Capítulo 14

—¿Que demonios te ocurre? ¿Porque hiciste ese show? ¿Que no me escuchaste? Vas a casarte con Fanny quieras o no —aseguró el hombre—. No es algo que esté a discusión de lo contrario olvidaré que eres mi hijo y puedes despedirte de mi dinero. Quiero ver de qué vivirás y si esa zorra va a aceptarte cuando sepa que no tienes ni un quinto. Tu ya deberías saber que todas son iguales, sólo les importa el dinero si no lo tienes pasan al que sí lo tenga.

—Lo hará, te lo aseguró, papá puedo asegurarte que no es una zorra. Más bien un zorro lomo plateado —presumió feliz.

—¿Esto te parece gracioso? Acabas de arruinar todo ¿Qué demonios significa eso de zorro plateado?.

—Soy gay o bi no estoy del todo seguro. Actualmente salgo con un hombre y no podría ser más feliz.

—¿Felicidad? ¿Tiras todo por la borda, me haces quedar en ridículo por que quieres ser feliz, con un hombre? —Una estruendosa carcajada salió de su padre incomodando a Elliot—. Eres muy divertido hijo por un momento te creí.

—¡Basta!.

—Lo siento, lo siento —suspiró limpiándose unas lágrimas de tanto reír—. Supongo que me lo merezco, no debí enviar a Fanny, pero en mi defensa ella fue la que insistió.   

—Habló en serio papá —una cachetada resonó en el rostro de Elliot.

—No harás público esto —espetó con rabia contenida—. Ahora más que nunca debes casarte con Fanny, ella estará de acuerdo en tapar esta vergüenza si se lo explicamos y tú podrás hacer lo que te plazca.

—No papá solo… solo no. Puedes quedarte con tu dinero no me importa, el no tiene la más mínima idea que lo tengo por lo tanto no lo extrañara cuando lo pierda. Voy a concederte algo, no pienso hacerlo público, no pienses que es por ti, no.... Si no porque es lo que él quiere, si por mi fuera me casaba con él y hacia la más enorme boda que haya existido para decirle al mundo que él es mío hasta el final de los tiempos. 

—No tienes remedio, está es mi última oferta te casas con Fanny viven felices por dos años tienen un hijo se divorcian, el niño se queda conmigo y te vas a vivir tu vida como te plazca.

—No, no existe ningún escenario en el que yo me casé con Fanny por un solo día mucho menos por dos años, tus posibilidades de convencerme son menos de cero.

—Esta bien, que no sea con Fanny. Que sea con quien tu quieras, hasta puedo rentar un vientre para que tengas un hijo me lo dejas y serás libre.

—¿Enserio creés que voy a dejar que un hijo mío pase por el infierno que es tenerte como padre? Mejor cásate de nuevo y ten tu otro hijo.

— Sabes que no me es posible. De lo contrario no estaría rogándole a un desagradecido como tu, no quería a ninguna zorra intentando sacarme dinero así que en cuanto naciste elimine cualquier posibilidad de ser estafado por el cuento de “Estoy embarazada de ti”.

—Eso no es mi problema —Elliot tomó las llaves de su auto y se puso en marcha hacia Williamsito sin lamentar lo que dejaba atrás.

—¿Cómo es que volviste tan pronto? Neil y yo te esperábamos hasta la otra semana —Mauda se emocionó cuando lo vio entrar.

— Mi padre es un imbécil ¿Como es que tu y el capitán pueden ser sus amigos? El es nefasto.

—Tu padre solía ser una buena persona, se que parece increíble ahora pero lo era. Con el tiempo se a convertido en un ser que ni Neil, ni yo reconocemos. La verdad es que dejamos de hablar con él hace muchos años, por eso nos sorprendió bastante cuando se contacto con nosotros para que te recibiéramos.

—¿Enserio como lo conocieron? Ustedes son tan, amor, amor, amor, amor, amor, amor. Y el tan, el amor es una mierda lo que importa es el dinero, dinero, dinero, dinero.

—Tu padre siempre fue inteligente. En la universidad no tenía muchos amigos debido a tu abuelo en aquel entonces yo tenía tres trabajos al igual que Neil pero ni así lográbamos cubrir la renta y los gastos universitarios. Un día cuando Neil regreso de la universidad venía acompañado de este chico flaco con un gran moretón en la mejilla, yo lo cure lo invitamos a cenar y nos hicimos amigos con el tiempo nos invitó a vivir con el. Tu abuelo le había comprado un enorme apartamento para que llevará chicas, el no era muy bueno con las citas así que siempre estaba solo con la enorme presión de cumplir con las expectativas de tu abuelo así que su razón para invitarnos a vivir con él fue su soledad supongo —Mauda sonrió recordando su juventud—. Tu abuelo siempre creyó que éramos un tri a menaje, lo cual era ridículo aún así nunca lo sacamos de su error por petición de tu padre él solía desaparecer por días ¿Sabes?. Cuando volvía él siempre era un desastre, muchas veces sólo lo veíamos en la universidad. Cuando esta terminó cada uno siguió su rumbo, seguimos hablando por un tiempo incluso nos invitó a la boda con tu madre.

—¿Estuviste allí? Lo único que sé de ella es que mi papá la forzó a casarse con él y que ella huyó después de mi nacimiento.

—Si, lamento decir que nunca vi a una novia más triste el día de su boda. Casi un año después naciste tu y te fuimos a conocer. Nos quedamos unos días, tu padre ya había cambiado mucho para entonces tal vez porque tu abuelo ya había muerto y tenía muchas responsabilidades. Tristemente no quedaba ya nada del chico universitario que conocimos, que tu madre se fuera con aquel tipo sólo empeoró la situación.

—¿Entonces conociste bien a mi madre? ¿Como era ella?.

—Era igual a ti, te pareces mucho a ella. Rita era dulce, amable, buena. Aunque Su mirada siempre estaba triste y llena de pesar. ¿Has pensado en buscarla?.

—No, yo entiendo porque huyo de mi papá seguramente ya reconstruyó su vida no sería justo arruinarlo.

—Cariño —lo consoló Mauda con tristeza.

—Paul me pidió que me mude con él —contó para cambiar de tema.

—¿Enserio? Eso es estupendo ¿Que harás?.

—Aún no lo sé.

—¿Que no sabés? Lo amas ¿Verdad?.

—Si, pero no se si mudarnos sea una gran idea.

— ¿Porque no? ¿Acaso no quieres vivir con el?.

—¡Si! Claro que quiero, es sólo que me pone nervioso la idea de estar las 24 horas con el, ¿Que tal si me pego tanto a él que terminó hartándolo? Paul es un hombre que ama su privacidad.

—Por favor, si prácticamente ya vives con el. Te pasas todo el tiempo en su casa. Creeme Paul no te habría invitado a vivir con él si tuviera dudas -Mauda le sonrió un poco.

—¿Tu creés? Porque yo estoy muy contento con esto, me hace feliz tenerlo todo el tiempo a mi alcance.

—Oh bebé, estás tan enamorado —suspiró ella recordando a su esposo.

—Si así es, Paul es perfecto.

—¿Irás a la boda de tu hijastro?.

—No, Paul no me invitó. Yo no sabía cuándo volvería así que está bien, no lo quiero incomodar, no digas hijastro me hace sentir viejo.

—¿Te perderás la oportunidad de verlo con traje? Tal vez no vuelva a suceder, —contó divertida—.Yo te estoy invitando, si se molesta dile que yo te llevé y que se moleste conmigo. Si se atreve.

—De acuerdo, pero si se molesta voy a culparte.

Elliot término de recordar lo sucedido, tratando de decidir qué contar y que no a Paul.

—¿Y bien como te fue? —Volvió a preguntar Paul suspirando con una sonrisa de felicidad. 

—Mi padre me dejó en la calle. Prácticamente me desheredados, lo único con lo que me quedé fue mi auto aparte de eso no tengo nada.

—Puedo entenderlo, sólo quiere lo mejor para ti.

—No, mi padre no es así. El sólo piensa en si mismo y en hacer crecer su fortuna. Fanny es hija única, cuando su padre muera su dinero, propiedades, empresas todo pasará a manos de su esposo. Eso según las arcaicas leyes en las que ellos aún creen. Eso es lo que le interesa no mi bienestar contó.

—¿Entonces Fanny no va a heredar su propia fortuna?.

—No, lo cual es triste porqué Fanny siempre fue más inteligente que yo.

—¿Pero, porque no?.

—Porque ella no tiene un pene, no importa que tan inteligente sea, para su padre ella siempre será una simple mujer.

—Eso es horrible, pobre Fanny.

—Si pero es inteligente, seguro lo solucionará —dijo subiendo sobre él y desnudándose—. Me gustaría darme una ducha esta habitación debería tener un baño —se quejó medio atontado por la excitación.

—Ven acá —invito Paul que ya se había quitado la toalla que envolvía su cuerpo quedando completamente desnudo también. Lo jalo sobre el quedando este con una pierna a cada lado de Paul que se había sentado en la cama con la espalda en la pared—. Si mal no recuerdo antes de todo esto me prometiste algo, lo beso en el cuello.

—¿Enserio? No lo recuerdo refrescame la memoria —jugó con él un poco.

—No me hagas decirlo, tuve que reunir mucho valor para recordártelo. 

—Dilo, haré lo que quieras, estoy en tu poder ahora así que hazte cargo de mi.

—Te doy casa, comida y no me pagas yo diría que ya me hago cargo de ti —se la devolvió mientras besaba lentamente sus labios y acariciaba su cuerpo.

—¿No te pagó? Eso no está bien —bromeó—. De acuerdo te pagaré con mi cuerpo.

—Me encanta tu forma de pagó bebé —gimió Paul contra sus labios.  

—No tienes ni idea de que hacer ¿Verdad? —sonrió un poco divertido Elliot.

—No, no lo tomes a mal es sólo que me preocupa lastimarte —confesó nervioso.

—Aunque tu herramienta es mucho más grande qué la mía, y mira que la mía no es pequeña, lo soportaré. Así como tú lo soportas, mira cabe perfecto en mi boca —decía mientras ponía lubricante en la mano de Paul—. Sólo hazlo despacio desde la secundaria no soy el de abajo.

—¿Tanto?.

—Sí, así que se suave y ve despacio —continuó diciendo en su oreja sacando un suspiro placentero de Paul que se dispuso a dilatar a Elliot.

Elliot gemía sobre su hombro, dando besos en su cuello. Después de un tiempo Elliot se sintió listo por lo que se movió, cumpliendo su promesa poco a poco hasta que todo estuvo dentro, dolió un poco pero el éxtasis provocado por el calor del momento pudo más ya que rápidamente se encontró subiendo y bajando rápidamente sobre el regazo de Paul que estaba estático viendo lo hermoso que se veía Elliot cabalgando. Paul dejo a Elliot sobre sus rodillas y manos, a Elliot parecía gustarle mucho, Paul continuó dando estocadas duras y limpias dejando oír el ruido de sus cuerpos al chocar uno contra el otro sonar por toda la casa.

—Más…más….más fuerte —jadeo Elliot.

—Claro cariño, lo que quieras —aceptó Paul girándolo hasta quedar boca arriba, los labios de este se veían temblorosos al igual que su cuerpo que se sacudía de deseo mientras era clavado en aquella cama. Paul obedeció a lo deseos de Elliot y lo hizo más duro y mucho más rápido gozando del calor con el que era aprisionado. Elliot estaba en la gloria mientras Paul se lo hacía dura y ásperamente, mierda lo deseaba así de fuerte, así de rápido, así de descontrolado. Amo escuchar a Paul maldecir de lo bien que aquello se sentía. Amaba hacerlo perder el control, verlo gritar mientras era incapaz de razonar. Elliot le pidió más nuevamente y Paul lo complació ya que comenzó a moverse aún más rápidamente sintiéndose presa de un enorme placer que los hizo explotar a ambos, provocando en los dos escándalosos gemidos. Luego de unos minutos de recuperación ambos dispusieron darse una ducha saliendo desnudos con la toalla en el hombro sin esperar la sorpresa. Allí en la cocina tomando un té se encontraba Reed.

—¿Ya terminaron? —interrogó divertido, levantando una ceja.

—¿¡Maldito Reed, que haces en mi casa!? ¿¡Cómo demonios entraste!? —le gruñó enfadado Paul.

—Primero, ya no es sólo tu casa ya que parece que tu novio vive aquí también, segundo es fácil entrar si el seguro no está puesto tercero y más importante ¿¡Cuando demonios ibas a decirme!? —Le gritó.

—¿Decirte que? —Paul preguntó inocente.

—Por favor, no esperarás que crea que jugaban a las luchas ¿O eso hacían? —Se rió sin humor.

—¿Cuando tiempo llevás aquí Reed?.

—El suficiente para saber que tienes una divertida forma de cobrar el alquiler que ni a mi se me hubiera ocurrido. Y para saber que no eran luchas más bien choque de espadas —se divirtió mordiendo una magdalena muy tranquilo.

—Entonces no hay nada que explicar ¿Cierto Elliot? —Paul se dirigió a este con una sonrisa cómplice.

—Nop, nada de nada —apoyo Elliot que había permanecido en silencio con la toalla en el hombro viendo interactuar a estos dos. Le gustaba la idea que alguien más lo supiera aparte de Mauda y Junior, quería que todo el mundo supiera que Paul era suyo.

—Elliot ve a vestirte ¿Quieres? —ordenó Paul molestó por la forma en que Reed lo veía. Elliot se marchó dejándolos sólos.

—Tranquilo, sólo echaba un vistazo. Ustedes están demasiado bien hechos, tu debes ser muy bueno en la cama para que el este con tigo, no te ofendas no es que tú estés mal es sólo que Elliot debería anunciar calzoncillos en las revistas.

—¿Que ahora también te van los hombres?.

—¿Que tendría de malo? A ti te gustan ¿No es así? —Se sirvió otra taza de té—. Además no es como si nunca lo hubieras sospechado —le lanzó una mirada “de se que tu sabes”.

—Me da igual, solo no te acerques a Elliot o te mataré —advirtió—. ¿A qué viniste?.

—Vamos a salir ¿Recuerdas?. Aunque no como ustedes dos —le sonrió a Elliot que salía en ese momento ya vestido—. ¿Tu vendrás con nosotros?.

—No, yo los veré haya debo ir a casa del capitán a arreglar unas cosas.

—¿Quieres el auto para traerlas? —Paul ofreció acercándose hasta casi besarlo.

—Gracias, pero también debo traer mi auto me iré en un taxi o caminare.

—Si quieres toma mi motocicleta. Dejala en la estación cuando termines de usarla —interrumpió Reed tirándole las llaves.

—Genial —agradeció dejándolos sólos.

—Realmente te gusta ¿Cierto? —Reed observó a Paul serio.

—A ti no puedo mentirte.

—¿Va a mudarse contigo? ¿No te preocupa?. Tu eres bastante insoportable.

—Si bueno no es como si me fuera a volver loco mientras duermo y lo mate estando a solas con el.

—Entiendo, entiendo. Calmate tu y yo somos distintos lo se, aúnque a mi si me preocupa que lo arruines y te vuelvas a quedar sólo por otro 15 años.

—¿Y el hecho que sea un hombre no te molesta?.

—Mientras seas feliz me da igual ¿Nunca te preguntaste porque me alejé un poco de ti?.

—Asumí que te habías vuelto más unido con los otros chico son más de tu estilo que yo.

—No, la verdad fue que no me gustó lo que le hiciste a Junior. Ese chico es familia para mi y no fue justó, al menos Elliot ha logrado enfriarte la cabeza y hacerte reflexionar sobre tus errores. Asumo que te disculpaste con Junior por ser un pésimo padre de lo contrarió voy a molestarme.

—Si lo hice. No por ti, aun así no quiero hacerte enojar ¿Nos vamos?.

Ambos subieron al auto de Paul y condujeron al bar ya se encontraban allí Mike y Ray todos empezaron a beber, Paul solo pidió una soda.

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