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Luz O Oscuridad

Luz O Oscuridad

Status: Terminada
Genre:Completas / Amor prohibido / Vampiro / Melodrama
Popularitas:544
Nilai: 5
nombre de autor: J.WOLF

Un chico solitario, incrédulo de lo fantástico, ve su vida tranquila y aislada tras tocada por un encuentro inesperado con lo desconocido.

Ese momento cambiará todo: su corazón, antes apagado, latirá con fuerza, y la soledad que lo envolvía comenzará a desvanecerse poco a poco.

Ahora deberá enfrentarse a una decisión que definirá su destino:

¿Elegirá la luz o se rendirá ante la oscuridad?

NovelToon tiene autorización de J.WOLF para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una noche tranquila

25/01/2016

Después de ese encuentro con Elizabeth en el salón, caminé hacia casa sumido en mis pensamientos. ¿Por qué no le pregunté por qué no vino la semana pasada por su dosis de sangre? Era extraño. Siempre era puntual con eso. ¿Había algo que no quería decirme?

A pesar de todo, me daba cuenta de que el vínculo de familiar ya no me resultaba tan desagradable como al principio. Antes, solo pensar en ello me generaba rechazo; ahora, aunque no lo admitiera en voz alta, me encontraba esforzándome por entenderla, incluso por conocerla mejor. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué empezaba a importarme?

No quería analizarlo demasiado, así que apresuré el paso, como si la velocidad pudiera despejar mi mente. Pero el pensamiento seguía ahí, acechante, como una sombra.

Cuando llegué a casa, intenté distraerme con la rutina: un baño, la cena, las tareas. Sin embargo, al recostarme en el sofá, todo volvió. Mirando el techo, reflexioné en silencio. ¿Acaso estaba bajando la guardia? ¿O tal vez había algo en Elizabeth que no podía entender todavía, pero que me estaba atrapando lentamente?

(sala de losert)

Losert: (pensando)

"Increíble lo que está pasando dentro de mí... Jamás lo habría imaginado. Siempre creí que solo con Max sería capaz de entablar una verdadera amistad. Pero ahora lo entiendo: fui yo quien construyó ese muro que me separa de los demás.

Cuando conocí a Elizabeth... si lo pienso bien, no fue en el salón. No, fue aquella noche, en el callejón. Ese instante cambió algo en mí. Al enfrentarme a ella, derribé esa pared sin darme cuenta. Y desde entonces, ella ha estado cambiándome.

(Agité la cabeza, tratando de sacudir esos pensamientos).

- ¿Qué tonterías estoy pensando? Mejor encenderé la televisión."

Después de esa pequeña reflexión, encendí el televisor con la intención de despejar mi mente. Las imágenes y sonidos llenaron la habitación, pero no presté atención a nada. Mis pensamientos seguían divagando entre lo que sentía y lo que quería evitar sentir.

Sin darme cuenta, el sueño me venció, y me quedé dormido en el sofá, con el murmullo del televisor de fondo.

A la mañana siguiente, desperté con el cuello rígido y la sensación de haber soñado algo que ya no podía recordar.

26/01/2019

Losert: (adolorido)

- Haaa... Parece que me quedé dormido en el sofá...

(Miré la hora).- Rayos, las 12:00 p.m. Me quedé dormido.

Me cambié de ropa y salí a comprar algunos ingredientes para preparar la comida. Tenía pensado hacerle mi mejor platillo a Elizabeth, aunque sin darme cuenta, mis pensamientos estaban completamente centrados en ella.

Esto me hizo cuestionar si, de alguna manera, había caído en su mirada seductora. ¿Me había influenciado tanto como para pensar en ella constantemente?

Esa idea me acompañó durante todo el trayecto de regreso a casa. No sabía a qué hora llegaría, pero supuse que lo haría en la noche. Así que me puse a preparar mi pasta a la italiana y albóndigas, con la esperanza de sorprenderla.

Cuando marcaron las 7:00 p.m., el timbre sonó. Fui a abrir con la expectativa de verla, pero para mi sorpresa, no había nadie.

Losert (desconcertado): Eso fue raro... ¿Oí bien el timbre?

Elizabeth (tapándome los ojos por detrás): Oíste perfectamente.

Losert (sobresaltado, frunciendo el ceño): ¡Vaya, qué fría estás! (me giro rápidamente y la miro) ¿Cómo... cómo entraste?

Elizabeth (sonriendo divertida): Siempre es tan fácil asustarte. Y pensar que con tus nuevos reflejos, eso debería ser lo último que me pase.

Losert (un poco confundido, frotándose la cabeza): Pero... cuando abrí la puerta, no vi a nadie. ¿Qué hiciste, desaparecer?

Elizabeth (sonríe con picardía): Tal vez, tal vez no... (me guiña un ojo) Es un secreto, hasta que lo descubras.

Losert (desvía el tema, soltando una risa nerviosa): Bueno, basta de misterios. ¿Te quedas a comer?

Elizabeth (jugando con la idea, olfateando el aire): ¿A comer? Claro... (sonríe) Y ahora que lo mencionas, tengo hambre. Y... (olfatea más fuerte) Huele increíble, ¿qué cocinaste?

Losert (aliviado por la distracción, mientras caminamos hacia el comedor): Pasta y albóndigas a la italiana. Nada complicado, pero pensaba que te gustaría.

Elizabeth (aún sonriendo): Suena... perfecto.

Ella se sentó con una sonrisa, como si estuviera acostumbrada a estar en mi espacio, como si todo fuera completamente natural. Cuando terminé de servir, me senté enfrente de ella, sin dejar de notar cómo sus ojos recorrían el plato como si ya supiera lo que estaba por decir.

Losert:- Bien, a comer.

Elizabeth:- Muchas gracias.

Losert (intrigado, sin poder evitar la curiosidad):- Y... ¿te gusta vivir sola?

Elizabeth (come y desvía la mirada, como si la pregunta la tomara por sorpresa):- Disfruto de estar sola, pero no me acostumbro del todo a estar entre sombras... (me mira) ¿Y tú?

Losert (pensativo, reflexionando un poco):- Supongo que ya me he acostumbrado. Aunque antes mis papás vivían aquí... siempre estuve solo. Sus trabajos los consumían, y Max nunca pudo venir a mi casa.

Elizabeth (me observa con una mirada triste, casi como si lo sintiera):- Eres más solitario que yo...

Losert (mira su plato, la emoción de la conversación lo hace sentirse vulnerable):- Supongo que sí...

Elizabeth (con curiosidad, rompiendo el silencio):- Aún no sé nada de tu pasado. Yo te conté el mío.

Losert (la mira, pensativo, como si evaluara sus palabras):- Tienes razón... (suspira) Te contaré mi pasado.

Comimos en silencio, pero mientras lo hacíamos, no dejaba de hablar. Le conté sobre lo que sufrí, sobre la soledad que siempre me acompañó. Le hablé de mis padres, de cómo sus trabajos me dejaban solo la mayor parte del tiempo, y cómo, a pesar de todo, nunca pude contar con Max en la misma forma.

Cuando mencioné el momento en que conocí a Max, su mirada se suavizó. Ella escuchaba atentamente, como si cada palabra que decía fuera un susurro del pasado que necesitaba compartir. Y cuanto más hablaba, más me animaba a contarle todo. Algo en su presencia me hizo sentir que ya no debía ocultar nada.

Al terminar de comer, sus ojos reflejaban comprensión. No solo entendió mi historia, sino también la razón por la que me había convertido en una criatura tan solitaria. El silencio entre nosotros no era incómodo, sino lleno de una comprensión mutua que, aunque nunca lo había buscado, parecía surgir de manera natural.

Elizabeth:- Ahora entiendo todo... (su voz se suaviza) Por qué tu desinterés al verme por primera vez, y tu rechazo a querer ser mi familiar... (su mirada se suaviza, hay algo triste en sus ojos) Y el hecho de que Max se fuera... Te sentiste completamente abandonado, ¿verdad?

Losert: (con una leve tristeza, casi avergonzado)- Lo sé... suena patético... pero en ese entonces, él era mi único apoyo. (baja la mirada, luchando contra la vulnerabilidad) Y sin darme cuenta, me aferré tanto a él que terminé dependiendo de él más de lo que imaginaba.

Elizabeth: (se levanta de la mesa con una gracia inesperada, como si estuviera dispuesta a cambiar la atmósfera, y se coloca detrás de mí)- No temas más, Losert... (su abrazo es cálido y reconfortante, como un refugio) Yo te enseñaré a no depender de nadie más. (susurra cerca de mi oído, como si estuviera compartiendo algo profundo) La fuerza que tienes... esa que ni tú mismo entiendes bien... puedes usarla para cambiar. Solo necesitas dar el segundo paso... dejar el pasado atrás.

(Con una mirada desesperada, casi temerosa de lo que él podría responder, ella continúa.)- ¿Crees que podría tomar un poco, ahora que estoy aquí.

Losert: (la miro de reojo, algo confundido pero preocupado por ella)

- Claro... (la suavidad en su voz refleja la preocupación, no solo por su bienestar, sino por lo que implica todo esto) Estaba preocupado, ya que no habías bebido desde la semana pasada...

Elizabeth: (se acerca y muerde suavemente mi cuello, pero sus acciones son más de necesidad que de deseo)

- Te lo explicaré después...

Losert: (pensando, sintiendo la conexión de una manera diferente)

- Esta sensación... ya no es de dolor. Es como... alivio, una liberación que no sabía que necesitaba. Por alguna razón, no quiero que desaparezca. No quiero que se aleje de mí.

Elizabeth: (termina de beber, se separa lentamente y me mira con una mezcla de gratitud y algo más en sus ojos)

- Muchas gracias, Losert... Si no bebía, mañana habría caído hecha cenizas. El sol... no me hubiera perdonado.

Losert: (me levanto, la miro fijamente, sintiendo un vacío en su pecho que no sabe cómo llenar)- ¿Por qué no bebiste la semana pasada?

Elizabeth: (respira hondo, como si se estuviera preparando para una confesión)- Bueno... (baja la mirada un momento, como si tuviera miedo de lo que dirá) Porque en esa ocasión, bebí dos veces de tu sangre. Eso me bastaba para mantenerme. Es algo que tengo que hacer... pero no siempre es fácil.

Losert: (con una sensación de alivio, pero también de incertidumbre, se acomoda en el sofá)- Así que fue eso... (se siente un poco más tranquilo, aunque la confusión no desaparece por completo)

Elizabeth: (se sienta en la alfombra frente a mí, su mirada ahora más tranquila, pero con un toque de pena)- Perdón si te preocupé... no era mi intención.

Losert: (mirándola suavemente, tratando de calmar sus propios sentimientos)- No pasa nada... (su voz es sincera, pero hay algo más profundo detrás de sus palabras, algo que no puede entender aún)

Elizabeth: (se siente un poco avergonzada, pero también aliviada al ver que no hay reproches)- Oye... Losert... (su tono es más suave, casi como una súplica)

Losert: (la mira, notando la vulnerabilidad en su voz)- ¿Qué pasa?

Elizabeth: (duda por un momento, pero finalmente habla, como si estuviera buscando un refugio, algo que no se atreve a pedir)- ¿Crees que... podría quedarme aquí esta noche?

Losert: (la mira pensativo, el silencio entre ellos llena de pensamientos y emociones no expresadas, luego responde sin pensarlo mucho)- Claro, ¿por qué no? (su tono es suave, pero hay un fondo de duda, algo que no sabe cómo manejar)

Elizabeth: (visiblemente sorprendida, sus ojos brillan por la suavidad en su respuesta)- ¿En serio? ¿Así de fácil? (se ríe ligeramente, como si no pudiera creer lo que está escuchando) Ni siquiera te incomoda un poco.

Losert: (la observa con seriedad, pero también con una leve sonrisa en sus labios)- No es como si fuéramos a dormir en la misma habitación... (la mirada se suaviza) Puedes quedarte en la habitación de mis padres.

Elizabeth: (con una pequeña sonrisa triste, pero con algo de alivio)- Tienes razón...

Losert: (mira el reloj, como si se diera cuenta de cuánto tiempo ha pasado, el peso de la conversación aún lo envuelve)- Las 9:00 de la noche... el tiempo vuela cuando realmente estás hablando con alguien.

Elizabeth: (sonríe levemente, con un brillo de comprensión en sus ojos)- Tienes razón...

Pasamos un rato más en la sala charlando, el silencio entre nosotros se había suavizado, ya no era incómodo. Cada palabra parecía abrir una puerta a algo más, algo que no podíamos comprender completamente, pero que nos unía de una manera que no esperábamos. A medida que las horas pasaban, el tiempo parecía volverse irrelevante. Cuando dieron las 10, Elizabeth y yo nos levantamos para ir a dormir.

Mientras me acomodaba en la cama, pensé en ella, en lo extraña que era, en lo difícil de descifrarla, pero al mismo tiempo, en lo fascinante que resultaba. Elizabeth es ruda, pero a la vez es tierna. Ese contraste en su personalidad era lo que la hacía especial, lo que me mantenía pensando en ella, lo que me hacía querer conocerla más, aunque sin darme cuenta. Sus ojos, su sonrisa, sus gestos... todo en ella tenía algo que me atraía, y era más complejo de lo que podía entender.

A medida que los pensamientos se desvanecían, la oscuridad de la noche me envolvía. Finalmente, después de un rato, el sueño me alcanzó, y me quedé profundamente dormido, con la sensación de que algo importante había comenzado esa noche.

continuará...

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Leticia Contreras
Excelente me encanta esta novela
Leticia Contreras
Es muy interesante /Heart/
Koichi Zenigata
¡Estoy tan ansiosa por saber lo que sucederá a continuación, por favor actualiza pronto! 😱
Mochi
¡Asombroso, sigue así!
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