Olivia Lancaster siempre ha sido la hija perfecta: obediente, refinada y dispuesta a sacrificar su felicidad por el bienestar de su familia. Cuando una crisis financiera amenaza con destruir el imperio empresarial que su padre ha construido, Olivia accede a un matrimonio arreglado con Ethan Montgomery, el frío y misterioso magnate que podría salvarlos de la ruina.
Ethan no está interesado en el amor. Para él, el matrimonio es solo un acuerdo de negocios, una forma de asegurarse el control absoluto sobre la empresa de los Lancaster. Sin embargo, lo que comienza como una relación puramente contractual pronto se convierte en algo mucho más intenso. Olivia despierta en él un deseo que jamás imaginó sentir, un anhelo que desafía todas las reglas que se ha impuesto a sí mismo.
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Capitulo 20
Olivia se quedó helada, con los dedos temblorosos sujetando el sobre que acababa de abrir. El papel, desgastado por el tiempo, apenas temblaba en su mano mientras sus ojos recorrían cada palabra que revelaba la verdad devastadora. Sus labios se entreabrieron, pero ningún sonido salió de su boca. Era como si su cuerpo hubiera sido tomado por una fuerza desconocida, un vacío que se expandía en su pecho, robándole el aire.
Los secretos de Ethan… todo lo que había ocultado. Las mentiras que, capa tras capa, construyeron su relación. Y ahora, esa verdad innegable y oscura se desplomaba sobre ella, rompiendo cualquier vestigio de confianza que aún le quedaba.
No pudo apartar la vista del nombre en el documento. Un nombre que no había visto antes, pero que ahora lo explicaba todo: Ethan no era el hombre que ella había pensado. Lo que él había hecho en su pasado no era solo un error. Era algo mucho peor.
—No puede ser… —susurró, sintiendo el nudo en su garganta apretar con fuerza.
Los recuerdos de momentos pasados comenzaron a nublar su mente: las noches apasionadas, las promesas susurradas en la oscuridad, los destellos de vulnerabilidad que Ethan le había mostrado cuando estaba convencida de que ella era su única confidente. Pero ahora, todo parecía una fachada, una manipulación perfectamente calculada para que ella nunca sospechara.
Las puertas de la mansión crujieron cuando Ethan entró, su silueta oscura recortada por la luz tenue que venía del pasillo. Había una rigidez en su andar, como si supiera lo que ella había descubierto. Sus ojos la buscaron, y cuando los encontró, vio el destello de la verdad en ellos. Lo sabía.
—Olivia —dijo en un tono bajo, calmado, pero con una carga que hizo que todo el cuerpo de ella se tensara—. Puedo explicarlo.
—¿Explicarlo? —su voz sonó rota, ahogada por la incredulidad y la furia—. ¿Qué es exactamente lo que vas a explicar, Ethan? ¿Que toda nuestra relación ha sido una mentira? ¿Que tu pasado es más oscuro de lo que imaginaba?
Ethan avanzó un paso, pero ella retrocedió, levantando la mano para detenerlo. Su proximidad ya no la reconfortaba, ahora la hacía sentir pequeña, atrapada en una red de engaños que ni siquiera sabía que existía.
—Sabía que este momento llegaría —murmuró él, llevándose una mano al cabello con frustración contenida—. Pero no fue así, Olivia, no todo ha sido una mentira. Hay cosas que no podía decirte, no sin ponerte en peligro.
—¿En peligro? —susurró ella, apretando los puños—. ¿Me has estado protegiendo al mantenerme en la oscuridad? ¡Esa es tu excusa!
Ethan dio otro paso, su mirada intensa, implacable. Olivia pudo ver el conflicto interno que él siempre había escondido, las sombras que ahora cobraban vida a su alrededor. Pero nada de eso importaba, porque todo había sido una mentira.
—No fue así —dijo Ethan, con la voz áspera, casi suplicante—. Lo que siento por ti es real, Olivia. Pero sí, cometí errores. Mi pasado no es limpio, lo sabes. Pero no soy el hombre que ves en esos papeles. No soy esa sombra.
Olivia soltó una risa amarga, incapaz de contener la mezcla de dolor y furia que la inundaba.
—Entonces dime, Ethan —lo retó—. ¿Quién eres realmente? ¿El hombre que pensé conocer o el criminal que oculta su verdadero rostro detrás de tratos sucios y mentiras?
Ethan permaneció en silencio, su mandíbula tensa, sus manos apretadas a los costados como si estuviera luchando contra el impulso de acercarse a ella. La tensión en el aire era palpable, densa. Cada segundo que pasaba, la distancia entre ellos crecía, no solo física, sino emocionalmente.
—Soy ambos —admitió finalmente, su voz apenas un susurro—. He hecho cosas de las que no estoy orgulloso, pero lo hice para sobrevivir. Y cuando te conocí, pensé que podía dejar todo eso atrás, que podía ser diferente por ti. Pero el pasado siempre encuentra la forma de alcanzarte.
Olivia sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. Todo lo que había creído, todo lo que había construido con Ethan, se sentía ahora como una ilusión, un espejismo que se desvanecía bajo el peso de la realidad.
—No sé si puedo seguir con esto —dijo con voz temblorosa, dando un paso hacia la puerta—. No sé si puedo seguir contigo, Ethan.
Él la miró, el dolor visible en sus ojos. Pero no la detuvo. Sabía que esta vez no podía. Y mientras Olivia salía por la puerta, sintió que, por primera vez, todo lo que habían construido estaba a punto de desmoronarse bajo el peso de las sombras y las mentiras que los rodeaban.
Ethan se quedó inmóvil en el centro de la habitación, observando cómo Olivia desaparecía por la puerta. El sonido de sus pasos resonó en el pasillo, cada vez más distantes, hasta que finalmente el silencio llenó el espacio entre ellos. Era un vacío que lo devoraba por dentro, una oscuridad que ya conocía demasiado bien, pero que jamás pensó que volvería a sentir con tanta intensidad.
Sabía que no podía ir tras ella. Sabía que esta vez no había palabras que pudieran arreglar lo que había hecho. La verdad, ese enemigo que tanto había temido, ahora había caído como una guillotina, cortando el delgado hilo que los mantenía unidos.
Caminó hacia la ventana, observando la lluvia que comenzaba a caer. Las gotas, pequeñas y persistentes, se deslizaron por el cristal, imitando el curso caótico de su mente. La tormenta exterior era una metáfora perfecta de lo que estaba sucediendo en su interior. Todo lo que había intentado ocultar, todo lo que había construido, estaba en ruinas. Y por primera vez en mucho tiempo, no tenía el control.
No era solo el miedo de perder a Olivia lo que lo atormentaba, sino el darse cuenta de que tal vez ya la había perdido. Ella había sido su ancla, su redención, la única luz en un mundo lleno de sombras. Y ahora, después de todo lo que había hecho para protegerla, para mantenerla a salvo de su pasado, había fallado. Porque al final, el verdadero peligro no eran los enemigos que lo perseguían, sino los secretos que lo mantenían encadenado.
Golpeó la pared con el puño, un gesto de impotencia que apenas alivió la presión que sentía en el pecho. Los recuerdos lo asaltaron de repente: la primera vez que la vio, la manera en que sus ojos lo habían desarmado con una sola mirada, las risas compartidas en la intimidad de sus noches juntos. Todas esas imágenes ahora se mezclaban con el dolor de verla alejarse.
Un sonido suave lo sacó de sus pensamientos. La puerta se abrió, y por un segundo, su corazón latió con fuerza, esperando que Olivia hubiera cambiado de opinión. Pero no fue ella. Era su asistente, Thomas, quien entró con una mirada de preocupación en el rostro.
—Señor, tenemos un problema —dijo Thomas con voz grave.
Ethan no giró la cabeza, su mirada aún clavada en el cristal empañado por la lluvia.
—Ahora no, Thomas —respondió con frialdad.
—Es sobre el acuerdo con Donovan —insistió el hombre—. Algo salió mal. Muy mal.
Ethan cerró los ojos, sintiendo el peso de las palabras de Thomas hundirse en su mente. Sabía lo que significaba. Sabía que las decisiones del pasado, esos tratos oscuros y peligrosos que había hecho para sobrevivir, estaban comenzando a desmoronarse como un castillo de naipes. Y lo peor era que todo esto estaba a punto de explotar justo en el momento en que su relación con Olivia pendía de un hilo.
Finalmente, se giró hacia Thomas, su rostro endurecido, sus ojos oscuros como el cielo tormentoso detrás de él.
—Asegúrate de que todo se mantenga bajo control —dijo en un tono gélido—. No podemos permitir que este acuerdo fracase.
Thomas asintió, pero la duda era palpable en su expresión. Sabía que lo que estaban enfrentando era mucho más grande de lo que podían manejar. Y Ethan lo sabía también. Pero en ese momento, nada de eso importaba.
Porque mientras el mundo a su alrededor parecía desmoronarse, solo un pensamiento ocupaba su mente: Olivia. Y lo que tendría que hacer para recuperarla, aunque significara enfrentarse a los demonios de su pasado una vez más.
ADEMÁS QUIERO REITERAR, QUE ESTA MUUUUUUY BIEN ESCRITA. GRACIASSSSSSS A LA AUTORA POR ESTA HISTORIA Y FELICITACIONES