NOVELA INCOMPLETA POR DISCREPANCIA....
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NADA SABEMOS DE LAS ALMAS
Astrid estaba lista para otro día de colegio, sin mayor preocupación que salir y entrar al auto que la conducía a ese colegio llamado Internacional. Sabía que estaría acompañada de la llorona de su prima, pero era algo que le parecía que no era nada importante en su vida, solo una pequeña molestia a soportar. Lo importante era llegar al colegio y tratar de aprender a socializar. Eso era lo principal en este periodo escolar, cuando su mentor en el orfanato le avisó de que habían encontrado a sus padres y le realizaron los estudios de sangre para saber si era compatible con el ADN de la pareja Templeton. Le dijo que tenía que ser paciente con ellos, que eran unas buenas personas, que no eran como ella.
Y que cuando se fuera del orfanato y pudiera asistir por primera vez a una escuela, tratara de socializar con otros chicos de su edad, hacer amigos, conversar, conocer más personas, porque ella solo conocía a personas mayores y ancianas. Una vez al pensar en eso, no veía ningún problema en eso. Todos los ancianos que había conocido eran muy buenas personas, eran tan gentiles y atentos con ella, y siempre había aprendido muchas cosas de todas las personas con las que convivió.
Pero esa abuela que le tocó tener era una vieja de muy mala leche, diferente a los demás ancianos que había visto. Quizás ella era así, porque cuando fue joven nadie la quiso.
Uysss, ¿y si por eso su mentor, el señor Travis, por eso quería que ella conviviera con gente de su edad, para que no se convirtiera en una anciana como su abuela?…
No, ella no quería ser así de mala y odiosa como su abuela, no, no señor, ella no sería así, sería como los viejitos amables que siempre la habían ayudado a ella.
Su primera meta este día sería observar cómo se comportan los demás para tratar de hacer amigos. Sí, eso es lo que haría, solo observar. No creía que pidiera llegara a tanto como hablar con alguien.
Astrid estaba realmente pensativa en sus planes, que no sintió cuando subió al auto, Mila, y arranco, el chofer rumbo a la escuela, sino hasta que vio pasar por la ventanilla las calles.
No se había dado cuenta ni de esta mañana no le dolía el pecho, ni da de eso, quizás solo había sido una coincidencia los otros días, ya no era necesario visitar al hombre de la tienda de la salchicha grande.
Si así fuera, entonces su vida no estaba atada a amar a nadie, solo vivir para sus investigaciones y la Universidad. eso seria una maravilla para ella, ya no escucharía mas esa voz que le decía, que moriría si no amaba a Buker St Clair, porque esa misión le estaba resultando mas complicada que la que le había dado su mentor del orfanato, lograba comprender muy bien que hacer para enamorarse, solo sabia que si estaba al lado de ese hombre el dolor de su corazón se calmaba, si tocaba su mano, sentía que su alma se calentaba,
Si escuchaba su voz, su mente se tranquilizaba, era algo que nunca antes le había pasado, hasta que lo vio por primera vez.
Astrid ahora mismo estaba hecha un lio, no sabia si incluir como tema de investigación, la necesidad de amar a Buker, si le dolía de nuevo el Corazón al verlo lo haría, investigaría como es amarlo. Ella era muy joven para morir.
****
—Cuando llegaron a la calle donde estaba situada la tienda de Buker, Astrid vio al mismo chico que había visto antes, al del pelo rojo fuego, pero ahora se encontraba corriendo como si lo fueran a alcanzar, y era verdad, una banda de chicos vestidos de diferentes formas pero todos con pelos color fuego lo coreaban, era un espéctalo tan ridículo de ver, que de repente le vino a la cabeza un grupo de pequeños cerillo encendidos y jugando en grupo a persiguiéndose, hasta la idea se le hizo loca.
Bajo del auto a las afueras del colegio y no dijo nada mas solo se cruzo la calle y fue a donde estaba la salchicha feliz, a ver a Buker tenia que comprobar que no sentía nada.
Cuando entro en la tienda, vio de nuevo como siempre al tipo alto, sentado en un roncón del local, leyendo, parecía que no hacia nada mas que eso, además no veía que se vendiera nada, el pobre seguro que no obtenía ganancias de ese lugar.
Ya le preguntaría como hacia para ganarse la vida de verdad, porque de ahí seguro que no sacaba ni para un refresco.
—Por otro lado Buker vio entra de nuevo a la niña, a la cual ya se estaba acostumbrando a ver por las mañanas en el local de esta tienda tapadera, no le molestaba verla, todo lo contrario le gustaba que viniera, era una chica muy atractiva, además de que era muy ingenua, si no viniera mandaría a Farnel a buscarla, para saber que estaba bien, tenia miedo de que llegara a pasara algo.
Sabia muy bien que no debería dejar que ella estuviera mucho tiempo aquí, este lugar era un pasatiempo, para poder descubrir a un grupo que se había internado en el país de forma clandestina para robar información secreta, que tenia que ver con seguridad nacional, se habían encontrado pistas de que se encontraban en esta zona del país y por eso el decidió tomar el caso en sus propias manos.
Pero de verdad que era imposible alejar a esta niña de su lado. Un mas desde el momento en que le pidió que fuera su novio, en toda su vida jamás le habían pedido eso, bueno no de esa manera. Siempre había valorado las relaciones sociales y era uno de los hombres más deseados de la nación como cónyuge. Sin embargo, no le importaba en ningún momento, no le atraían las mujeres que se alimentaban solas en una bandeja de plata, desnudas y listas, para... Pensé en los globos que Farnel había tenido aquí hace unos días.
Sin embargo, Astrid tenía algo que le impresionaba mucho: era muy inteligente. Si alguien no prestara atención, pensaría que era una niña tonta o distraída, pero no era así. Ya había visto cómo podía observar las cosas en detalle, captar lo mínimo, pero para otras cosas, era muy ingenua. Quizás eso era lo que le gustaba de ella.
Astrid preguntó: "¿Acaso sigues sin hacer nada hoy?"
Buker respondió— ¿De nuevo llegaras tarde a clases hoy?
—No lo hare solo vine a verte, para saber si mi corazón estaba bien o dolería si no te veía.
—Niña puedes verme cuantas veces quieras, solo no dejes que se haga tarde para llegar a la escuela.
Astrid sintió de nuevo esa opresión en su pecho, y el dolor agudo que punzaba como mil agujas en su corazón, y una vocecita, repitiéndole en su cabeza,
Buker vio la cara de dolor en Astrid, pero esta vez era mucho mas marcada que la primera vez que la vio, cuando le pidió que fueran novios.
—Astrid, ¿te encuentras bien, necesitas, algo, quieres una pastilla para el dolor?
—Solo necesito que me des tu mano.
De inmediato Buker le dio su mano, pero no aminoro el dolor en el rostro de Astrid, algo anda mal con ella.
—Astrid, tengo que llevarte con un medico de inmediato tu cara no se nada bien, no soportaras ese dolor más.—Buker estaba realmente preocupado por lo que estaba sucediendo.
—Astrid se tiro a sus brazos y sintió su fuerte pecho, cálido y escucho los latidos del corazón de Buker, esos latidos la fueron tranquilizando poco a poco. hasta que el dolor fuer bajando.
Buker, no la rechazo, la abrazo con cuidado, para no lastimarla, si hubiera sido otra mujer la hubiera arrojado a un lado, pero ella era diferente a sus ojos.
Astrid, se dio cuenta que de verdad, necesita amar a Buker o moriría de dolor.
Ella no podía estar separa de ese hombre.
No sabia el porque, pero eso era así, solo sabia que su cabeza decía que tenia que amar a ese hombre, que apenas había conocido unos días antes.
Del cual no sabia nada y no estaba segura si tenia algo que ofrecerle o si talvez podía esperar que algún día la amara a ella.
o otra vez la plataforma, sean responsables, aunque son gratis, merecemos respeto. muchas gracias.