Capítulo 10

—¿Se puede saber qué hace tu equipo espiando en mis archivos personales? Te lo advierto no te metas en esto o saldrás perjudicado —el hombre lo miró desafiante—. Antes de que lo preguntes, si es una amenaza y no, no viene de mi si no del alto mandó —aseguró serió el hombre de cejas pobladas y mirada fría.

—Señor no sabía que tenía un hermano —Takada retó a su jefe fingiendo ignorancia—. Dígame ¿Es acaso la vergüenza de su familia y por eso lo esconde?.

—Cuidado teniente, su insubordinación no será permitida.

—Lo lamentó señor son sólo dudas —mintió de manera descarada.

—Le voy a dar un consejo teniente, no destape la olla de gusanos, con seguridad lo que va a encontrar no le gustará ni a usted ni a los de arriba —advirtió el importante hombre mientras cortaba la transmisión.

—¿Vas a seguir verdad? -preguntó Diana una detective de su equipo. 

—Ya me conoces no puedo evitarlo la injusticia no debe ser permitida ni abajo ni a arriba. 

—Si lo se, si necesitas ayuda sólo avisa. Aunque yo diría que en lugar de ser tan hostil con el detective fueras más amable no olvides que se atrapan más moscas con miel que con vinagre.

—Si supongo, gracias Diana —por la mañana decidió poner en marcha su plan podía ser amable aún con alguien como Reed. Como siempre fue el primero en llegar a la estación los únicos presentes eran los encargados de monitorear las cámaras y los agentes que patrullaban el pueblo por la noche—. ¿Quién está en la celda 3? —Preguntó Takada viendo una de las cámaras. 

—Es Reed, suele dormir aquí cuando se embriaga.

—Que patán —dijo mientras lo veía tirado en la pequeña cama.

—Disculpe teniente pero… ¿Podría cuidarme esto por un rato? Quede con mi novia para ir a desayunar y a mi reemplazó al parecer se le hizo tarde lleva 20 minutos de atraso.

—Por supuesto, hay que cuidar de nuestras mujeres, ve yo te reemplazo mientras llega tu compañero acepto. —El agente a cargo de las cámaras se marchó dejando a Takada a cargo. 

Takada había notado que Reed no había llegado a dormir a su apartamento, él tampoco había logrado dormir pero por diferentes motivos por lo que partió temprano a la estación, sólo para encontrar la sorpresa de un Reed ebrio. Salió del cuarto de cámaras y fue a la celda, Reed se encontraba profundamente dormido, no pudo evitar pensar que se veía demasiado cómodo en esa pequeña celda, con los brazos cruzados sobre el pecho. Tenía además el rostro cubierto de sudor mientras el cabello le caía sobre los hombros, sus labios entreabiertos se le antojaron muy tentadores. Sin poder más y sucumbiendo a la tentación le dio un ligero beso y se alejó rápidamente, más no lo suficiente ya que Reed le lanzó un golpe dejándole un pequeño moretón en la mejilla. 

—Lo siento tenía una pesadilla —contó sentándose de repente parecía muy alterado e indefenso. Era una imagen muy diferente de Reed a la que estaba acostumbrado.

—Deberías avergonzarte, levántate y ve a quitarte ese asqueroso olor a callejera y alcohol barato que traes encima antes que tu equipo te vea y pierdas el poco respeto que aún te tienen.

—Nooo, me quedaré un rato más, estoy muy cansado —bostezo ignorándolo, acto seguido se volvió a recostar con los ojos cerrados. 

—¡¡Eres un Idiota!! —Le grito mientras se marchaba molesto, maldición no era momento para experimentar. 

La jornada fue dura, la investigación no avanzaba. Todo el equipo estaba cansado. Lo único bueno fue que no vio a Reed durante todo el día, eso era algo bueno porque si esa pequeña mierda decía algo con esa burlona y sarcástica boca suya él lo golpearia. El equipo partió temprano a descansar él partió unas horas después dispuesto a tener una noche de sueño reponedor. De nuevo las cosas rara vez salen como se planean así que en lugar de estar acostado en su cama recién bañado y descansando estaba sentado junto a la puerta de su apartamento mirando los mensajes que su equipo le enviará más temprano mientras el calor del día desaparecía siendo reemplazado por un frio que le hacía erizar la piel.

—¿Que paso? —Un Reed de buen humor lo saludó viendo con diversión que se encontraba sentado en el pasillo.

—Mi equipo salió y me dejaron afuera —fue lo más cortante que pudo, no estaba de humor para tonterías.

—¿Intentaste llamar? —Esta vez no hubo burla. 

—Si, los teléfonos están dentro. Tengo muchos mensajes avisando que saldrían, así que es mi culpa.

—Vaya —dijo mientras se debatía mentalmente si dejarlo pasar o no, se sintió como un idiota mientras volteaba los ojos decidiendo, al fin se giró—. ¿Quieres pasar? La noche esta fría —Takada se levantó y lo siguió en silencio.

—Esto no es lo que esperaba —susurró cuando entró al apartamento.

—¿Y que esperabas? —Reed sonrió hermosamente dándole luz a sus rasgos.

—Cualquier cosa menos esto -se refirió al hecho de que el apartamento estaba muy bien decorado, limpio y ordenado. Constaba de 3 habitaciones y una gran sala que conectaba con una cocina muy bien equipada, una de las paredes había sido transformada en librero con cientos de libros y en otra había un montón de fotografías de Reed con diferentes chicas todas sonrientes. 

—Que bueno que te guste —Reed sono burlón. 

—Si que tienes suerte con las chicas —comentó, mientras se sentaba en el sofa.

—No tuve nada con ninguna de ellas ¿Sabes? —contó entregándole una cerveza.

—¿A qué vienen a tu casa entonces? En las tres semanas que llevó aquí han venido a verte 16 una incluso vivía aquí se marchó hace unos días, yo la vi. 

—Todas son víctimas de violencia, tratan de rehacer su vida. Al llegar a un lugar nuevo ellas no quieren que la gente se entere de su pasado ya que aunque no sea su culpa éste las vergüenza por lo tanto yo no digo nada para protegerlas, todas ellas están aquí en calidad de testigos protegidas o escondiéndose de sus parejas violentas. Trabajo con una organización que rescata chicas maltratadas o en peligro, quiero ayudar a tantas chicas como sea posible. 

—Eso es… muy noble de hecho, supongo que algo tienes que hacer para sentirte menos culpable de ser un niñito privilegiado.

—Si supongo —respondió con una risita que molestó al otro. 

—Muy bien detective, ¿Que haces aparte de leer y ver TV?. No soy un gran lector y no me interesa la televisión. Dime ¿Que hacemos para matar el aburrimiento?. 

—¿Quieres dormir conmigo? —Preguntó distraído tocando su nariz con una mano y la rodilla que tenía en el apoyabrazos del sofá con la otra. 

—¿Contigo? Ni de chiste —lo último lo dijo en su cabeza.

—¿Porque no? —Reed seguía distraído viendo el techo.

—No voy a dejarte hacerme nada —río inseguro de qué más decir. 

—¿Y si yo dejó que tu me hagas? No me molesta recibir —Takada observó la facilidad de Reed para acostarse con alguien, aquella actitud despreocupada y desinteresada que tanto le molestaba seguía latente.

—Me parece bien, nunca tuve algo con otro hombre y siempre tuve curiosidad —no mentía, bueno no del todo omitió el hecho de que el que lo prendia era únicamente Reed.

—De acuerdo, vamos a mi cuarto y sólo para que quede claro lo haremos a mi manera.

—Como quieras -Reed lo llevó a su habitación y le ordenó desnudarse y acostarse boca arriba esto lo sorprendió. 

—¿Creí que tu estarías abajo?. 

—Nunca dije que estaría abajo, dije que recibiría y eso haré —susurro en su oído provocándole escalofríos.

—¿Tu harás todo? Me parece bien necesito relajarme.  

—Sólo quédate quieto yo haré el trabajó —lo empujó a la cama esposándolo a esta. 

—¿Tu harás todo mientras estoy esposado y con la luz apagada? Esto era ridículo. ¿Que acaso eres tímido?. 

— En absoluto —río divertido—. Solo lo prefiero así además no estamos en la oscuridad absoluta entra luz por la ventana. 

—No puedo tocarte eso me parecé injusto —jadeo sintiendo el cuerpo caliente de Reed sobre el. Maldita sea esto no debería ser tan excitante pero sí que lo era, eso o su parte inferior tenía vida propia.  

—Esa es la idea teniente, además esto sólo para matar el tiempo los besos, las caricias y los cariñitos no son necesarios si es lo que querías la próxima no cuentes conmigo —expresó terminando de ponerle un condón—. ¿Estás seguro de que quieres esto? Después de empezar no hay vuelta atrás.

—Muy seguro —respondió a lo que Reed se limitó a asentir subiendo sensualmente sobre el.

 No sabía que un hombre podía verse así de sexi medio alcanzó a pensar ya que Reed estaba casi sentado sobre el, cosa que no era fácil considerando sus proporciones.

Takada respiro profusamente, Reed se movió al principio muy despacio, luego más rápido Takada forcejeo con las esposas quería verlo tocarlo, besarlo, tomarlo y ponerlo bajo su cuerpo pero no había forma. Reed continuaba moviéndose cada ves más rápido, podía ver ligeramente su cuerpo moverse vigorosamente la sensación de estar con Reed era tan placentera, aquello era el cielo, podía sentir como en cada movimiento estaba mucho más conectado a Reed eso le daba un sentimiento extraño de propiedad el placer era enorme quería más y Reed parecía dispuesto a dárselo, el vaivén de sus caderas al moverse era divino y vaya que se sentía divino. Reed quería aprovechar la situación, ya que probablemente no tendría más de este magnífico hombre por lo que disfruto de la desesperación de Takada que luchaba por soltarse. Puede ser que Reed fuera un idiota, pero si en algo era bueno, era en esto. Sobre todo cuando se tratan de algo duro y sin sentido, algo pasajero, algo que no conducía a nada más. Takada gruñó intentando decir algo, pero lo único que salió de su boca fueron gruñidos ininteligibles. Reed sintió el gran cuerpo vibrando ante el placer, sintió también un fuerte temblor recorrer su propio cuerpo. Segundos después Reed bajo de él se vistió en la oscuridad lo soltó encendió la luz y se marchó de la habitación. 

Minutos después cuando se hubo recuperado Takada se sentó junto Reed en el sofá a leer un libro, este último actuó como si nada hubiera pasado dejándolo muy confundido y demasiado atontado para preguntar algo.      

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