Es la historia de Nico, el hijo de Anna y Enzo, aunque no es necesario leer la anterior para comprender esta.
Nicolas Parisi un CEO que no creía firmemente en el amor, concentrado en su trabajo, un día se fijó demás en su secretaria, una joven con una belleza inigualable que él empezó a desear.
Cada vez era más las veces que él se perdía en sus pensamientos al pensar en Helena, su secretaria, una chica con noble apariencia y que aparentaba inocencia, él empezó a sentirse más atraído por ella.
Helena empezó a invadir sus pensamientos con más persistencia, lo que hizo que el interés de él fuera aún mayor. ¿Podrá Nicolas conquistar a Helena?
NovelToon tiene autorización de Roxane Enriquez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Ocho
Era el domingo por la noche y Nico se fumaba un cigarrillo en la tranquilidad de su sala, no lo hacía casi nunca, pero en ocasiones se daba ese gusto, de pronto su calma se vio interrumpida por el sonido del teléfono.
- Parisi- respondió.
- Señor, le tengo una sorpresa, el sujeto decidió visitar a la chica esta noche y aquí lo tengo, sentado en la silla que reservamos para los invitados especiales- dijo la misma voz de siempre que del otro lado del teléfono estaba mirando a Raúl, completamente asustado y amarrado a una silla, la boca con cinta adhesiva y en una habitación rodeada de plástico para no dejar evidencia alguna de lo que sucediera allí.
- Prepara la fiesta, ya voy para allá.- contestó secamente.
- Ya todo está a su gusto.- y la llamada se cortó.
Media hora después entraba Nico a aquella habitación donde lo esperaban.
- Pero que mal anfitrión eres amigo mío- dijo poniendo la mano en el hombro del guardia- todavía tienes a nuestro invitado con la boca tapada- y de un jalón arrancó la cinta de la boca de Raúl- no pensaste que tal vez él quería hablar o gritar o algo más, no se qué hacen con la boca los violadores y maltratadores.- Nico tomó una silla y se sentó frente al otro hombre- Ay Raúl, no entendiste nada, te advertí que te alejaras de ella o tus manitas podían sufrir las consecuencias.
- ¿Todo esto por una zorra? Estoy seguro que puedes conseguirte otra.- escupió el tipo amarrado haciéndose el valiente.
- Ves, sigues sin entender. Pero no te preocupes, yo te voy a enseñar.- dijo al momento que uno de sus hombres acercaba una mesa con todo tipo de cosas.
- Jajajajajaja ya veo, eres un mafioso, ¿Y ella ya lo sabe? No, no lo sabe, si lo supiera no estaría ni cerca tuyo, ella odia a los que son como tú¿ Que crees que va a pasarte cuando ella se entere? Te va a dejar, para ella la gente como tú no vale nada- a Raúl ya no le importaba decir lo que fuera, cuando se dio cuenta de quien era Nico supo que de allí no iba a salir vivo.
- Lo que vaya a pasar entre nosotros, pasará, pero mientras me voy a encargar que tipos como tú no la lastimen.
- ¿ Tipos como yo, y tú, cuanto vas a demorar en lastimarla?- le descargó con una sonrisa cínica.
- Creo que ese no es tu asunto, tu problema ahora es aguantar lo que viene- y comenzó a pegarle sin compasión.
Eran las tres de la madrugada y Nico había estado todo el tiempo pegando a Raúl, hasta que este ya no recobró la conciencia ni tirándole agua fría en la cara.
- Mimenlo un poco para que se despierte bien, y cuando esté bien despierto, quiero que se deshagan de sus manos de un solo golpe, y cuando esté desangrándose quiero que le digas bien claro, que cuando Nicolas Parisi dice que te alejes de su mujer, te alejas de ella o pagas las consecuencias. Cuando terminen saben que hacer con todo.Que tengan buena noche caballeros .- y salió de allí limpiándose las manos.
Aquella noche ya no quería regresar a su casa, fue directamente a la empresa y subió a su oficina, abrió un pequeño bar que tenía allí y sacó una botella, se sirvió un vaso y se sentó a tomarlo mientras de su cabeza no salían las palabras de Raúl " te va a dejar, cuanto vas a tardar en lastimarla".
En la mañana llegó Helena, ella era siempre la primera en llegar en el piso de la presidencia, cuando estuvo en su escritorio se percató que la puerta del despacho de Nico estaba abierta, así que con mucho cuidado se acercó a revisar.
Lo que vio cuando entró la dejó perpleja, todo estaba tirado por el suelo, en el sofá había una botella de whisky vacía, un vaso en la alfombra, y en el escritorio, con medio cuerpo sobre este, estaba su jefe tirado, sin camisa y con el pelo regado y otra botella de whisky vacía a su lado.
- Señor Parisi- ella lo tocó por el hombro- señor Parisi, despierte- el abrió los ojos con dificultad y trató de levantar la cabeza sin conseguirlo.
- Vaya, ya llegó la causante de todos mis desvelos, la que me ha convertido en esto, un cobarde borracho.- dijo y en el habla se le escuchaba su total estado de embriaguez.
- Señor Parisi de que habla.- ella intentó entenderlo.
- Hablo de ti, o no te has dado cuenta que tú tienes la culpa de mis noches de insomnio, que tú eres la mujer que necesito debajo de mí, gimiendo mi nombre para que después yo pueda dormir en paz.- dijo y dejó caer la cabeza nuevamente sobre el escritorio.
- Hay Dios este hombre se ha vuelto loco- habló para ella- Así no puede quedarse aquí. - salió a buscar su teléfono que estaba en su bolso y le marcó a Sergio. - Sergio, por favor, te necesito ahora mismo, el jefe no está bien.
- Ya voy ahora en un momento- colgó y a ella no le quedó más que esperar que el chófer apareciera y mientras le pasaba los dedos por el pelo a Nico evitando así que se despertara.
Sergio llegó muy rápido, ella no se imagina a que velocidad debió conducir, y ahora estaba parado al lado de ella, frente al escritorio, mirando a su jefe tirado sobre este.
- ¿ Que le pasó?- preguntó Sergio.
- No sé, cuando llegué me lo encontré así y cuando intenté levantarlo empezó a decir no se que de insomnio y me echaba la culpa de lo que fuera que no le entendí.
- Ay Nico- ella lo miró extrañada, nunca se imaginó a Sergio llamándolo así- ¿ Cuando vas a tener el valor?
- ¿Tú sabes que le pasa? - quiso saber ella.
- Sí, el único que no lo sabe es él.- respondió sin mirar a la chica.
- Bueno, ya no me sigas liando, tenemos que sacarlo de aquí antes que lleguen los demás, nadie lo puede ver así.
- Vamos, toma su ropa, y cuando yo salga cierra todo y toma tus cosas, tienes que acompañarme.- Sergio lo tomó por debajo de un hombro y lo recostó sobre él, por suerte era bastante fuerte si no, no habría podido levantarlo.
Ella hizo todo como él le indicó y subieron al ascensor de la presidencia, llegaron hasta el auto y le dijo a Helena que subiera ella primero para acomodar al jefe sobre sus piernas. Cuando lo dejó en el asiento de atrás subió al del conductor y llamó a su esposa para que tuviera un caldo preparado para cuando ellos llegaran.
De la misma forma que lo sacó de su oficina lo llevó hasta su casa y lo acostó en el sofá, ya tenían el caldo esperando en la cocina y él se lo dio a Helena para que lo ayudara a dárselo.
- Ahora yo lo sostengo sentado y tú se lo das. ¿Bien?.- ella asintió.
- Señor Parisi, abra los ojos.- le dijo la chica.
- No le digas señor Parisi Helena, dile Nico, ya verás como abre los ojos.
- Pero yo no...
- Joder Helena, has lo que te digo y vas a ver.- ella lo miró dudosa.
- Nico, Nico- le dijo tocando su cara y el abrió los ojos como pudo, trató de enfocar y sonrió.
- Hola Helena. - ella miró a Sergio extrañada.
- Hola, necesito que abras la boca y te tomes esto, por favor.
- Claro si tú me lo pides, solo dime Nico una vez más. - pidió.
- Nico, venga toma esto.- él hombre empezó a tomar y Sergio solo sonreía y movía la cabeza de un lado a otro.
Cuando terminó de tomar el caldo ya parecía otro hombre.
- Sergio ¿ Puedes ayudarme a subir a mi habitación? Creo que necesito un baño, apesto.- le pidió Nico a su amigo al sentirse con más fuerza.
- Claro, espéranos un poco Helena, en un momento regresamos.- volvió a tomar a su amigo y lo ayudó a llegar hasta el baño.
⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️