¿Te Acuerdas?

Finalmente, el día llegó. Enzo compró un billete de avión a Londres y se preparó para reunirse con Irem. Estaba emocionado de verla, de abrazarla y de amarla en persona.

Cuando llegó al aeropuerto de Londres, Irem lo estaba esperando. Se vieron y se abrazaron, besándose apasionadamente en medio del aeropuerto. La gente a su alrededor se detuvo a mirar, sonriendo ante la escena romántica.

Enzo tomó la mano de Irem y la llevó a su coche. Durante el trayecto a casa de los padres de Enzo , no pararon de hablar y reír. Estaban emocionados de estar juntos de nuevo.

Enzo e Irem fueron a la casa de los padres de Enzo en Londres. La casa era acogedora y cálida, y Irem se sintió como en casa.

Los padres de Enzo los recibieron con una sonrisa y un abrazo. "¡Bienvenidos! ¡Es un placer tenerlos aquí de nuevo", dijo la madre de Enzo.

Enzo y Irem pasaron el día con los padres de Enzo, charlando y riendo juntos. La atmósfera era relajada y agradable, y se sintieron felices de estar juntos.

Después de la cena, Enzo y Irem se sentaron en el salón, disfrutando de la compañía de los padres de Enzo. La noche era cálida y tranquila, y se sintieron a gusto.

"Me alegra que estén aquí", dijo la madre de Enzo. "Es un placer tenerlos a ambos en casa".

"Gracias, mamá", respondió Enzo. "Nos alegra estar aquí".

Irem sonrió y se acurrucó en el sofá junto a Enzo. Se sintió a gusto en la casa de los padres de Enzo, y se alegró de pasar tiempo con ellos.

Después de pasar el día con los padres de Enzo, Irem decidió regresar a su casa. Enzo la acompañó y se despidió de ella en la puerta.

"Te amo", dijo Enzo, besándola en la mejilla.

"Te amo", respondió Irem, sonriendo.

Irem entró en su casa y se encontró con sus padres, Emilio y Olivia, que estaban sentados en el salón. Sin embargo, notó que su expresión no era tan cálida como de costumbre.

"Hola, hija", dijo Olivia, con una voz un poco tensa. "¿Cómo estuvo tu día con Enzo?"

Irem se sintió un poco incómoda. "Estuvo bien", respondió. "Pero sé que todavía están molestos con él".

Emilio frunció el ceño. "Tienes razón, Irem. No podemos olvidar lo que te hizo. Te lastimó mucho".

Irem suspiró. "Lo sé, papá. Pero Enzo ha cambiado. Me ama de verdad y está dispuesto a hacer cualquier cosa para compensar lo que me hizo".

Olivia se levantó y se acercó a Irem. "Queremos que seas feliz, hija. Pero también queremos que estés segura. ¿Estás segura de que puedes confiar en él?"

Irem asintió. "Sí, mamá. Estoy segura. Enzo me ama y yo lo amo. Quiero darle una oportunidad".

Emilio y Olivia se miraron entre sí y luego volvieron a mirar a Irem. Podían ver la determinación en sus ojos y sabían que no podían evitar que ella siguiera adelante con su relación con Enzo.

"Está bien, hija", dijo Emilio finalmente. "Si estás segura de que Enzo es la persona correcta para ti, entonces nosotros te apoyaremos. Pero si te lastima de nuevo, no lo toleraremos".

Irem sonrió aliviada. "Gracias, papá. Gracias, mamá. Sé que Enzo no me lastimará de nuevo. Ha cambiado mucho".

Olivia asintió. "Esperamos que sea así, hija. Queremos que seas feliz".

Irem se acercó a sus padres y los abrazó. "Los amo", dijo. "Y sé que Enzo también los ama. Queremos que sean parte de nuestra vida juntos".

Emilio y Olivia se miraron entre sí y sonrieron. Tal vez, después de todo, Enzo no era tan malo como pensaban.

Al día siguiente, Enzo se presentó en la casa de Irem para llevarla a cenar. Emilio y Olivia estaban allí y, aunque todavía tenían algunas dudas, decidieron darle una oportunidad.

"Buenas noches", dijo Enzo, besando a Irem en la mejilla. "¿Cómo estuvo su día?"

Emilio y Olivia lo saludaron cortésmente, pero Enzo podía ver la tensión en sus ojos. Sabía que todavía tenían que ganarse su confianza.

Emilio y Olivia se miraron entre sí, aún con una expresión de duda.

Enzo se sentó en el salón con Irem y sus padres, y comenzaron a charlar sobre temas banales. Emilio y Olivia todavía estaban un poco tensos, pero Enzo se esforzó por ser amable y respetuoso.

Después de un rato, Irem sugirió que fueran a cenar a un restaurante cercano. Emilio y Olivia aceptaron, y Enzo se ofreció a llevarlos en su coche.

Durante la cena, la conversación fue más relajada. Enzo habló sobre sus planes para el futuro y cómo quería construir una vida con Irem. Emilio y Olivia escucharon atentamente, y comenzaron a ver a Enzo de una manera diferente.

"Enzo, ¿qué planes tienes para el futuro?", preguntó Emilio.

"Quiero seguir trabajando en mi carrera y establecerme en Londres", respondió Enzo. "Y, por supuesto, quiero pasar el resto de mi vida con Irem".

Olivia sonrió. "Eso es muy romántico", dijo.

Irem se rió. "Sí, Enzo es muy romántico", dijo.

Emilio miró a Enzo con una expresión más seria. "Enzo, sé que has cometido errores en el pasado, pero parece que has cambiado. ¿Puedes prometerme que siempre cuidarás a nuestra hija?"

Enzo asintió solemnemente. "Sí, señor. Puedo prometerle que siempre cuidaré a Irem y la amaré con todo mi corazón".

Emilio y Olivia se miraron entre sí, y luego volvieron a mirar a Enzo. Por primera vez, vieron a un hombre que realmente amaba a su hija y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ella.

Después de la cena, Emilio y Olivia se sintieron más tranquilos con respecto a Enzo. Podían ver que él realmente amaba a Irem y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ella.

Al día siguiente, Enzo se presentó en la casa de Irem con un regalo en la mano. Era un pequeño estuche de terciopelo negro.

"¿Qué es?", preguntó Irem, curiosa.

"Ábrela", dijo Enzo, sonriendo.

Irem abrió el estuche y encontró un hermoso anillo de compromiso. Se quedó sin aliento.

"Enzo, ¿qué significa esto?", preguntó.

"Significa que quiero pasar el resto de mi vida contigo", dijo Enzo, arrodillándose. "¿Quieres casarte conmigo, Irem?"

Irem se rió y lloró al mismo tiempo. "Sí, sí, sí", dijo.

Enzo se puso el anillo en su dedo y la besó. Emilio y Olivia, que estaban en la habitación contigua, escucharon el grito de alegría de Irem y se sonrieron entre sí.

más tarde....

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"Mamá, ¡Enzo me pidió matrimonio!", dijo Irem, emocionada.

Olivia se quedó en silencio por un momento antes de responder. "Irem, hija, creo que es demasiado pronto para tomar una decisión tan importante", dijo.

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Enzo y Irem estaban sentados en el sofá, hablando sobre su futuro juntos. Irem le había contado sobre la reacción de su madre y cómo quería esperar un poco más antes de tomar la decisión de casarse.

Enzo la miró con una sonrisa. "Irem, creo que ya hemos esperado suficiente", dijo. "Ha pasado mucho tiempo desde que nos conocimos y hemos superado el mal entendido juntos. Creo que es hora de empezar a planificar nuestro futuro".

Irem se rió. "¿Qué quieres decir?"

Enzo se inclinó hacia ella. "Quiero decir que es hora de empezar a preparar nuestra boda. Quiero que seas mi esposa y quiero que estemos juntos para siempre".

Irem se sintió emocionada, pero también un poco nerviosa. "Enzo, no sé si mi madre estará de acuerdo", dijo.

Enzo sonrió. "No te preocupes por tu madre, Irem. Ya hemos hablado sobre esto y sé que ella quiere lo mejor para ti. Pero creo que ya es hora de que tomemos esta decisión juntos. ¿Qué dices? ¿Estás lista para empezar a planificar nuestra boda?"

Irem se sintió abrumada por la emoción y asintió. "Sí, Enzo. Estoy lista".

Enzo se rió y la abrazó. "¡Genial! Empezaremos a hacer planes mañana mismo. Quiero que nuestra boda sea perfecta y quiero que estés feliz".

Irem se sintió emocionada y feliz, sabiendo que su futuro con Enzo estaba asegurado.

Irem sonrió al ver a su madre sonreír y abrazarla. "Gracias, mamá. Significa mucho para mí que estés apoyándome en esto".

Olivia se rió. "Por supuesto, hija. Quiero que seas feliz y si Enzo es el hombre que te hace feliz, entonces estoy contenta de apoyarlos".

Enzo se unió a la conversación, sonriendo. "Gracias, señora Olivia. Me hace muy feliz saber que está apoyando nuestra decisión".

Emilio, el padre de Irem, se levantó y se acercó a ellos. "Bueno, creo que es hora de empezar a planificar esta boda. ¿Qué fecha tienen en mente?"

Irem y Enzo se miraron entre sí y sonrieron. "Estábamos pensando en dentro de seis meses", dijo Enzo.

Olivia asintió. "Eso es un buen plazo. Podemos empezar a hacer planes para la boda y asegurarnos de que todo salga perfecto".

La familia comenzó a discutir los detalles de la boda, desde la fecha y el lugar hasta la lista de invitados y el menú. Irem se sintió emocionada y feliz de tener a su familia apoyándola en este momento tan especial.

De repente, Enzo se levantó y se dirigió a la puerta. "Voy a llamar a mis padres para contarles la noticia", dijo.

Irem sonrió. "Genial. Estoy segura de que estarán emocionados".

Enzo salió de la habitación y Irem se quedó con sus padres, planeando su boda y soñando con su futuro juntos.

¡Genial! Continuemos con la historia.

Enzo salió de la habitación y llamó a sus padres para contarles la noticia. Después de unos minutos, regresó con una sonrisa en el rostro. "Mi mamá y mi papá están emocionados", dijo. "Quieren venir a conocer a tus padres. ¿Les parece bien si vienen a visitarlos hoy?"

Irem se rió. "Claro que sí. Será divertido tenerlos aquí".

Olivia se levantó. "Voy a preparar algo de comida y bebida para que se sientan cómodos".

Emilio asintió. "Yo voy a ordenar que preparen el salón".

Unas horas más tarde, la puerta sonó y Enzo se levantó para abrir. Entraron sus padres, Esteban y Sofía, sonriendo y con flores en la mano.

"Hola, papá. Hola, mamá", dijo Enzo, abrazándolos.

Esteban y Sofía se acercaron a Emilio y Olivia, que estaban sentados en el salón. "Mucho gusto", dijo Esteban, estrechando la mano de Emilio.

"Mucho gusto", respondió Emilio, sonriendo.

Sofía se acercó a Olivia y la abrazó. "Es un placer conocerla, señora Olivia".

Olivia se rió. "El placer es mío, Sofía".

La familia se sentó en el salón y comenzó a charlar. Irem y Enzo se sentaron juntos, sonriendo y disfrutando del momento.

Esteban miró a Emilio y Olivia con curiosidad. "Es un placer conocerlos. Hemos oído mucho sobre ustedes de parte de Enzo y Irem".

Emilio sonrió. "Lo mismo podemos decir de ustedes. Irem nos ha hablado mucho sobre ustedes".

La conversación fluyó con naturalidad, y pronto todos se sintieron cómodos entre sí.

Después de un rato, Olivia se levantó para servir la comida y la bebida. La familia se sentó a la mesa y comenzó a disfrutar de la comida y la compañía.

La velada transcurrió con risas y conversaciones animadas. Irem se sintió feliz de ver a sus padres y a los padres de Enzo conectándose y haciéndose amigos.