Sombras En La Oscuridad

El amanecer se filtraba a través de las cortinas, tiñendo la habitación con tonos dorados y rosados mientras Mariana despertaba, sintiéndose renovada y llena de determinación. Había pasado muchas noches inquietas desde que dejaron Santa Lucía, pero esa mañana, algo había cambiado dentro de ella. Una sensación de paz y aceptación la envolvía, como si finalmente hubiera encontrado la clave para liberarse de las sombras del pasado.

Se levantó de la cama con una sonrisa en el rostro, decidida a abrazar el día con todo su corazón. Pablo la miró con curiosidad desde la cama, sorprendido por la energía renovada de Mariana. "¿Qué te pasa, amor?" preguntó.

Mariana se acercó a él y le tomó la mano, mirándolo con determinación. "Creo que finalmente estoy lista para dejar atrás el pasado, Pablo. He pasado mucho tiempo aferrándome a la culpa y al dolor, pero ahora sé que no puedo seguir viviendo en la sombra de lo que pasó."

Pablo la abrazó con cariño, sintiendo una oleada de alivio y alegría. "Estoy tan orgulloso de ti, Mariana. Sabía que encontrarías tu camino de vuelta hacia la luz."

Juntos, se prepararon para el día, llenos de una nueva energía y propósito. Después del desayuno, decidieron dar un paseo por la ciudad, disfrutando del sol y el aire fresco mientras exploraban nuevos lugares y descubrían nuevas experiencias juntos.

A medida que avanzan

Después de pasar la mañana explorando la ciudad, Mariana y Pablo regresaron a su apartamento, llenos de una sensación de paz y satisfacción. Se sentaron juntos en el sofá, compartiendo sus pensamientos y sueños para el futuro.

"Creo que deberíamos empezar a pensar en lo que queremos hacer aquí," dijo Mariana, mirando a Pablo con determinación. "Hay tantas oportunidades esperándonos, y no quiero desperdiciar ni un solo momento."

Pablo asintió, sintiéndose inspirado por la pasión y la determinación de Mariana. "Estoy de acuerdo. Podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos, siempre y cuando estemos juntos."

Esa noche, mientras se preparaban para dormir, Mariana se detuvo frente al espejo, mirando su reflejo con una sonrisa. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía en paz consigo misma y con el mundo que la rodeaba. Sabía que el camino hacia la sanación y la felicidad sería largo y difícil, pero también sabía que tenía a Pablo y a sus amigos a su lado, listos para apoyarla en cada paso del camino.

Se acostó en la cama, sintiendo la calidez reconfortante de Pablo a su lado. "Te amo, Pablo," murmuró, acurrucándose contra él.

Pablo la abrazó con ternura, sintiendo su amor llenar la habitación. "Y yo te amo a ti, Mariana. Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase."

Con una sensación

Y así, mientras la noche envolvía la ciudad en su manto oscuro, Mariana y Pablo se sumergieron en un sueño tranquilo, llenos de esperanza y gratitud por el amor y la luz que habían encontrado el uno en el otro. Porque al final del día, sabían que mientras estuvieran juntos, nada podría detenerlos.