Capítulo XIX

Mi padre, luego de mirar con desencanto a su amigo, apretó mis hombros mientras que mi madre afirmaba con su cabeza. Así que, sin más demora, seguí al médico junto con mi hermano a ver a mi osita.

—Debo advertirles que están bien golpeadas para que no los tomé por sorpresa la imagen que verán. Durante la recuperación es posible que deban ver un psicólogo, es aconsejable por los traumas que han sufrido.

—Ok, lo tendremos presente, gracias.

Primero nos llevaron hasta la habitación de Leila y luego de darle valor a mi hermano, lo dejé entrar con el doctor. Mientras que yo sigo a la doctora y después de atravesar una doble puerta, me muestra un cristal. Lo que veo casi me hace caer de rodillas, Sam estaba bien golpeada e hinchada. “Cielos quien le hizo esto a mi niña”.

—Lo dejaré unos minutos a solas.

—Gracias.

No me fijo ni siquiera en el recorrido de la doctora y es que mis manos no podían alejarse del cristal. Quería con toda mi alma poder tocarla, abrazarla y decirle que estoy aquí. Que no se dé por vencida, porque quiero volver a ver esos hermosos ojos verdes. El tiempo que pude verla, lágrimas descendieron por mi rostro, ¿por qué diablos no me dijo nada? ¿Qué demonios fue lo que pasó en ese tiempo? Ore porque mi amor saliera de todo esto, que el verla aquí solo fuera un mal sueño. Al rato tuve que salir y afuera mi familia me esperaba. Me derrumbé en los brazos de mi madre y al verme así, decidieron que debía volver a la casa con ellos. Pero yo me negaba, debía ir a la policía y saber que sabían.

—Hijo, escucha a tu padre, debes descansar para que mañana obtengas respuestas y estés bien para ella. Además, qué tal la madre de la chica, ¿dónde está?

—Por Dios, tengo que llamarla, ella vive en otra ciudad.

—Okey, harás eso desde casa, luego de tomar un baño y cenar algo. Alexis se quedará aquí, así que cualquier cosa él nos llama, ¿okey?

—Está bien.

Me sentía sin fuerzas para negarme, así que obedecí sin pelear. Luego de refrescar y comer obligado por mi madre, llamé a Rosa, la madre de Samay. Ya una vez había hablado con ella, yo sí me atreví a dar ese pasó porque en serio quería algo formal con Sami. Enseguida nos llevamos bien y planeamos conocernos pronto en persona, nunca pensé que sería de este triste modo nuestro primer encuentro.

Los gritos de Rosa me hicieron volver a llorar, pensé que le daría algo, le dije que no condujera que ya había enviado a alguien por ella. Y así era, Rodi fue a buscarla, ya que llegando a casa de mis padres le dije que saliera para Tierra Santa, yo le enviaría la dirección luego. Así lo hice, cuando obtuve la información se la envié, para luego caer en mi cama, cansado. Mi hermana se acostó a mi lado y acarició mis cabellos diciéndome que todo estaría bien, que confiará.

Asentí y le pedí que me contara de qué conocía a Samay. Resulta que las tres salían juntas y Leila fue la que le contó sobre nuestra relación. Al principio le fue difícil que Sami se abriera a ella, pero luego se han hecho muy amigas. Eso me agradaba y mucho, es importante para mí que mi familia la acepte. Pensando en mi amor y su bella sonrisa me quedé dormido.

Temprano en la mañana mi teléfono sonó, era Rodi informando que Rosa estaba en el hospital, no quiso pasar por la casa. Lo entendí, le dije que salía para allá y rápido me preparé. Ya mis padres estaban despiertos y enseguida me obligaron a comer algo antes de ir todos hacia el hospital. Mi madre estaba preocupada por Alex y las chicas.

Llegando enseguida reconocí a Rosa, eran muy parecidas, nos presentamos y enseguida me abrazo preguntando por qué había pasado algo así. Tuve que decirle la realidad, no tenía ni la menor idea. Los médicos aún no habían salido a dar el parte de Samay, pero mi hermano salió a vernos, pues Leila se había despertado. Justo ahora hablaba con la policía que apareció temprano para saber cómo iban y al ver que Lei despertó, decidieron hacerle algunas preguntas, luego de que el médico confirmó que estaba bien. Al parecer Leila estaba algo incómoda contando delante de Alexis las cosas y le pidió que saliera.

Según él, la policía fue a investigar el lugar donde ocurrió el accidente, ya que el auto que colisionó contra el de ellas, pertenecía a los mismos que las habían raptado. Uno de los tres hombres murió en el accidente, mientras que los otros dos nada más tenían heridas leves y fueron detenidos. Así es como supieron que tenían un encargo de raptar a las chicas, aunque en realidad a la que debían tomar era a Samay, pero al verlas juntas cargaron con ambas.

En eso un nuevo doctor llamó a los familiares de Samay y rápido contestamos. Según él, ella aún no despertaba, pero según los análisis realizados todo se veía bien. Que esperaban que dentro de unas horas cobrara conciencia al fin. Rosa pidió verla y la llevaron hasta allí, en lo que yo hablaba con la policía que acababa de terminar de hablar con Lei.

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