ARREPENTIMIENTO TARDÍO

"Imposible." Armando negó con la cabeza. "Imposible. Ella me ama mucho, ¿cómo podría estar dispuesta a dejarme?" Siguió negando.

"Mamá. Seguro que está en casa de mamá." Armando agarró las llaves que estaban sobre la mesa y salió corriendo. Condujo su coche rápidamente, hasta que finalmente llegó a casa de su madre.

Poco después, el coche conducido por Armando llegó a la gran residencia de los Mendoza.

"¡Mamá!" Llamó al ver a la mujer que le dio la vida sentada en el sofá.

"¿Resulta que todavía te acuerdas de volver a casa?" Preguntó la señora Mendoza con brusquedad.

"Mamá, ¿Virginia se ha quedado aquí?" Preguntó Armando con entusiasmo.

"Armando, no se puede contactar con Virginia. Y en las redes sociales circula la noticia de que tú y Virginia os habéis divorciado. ¿Cómo puede ser?" La señora Mendoza gritó frustrada.

"Virginia se casó contigo durante cinco años. Hizo cualquier cosa, incluso sacrificó lo que fuera por nuestra familia. ¿Qué más te hace sentir insatisfecho, eh? ¿Por qué prefieres estar con Verónica, que solo siempre finge ser buena?" La ira de la señora Mendoza era realmente imparable.

Los gritos de su madre hicieron que los hombros de Armando se hundieran. ¿Así que Virginia tampoco estaba aquí?

"Mamá, ¿es cierto que Virginia no se ha puesto en contacto contigo? ¿O en realidad estáis conspirando para engañarme?"

"¿Qué quieres decir con esa pregunta?" La señora Mendoza gritó furiosa. "¿Eso significa que tampoco sabes dónde está Virginia? ¿Entonces por qué te quedas callado? ¡Búscala rápido! ¡Si no puedes encontrarla, mejor que no vuelvas!" La señora Mendoza gritó histéricamente.

Armando se estremeció. La ira de su madre parecía no ser una broma. ¿Así que Virginia tampoco fue a ver a su madre?

"Virginia Fernández, te fuiste llevándote todas las cosas de la casa, después de irte me bloqueaste y ni siquiera le avisaste a mi madre. ¿De verdad quieres dejarme? No, imposible."

Armando salió corriendo de la casa de su madre enfadado. Conduciendo el coche rápidamente.

"La familia Fernández. Seguro que está allí. Es el único lugar que tiene. Ella es la señorita poderosa allí, ¿verdad? Allí siempre maltrata a Verónica." Aumentó la velocidad del coche. Sin importarle nada. Haciéndose el sordo aunque otros conductores le insultaran.

Una hora más tarde, el coche conducido por Armando llegó a la gran casa de la familia Fernández. Golpeando la puerta con impaciencia.

Chasquido

La puerta se abrió de par en par

"¿Hermano Armando?" Verónica estaba muy sorprendida por la llegada de Armando. El rostro de la mujer se iluminó al instante. Pero un segundo después.

"¡Virginia...! ¡Virginia...! ¡Sal! ¿Dónde estás, Virginia? ¡Sal rápido!"

Verónica se estremeció incrédula. Resultó que la llegada de Armando no era para ella, sino para buscar a Virginia, su hermanastra.

Mientras tanto, Armando estaba como un loco. Como un ladrón buscando un botín. Abriendo todas las puertas por las que pasaba.

"¡Virginia...! Sé que estás aquí, ¡sal rápido! ¡Virginia...!" Siguió gritando sin importarle los varios sirvientes que aparecieron sorprendidos por sus gritos.

"¡Virginia...! ¡Sal rápido!

"Hermano Armando, ¿qué significa todo esto? ¿No has venido aquí para buscarme a mí? ¿Has venido a buscar a Virginia Fernández?" Verónica gritó incrédula. Pero a Armando no le importaba.

"Hermano Armando, espera. ¡Detente!" Verónica persiguió los pasos de Armando.

"¡Virginia Fernández, sal rápido! ¡Virginia Fernández...!"

Armando siguió gritando el nombre de Virginia. Al no encontrar a Virginia en la planta baja, subió las escaleras apartando la mano de Verónica que lo perseguía, hasta que sus pasos lo llevaron a una habitación. Una habitación muy pequeña ubicada en el extremo.

Dar… dar… dar…

La puerta no se podía abrir, Armando siguió golpeándola. "Virginia, ¿estás dentro? ¡Abre rápido!"

Sin respuesta, Armando retrocedió tomando impulso. Derribando a la fuerza.

Brak…

Armando estrelló su cuerpo contra la hoja de la puerta. Fracasó en un intento, siguió repitiéndolo, sin importarle si su cuerpo sentía dolor, hasta que finalmente la puerta se abrió en el cuarto golpe.

"¡Virginia...!"

Vacío. No había nadie allí. Armando tragó saliva decepcionado. Sus hombros se hundieron al mismo tiempo que su respiración se entrecortaba.

Recuperando el aliento, ¿había sido en vano su búsqueda? Hasta que en el momento en que Armando estaba a punto de darse la vuelta para salir de esa pequeña habitación, sus ojos captaron algo que le resultaba familiar. En cada pared dentro de la habitación estaban pegadas fotos de un niño pequeño.

Armando reconoció ese rostro. Era su niña, Verónica. Pero... ¡espera! ¿Por qué también hay un rostro de Virginia de adulta? Y un pequeño marco sobre una mesa desgastada. Era Verónica de niña junto a una mujer.

Algo andaba mal. ¿No se suponía que Verónica se hacía fotos con su madre? Pero la que estaba en la foto no era su madre de Verónica. Ese rostro se parecía al rostro de Virginia de adulta. ¿Significa eso que la que estaba en la foto era la madre de Virginia? ¿Por qué el rostro de la madre de Virginia se parecía a Verónica de niña?

Armando negó con la cabeza al darse cuenta de algo. Esta niña no es Verónica, sino Virginia. ¿Significa que el amor de la infancia real es Virginia? ¿No Verónica? Entonces, ¿en realidad ha sido engañado todo este tiempo?

Armando se tambaleó, su espalda golpeó la pared. ¿Qué realidad es esta?

"¿Hermano Armando? ¿Qué asunto tienes en realidad al buscar a mi hermana? ¿Te ha enfadado otra vez?" Dándose cuenta de la situación, Verónica trató de distraer la atención.

Armando apartó la mano de Verónica, sus ojos recorrieron toda la habitación. Una habitación muy pequeña y estrecha. Incluso la habitación de la sirvienta en su casa era mucho más grande que esta.

"¿Es esta la habitación de Virginia Fernández?" Armando miró a Verónica mientras apretaba los puños.

Verónica se atragantó. Durante todo este tiempo siempre había dicho que Virginia vivía en una habitación lujosa, mientras que ella y su madre eran oprimidas y vivían en una habitación estrecha.

"Sí. Después de que murió su madre, no quiso vivir con nosotros, así que no se limpió." Buscando una razón que tuviera sentido.

"¿No dijiste antes que Virginia los culpó por la muerte de su madre? Y usando esa razón, ¿siguió torturándolos? ¿Se vieron obligados a vivir en la habitación de la sirvienta? Entonces, ¿por qué ahora la que vive en la habitación de la sirvienta es Virginia?" Armando se acercó, su rostro frío lleno de ira hizo que Verónica retrocediera asustada.

"Eso, déjame explicarte. Cuando todavía vivía aquí, sí que nos torturó. Pero cuando se casó contigo y dejó esta casa, papá quiso que viviéramos en un lugar mejor." Verónica usó el nombre del señor Fernández como escudo.

"¿Cuando estaba aquí, vivía en una habitación como esta y los torturaba?" Armando negó con la cabeza.

"Verónica, te pregunto una vez más, ¿es cierto que antes Virginia Fernández abusaba de su poder como princesa para torturarlos?"

"Hermano Armando, eso... yo..."

*