN PELIGRO, PERO POR MAS PELIGROSO QUE SEA LAS VOY A PROTEGER A TODA COSTA, ASÍ QUE COOPERA, O NOS JODEMOS TODOS.- Rodrigo se quedó atónito al ver el carácter que mostraba Lucia, la carga que llevaba en sus hombros a pesar de ser tan joven, la madurez que mostraba, la seguridad… Definitivamente, si la llevaba con él y si la entrenaba adecuadamente, sería la mejor recluta que jamás se haya conocido en el bajo mundo.
-Ya, lo siento… es solo que tengo miedo.- aceptó Nath… sabía que en esta situación era mejor llevar la fiesta en paz, si hacía que Luci perdiera la calma sería catastrófico. La había visto perder los estribos un par de ocasiones, así que era mejor dejar de llevarle la contraria.
-Lo sé, yo también tengo miedo… pero no dejaré que se acerquen ni un paso a ustedes.- las chicas se pusieron alrededor de Luci y la abrazaron… ella siempre las protegía, y esta vez no sería la excepción. Luci intentó recobrar la calma, tenía varios meses conteniendo su ira, y no quería que ninguna de las niñas saliera lastimada por ella, así que respiró profundamente y se calmó, sabía que era mejor dejar pasar la poca ayuda que le había sido las palabras de Nath, sabía que si perdía el control, estarían en una situación aún más complicada
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Comments
Samantha Ivett Olvera Rodriguez
si nomás pasaron 2 años y medio por q no se reconocen es algo ilógico
2025-01-31
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Cinzia Cantú
No confío en Nath creo que no es de fiar
2025-01-06
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Amelia Mirta Fernández
esa va a traicionar la por dinero.
2024-07-25
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