⚠️ADVERTENCIA 🔞: Contenido +16 y +18
Abril vuelve a casa después de tres años, obligada por la enfermedad de su madre.
Lo último que esperaba era reencontrarse con Elías, su padrastro, el hombre con quien compartió un amor prohibido que marcó su vida para siempre.
Mientras intentan convivir bajo el mismo techo sin caer de nuevo, viejos sentimientos comienzan a despertar, las miradas se hacen mas largas, mientras las distancias se acortan y los límites desaparecen.
Esta es una historia de pasión, culpa y decisiones difíciles....
Porque hay amores que no deberían existir… pero existen...
NovelToon tiene autorización de melodyas para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Las Cosas Que Se Quedan
-Capítulo 8-
Mamá despertó tranquila, los médicos decidieron mantenerla en observación un par de días, solo por precaución, decían que no había riesgo grave, pero que el cuerpo habla cuando uno se callaba demasiado.
La acompañé esa mañana en el hospital, afuera, el cielo tenía ese gris que presagia lluvia, y adentro, el olor a medicamentos y sábanas limpias me daba una extraña sensación de paz.
—No tienes que quedarte si estás cansada —me dijo mamá con una sonrisa débil.
—Quiero estar aquí —dije, con una suave sonrisa.
—Te ves distinta —comentó después de unos minutos en silencio— No sé cómo explicarlo… más fuerte, pero también más frágil.
Sonreí, pero con tristeza.
—Tal vez es que antes no me conocías tanto —susurré.
Ella giró la cabeza y me miró largo rato, sus ojos estaban más hundidos, pero aún brillaban con esa mezcla de ternura y melancolía que siempre había tenido.
—Recuerdo cuando te presente a Elías —dijo de pronto— Tú tenías diecisiete estaba en esa etapa en donde no eras ni una niña ni una adulta.
—No lo recuerdo tan claro como tú —aclaro.
—Lo miraste como si fuera un forastero que hubiera invadido tu mundo, siempre fuiste muy cerrada, Pero él tenía esa forma de quedarse callado, de no presionarte… Y eso fue lo que lo hizo entrar.
No supe qué decir, el recuerdo de esos días volvió como una corriente de aire frío.
Yo era rebelde, desafiante, un volcán contenido, mamá había pasado años sola, hasta que apareció ese hombre de manos firmes y mirada seria, no era el tipo de persona que uno asocia con el cariño… pero conmigo fue distinto, conmigo, él fue… paciente, y eso, para una chica como yo, lo fue todo.
......................
Esa noche, mientras Elías dormía en el sillón —dijo que no quería dejar sola a mamá en el hospital— yo me encerré en mi habitación y marqué un número que conocía de memoria.
—¿Abril?
La voz al otro lado sonaba como una mezcla de confort y confianza, como si pudiera regañarte y darte abrigo en la misma frase.
—Hola, Yaz.
Yazmin, mi compañera de apartamento, más hermana que amiga, en ciertas ocasiones más madre que amiga. Cabello rizado hasta los hombros, un tono de piel palido pero tostado, junto a unos ojos celestes, que protagonizan su mirada penetrante, y manos que siempre estaban listas para ayudar o para romper lo que me hiciera daño.
—¿Dónde carajos te habías metido? Te mandé muchos mensajes y no me contestaste, Me tenías con el corazón en la boca Abril.
—Lo siento —murmuré— Han sido días raros.
Su tono cambió, más suave, pero no menos firme.
—¿Qué pasó?
—Mamá estuvo mal, está en el hospital ahora, pero va mejor Y… —Tragué saliva, me ardían los ojos— Estoy hecha un lío,Yaz, No sé qué hacer, no sé qué pensar.
—¿Es por él?
Asentí, aunque ella no podía verme.
—Elías y yo… volvimos a caer, como si nunca hubiéramos salido de ahí. Todo está tan jodido, me siento vacía, enojada, triste, culpable… Todo al mismo tiempo.
Un silencio al otro lado, esperaba atentamente una respuesta después de confesar todos mis males, con su voz bajita.
—¿Me vas a decir que no sientes nada? ¿Que no lo amas?
—Eso es lo peor Yaz, que lo amo tanto que a veces me cuesta respirar.
Y rompí a llorar.
Lloré como cuando era niña, como si sólo al decirlo en voz alta pudiera empezar a entenderlo.
—Escúchame bien —dijo ella con ese tono que me atravesaba la piel— No estás sola, Yo estoy contigo, Y si hace falta, agarro mis cosas y me voy al puto pueblo a sacarte de ahí con mis propias manos.
—No haría mal tenerte cerca —reí entre lágrimas.
—Entonces considéralo hecho, dame una semana, dos como mucho, pero te juro que no te dejo pasar esto sola.
Colgué con el corazón un poco menos apretado.
Y mientras abrazaba la almohada con el teléfono aún en la mano, supe que estaba empezando a cambiar otra vez, que, quizá, no podía seguir ocultándome de todo, Porque hay verdades que revientan… aunque uno intente taparlas con silencios.
Y la mía, ya empezaba a buscar su salida, ardiendo en mi.
Ese Elías es el esposo de la mamá???
¿Como están?
Espero que bien. 💕
Me gustaría saber que opinan sobre Gael y Joan ¿les agradan?