una misteriosa casa donde constantemente desaparecen las personas que entran en su interior.
Sara es una joven introvertida. a la que constantemente molestan sus compañeros de clases. un día, cuando camina sola de regreso a casa. se encuentra con un grupo de chicos que la llevan hasta la misteriosa casa del bosque donde como una broma. la hacen entrar para ver si es capaz de volver a salir.
ella y otro dos chicos se aventuran dentro de la casa. para descubrir que paso en realidad con todas esas personas que desaparecieron allí.
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Capitulo 10: videojuegos
increíble - los chicos miraban asombrados el increíble lugar al que habían llegado.
un salon de videojuegos que parecía tener todo lo que un chico deseara para su comodidad y diversión, desde máquinas de juegos, hasta puestos de comida y donde se veia de todo un poco. Una tienda de regalos donde vendían juguetes ropa y algunas otras cosas como recuerdo.
- esto es el paraíso - grito Leo antes de correr hacia la primera máquina que vió, era una máquina donde debías colocar monedas para poder jugar. Para suerte del chico, las monedas estaban justo al lado. Dentro de un tubo de vidrio - genial - dijo el chico mientras sacaba varias para comenzar a jugar.
Los otros también lo miraron y fueron cada uno a una maquinita para comenzar a divertirse.
Antes de empezar su juego. Sara miró en la cubierta del juego. “salon de la diversión sin fin" se leía a un costado. Sara con una sensación extraña miró el lugar un momento. El nombre estaba en todos los rincones. incluida la tienda de regalos y los recuerdos que allí habían.
- Que raro - se dijo antes de escuchar como la máquina tomaba vida sin siquiera haberle puesto las monedas que pedía.
- bienvenida al reino de Lois - dijo una voz y un precioso reino se dibujo en la pantalla - llegó la hora de divertirse - ignorando su inquietud - la chica comenzó a jugar y pronto se olvidó de todo y solo quiso seguir allí, jugando una y otra vez, sin apartar la mirada de su juego.
Solo levantándose de vez en cuando para buscar más fichas y comida.
Cuando se cansaban de un juego, cambiaban al siguiente y así todos estaban contentos. Hasta el momento en el que tanto Sara como María quisieron jugar al mismo juego.
- este me gusta - grito Sara al ver un juego de carreras. María también se había fijado en el mismo juego y pronto estuvieron enfrentadas. Cada una sobre una plataforma, que simulaba una pista y con lentes de realidad virtual
Los chicos, que no se habían separado de sus juegos en ningún momento. Miraron con curiosidad a las chicas, cuando estás comenzaron a correr sobre las plataformas.
Tratando de llegar a una meta imaginaria.
Corrieron por largo tiempo sin llegar a ningún lado. Tratando de adelantar a la otra y pronto se perdieron en el juego, pensando que era real.
- no me vas a ganar, niña tonta- grito María mientras trataba de mantener el ritmo constante.
- mírate ya no puedes más - decía Sara sin aflojar su ritmo - está claro que perderás.
Ninguna se rindió y continuaron por largo rato, de ganarle a la otra. Los chicos al no poder ver lo que ellas veían, se cansaron de mirar y volvieron a sus asientos para seguir jugando.
- Rinde te - grito María cuando las fuerzas la abandonaron, pero como se negaba a perder, solo se abalanzó sobre Sara y ambas comenzaron a pelear.
- suéltame tramposo - gritaba Sara mientras tiraba de María por los cabellos - eres una... Mala perdedora.
- No. Tú eres una tonta - María también tiroteo los cabellos de Sara. Estaba claro que ambas querían golpearse desde hace mucho y esa fue la mejor excusa que encontraron - dijo Mateo que había vuelto a abandonar su juego para verlas pelear.
Leo que también se había levantado. asintió. Tomo su vaso de refresco y lo vertió por completo sobre las dos chicas, que se apartaron rápidamente la una de la otra, debido al frío que la recorrió cuando la bebida helada hizo contacto con su piel.
- ¿pero qué? - Sara se quitó los lentes y miro a leo que sonreía con malicia - te volviste loco
- supongo que si - acepto, el chico mientras tomaba otra bebida de una gran mesa, dónde había muchos dulces deliciosos.
María no comento nada, estaba avergonzada de su comportamiento. Solo se limitó a caminar hacia la tienda de regalos, donde encontró un conjunto deportivo con el logo del lugar, para cambiarse.
Sara tampoco dijo nada más, también se cambió y todos volvieron a sentarse para seguir jugando.
Ambas chicas no volvieron a dirigirse la palabra, ni a intentar competir entre ellas, solo se dedicaron a jugar por largo rato.
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En la habitación 505 tres mujeres miraban una pequeña pantalla, con aburrimiento en sus rostros.
- debemos hacer que salgan de allí rapido, verlos jugar no es divertido - comento Audry
- si tienes razón. ¿Pero como lo hacemos? - milena pensó unos segundos, pero ninguna idea creativa llego a su cabeza. Al final ambas miraron a su hermana, que continuaba en silencio.
- ¿qué opinas tu Katy? - preguntaron ambas a la vez.
- que por ahora se queden allí - dijo sin mucho ánimo - a fin de cuentas ellos no son nada divertidos.
Señalo otra pantalla - ellos, en cambio - la imagen de Emma y Nathan apareció en la pequeña pantalla. Ambos corrían por el empinado borde de una montaña nevada.
- si tienes razón Emma y Nathan son grandes actores - las chicas sonrieron, a la vez que volteaban a mirar una tercera pantalla donde una par de chicos más, se preparaban para comenzar una búsqueda de objetos.
- ¿qué hay de ellos? - milena miró a los chicos y sintió pena por ellos. Hacia más de 10 años qué habían entrado a la casa y aún no llegaban ni a la mitad del recorrido - ¿los ayudamos?
- por supuesto que no - Kate miro lo que hacían y solo apago la pantalla - ellos se irán cuando lleguen a la última puerta.
- pero...
- nada de peros, son las reglas - Katy las miro a ambas con superioridad y estas aceptaron sus palabras sin queja.
- con respecto a los jugadores, llama a Sara. Ella es fácil de manipular
-ok - audry se acerco a la primera pantalla y con voz dulce comenzo a llamar a la chica.
- sara, no dejes de buscarme
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-¿Emma? - Sara detuvo sus manos en cuanto escucho la voz de su hermana. Se levantó rápidamente y comenzó a caminar por el lugar buscando a su hermana con desesperación - la puerta ¿dónde está la puerta de salida?
Busco por todos lados, pero no encontró nada. Solo pudo regresar junto a los otros - tenemos que irnos -Grito un tanto desesperada.
Los demás la ignoraron.
- vamos por favor, mi hermana me necesita - grito con lágrimas en los ojos.
- ¿hermana? - María levantó la mirada curiosa por las palabras de Sara.
- si mi hermana, está en esta casa - dijo con convicción.
- eso es imposible - María aún incrédula se levantó de su asiento para ponerse frente a ella - tu hermana escapó con mi hermano hace más de diez años. ¿cómo podría estar aquí?
- no lo sé. Solo sé que me está llamando
María decidió que continuaría ignorándola, se dispuso a volver a su juego, pero antes de que pudiera siquiera tocar la silla lo escucho.
- ella dice la verdad, ambos estan aquí, tu hermano Nathan también ha estado atrapado en esta casa durante los últimos diez años.
- mi hermano - lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas - ¿dónde?... ¿Dónde está? - grito golpeando la máquina de juego. Todos se sobresaltaron.
- ¿pero qué...? - Mateo se levantó para restablecer el orden, pero sus ojos se toparon con la siguiente puerta. Distrayendo lo de su cometido. - la puerta, está abierta.
Todos miraron hacia donde señalaba el chico y tal como había dicho, la puerta estaba abierta.
Sin pensarlo mucho, María los arrastró a todos hacia la puerta, estaba dispuesta a encontrar a su hermano, ahora que sabía que estaba vivo, sin importar nada.