Capítulo 2

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Fan de plata premio\= 3 capítulos de cualquier novela en emisión o un capítulo extra de cualquier novela terminada o en emisión.

Fan de oro premio\= 6 capítulos o una historia de 5 capítulos de lo que sea.

Fan diamante premio\= 9 capítulos o una novela de 15 capítulos de cualquier tema que no sea shota.

-¡Braun! ¿¡Ya supiste!? por fin tendrás compañero -se burló el detective Ray con humor.

-¿Qué?.

-Lo que oíste, el jefe está hablando con él ahora -continuó Mike el compañero de Ray.

Mientras caminaba hacia la oficina de su jefe con cierta molestia Braun se preguntaba si aquello era cierto y si lo era ¿Porque después de dos años tenía que tener compañero? ¿A quién demonios se le había ocurrido semejante estupidez? No quería ningún compañero, el jefe Neil iba a escucharlo. No le importaba si tenía que mandar a ese idiota de vuelta a donde vino pero no le podían poner compañero ya se había acostumbrado a estar solo, le gustaba estar solo. Justo en ese momento escuchó al jefe Neil hablarle y sacarlo de su enfurruñamiento internó.

-Braun, ven te presento a tu compañero -el capitán Neil sonrió con humor.

Cuando el oficial Braun levantó la vista casi suelta una carcajada al ver el aspecto de su futuro compañero parecía el maldito novio de la condenada muñeca esa, rubio de ojos azules, no celestes. Azules casi cobalto; alto, rubio y bronceado tenía que ser una broma. Después de todo tal vez no sea mala idea tener un compañero estaba seguro que se divertiría mucho a su costa, si le decían que se llamaba Kent no podría contener la risa pensó.

-Cómo te decía -volvió a hablar el jefe Neil-. Este es tu nuevo compañero su nombre es Elliot Silver.

-¿Elliot? ¿Enserio? Creí que te llamabas Kent -se burló Braun con la sonrisa asomando en sus labios.

-Y este patán que se está casi riendo, es Paul Braun a estado solo por dos años así que no esperes mucho de él -el jefe Neil se despidió con una mano-. Y tu Braun muestrale el pueblo.

-No soy un guía turístico -replicó Paul.

-Si que es un patán -pensó Elliot viendo al imponente hombre que tenía frente a él. Este era alto, un poco más que él, debía medir 1.95 cómo mínimo su piel era de un dorado oscuro, ojos verdes en un rostro muy duro rústico y masculino. Además era todo músculo pero sin exagerar ni lucir dramático, exudaba un aura rara, era como si gritara ¡Miren lo macho que soy! Si no fuera un completo idiota podríamos ser amigos pensó parándose frente a él-. Mucho gustó oficial Braun -se volvió a presentar tendiéndole la mano.

-Igualmente es un gran placer conocerte hermosa princesa -rio escandaloso Paul.

-Si yo soy una princesa ¿Significa que eres mi príncipe? Porque déjame decirte que no te vez precisamente como de la realeza -Elliot se la devolvió.

-Muñequita hermosa si quieres bromear sobre mi aspecto ya las e escuchado todas -respondió Paul indiferente-. Llámame Braun vamos, tenemos que trabajar.

-De acuerdo vamos -Elliot siguió al oficial idiota, desde ahora su compañero, por el pasillo mientras algunos detectives y otros agentes se reían.

-¿Y cuantos años tienes Kent? -El tipo idiota lo interrogó.

-Elliot, me llamó Elliot y tengo 22 -contestó un tanto exasperado.

-No voy a decirte Elliot, asi que acostumbrate pareces novio de pastel de bodas -volvió a reír de buen humor.

-Cómo quieras Braun -no iba a permitir que ese idiota lo molestará amaba ser policía pero su padre se había encargado de ponerlo lo más lejos posible de las peligrosas calles de su bella y peligrosa ciudad, meca de las grandes empresas. O si como la gran ciudad no había dos, lo peor era que había usado sus influencias para salirse con la suya. Así lo envío al más remoto y pequeño pueblo que encontró, este contaba con una diminuta comisaría, una corta cantidad de policías algunos detectives y eso era todo ya que allí no sucedía nada grave nunca, según decían y todo eso para que su único hijo no corriera ningún peligro real o eso era lo que le había dicho fuera como fuera era una auténtica mierda.

-Vamonos muñequita te mostraré el pueblo -invitó Paul girando las llaves, ambos subieron a la patrulla y dos horas después habían terminado. Si, en sólo dos horas habían recorrido el pueblo de punta a punta y ahora estaban comiendo, este lugar no podía ser más aburrido.

Entre bromas de mal gusto por parte de Braun y sonrisas fingidas por parte de Elliot habían pasado ya tres meses desde su llegada, Elliot se sentía profundamente incómodo junto a Braun. ¿Y como no? Si este era un patán de primera categoría. Aunque para ser sincero era agradable no ser tratado como papel bajo la lluvia, como si con una sola gota de agua se fuera deshacer y a quedar por completo inútil. Así era como su padre siempre lo había tratado incluso ahora que él sólo quería combatir la delincuencia su padre logró que lo asignarán aquí con un montón de inútiles, que sólo lo hacían sentir incómodo.

El peor de todos era precisamente su compañero este se lleva el título, al ser que más lo había incómodado en su vida y no una incomodidad normal era diferente era como si este lo pusiera nervioso con sólo estar cerca de él, con solo respirar o comer, eso lo enfadaba mucho. Braun no se cansaba de decirle que parecía un muñeco y que si fuera una chica le daba y no consejos pero de nuevo, como carajos no estar nervioso si pasas todo el día sentado junto a semejante idiota malhumorado y que ama ponerte en ridículo por la simple razón de... Ver que cara pones, el ya estaba arto.

-¡Hey Braun!, lleva a Elliot a que se divierta, mira que no sale de casa y esta poniendo nerviosa a mi esposa que se preocupa mucho por el -medio ordenó el capitán.

-¿La muñeca vive con usted? -se asombro este.

-Claro ¿Con quien más si no conoce a nadie aquí? Además su padre es un muy buen amigo mío o lo era hace tiempo que no lo veía.

-Pues entonces llévelo usted capitán, yo me voy a casa o mejor aún que lo hagan Mike y Ray ellos aman desvelarse o Reed es un completo imbécil, seguro encajaran muy bien juntos.

-Braun es una orden -el tono del capitán aunque calmado no dejaba lugar a réplicas-. Además no tienes nada más que hacer en tu casa, a ti también te convendría salir de vez en cuando dime ¿Al menos recuerdas cuándo fue la última vez que estuviste con una bella mujer? -el capitán preguntó en tono de broma pero firmé.

-Eso no es de su incumbencia, además tengo cosas que hacer.

-¿Lanzarte a beber en tu sofá? Sal un poco. Mauda también está preocupada por ti.

-No veo porque, yo estoy bien, él suspiró resignado del capitán lleno el lugar.

-Esta conversación se acabó Paul. Llevalo a que beba, baile, tenga sexo o que se yo que se distraiga un poco y deje de estar tan malhumorado y depresivo gracias a ti.

-Como sea -Paul salió de la oficina un poco pensativo-. Vamos te llevaré a divertirte, le informo a Elliot que esperaba en la sala donde estaba la cafetera con un terrible café en la mano.

-¿Enserio, contigo? ¿Que sabes un abuelo como tu de diversión? Ni Siquiera me agradas así que no gracias.

-Elliot ve, Mauda está preocupada por ti ya que en tres meses no as salido hasta te envío ropa, toma -el capitán sonrió entregándole una bolsa.

-Sí capitán -Elliot obedeció solo porque era el capitán quien se lo ordenaba y por Mauda claro. Ellos eran las personas más buenas que él hubiera conocido en su vida.

-Ok hermosa muñeca pasemos por mi casa te puedes cambiar allí mientras me doy una ducha -Paul ordenó siendo seguido por Elliot en silencio.

-Tengo nombre ¿Sabes? -Gruñó después de un rato ya en el auto a su compañero.

-Lo sé, lo sé pero lo único que te falta son un buen par de pechos pienso que te verías muy sexi -decía Braun mientras soltaba una estridente carcajada.

-¿Porque eres tan idiota? ¡Apuesto que por eso no tienes a nadie que te espere en casa! -gritó exasperado, Braun le lanzó una mirada que este no supo interpretar se puso serio y no volvió a hablar hasta llegar a su casa.

-Bueno princesa llegamos -dijo Braun mientras bajaba del auto, ambos entraron. La casa no estaba mal era de un sólo piso; la sala estaba en la entrada, luego la cocina dividida por una isla, al fondo dos puertas que Elliot supuso eran los dormitorios y al final del pasillo lo que seguramente era el baño.

-Tu puedes usar la sala para vestirte. Allí está el baño puedes usarlo si quieres sólo espera que yo terminé de ducharme. Deja tu uniforme en el sofá de la entrada para que lo recojas rápido cuando volvamos -medio ordenó Braun malhumorado como siempre mientras entraba a su habitación.

Cuando Paul salió Elliot ya estaba sentado en el sofá mirando su celular este iba vestido con unos jeans negros súper ajustados, una camisa color naranja y unos converse clásicos, cortesía de Mauda.

Paul por su parte se puso unos jeans clásicos más formales o como él decía de hombre; sus botas negras estilo militar y una camisa tipo polo verde claro está hacia resaltar su piel morena y sus ojos verdes cuando salió Elliot se le quedó mirando y trago saliva por lo tanto Paul preguntó.

-¿Tan mal me veo?.

-No, es solo que estas muy formal y yo... pues yo no.

-Eres un niño, estás vestido como tal. No hay nada malo en eso.

-No soy un niño -¿Porque mierda le molestaba tanto que este tipo le dijera niño? Todo el mundo lo decía.

-Da igual vámonos ya.

El viaje hasta el único club nocturno de la localidad duró media hora Paul como siempre con su actitud de "soy muy macho" llegó y se sentó en el bar a beber mientras Elliot bailaba con cuantas chicas se le pusieron enfrenté cuando la música cambió a algo más clásico volvió a la barra a pedir una cerveza no vio a Braun pero la cantinera le hizo señas hacia la pista, este estaba en la pista con una rubia que se lo comía con la vista y le arrimaba las tetas cada vez que podía.

-Tu y esa chica podrían ser hermanos -mencionó la cantinera señalando a la rubia que bailaba con Braun este la observó y se dio cuenta de que efectivamente eran muy, muy parecidos. La rubia era físicamente parecida a él hasta en el tono de los ojos, tal vez los de ella era un poco más pálidos pero la diferencia no era mucha, para colmó traía un vestido cortísimo de un naranja mucho más encendido que su camisa pero naranja igual, el color hacia resaltar un enorme par de tetas tal y como Braun dijo que le gustaban. Elliot empezó a sentirse incómodo por sus pensamientos por lo que decidió seguir bailando. Bailó hasta las 2 de la madrugada cuando se fue con la cantinera que como un viejo cliché resultó ser muy buena hablando y escuchando, la última vista que tuvo de Paul fue con la rubia pechugona en la barra mientras ambos bebían. Era extraño pero nunca escucho a Paul decirle a la chica princesa, muñeca, hermosa o cualquier otra de las palabras con las que se dirigía a él, es más después de bailar le invitó varios tragos pero en ningún momento la toco o algo, aún así su malestar era grande.

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Comments

:vアレクサ

:vアレクサ

el más hetero de su casa-

2024-04-06

5

Wang Chao

Wang Chao

¿cómo pueden andar con esos pantalones? 😭 odio la ropa ajustada, no me deja correr bien

2024-02-08

3

Wang Chao

Wang Chao

Denle el cerebro, parece que se le cayó

2024-02-08

5

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