Yeraldin guarda un secreto: su amor por Johan, el mejor amigo de su padre. La atracción es irresistible, pero el conflicto interno la desgarra. Johan, a pesar del deseo, se resiste por lealtad a su amigo. ¿Podrá Yeraldin conquistar su corazón, arriesgando la amistad paterna? ¿O este amor prohibido quedará sepultado en el olvido?
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Pequeños juegos
Los días pasaron y lo último que supe de Johan es que volvió a su vida normal y estaba bien. Realmente me alegré por eso y más ahora porque estoy decidida a conquistarlo como sea. Quiero a este hombre y lo tendré. Así como me llamó Yeraldin Mía Lombardy.
Salí de la universidad y me fui a mi estudio de arte. Ya estaba listo y estaba planeando hacer una fiesta de inauguración donde Aiden y yo expondremos algunos de nuestros trabajos que ya tenemos listos, pero a mí aún me faltaba terminar un lienzo. Lo llevaría a la oficina para ver cómo puedo terminarlo, ya que necesito inspiración y puede que allí la encuentre. ¿Quién sabe?
Aiden: Hola linda, qué gusto verte por aquí.
Yeraldin: _Hola, solo vine por mi lienzo. Ahora tengo que ir a la empresa y quién sabe, encontrar mi inspiración ahí._
Aiden: Espero que lo hagas. Eres muy talentosa y si necesitas ayuda en algo, no olvides que me tienes aquí para ayudarte en lo que sea.
Yeraldin: Muchas gracias, Aiden. Tú también cuentas conmigo.
Aiden: Oye linda, quiero invitarte a cenar. ¿Qué dices? ¿Aceptas?
Yeraldin: Claro, así terminaremos de acordar los últimos detalles para nuestro evento que se aproxima.
Aiden: Sí, es una buena idea. Te mandaré los detalles por mensaje: dónde y a qué hora nos veremos.
Yeraldin: Está bien, nos vemos luego.
Aiden: Okay, nos vemos luego. Adiós.
Subí en el auto y me fui a la empresa. Al llegar, como siempre, ya estaban esperando por mí. Les di las buenas tardes y tomé mi bolso. Saqué mis cosas, salude normalmente a las demás personas en el camino. Estaba dispuesta a subir al ascensor, pero mi secretaria me detuvo antes.
Secretaria: Señorita Yeraldin, bienvenida. Está usted muy linda como siempre.
Yeraldin: Muchas gracias, tú igual. Dime, ¿sucedió algo?
Secretaria: Su padre dijo que fuera a la reunión apenas llegara.
Yeraldin: Está bien, dejo esto en mi oficina y voy.
Secretaria: Yo lo hago por usted, ya que ellos se encuentran aquí en este piso.
Yeraldin: ¿En este piso? ¿Quién más está en la reunión?
Secretaria: Sí, en este piso. El señor Jared y el joven Brian la esperan.
Yeraldin: Okay, gracias. Por favor, lleva esto con cuidado y déjalo en algún rincón donde no pueda estropearse.
Secretaria: Está bien, pero lo dejaré en recepción hasta que yo vaya a dejar el café en la sala de junta, señorita.
Yeraldin: No te preocupes, yo lo llevaré. Tú encárgate de esto, por favor.
Le entrego el lienzo con cuidado.
Secretaria: Muchas gracias, señorita.
Luego fui por el café y me dirigí a la sala de juntas. A la entrada me sorprendió: ver a Johan ahí. Lo saludé con una enorme sonrisa y le entregué el café a cada uno. Cuando se lo di a él, rose nuestras manos, claro, intencionalmente.
Yeraldin: Aquí tienes tu café, Johan.
Johan: Muchas gracias.
Le sonrío y me voy a sentar, cruzando mis piernas y con una enorme sonrisa, sin dejar de verlo, ya que él no despegaba su mirada de mí, pero sin rastro alguno de nervios o algo.
La reunión pasó rápidamente. Hice algunas cosas sutiles para llamar su atención sin que se dieran cuenta mi padre y mi hermano. Salí de ahí y fui a mi oficina, y ahí estaba el cuadro. Al verlo, me acerqué, mirándolo un buen rato, hasta que entró mi padre y se puso a mi lado, viendo también el lienzo.
Jared: _Princesa, ¿qué es eso?
Yeraldin: _Es un trabajo que debo terminar, pero realmente me falta inspiración.
Jared: _Ya veo, entonces estás ocupada.
Yeraldin: _Realmente no lo estoy. ¿Necesitas algo?
Jared: _Quiero que vayas a un lugar y verifiques que todo esté en orden.
Yeraldin: _¿Un lugar? ¿Cuál?
Jared: _El lugar en donde se hará el evento de nuestra subasta.
Yeraldin: _Ya veo de qué hablas. ¿Y por qué no va Brian?
Jared: _Tiene otro trabajo importante que hacer. Y tus hermanas, como sabes, ayer salieron de viaje con su...
Yeraldin: _Empresa de modelaje. Sí, ya lo sé, no hace falta que lo repitas, papá. Está bien. ¿Y quién me acompañará? ¿O debo ir sola?
Jared: _No, claro que no irás sola. Le pedí a Johan que te acompañara, solo que él no bajará del auto.
Yeraldin: _Está bien, iré, pero primero debo cambiarme.
Jared: _Está bien, hija. Te pasaré el número de Johan, así le escribes cuando ya estés lista.
Yeraldin: _Está bien, papá.
Mi padre indirectamente está colaborando para acercarme más a su amigo, y me causa un poco de risa. La verdad, agarré mi bolso y salí rápidamente a una tienda cerca de aquí. Me compré algo sensual, pero que no se me vea como una ramera; con el cabello suelto y el maquillaje natural. Finalmente, llamé a Johan y le dije que pasara por mí.
Llamé a Johan varias veces y no hubo respuesta. Aún seguía parada afuera de la boutique, tratando de contactarlo. Finalmente, decidí mandarle un mensaje, que respondió minutos después. Solo me quedó esperar a que llegara, hablando con Aiden por llamada, ya que me había contactado para acordar nuestra salida a cenar.
Narra Johan
Después de vender el apartamento y deshacerme de todo lo que había en su interior, volví a mi vida normal, trabajando y divirtiéndome con quien yo quiera sin preocuparme por nada, ya que solo veo a distintas chicas por día (para que no se hagan ideas equivocadas).
De Yeraldin no he vuelto a saber nada, pero esa pelinegra me tiene como un maldito loco; ni siquiera en mis sueños me deja en paz y me siento muy culpable con Jared, pero es algo que no puedo controlar en mi cabeza, aunque sí puedo evitarlo en persona. Es su hija y es prohibido; si él llegara a enterarse de los malditos sueños que tengo con su princesa, no estaría hoy aquí siguiendo con mi vida.
Pasaron tres semanas desde la última vez que la vi o vi a su familia, pero hoy estaba en la empresa en una reunión, ya que estaban planeando un nuevo modelo de auto deportivo.
Jared: Estoy seguro de que este será el mejor que haremos hasta ahora.
Brian: Claro que así será; este modelo será una maldita máquina. Estoy emocionado por empezar con este proyecto.
Johan: Sí, al verlo estoy seguro de que así será. Entonces, ¿qué esperamos para hablar de algunos detalles hasta tener los planos principales listos?
Jared: Aún debemos esperar a Yeraldin; seguramente no tarda en llegar. Quiero que ella también participe en esto, se interese más por este trabajo y podamos ayudarla de alguna manera a decidir qué hará.
Brian: Estoy seguro de que la enana se emocionará con esto, incluso más que yo.
Johan: Entonces, ¿es verdad que ella está trabajando aquí con ustedes? ¿Y si abrirá el antro?
Jared: Sí, está trabajando aquí ayudando en lo que más puede.
Brian: Sobre el antro, también; la verdad creo que en uno o dos meses ya lo inaugurarán. No tenía que hacer mucho en el lugar.
Johan: Ya veo. Dime, ¿tú estás de acuerdo, Jared? Porque tu cara dice que es algo que te encabrona.
Jared: Obviamente no estoy de acuerdo, y más por lo que hará en la parte trasera de su negocio, pero no me queda otra que apoyarla en lo que hace, ya que no le importó nada lo que le dije y siguió con sus planes.
Brian: Es una mujer muy terca; cuando se le mete una idea en la cabeza, no hay quien la haga cambiar de opinión. Solo queda apoyar su decisión.
Johan: Pero le irá muy bien si hace las cosas bien; es un buen lugar en el que hará su negocio.
Seguimos hablando de algunas cosas más hasta que se abrió la puerta y entró ella con una sonrisa. Al verme, se sorprendió un poco, pero siguió con su hermosa sonrisa y se acercó a nosotros con los cafés sin duda cada ves que la veo está mejor. Niego rápidamente para que esos pensamientos salieran de mi cabeza.
Yeraldin: Buenas tardes, espero que no hayan esperado mucho tiempo.
Jared: No te preocupes, princesa; llegaste a tiempo.
Brian: Aunque tardaste más de lo normal.
Yeraldin: Sí, es que pasé por mi estudio antes y de ahí vine.
Ella comenzó a repartir el café a cada uno, y al darme el mío, nuestras manos rozaron y un maldito escalofrío recorrió mi cuerpo. Sabía que lo había hecho a propósito; no despegaba mi mirada de la suya. Sabía que algo estaba tramando esta mujercita.
Ya que el resto de la reunión se la pasó haciendo cosas que hacían que no pudiera despegar mi mirada de ella y no poder concentrarme del todo en la reunión; me era difícil tratar de parecer normal mientras Jared y Brian estaban ahí. Ella estaba jugando conmigo y eso le divertía.
Hasta que finalmente terminó la reunión y ella se levantó para irse, pero no sin antes poner su mano en mi hombro y despedirse de mí, y se fue meneando su cadera. Me era difícil no mirar su trasero con ellos ahí presentes.
Jared: Al parecer le gustó la idea de participar en esto.
Johan: Al parecer así fue.
Brian: Bueno, papá, yo ya me voy a hacer lo que hablamos.
Brian salió de la sala de juntas y nos quedamos a solas, pero yo no podía dejar de pensar en esa chiquilla y su pequeño jueguito; realmente me sorprendió lo que hizo, hasta que me sacaron de mi pensamiento.
Jared: Johan, estoy hablando; ¿en qué piensas tanto?
Johan: En nada, solo tonterías. Dime, ¿qué me decías?
Jared: Te decía si puedes hacerme un favor. Bueno, si es que no estás ocupado esta tarde.
Johan: No tengo nada importante que hacer esta tarde; solo unos documentos que puedo hacer en la computadora. Dime, ¿qué necesitas?
Jared: ¿Podrías ir a acompañar a Yeraldin al lugar donde haré la subasta a supervisar?
Johan: ¿Acompañar a tu hija? ¿Pero no puedes hacerlo tú? Tú sabes que esta mierda no es mi estilo.
Jared: Lo sé. ¿Acaso crees que si pudiera hacerlo yo, enviaría a mi hija y te estaría pidiendo a ti que hagas esto?
Johan: Sí, lo sé, hermano, pero no lo sé.
Jared: No debes de bajar la guardia; solo acompaña la hasta el lugar. Confío en que tú la cuidarás. Es mi pequeña princesa; sé que irá con su gente de seguridad, pero me sentiré más tranquilo si vas tú también.
Johan: Está bien, hermano; lo haré. La llevaré hasta allí.
Jared: Gracias, te debo una, hermano.
En momentos como este es cuando pienso que soy una mierda por pensar o soñar en acostarme con su pequeña hija. Debo sacarme a esa pelinegra de mi cabeza; nada podría pasar entre ella y yo; es algo completamente prohibido.
Al salir de ahí, me despedí y me fui a mi empresa. Terminé de firmar unos documentos cuando mi nueva secretaria entró, y no voy a negar que la condenada no está nada mal, y llegó en el momento correcto; necesitaba liberar mi estrés. Estaba comiéndome a esa preciosura hasta hacerla llorar; ya estaba cerca de mi clímax cuando recibí una llamada.
Miré el celular y no lo tenía agendado; no contesté, seguí en lo mío, y llegaron como tres llamadas del mismo número, y lo puse en silencio, y terminé con esa preciosura muy satisfecho. Estaba limpiándome cuando la pantalla se encendió con un mensaje, y maldije al darme cuenta de quién había estado llamando, e ignoré su llamada inmediatamente; contesté sus mensajes.
📩Yeraldin: Hola Johan, soy Yeraldin. Mi padre dijo que me acompañarías a un encargo suyo, pero no puedo contactarme contigo. ¿Vas a poder hacerlo? ¿O estás ocupado?
📩Johan: Lo siento, Yeraldin; estaba ocupado. No te preocupes; ahora mismo paso por ti. Dime, ¿dónde estás?
Ella me pasó su dirección y ubicación, y me arreglé la ropa mire a mi secretaria le dije que se cambiara y se fuera y salí como alma que lleva el diablo hasta donde ella estaba; si Jared se entera que deje a su princesa esperando por un rato. Me dejara con una hoyo en medio de la frente.
Quiero saber que sucede con esta pareja🥺