Atada A Mí (Bilogía)

Denny y Deynna, eran los nombres que habría querido que sus hijos llevarán y aún así en su lápida fue el nombre que les dió a cada uno.

Nombre que Gissell, como Carlota optaron por colocarle a sus hijo más que un homenaje era un fiel recordatorio de los hijos que perdió sin haber tenido...

-El te ama.

Hablo, Gissell, sacando a Olivia de sus pensamientos. Insistiendo con el tema de Brian.

-Pero yo lo odió tanto

los ojos de Olivia se humedecieron

-Me dejó vacía, yo tengo motivos de sobra para quererlo muerto, pero él nunca tuvo algún motivo para hacerme tanto daño.

-¿Olivia de verdad?

Brian busco por todos los medios que aceptará su embarazo, pero Olivia con su miedo de que se los quitará al nacer se negó en lo absoluto.

Fue consiente de su apoyo y su esmeró...

El llanto de Denny, llamo su atención Olivia sonrió mirándolo

-¡Es hermoso tu hijo Gisell!

Suspiro profundo Olivia, recordando que no tuvo la oportunidad ni de conocer a sus niños quienes nacieron sin signos vitales.

Se sentia tan culpable por tanto rechazo que les dió durante su embarazo que no lograba perdonarse.

Observo al pequeño bebé de pelo crespo con ojos avellana que le recordaban a quien no quería recordar, pero cada que miraba esa mirada solo a él lo podía recordar.

El pequeño bebé lanzó su mano regordeta hacia el plato de Olivia haciendo caer las frutas fuera del plato.

Gissell, preocupada lo agarro, pero Olivia solo sonrió pinchando de su ensalada de frutas para darle era de muy buen comer...

-¿Por qué le colocaste ese nombre?

-Porque te gustaba y es lindo. ¡Denny! ¿No supiste más de tu amigo?

Olivia pincho con su tenedor un pedazo de cambur y lo llevo a su boca.

Denny, abrió su boca en su dirección mostrando su comida haciéndole reir. Siempre solía hacer aquello Olivia, le enseñaba payasadas que el niño rápidamente evitaba como espejo.

Aquello le recordaba a su tío quien siempre que la miraba sin querer comer en la mesa le mostraba su lengua afuera, cuando comía para hacerla reír, al inicio le parecía repugnante, pero ahora recordaba a su tío...

-No supe más de él.

Respondió Olivia con su voz quebrada por los recuerdos...

-¡Deynna, para!

Los gritos de Carlota llamaron su atención mientras la miro correr detrás de la pequeña Deynna con su paso torpe y una Carlota bastante exasperada Olivia corrió levantando a la pequeña en brazo con el rostro cubierto de lo que parecía ser harina.

-Se ha tirado todo el talco encima.

Hablo Carlota frustrada con su respiración agitada por correr detrás de la niña.

-Si me lo permites yo la baño y recogo todo.

Carlota dudo por segundo.

-Como tu quieras, si no dile a Gissell que lo haga.

-Ella está en su día libre, yo puedo hacerlo.

Olivia le lanzo una mirada a la pequeña niña con sus rulos castaño cubierto de talco al igual que su cara.

Giro en dirección de Gissell regresando a la mesa colocando a Deynna al lado de Denny.

-Sus ojos son muy parecidos.

-Todos los niños pequeños se parecen, solo se llevan un mes de diferencia.

-¿Cuando cumple los dos años?

-Dentro de tres meses.

-Sin ellos, creo que me abría vuelto loca han sido mi pilar, mi control, mi eje.

Hablo Olivia, observando a los dos pequeños que tendrían la edad de sus mellizos.

Tres años habían transcurrido en los que continúo con su vida, sus estudios dónde consiguió la oportunidad de escapar en un par de oportunidad, pero no sé atrevió por no abandonar a los pequeños, los quería como si fueran de ella.

Brian, cumplió su palabra de esperar a que cumpliera su mayoría de edad.

Del hombre repugnante que conoció al principio quedaba uno con un genio de los demonios, pero que hasta paciente lo veía sin nunca forzarla a nada.

Era un sentimiento de amor y odio que despertaba en ella que no lograba descifrar...

-¿De verdad lo odias?

Olivia, se quedó pensativa si tener una respuesta contundente para la pregunta de Gissell, que se había convertido en su amiga.

-No se que pensar...

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Damián se paró frente a la gran casa por fin había dado con Olivia luego de tres años de creerla muerta, en lo cual se vio obligado a huir juntos a sus amigos, igual si Olivia se encontraba viva jamás le perdonaría la muerte de su tío, en eso Carlota tenía mucha razón, jamás Olivia, podría perdonar eso.

De esa noche tenía sueño que se confundía con su realidad, no recordaba nada por lo drogado, pero sin dudas ellos habían matado a Oliver, lo miró en el vídeo que Carlota le entregó de la bodega donde Jonathan, le disparó en dos oportunidades y luego el le apunto amenazado por éste.

La imagen del video se distorsioná y no era claro lo que pasaba luego.

Mordieron la mano de quien les dió de comer, pero aun así necesitaba asegurarse de que Olivia estuviera viva, luego de creerla muerta por casi tres años sintiéndose culpable por su inmadurez de abandonarla sin darle oportunidad a explicarle nada.

Solo lo separaba de ella, el cruce de una calle hacia la gran casa que parecía una mansión. visualizo a Olivia, salir, su cabello más rojo talvez lo había teñido con un vestido de estampado florales, ceñido a su cuerpo como un guante.

La miro reír radiante, con un bebe de la mano.

Frunció su ceño con gran molestia al mirar a Brian, salir detras de ella, agarrándola de la cintura en un agarre bastante posesivo, pegandola a su cuerpo para darle un beso en su mejilla de una manera apasionada.

Lo observo ronronea sonriéndo, mirandola a los ojos.

No se veía incómoda ni forzada en lo absoluto. La muy desgraciada le sonreí algo coqueta.

Decidido a confrontarlo, alzó su pies para dar el primero paso, cuando apareció Carlota frenando bruscamente su carro frente a el, salió de la puerta de conductor enojada.

-¿Qué crees que haces?

-¡Está viva!

Hablo Damián, incrédulo y con gran enojó.

-Y tú estás libre con tus amigos cuando deberían estar en prisión.

-Entonces tu también.

Sentenció Damián.

-Cierra tu bocata niño estúpido, no juegues con tu suerte.

Damián agarro fuerte a Carlota encarandola.

-Ya no somos los adolescentes ingenuos que manipularon, así que no se equivoqué doña.

-¡Lárgate! No dañes más su vida. Ella ya es feliz con su esposo y sus hijos.

-¿Esposo?

Pregunto Damián sorprendido.

-Si, su esposo, siempre supiste que sería su esposa ¿que te extraña?

-¡Ella no quería está mierda!

Siseó Damián con sus dientes apretados.

-¿Y la ves obligada?

Le lanzó una mirada a Olivia que levantaba al pequeño en sus brazos que tendia sus manitas en dirección de Brian.