Capítulo 18

Mientras se alejaban observó la casa no podía evitar pensar en cuántas noches había pasado allí Reed, había pensado que tenía algo con Paul pero al parecer era con Elliot. ¿Como no? El chico estaba más que bien y por lo que dijo el capitán su relación iba en serió ¿Y en que pintaba el entonces?.

—¿Tu lo quieres mucho no? -se atrevió a preguntar, sólo porque era un masoquista emocional y le gustaba sufrir.

—Si, no se como sobreviviría si le pasa algo. El es lo mejor de mi vida.

—Que suerte que el te ame igual que tu a él —le echó más leña al fuego—. Un amor así de recíproco no es algo fácil de conseguir —término diciendo, tragándose el nudo que sentía en la garganta.

—Si lo sé —contestó ignorando lo creyó eran celos en la voz de Takada. No seguramente él estaba imaginando cosas—. Admito que no a sido fácil, el no tiene un carácter fácil de manejar aún así esperó que esto dure para siempre. Despertar sin el a mi lado sería lo peor, porque lo mejor que me a pasado es abrir los ojos y verlo junto a mí.

—¿Tienes alguna idea de donde buscar? —Lo corto, Takada no podía seguir hablando del amor que le tenía a Reed, su Reed, sentía que su corazón se partía poco a poco Elliot lo observó con una mirada extraña—. Toda la policía está buscándolos y nadie parece haberlos encontrado aún — justificó su interrupción.

—No, no tengo idea cielos ¿Porque pasa esto justo ahora? —se lamentó pasándose las manos por el cabello con frustración—. Creó que deberíamos revisar cerca del lugar del tiroteo.

—Eso está al otro lado del pueblo. Pero tiene sentido supongo —necesitaría más concentración si quería salvar a Reed. Reed cielos como le dolía Reed.

—No imagino lo mal que la estarán pasando.

Y si que la estaban pasando mal.

—¡Tu pedazo de basura! ¡asqueroso perro! ¿Tienes alguna idea de quien soy? —El sujeto golpeó fuertemente a Paul en las costillas.

—La basura no tiene nombre y a nadie le importa —respondió retador, otro golpe en el estómago lo hizo callar un momento—. Oh no igual me vas a decir ¿No? —el sujeto gruñó molestó.

—Soy a quien han estado molestando inmiscuyéndose donde no los llaman. Tu y ese detective idiota —esto puso en alerta a Paul, sólo un tipo podía meterse en un lío de este tamaño.

—Eres muy popular según veo, ¿A quien más trajiste?.

—No te preocupes por eso estoy seguro de que va a agradarte —se burló.

—Lo dudo, no soy muy sociable.

—¿Donde mierdas esta por cierto? —se dirigió a sus hombres—. Ponganlos juntos, me apetece charlar con ambos.

Varios de los matones salieron, momentos después una estridente carcajada resonó en la sucia sala. Paul supo que no se había equivocado en su presentimiento cuando un muy golpeado Reed apareció siendo jalado por unos y encañonado por otros de los matones.

—¡Paul amigo! —se emocionó genuinamente—. ¿También viniste a la fiesta del señor buitre blanco? ¿Porque te invitaron?. Charly me ofendes creí que yo era especial —reclamó al líder criminal.

—Callate maldición o te daré un balazo en la pierna lo amenazó el criminal.

—¿Pero porque? Sólo quiero saber porque esta aquí Paul ¿Que lo hace merecedor del gran jefe buitre? Tengo dudas, dudas legítimas.

—Todos los condenados tienen derecho a un deseó supongo. Lamento desilusiónarte simplemente es un trabajo que me recomendaron —contó jugando con su arma—. Alguien lo quiere lejos de Elliot Silver.

—Mh, simplemente no te creó, vamos dime la verdad de todas formas vas a matarme ¿No? Qué más da si lo se, vamos dime más.

—Eres insoportable.

—Gracias Charly, es un don —respondió sonriendo.

Paul sólo lo observó en silencio llevaban tanto de conocerse que prácticamente podía saber lo que Reed tramaba sin que este se lo dijera. 

—De acuerdo te lo diré, pero primero voy a hacerte sufrir un poco —amenazó clavando la navaja en la pierna de Reed este empezó a reírse más fuerte exigiendo explicaciones.

—¡Callate maldito loco demente! —Gritó impaciente ante la actitud de sus rehenes—. Este imbécil mató a mi hermano en el tiroteo del río, el hijo de Richard es intocable pero este saco de estiércol no. Una persona importante me pidió la oportunidad de torturarlo ella misma, yo me encargare después. Fue una magnífica coincidencia que me contratarán para encargarme del maldito que yo quería matar.

—¿De que demonios hablas? ¿Y porque usas ropa de gimnasio? —Se burló Paul ganándose otro fuerte golpe en la cabeza.

—Si ¿Acaso tienes problemas con las chicas?

—Siguió Reed con la burla—. ¿No me digas, tu fea cara las aleja? Dejame decirte que ni con todos los músculos del mundo lograras que dejen de ver tu cara de culo no, no, no, no eres tan atractivo. Lo siento, perdón por eso admito que estoy equivocado, mi trasero es mucho más atractivo que tú, incluso el de Paul hay un súper modelo que cree que es lo mejor del mundo así que olvídalo simplemente eres feo como un balazo infectado —se volvió a burlar sarcástico.

—¿¡Se dan cuenta que van a morir imbéciles!? —se molestó Charly—. Hay que irnos imbéciles ¿No escucharon la radio de la policía? Se dirigió a sus hombres.

Parecía que Elliot iba a vomitar, todo su cuerpo se estaba sacudiendo en un temblor incontrolable producto del estrés angustioso y la desesperación que sentía.

—¡Elliot! Calmate maldición no podremos hacer nada si no te tranquilizas —Takada trato de calmarlo al ver el ataque de pánico que Elliot sufría.

—Lo siento, lo siento esto es todo mi culpa —se lamentó Elliot intentando calmarse.

—Muy bien, cuéntamelo ¿Porque es tu culpa? -Takada intentaba distraerlo. Podía entender su dolor ante la idea de perder al que él consideraba el amor de su vida, y lo entendía porque el tambien estaba por sufrir un ataque de pánico si no fuera por su experiencia ante situaciones extremadamente estresantes hacía ratos que lo habría tenido. Elliot incluso estaba siendo más fuerte que la mayoría en estas situaciones.

—Yo no sé qué haré si algo le pasa —dijo con voz engañosamente baja—. Yo me negué a entender como se sentía, me empeñé tanto en que el mundo supiera que él era mío. Debí aceptar lo que él quería desde un principió y cerrar la boca de haberlo hecho no estaríamos pasando por este maldito infierno, él no estaría en esta situación por mi causa, mi padre es el culpable. —Sollozo furioso y entristecido al mismo tiempo.

—Quisiera decirte que todo va a salir bien pero en este trabajo nunca se sabe —fue todo lo que pudo decir sin morderse la lengua quería, deseaba, necesitaba creer que él era la razón para que Reed no quisiera que nadie se enterará que salía con Elliot. Se sentía mal por sentirse bien con esa situación, seguía pensando en eso mientras parqueaba el auto cerca del río. Ambos se dispusieron a patrullar el lugar había algunas casas de veraneo en las orillas del río la mayoría parecía estar vacía a excepción de una en la que un perro parecía ladrar por lo que se acercaron.

Efectivamente la casa era una guarida, eso o era un retiró de criminales de poca monta. Luego de reportar su ubicación ambos se dirigieron a la casa en cuestión siendo recibidos por una ráfaga de disparos, ambos sacaron sus armas y devolvieron los disparos haciendo retroceder un poco a los buitres debido a las bajas sufridas lo que aprovecharon para colarse a la casa por la puerta trasera en busca de los agentes. Más disparos los recibieron el sonido de las patrullas puso en alerta a los buitres un grito proveniente de adentro dejaba las órdenes claras.

—¡Quemen la casa! ¡Maten a los intrusos! ¡Pongan a los policías en mi auto! ¡¡Vámonos rápido, rápido, rápido!! ¿Que no escuchan las patrullas? Manada de idiotas —Charly gritó a sus hombres mientras escuchaba los disparos afuera y las sirenas a lo lejos.

Elliot y Takada habían atravesado la casa y alcanzaron a ver a Paul y Reed siendo arrastrados al auto del jefe de los buitres.

—Nooo —grito Elliot disparando contra los que los subían al auto, uno de los criminales cayó al suelo con una herida de bala, aún así el auto arrancó marchándose con Paul y Reed con ellos. La rabia se apoderó de Takada que descargó su arma contra el auto.

—Para idiota los vas a herir ¡Detenté! Por favor —gritó Elliot siendo ignorado por Takada que descargó su furia y el cargador de su arma contra el auto en cuestión.

—Se están escapando y no haces más que actuar como un cobarde —acusó Takada cegado por la ira y la intensa furia que hacían combustión en su interior. Combustión que si salía arrasaria con todo—. ¡Dame tu arma! —Forcejeo intentando arrebatar la pistola del cinturón de Elliot.

—Basta no dispare teniente, el auto ya se marchó no queda nada.

—Suéltame advirtió a Elliot que le sostenía el brazo evitando que le quitara el arma.

—¿O que? ¿Va a golpearme? No le tengo miedo ¿Sabe?.

—¡Suficiente! —respondió lanzándole un golpe directo al rostro ya no podía más ¿Cómo se atrevía este niño bonito a meterse con el? ¿Cómo se atrevía a restregarle en la cara su feliz relación? Ambos terminaron en el piso moliendose a golpes.

Cuando las patrullas al fin llegaron al lugar lo que encontraron fue un camino de cadáveres, la casa rociada con gasolina y dos cuerpos que levantaban polvo en el patio dándose golpes, separarlos no fue fácil. Elliot acusó a Takada de dispararle a los chicos y este a su vez acusó a Elliot de no hacer nada. Los agentes los subieron separados en las patrullas y los llevaron a la estación pero incluso allí continuaron los golpes. El capitán arto salió de su oficina a gritarles que se calmaran.

—Se que los agentes en el auto son importantes para ustedes. Puede que esto les parezca raro pero para el resto de nosotros ¡También lo son!. Tal vez sean más importantes para ustedes, pero eso no justifica su comportamiento. Pasen a mi oficina caballeros allí hablaremos con más tranquilidad —ordenó entrando a su oficina calmadamente—. ¿¡¡Que rayos les pasa!!? ¿Creen que así los ayudan? Elliot ¿Crees que esto le agradaría a tu compañero? Y usted Teniente no estoy seguro de que le pasa pero así no solucionara nada. Se que no es propio de usted ser tan explosivo y por eso no lo voy a reportar pero no espere equivocarse nuevamente y que lo deje pasar —amenazó frustrado masajeandose el puente de la nariz.

Ambos se quedaron estáticos, fingiendo que estaban escuchando. La realidad era que ninguno podía concentrarse en nada que no fueran sus respectivas parejas. La sola idea de perderlos los estaba consumiendo internamente.

—Que no vuelva a pasar esto por favor —se dirigió a ambos, era claro que si uno de ellos contestaba explotaría de coraje, afortunadamente ambos se quedan en silencio—. Estoy decepcionado, no esperaba esto de una persona como usted ¿De Paul? Si ¿De Mike y Ray? Infiernos que si ¿De Reed? Me preocuparía si pasa un mes sin arruinar algo o una semana sin pelearse ¿De todos mis oficiales? Claro pero no de usted, lo tome por un hombre maduro e inteligente me ha decepcionado —el capitán miró hacia otra parte—. Tienen que arreglarse entre ustedes o no solucionaremos nada, los voy a obligar a pasar tiempo juntos para que arreglen su porquería porque yo odio las peleas eh dicho esto muchas veces, esto no es un ring de boxeo.

—Señor se que es algo muy suyo obligar a los agentes que pelean a que se disculpen, y estoy muy agradecido por eso, pero no iré con el teniente. Necesito enfocarme en buscar a... necesito estar ocupado o voy a enloquecer, —suspiró derrotado—. Me disculparé ahora. Teniente, lo lamento mi comportamiento estuvo muy mal, pero no tanto como el suyo. Usted estuvo peor.

—Estoy de acuerdo. Lo lamento mucho fue impropio de mi parte sobre reaccionar —aceptó sin mencionar que la razón por la cual se sentía tan frustrado y había actuado como un imbécil eran los malditos celos que Elliot le provocaba, dejaría esto de lado pero cuando Reed volviera lo arrebataría de Elliot se prometió a si mismo. 

—Vaya eso fue fácil, nunca había sido tan fácil, aún así van a investigar juntos este asunto junto al resto que ya lo está haciendo, algo me dice que a los dos les interesa más que a la mayoría rescatarlos con vida — los miró curioso—. Elliot lo lamento pero arrestamos a tu padre se niega a hablar claro, como te imaginaras.

—Gracias capitán enseguida voy a hablar con el. El es nuestra única esperanza.

—Te acompañó, -lo siguió Takada en silencio.

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