Yandy encuentra a su esposo, después de más de veinte años casados en un encuentro amoroso con su secretaria.
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Reunión
En la entrada de la empresa, donde unas semanas atrás Maciel tenía el control, le esperaba el abogado que le ayudaría a recuperar parte de la empresa. Ella bajo elegantemente del auto, era difícil desviar la mirada a otro lugar, todos los de la empresa se llevaron una gran sorpresa, su nueva apariencia llamaba la atención, desde el personal de limpieza hasta el más grande ejecutivo, admiraban su belleza.
El de seguridad, un joven muy simpático la recibió como siempre. — Bienvenida señora, me alegra que haya vuelto— dijo algo nervioso.
—No vine a quedarme, pero haré lo posible para que todos aquellos que fueron buenos trabajadores no pierdan su empleo Nicolás.— declaró muy segura de lo que decía.
—Muchas gracias, señora, y perdoné mi atrevimiento, pero se ve muy hermosa.
—Gracias Nicolás, tarde mucho tiempo en verme quien realmente era.
Maciel en compañía de su abogado tomaron el ascensor, se dirigieron directamente a la sala de juntas, donde se daría una auditoria. La mayoría de los socios y los administrativos ya se encontraban ahí. Maciel abrió la puerta eh impuso su presencia, muchos se alegraron al verla entrar como muchos quisieron ignorar su presencia.
Minutos después entro Henry a lado de Mariana. Él clavó la mirada a su esposa, sus curvas resaltaban mucho en ese traje, su maquillaje perfecto despertaba sus hormonas masculinas, quería olvidarse de todo y quitarle ese vestido para hacerla suya. Una parte de él le hacía arrepentir lo que había perdido, pero otra parte solo quería destruirla por los años de humillación.
Henry se sentó en la cabecera de la reunión dejando a Maciel fuera del lugar que siempre ocupo. Ella solo le sonrió, el lugar era lo de menos.
—¡No entiendo que hace aquí!, tenía entendido que usted ya no es la dueña de la empresa— dice Ricardo, un socio y gran amigo de Henry a Maciel.
Ella sabía perfectamente quién era ese hombre, siempre estuvo en su contra.
—Tiene mucha razón Ricardo, ya no soy dueña de la empresa. Si estoy aquí, es como socia. El señor Dante me vendió su firma, aquí el abogado presente les puede mostrar los papeles.
—Aclarado el asunto podemos comenzar con la reunión— dice Henry sin quitarle la mirada a Maciel.
—Henry, estas últimas semanas hemos tenido una gran pérdida y todo a la estrategia que nos diste. Yo no estoy dispuesto a continuar dentro del proyecto— dice Rodríguez, el socio mayorista.
—No puedes abandonar el proyecto antes de concluir, en ese caso estarías rompiendo la cláusula de contrato— le responde Henry algo nervioso.
—La cláusula no es válida, si los ingresos no superan lo acordado en el primer trimestre.
—Estoy de acuerdo con Rodríguez— se manifiesta otro socio.
Henry al ver que todos se venían en su contra pide un salvavidas, y la única que le podía sacar de ese aprieto, era la mujer a quien decía no amar. Él la mira con mucha admiración, intentando encajar en ese rompecabezas que el mismo había roto, unas semanas atrás.
—Maciel, es una lástima que le hayas entregado tu empresa a tu esposo— comenta Rodríguez.
Maciel en ese momento no sabía si contar todo lo que realmente había pasado y quedar en ridículo frente a muchos hombres o actuar astutamente, invirtiendo los papeles.
—Ya que estamos todos los socios en esta sala, tienen derecho a saber la verdad— dice Maciel parándose frente a todos.
Henry se sintió algo asustado, las manos le empiezaban a sudar, ser delatado delante de todos, era una carga que no podría afrontar. Su nivel de conciencia le picaba el cuerpo.
—Henry y yo nos separamos hace un par de semanas. La empresa siempre fue de él, yo simplemente la manejaba, ahora que me separé de él, quiero crear mi propia firma. En estos momentos no soy una socia mayorista, pero como todos ustedes saben, yo tengo mucha experiencia en esto. Mi propósito no es estar en contra de mi exesposo, yo le entregué todo lo que le pertenecía. Pero no voy a quedarme a ver como se cae todo lo que trabaje. Vengo a buscar la indemnización por las pérdidas y el incumplimiento de la cláusula. La misma que menciono Rodríguez— argumenta Maciel con mucha tranquilidad y serenidad.
Muchos de los socios estuvieron de acuerdo con el comentario de Maciel. Henry no supo como manejar su nuevo desafío, simplemente le tocó agachar la cabeza.
—Maciel, por todo lo que has trabajado, delante de todos los presentes me gustaría ponerte a la cabeza de la empresa nuevamente— dijo Henry, guardando su orgullo para luego desquitarse con el mundo, porque no era tan fácil tener el poder que siempre deseaba.
—Salir a flote no será sencillo Maciel, pero en estos momentos todos estamos al borde de la quiebra, necesitamos de tu ayuda— relata preocupado Rodríguez.
Todos empiezan a manifestarse, para que Maciel tome el control.
Las circunstancias estaban a favor de ella, sabía perfectamente como resurgir de esos problemas, pero antes quería cerciórense que todo vuelva a su nombre.
—En una semana volveremos a tener esta reunión, entonces les diré que decisión he tomado, por ahora doy terminada esta reunión— dice levantase de su lugar para retirarse.
Henry se apresuró para ir tras de ella. —¡Maciel!, podemos hablar por favor— gritó antes de que ella subiera al ascensor.
—De acuerdo— respondió.
Ambos se dirigieron a la oficina, para tener una conversación más privada. Mariana les siguió al verlos pasar por el pasillo.
—¡Otra vez haciéndome quedar mal!— levantó la voz tirando la puerta para cerrarla— ¿Te gusta hacerte la víctima? — continuó.
—Soy una víctima Henry, me robaste. ¿Se te olvido?— contestó clavando la mirada fría en los ojos de su esposo.
—¿Dejarás que la empresa de tu familia se quiebre?
—Ya no tengo familia. ¡No sé de qué familia hablas!
—Maciel, no dejes que todos vengan contra mí por favor.
—Querías ser el dueño de todo esto, ¿verdad?. Ahora que lo conseguiste. ¿No estás feliz?
—¿Qué tengo que hacer para que vuelva hacer todo como antes?
—Nada volverá a hacer como antes Henry. Si quieres evitarte todas las demandas en tu contra. Renuncia a todo.
—¿Que mierda estás diciendo?