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La Capo De La Camorra

La Capo De La Camorra

Status: Terminada
Genre:Completas / Mafia / Equilibrio De Poder
Popularitas:711.8k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Yesenia Stefany Bello González

Mia Saviano sabe lo quiere desde que era una niña, ser la Capo de la Camorra y no dejará que nada intervenga en su camino, menos el hombre que es su enemigo número uno y al cual deberá matar eventualmente.
Leo Saviano quiere ser presidente de los EEUU y no dejará que ningún escándalo arruine su oportunidad.

NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Esperanza

Leo

Entro y mi pecho duele al verla sobre esa fría camilla. En cuánto me ve, cubre su cuello y sus manos con la sábana blanca.

–Estoy bi…

–¡No te atrevas a decir que estás bien! –la interrumpo–. No lo estás. Una persona que está bien no está en un puto hospital a las cuatro de la mañana –mascullo furioso.

Sus ojos se llenan de lágrimas que se niega a derramar y el dolor en mi pecho empeora. Estoy haciendo todo mal.

–Es mi culpa –admito–. No debería haberte dejado sola, pero la estúpida conferencia de prensa se alargó.

–No soy tu problema –susurra cohibida.

–Debería haberte obligado a venir conmigo. Me dijiste que te quedarías en la puta oficina. ¡Me lo juraste! –grito perdiendo el control nuevamente.

–Tenía que ir. Fue su cumpleaños y no estuve ahí –dice con firmeza–. Nadie debería pasar su cumpleaños solo.

Levanto la sábana y miro con horror los dedos marcados en su cuello, los rasguños en su barbilla y los moretones rojos en sus muñecas.

–No están quebradas. Solo tengo un esguince en mi muñeca izquierda, sanará rápido. No quiso hacerme daño, lo sé.

Tomo su barbilla con delicadeza y la obligo a mirarme.

–¿Cuándo vas a entender que lo único que quiere es matarte?

Se tensa y niega con su cabeza rápidamente.

–Eso no es verdad, Leo.

–Lo es, pero no quieres verlo –replico molesto con todo el puto mundo–. Si de mí dependiera no seguiría viviendo.

Mi fuerte Gabby comienza a llorar haciéndome sentir como el imbécil más grande del mundo.

–Si eso pasa yo me muero –dice entre sollozos–. No puedo vivir sin… Por favor, he perdido mucho ya –ruega–. Si le haces daño no me volverás a ver en tu vida –amenaza y sus palabras me calan hasta los huesos.

No ver a Gabby. Mierda, no. No podría pasar mis días sin su compañía.

–No mandes a nadie, Leo –insiste–. Sé como son las cosas en la Camorra y no creeré ningún puto accidente –dice haciendo unas comillas en el aire–. Aun recuerdo lo que papá me contaba. Lo sabré.

El papá de Gabby era uno de los mejores capitanes que ha tenido la Camorra. Le enseñó a su hija todo lo que sabía y la preparó para este mundo. Lamentablemente, nadie te puede preparar para defenderte de la persona que amas, aunque esa persona intente matarte.

Mis hombros se hunden.

–No puedo perderte –claudico.

Suspira aliviada. –Gracias. Significa mucho para mí.

–¿Por qué insistes en ir?

–Porque necesito su compañía. No todos los dias son malos, ¿sabes? Hay días buenos. Hay días en los que creo… –calla y seca las lágrimas que corren por su mejilla–. Imagino que tengo más fe que sentido común, ¿no? Debes pensar que soy la persona más estúpida de este planeta.

Sonrío y beso su frente. –Eres la persona más inteligente que conozco, Gabby. Y tienes el corazón más grande también, quizá ese sea tu mayor problema. No sabes soltar a las personas que te hacen daño.

–No es fácil dejar ir a quién amas, Leo.

–Lo sé –digo y suspiro mientras tomo su mano–. No podría dejarte ir –confieso.

Sus ojos vuelan a los míos y puedo sentir como el aire entre nosotros se tensa. Puedo sentir la anticipación en mi piel. Puedo sentir el deseo de algo más entre nosotros, pero como siempre hago cierro los ojos y me alejo.

No puedo arriesgarnos. No a nosotros. Podría perder cualquier cosa menos a Gabby.

–Tengo que preparar el discurso de mañana –digo y Gabby asiente de inmediato.

–Por supuesto. Mañana estaré en la oficina a primera hora… si es que me dejan salir de aquí.

–Te diría que descanses, pero prefiero tenerte vigilada –digo antes de salir de la habitación–. Nos vemos mañana.

Asiente con decisión y me obligo a mi mismo a apartar los ojos de ella y alejarme. Si no lo hago corro el riesgo de arruinar todo.

*****

–Me parece bien –le digo al nuevo jefe de campaña, Arnold Ford, uno de los mejores. Gabby logró que renunciara a la campaña de Clint, la carta del partido republicano–. ¿Cómo van las encuestas desde el anuncio de ayer?

–Vamos bien, dos puntos sobre Clint. Nunca he perdido una campaña y no empezaré ahora –declara antes de salir de mi oficina.

Ford es ambicioso. Me gusta.

Por fin tengo el equipo adecuado. Sonrío cuando siento que esto realmente puede pasar.

Puedo ser el próximo presidente de Estados Unidos. Puedo ser quien esté en la cabeza del mundo y poder hacer cambios significativos para ayudar a las personas que han sido olvidadas por este puto sistema.

Supongo que es verdad lo que dicen, si el sistema no funciona, destrúyelo y haz uno que sí lo haga.

Es lo que haré.

Un ruido en la puerta interrumpe mis pensamientos y me levanto cuando veo a Gabby con un cabestrillo.

–No quisieron dejarme salir a primera hora –se queja–. Pero avancé lo que más pude desde el hospital. El diseñador envió a tu correo los volantes para que los revises. Dejé anotado los cambios que creo deberían hacer, pero tú tienes el voto final –dice sin mirarme–. El jefe de campaña envió el programa, quiere que la campaña termine en Texas.

–Siempre lo ganan los republicanos.

–Cierto –admite–. Deberíamos empezar desde ya con la campaña para invocar a los jóvenes a inscribirse, sobre todo en Texas y Florida.

–No nos olvidemos de Georgia –interrumpo–. Quiero esos dieciséis votos –digo distraído mientras miro el calendario–. Arma un grupo y que comiencen mañana mismo.

–Enseguida –dice–. No tenemos que descuidar a California. Sé que históricamente los demócratas ganamos ese estado, pero no tenemos que confiarnos. No podemos perder esos cincuenta y cinco votos.

Asiento. –Organiza grupos que se enfoquen en la convocación de nuevos votantes en toda la zona sur desde mañana.

–Así se hará. ¿Qué haremos con los escarbadores? –pregunta preocupada.

–No deberían poder encontrar nada fácilmente. La Camorra tiene cientos de empresas que pagan sus impuestos para lavar el dinero. Mía está advertida y sé que podremos solucionar cualquier problema.

–Odio a los periodistas políticos –se queja–. Bien. Tienes organizada la reunión con tu partido hoy a las nueve de la noche.

–Irás conmigo –exijo. No cometeré el mismo error dos veces.

–No voy a ir de nuevo.

–Escuché eso antes –replico–. Y no volveré a creerte.

Sus ojos me miran con culpa y una profunda tristeza.

–Te lo dije –insisto–. No voy a perderte. No puedo hacerlo.

Se acerca y me da un pequeño abrazo con su brazo que no está en el cabestrillo.

–Lo sé –susurra y se aleja antes de lo que me gustaría–. Iré contigo.

–Gracias –digo desde el fondo de mi corazón.

Me sonríe antes de caminar a la puerta y desaparecer.

Esperanza. Eso es lo que siento en este momento. Esperanza de poder mantenerla a mi lado para toda la vida.

1
Yuli Maldonado
Excelente
Judith Arvallo
súper 😁😃
Judith Arvallo
🙈🙈🙈🫣🫣🫣🫣🙈🙈🙈🙈🫣🫣
Judith Arvallo
jajajja que intenso 😂
Rosana Del Carmen Arias Seguel
Excelente
Marlin Roa
no puedo dejarte de leer en una semana ya e leído toda esta saga eres adictiva me encanta tu toque a la hora de escribir saludos desde Venezuela la tierra más hermosa
Judith Arvallo
ese nuevo capo es el que le perdono la vida
Juliana Correa noriega
Excelente
yelitza peña
Excelente novela felicidades escritora me encantó i
Sandra Dueñas
Excelente
Francisca Miranda Garcia
no pues que sincerota está mujer
Naty Lemesi
Excelente
Bleidys Marcela Sanchez
con esta terminó las historias de los 4 amigos..... muchas felicidades autora 💞🙏🏿
Aracely Palacios
Muchas gracias, muy linda historia.🤗❤️
Jesica Olivera
Que final de capitulo más impactante!!!
Jesica Olivera
jajajajja me mata lo del Cardiólogo jajajajaj cómo duele el amor a veces!!!
Bleidys Marcela Sanchez
comparto tu opinión, que fastidio que deje que la señora la mate, o el que la mandé dónde dejaron el zapato 🥿 y no lo pudieron encontrar....
Francisca Miranda Garcia
ahs pq les gusta hacerla de emoción llevan años amándose y hasta ahora lo reconocen
Francisca Miranda Garcia
ella no se podía resistir a semejante bombón, claro ninguno como farina a él no lo cambio
Francisca Miranda Garcia
ese aprovechado jajaja
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