Clara decide quedarse con el villano, decide que ese demonio será suyo
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto
22) Cartas para una princesa
23) Ya te olvidé
** Todas novelas independientes **
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Carta
Maddie habia preparado con cuidado un almuerzo especial en el jardin, lleno de flores frescas, vino dulce y platos que ella misma habia pedido a la cocina. queria sorprenderlo, queria robarle un momento solo para los dos.. sin embargo cuando le avisaron que el duque estaba ocupado en su oficina, ella fruncio los labios y decidio ir ella misma.
entro sin anunciarse, con ese paso ligero que parecia danzar, y lo encontro serio, revisando documentos con Samir a un costado. Maddie sonrio, se acerco sin decir nada y se sento sobre sus piernas, haciendolo alzar la mirada sorprendido.
Maddie: duque…me vas a negar un almuerzo conmigo… despues de que lo prepare con tanto cariño?
Theo cerro los ojos un segundo, apretando la mandibula, como si intentara mantener la compostura. pero ese pequeño canario travieso, con un simple canto, cambiaba todo. su corazon que estaba endurecido por la furia de la mañana, se suavizo en cuestion de segundos.
Duque: Maddie.. sabes que estoy ocupado…
Maddie: ocupado conmigo.. anda, vamos, es solo un almuerzo… que puede pasar… solo quiero pasar tiempo con mi esposo..
Samir bajo la cabeza disimulando una sonrisa y se retiro de la sala con pretexto de otros asuntos, dejandolos solos.
Theo suspiro, y al mirarla ahi sentada, coqueta, con esa sonrisa que parecia hecha para tentarlo, no pudo negarse. la levanto en brazos, aun gruñendo pero ya sin fuerza para resistirse.
[maldito canario…cantas un poco y ya volteas todo mi mundo]
Maddie: ves? sabia que dirias que si…
En el jardin la mesa estaba lista, bajo una gran sombra de parras y flores, todo preparado como si fuera una pequeña fiesta privada. los sirvientes iban y venian colocando fuentes de comida, copas de vino, dulces recien horneados.
Maddie tomo la mano del duque y lo obligo a sentarse a su lado, no frente a ella. lo miro con esa picardia en los ojos y se arrimó tanto que casi quedaba recostada en su brazo.
Maddie: te parece bonito?
mientras se inclinaba sobre la mesa para alcanzar una copa, rozandolo descaradamente con su pecho.
Theo apretó el puño debajo de la mesa, gruñendo muy bajito. varios sirvientes lo vieron fruncir el ceño y enseguida bajaron la cabeza para no incomodarlo.
Duque: Maddie.. comportate…
ella rio suavemente y le sirvio vino, acercando la copa a sus labios como si lo alimentara como a un niño.
Maddie: shh… duque, hoy no eres el duque temible hoy eres mi invitado especial
él acepto la copa, bebiendo despacio, pero al sentir la mirada fija de algunos criados quiso gruñirles para que se marcharan. aun asi se contuvo, porque su canario travieso parecia disfrutar de tener publico.. ella le ofrecio un trozo de fruta con sus propios dedos, y sin darle tiempo a negarse, se lo puso en los labios. Theo lo tomo, mordiendolo, pero al hacerlo rozo las yemas de sus dedos, haciendola soltar una risa baja y provocadora.
Maddie: ves? hasta comes de mi mano..
[maldito canario.. quieres que olvide que estamos rodeados…]
los sirvientes apenas podian contener las sonrisas y algunos se miraban entre si, sorprendidos de ver al duque, siempre frio y temido, dejarse provocar por su esposa en publico.
Maddie tomo una servilleta pero en vez de usarla paso su propio dedo por la comisura de los labios del duque, limpiandole una gota de vino que habia quedado. lo hizo con tanta calma, con tanta picardia, que Theo se quedo inmovil mirandola, con esa mezcla de furia y deseo que solo ella despertaba.
—tenias una mancha…— dijo ella suavemente, y sin apartar la vista de sus ojos, se llevo ese mismo dedo a la boca, lamiendolo despacio, saboreando como si fuera un dulce.
Theo apreto la mesa con fuerza, las venas de su mano marcandose, y los sirvientes que estaban cerca bajaron la cabeza de inmediato, fingiendo no ver nada.
Duque: Maddie..
Maddie: que pasa mi duque? acaso algo te molesta..
Theo estaba a un paso de perder la paciencia, sus ojos fijos en Maddie que seguia provocandolo sin culpa, cuando de pronto una sombra se interpuso en el almuerzo. Samir entro rapido al jardin, con el gesto serio y una carta en la mano.
Samir: mi señor, disculpe… es urgente
Theo cerro los ojos un instante, intentando no rugir. Maddie se reclino en su silla, apoyando el codo sobre la mesa y mirandolos con descaro.
Maddie: yo sabia siempre es Samir… el hombre que arruina cada momento bonito, creo que ya no es mi asistente favorito.
Samir enrojecio apenas, sin saber si reir o desaparecer, y entrego la carta. Theo rompio el sello de inmediato y leyó en silencio. Su expresion se endurecio al instante..
La nota decia: “Redobla la seguridad, ahora es tu pasado tambien”.
Theo apreto los labios, doblando el papel con fuerza. Sus ojos azules brillaron con frialdad, y Maddie lo noto.
Maddie: que dice?
Theo respiro hondo y guardo la carta en su chaqueta, no queria que Maddie viera esa nota, no todavia.
Duque: nada importante… es solo mi abuelo
Maddie lo miro arqueando una ceja, como si no terminara de creerle. despues se rio suavemente, recargando la barbilla en su mano.
Maddie: tu abuelo? pues entonces invitalo a la mansion, si ya soy tu esposa… que venga a conocerme como corresponde.
Duque: Maddie… mi abuelo no es precisamente… sencillo
Ella lo interrumpio, picara, inclinándose un poco hacia él.
Maddie: no importa, si es de tu sangre, tambien sera de la mia… quiero verlo y que se acostumbre a mi
Theo la observo en silencio, su canario travieso brillando de orgullo frente a él, y por un instante sonrio, aunque dentro de su pecho ardia la preocupacion por esas palabras escritas en la carta...