Ariel se introdujo en su mente pero solo pudo leer algunos pensamientos antes de ser expulsado. Ese sujeto sabía quién era su compañero y parecía divertirle muchísimo tenerlo bajo su control. Interesante, bien podría quedarselo pero él era el único que podría ayudarlo a salir de ese lugar y regresar a su mundo.
— Vaya — dijo el líder con voz estruendosa — ¿a quién tenemos aquí? — miraba al principe dragón con codicia — Al fin obtendré tus poderes de príncipe — diciendo esto lo sujetó del cuello con fuerza pero el prisionero no se inmutó — ¿Sigues tan valiente como antes? — en silencio lo desafió con la mirada — Veremos qué tan valiente eres después de haberte introducido en mi querida máquina — empujándolo al suelo dijo — Llevenlo al laboratorio.
Ariel vió el pánico en los ojos del principe y por unos instantes surgió su instinto paternal y deseo de liberarlo inmediatamente, pero él sabía que debía aguardar unos momentos.
El líder era poderoso por lo visto, clavandole la mirada Ariel sintió un repentino placer. Al fin encontraba alguien digno de enfrentar y destruir.
— En cuanto a ti ¿qué eres?
Ambos intentaban extraer información de la mente del otro sin éxito alguno, Ariel comprobó que ese era muy fuerte y que el principito estaría en graves problemas si permitía que lleve a acabo su plan. Aquel patético y molesto jovencito estaba penetrando peligrosamente en su interior.
La estruendosa carcajada del líder lo sacó de su ensimismamiento, frunciendo el ceño permaneció con el bloqueo mental, nunca le permitiría a nadie irrumpir así en su mente.
— Interesante resultas extranjero — comentó el líder — guardias, llevenlo a la mazmorra. Luego seguiré divirtiéndome con él.
En cuanto intentaron tocarlo, Ariel se movió tan veloz que los desconcertó a todos, empleando sus poderes rompió las cadenas y atacó a los seis guardias que pretendieron sujetarlo. Luego continuó con los otros cuatro guerreros azules, en menos de cinco minutos todos, a excepción del líder, yacían muertos en el suelo como manchas azules.
Inmediatamente volvió su atención al líder:
— Tus subditos me pillaron con la guardia baja — dijo tranquilamente — Pero este lugar fortaleció mis poderes nuevamente — la pálida mirada del oponente fue ensombreciendose — Ahora ¿te animarías a divertirme? ¿o tendré que eliminarte así nada más?
— Bien
Los dos se enfrentaron con todo lo que tenían, sin medir las consecuencias iban destruyendo todo a su paso. Los poderes del líder de los guerreros azules eran tan altos que Ariel se vió forzado en varias ocasiones a retroceder para contraatacar de diferente manera.
La emoción junto al oscuro anhelo de destruirlo hacian presa de Ariel sin piedad, esto fue percibido por su oponente quien se burlaba continuamente. Ciego de furia Ariel lo atacó con sus máximos poderes que entrechocaban en el aire causando destellos verdes y azules, los sonidos atronadores espantaron a los que allí se encontraban por lo tanto huyeron del lugar.
La oscuridad también estaba en el líder azul pero este la tuvo desde el instante en que nació, por tal razón cuando Ariel lo derribó y mientras esperaba el golpe de gracia dijo:
— Eres patético extranjero, tú perteneces a los seres de luz y fuiste infestado por la oscuridad — sonrió burlistamente —Aunque me mates sigues perdiendo ya que eres un prisionero de la oscuridad — lo miró a los ojos con dureza — Y lo serás siempre.
Sin esperar más Ariel le atravesó el corazón con su poder cortando así el hilo de su existencia, sintiendo un placer absoluto.
Contemplando cómo la vida se desvanecía de los ojos de su enemigo sintió que la luz en su interior tomaba fuerza. En lo más profundo de su ser lo sabía: cada vez que mataba a un servidor de la oscuridad su luz se fortalecía y conseguía liberarse un poco más.
Sin perder más tiempo corrió al laboratorio donde estaba el principito, no bien llegó eliminó a todos los guerreros azules que lo torturaban. Aun no habían conseguido introducirlo a la máquina en cuestión, mejor.
Cuando todos estuvieron muertos, Ariel ayudó a su compañero a recuperarse mientras le informaba lo que hubo sucedido.
— ¿Tu solo…mataste al líder? — el principe de los dragones de agua estaba asorado ante la noticia — Increíble
—¿Tanto te cuesta creerlo? Ahora debemos irnos de aquí
— Claro
Sin perder un segundo más los dos se alejaron de ese infernal lugar hasta que llegaron al jardín nuevamente. La noche seguía estrellada y muy callada, el viento frio soplaba con mayor fuerza. Habían conseguido avanzar un poco pero no lo suficiente.
— Aún nos queda mucho camino que recorrer Ariel — el aludido frunció mas el ceño ante sus palabras —Tendrás que armarte de paciencia — él no quería seguir en este mundo, no quería seguir junto a ese jovencito dragón porque comenzaba a tomarle cariño.
— Espero, por tu bien muchacho, que estés bromeando – dijo Ariel sombríamente pero su amigo sonrió con alegres carcajadas mientras seguian avanzando hacia el palacio oscuro.
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