Capítulo VII

Armando

Cuando la vi entrar a mi oficina pensé que me daría algo por la impresión, como no reconocerla. Ese cuerpo no se me despinta jamás, puede estar rodeada de personas y la reconocería igual. Cuando logré que me mirara tuve que contenerme, Dios, solo quería tomarla en mis brazos y encerrarla ahí eternamente. Noté que ella estaba devorándome con la vista, Déjà vu, quizás, no pude evitar sentirme feliz. Incluso sentí lástima por el pobre bastardo de mí en la fiesta, su mirada era más intensa hoy, sin duda esta versión mía tuvo un mayor impacto.

Mis deseos de volver a verla se hicieron realidad, pero ahora necesitaba más, quería sentir su piel y me levanté con prisa para llegar hasta ella. Extendí mi mano y ella la tomó, no sé si ella lo sintió, pero una cosquilla recorrió mi mano y algo cálido se emplazó en mí ser. Decir su nombre se sintió adecuado en mi boca, era como si estuviese asegurando que es mía, aunque aún no lo sea. Pero no será un largo periodo antes de lograrlo.

Su timidez es algo que me vuelve loco, al saber que la mujer que me ha hecho sentir más vivo que nunca y aquella que me ha hecho volver a momentos de adolescencia, es tan pura e inocente en su personalidad. Oír mi nombre en sus labios me hizo tragar fuerte y decirme que tenía que detenerme, y ser un profesional. Así que la envíe por su agenda, error, cuando su retaguardia se mostró tuve que recostarme de mi escritorio.

Okay, necesito aliviar esta picazón, al menos le voy a textear, aunque rompa mis propias malditas normas. Tengo reglas de no usar el teléfono personal, pero necesito que sepa cuánto me interesa y para eso usaré al enmascarado. Aún no sé cómo no me reconoció, quizás porque casi ella no pudo definir mi rostro aquella noche. Rápidamente le escribí un mensaje diciéndole mi osita para que supiese que es mía. Al momento me llega la respuesta, me encanta ver que sigue mi juego de osita y su curiosidad. Pronto sabrás de qué realidad hablo, te lo prometo muchachita.

En eso entra y no dejo de verla, cuando la veo sentarse y su vestido mostrarme sus muslos u okey lo perdí. Un bulto se hizo presente en mi parte baja y tuve que tratar de ignorarlo, pero fue a peor cuando la vi apretar sus piernas. Su rostro se escondió de mí y me di cuenta de que estaba tan excitada como avergonzada. Me da gusto ver que logro provocar algo así en ti osita, pero aún no es el momento.

Al final logré vencer el instante de tiempo y cuando pensaba hablar ella se adelantó haciendo preguntas. Respondí todo y hasta traté de provocarla, me dio gracia ver que funcionaba. Hasta que quiso saber si había personas especiales para entrar en mi oficina, es por trabajo o quieres saber si tengo a alguien. Claro, solo yo podía tener esa doble intención, enseguida descubrí que todo estaba realmente relacionado con su puesto de asistente. Se puso bien nerviosa y me arrepentí de haberla molestado por lo que lo tiré a bonche para qué se calmará.

Tenía que buscar una forma de tener tiempo con ella fuera del horario de trabajo y se me ocurrió que el horario de almuerzo sería perfecto. Cuando sé lo informé vi que no le gustaba mucho la idea y puso la excusa de traer su comida. Cree que eso va a detenerme, le dije que tenía que compartir. Bebé lo mío es tuyo y lo tuyo será mío. Wow! Que estaba pasando conmigo porque voy tan desesperado, esta chica me está sacando de mi zona.

Cuando termina de informarme sobre mi horario del día siguiente le asigne tareas. Realmente es eficiente, enseguida se puso a ella y se concentra tanto que ni siquiera escucha cuando uno le habla. Había preguntas que quería hacerle, así que la roce para llamar su atención y su reacción me impresionó. El rechazo a mi toque me dolió, pero al ver el susto en sus ojos, pude discernir que algo había pasado en su vida para que reaccionara así. Bromee de nuevo para traer un buen ambiente de regreso. Con el tiempo sabría qué ha pasado, pero por ahora me interesaba saber si tenía alguna relación con la medusa de Aylin, pues su apellido es poco común. Para mi desgracia son hermanas, pero como es que nunca la había visto antes, más por descubrir.

Al final almorzamos juntos y como vi su incomodidad, traté de que quitara su mente de ello hablándole de mi familia. Mi objetivo, mostrarle que puede confiar en mí, que soy un hombre serio, espero que lo vea así. Por desgracia debíamos seguir trabajando, así que tuvo que dejar la oficina, desearía traer su escritorio hacia acá pero no puedo.

A la hora de salida le informo que puede irse, hoy me iré temprano solo para que ella no se quede hasta tarde. Creo que no hubo una persona que no me miro asombrado al verme ir temprano. Me daba igual, yo solo estaba interesado en escribir a mi osita. Y me sentí extasiado de saber que le gusto mi olor, albaricoque eh, a partir de ahora sería mi marca. Quiero ver su reacción si lo siente mañana en mí. Oh osita, ya quiero que llegue el día siguiente.

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