La Luna Oscura Del Rey Lycan

Draven veía a su bella Emily dormir, ese día no saldría del palacio, dedicaría su día entero a ella, solo a su dulce hembra, los últimos días habían estado ocupados afinando detalles para su coronación, la cual sería un día después de la coronación de la Reina de Silver Moon.

Ella abrió sus ojos lentamente para encontrarse con las hermosas obsidianas de su rey, ese sexy Lycan la miraba con tanta devoción, que a veces sentía que estaba soñando.

- Buenos días pequeña – Dijo con su ronca voz.

- Buenos días – Susurro\, su mirada se desvió del bello rostro del Lycan\, bajando por su cuello llegando hasta su torso desnudo\, perfectamente musculoso y sexy\, mordió su labio inferior para después lamer sus labios\, sus avellanas se perdían en lo sexy que él era.

- Pequeña\, me estas provocando – Dijo\, mientras bajaba la sabana que cubría su esbelto cuerpo\, dejando a la vista el camisón de seda color negro que usaba\, se había alzado hasta la altura de sus muslos.

Emily suspiró al sentir la mano de Draven acariciar su muslo, subiendo poco a poco hasta sus glúteos, metiéndose por debajo de la tela de encaje de su ropa interior.

- Tus nalgas me están poniendo duro\, pequeña – Gruño Draven\, hundiendo sus nudillos en su trasero.

- Draven- Emily se acercó más a él\, colocando sus manos sobre su desnudo torso.

- Mi hembra monta a tu macho – Dijo\,

Draven hizo un movimiento y la subió ahorcajadas, ella soltó un gemido de sorpresa, miró a su macho desde aquella posición, estar así le gusto, pues ella tendría el control esa mañana.

Emily comenzó a mover sus caderas, sintiendo el choque de su intimidad con la dureza de él, llevó sus manos hacia abajo, deslizándola entre sus cuerpos hasta encontrar el elástico del pantalón de seda que Draven aun llevaba puesto, sin romper el ritmo, tiro impaciente de la tela hacia abajo, liberando aquella imponente dureza de su macho.

Draven gruño, Emily en un movimiento decidido se elevó un poco para guiarlo y dejarse caer sobre él de manera lenta, ambos jadearon al mismo tiempo, él entraba tan profundo y ella lo sentía.

Emily apoyo sus manos sobre el pecho de él, para mantener el equilibrio de sus caderas, acelerando cada vez más el ritmo.

Draven hundió sus dedos con fuerza sobre sus nalgas, devorando con su mirada a su dulce hembra, quien empezaba aumentar sus gemidos.

- No te detengas\, pequeña – Ordeno con su ronca voz\, dándole un par de azotes sobre sus glúteos.

Ella gimió al sentir el ardor en aquella zona, cerró sus ojos y aumento sus movimientos, él también se unía, cada que ella bajaba, él empujaba hacia arriba, provocando que Emily gimiera con fuerza.

Ella echo su cabeza hacía atrás, coloco sus manos sobre el torso de él hundió sus uñas, disfrutando cada vez más, empezó a sentir los espasmos, el aroma a deseo y la esencia de Draven inundaban sus fosas nasales, la excitación de Draven crecía más en ella, y no pudo aguantar más estallo en un glorioso grito de placer, dejándose cae sobre el torso de su macho.

Draven se movió por unos segundos más hasta que se libero dentro de ella, la sostuvo de manera posesiva, enterró su rostro en su cuello y lamio su marca.

- Mi dulce hembra\, si continuamos así\, no vas a poder caminar durante la coronación – Se burló Draven.

Emily rio, aún estaba agitada, recuperándose del fogoso encuentro que acababan de tener.

- Me encanta ser follada por mi macho\, así que no me importa no caminar por unos días – Respondió levantando la mirada hacia a él.

Draven rio, beso su frente y la abrazo con posesividad, ese día sería solo para ellos y mañana por la mañana partirían al Reino de Silver Moon, donde Emily se reencontraría con las personas que le hicieron tanto daño, pero ahora, ella no estaba sola, tenía a su macho, a su Rey Oscuro para protegerla y él lo haría sin importar las consecuencias de sus actos.

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Gina entro a la oficina de su rey, hizo una reverencia arrodillándose ante él, así debía hacerlo, era su pareja destinada, pero también su Rey.

- Me mando a llamar mi amado Rey – Dijo ella con su voz suave.

- Si\, mañana llegaran los Reyes de los reinos vecinos\, por supuesto acompañadas de sus reinas – Dijo el rey mirándola aun de rodillas – El Rey de Shadow Moon confirmo su asistencia y viene acompañado – Agregó.

- ¿Acaso encontró a su pareja destinada? – Preguntó Gina con la mirada baja.

- Eso parece\, quiero que te acerques a ella\, te hagas su amiga\, necesito información útil para usar contra el Rey Oscuro – Dijo caminando hacia ella. – Gina\, si no consigues nada\, te voy a castigar\, de ti depende de que yo pueda hundir a ese maldito rey – Siseo

Gina sintió el aura Lycan de su rey, sintió temor, no debía ser así cuando era su pareja destinada, pero sucedía, no debía hacerlo enojar, tenía que cumplir su deber, y lo haría, ella sabía como tratar con las personas, como fingir ser una gran amiga y confidente.

- Haré todo lo que me ordene mi amado Rey – Dijo controlando su temblorosa voz.

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Draven estaba en su estudio, revisando unos detalles antes de salir con Emily, la llevaría de nuevo al ojo de media Luna, ella se lo había pedido, y él cumpliría todos los deseos de su pequeña hembra.

Miraba con atención su tablet, diferentes diseños de vestidos, tenía que elegir el que usaría Emily para su coronación, ella aun no sabía que a su regreso de Silver Moon sería coronada, quería darle una sorpresa, además no quería que se sintiera presionada, suficiente era con regresar al reino donde no fue feliz y tener que reencontrarse con aquellas personas que se atrevieron a hacer su vida tan miserable.

- ¿Blanco o negro? – susurró\, sabía que en las manadas usaban el blanco cuando nombraban a su Luna\, pero Emily sería coronada como Reina de Shadow Moon\, el negro debía usarlo para representar a su reino.

Tocaron la puerta y ella entro unos segundos después, él sonrió, se veía tan linda, después de unas horas fogosas de sexo, pasaron encerrados toda la mañana y apenas hace poco habían comido algo que no fuera ellos.

- ¿Te interrumpo? – Preguntó con sus mejillas sonrojadas.

- Nunca\, pequeña – Dijo él dejando su tablet sobre el escritorio y levantándose.

La recorrió con la mirada, ella usaba ropas deportivas, una falda short, una blusa con mangas y tenis negros, su cabello sujetado a una coleta alta. Incluso su forma de vestir había cambiado, sus curvas resaltaban perfectamente.

- ¿Puedes caminar? – Preguntó\, mientras ya estaba aún paso de ella.

Emily se sonrojo y suspiró, negó tímidamente, provocando que Draven riera con fuerza.

- ¿Me cargas? – Preguntó extendiendo sus manos hacía a él.

Draven, sonreía, mostrando su perfecta dentadura, una sonrisa, coqueta, sexy, ella hacía una cara tan tierna.

- Si\, mi pequeña – Draven la rodeó de la cintura y la cargo\, haciendo que ella rodeara sus piernas alrededor de su cintura.

- Así no…- Dijo ella jadeando al sentir el roce de sus intimidades.

- Pequeña\, tu sola te calientas – Susurro Draven cerca de sus labios – Y me calientas a mi – Le dio un corto beso.

Emily suspiró, coloco sus manos alrededor del cuello de Draven, sonrió con ternura, no podía controlar sus deseos cuando estaba con él, Draven, su macho, su Rey Oscuro era tan sexy, tan tierno y era solo de ella.

Draven camino con ella así en sus brazos, no la bajaría, no la cargaría de otra manera, así es como quería tenerla, su pequeña y dulce hembra, merecía todas las atenciones de su parte, toda su protección y su amor.

En el escritorio de Draven, donde había dejado su tablet, llegó un correo, uno que él había estado esperando desde que envió la invitación para la coronación de su Luna Oscura, el mensaje era claro, corto, aquella persona que lo envió, era la conocida como: Luna Madre. Ella en su respuesta a la invitación solo respondió con un “Asistencia confirmada”.

Su presencia convertiría a Emily en una Reina importante, haría que los cuatros reinos aliados, fijaran su atención en ella, se preguntaran ¿Por qué era tan importante? ¿Quién era para que Luna Madre estuviera presente en su coronación? Las respuestas que fueran, no importaban, simplemente afirmarían que el Rey Oscuro seguía siendo tan poderoso y temible teniendo ahora a su lado a su Luna Oscura.

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Emily admiraba aquel bello lugar, el agua turquesa que se extendía y el profundo silencio que lo caracterizaba, los cristales incrustados en las paredes iluminados por la luz del sol que se adentraba por la fisura del techo rocoso.

Ella camino hacia el agua turquesa, recordó que Draven le dijo que incluso curaban las heridas del alma, pero lo cierto era que las heridas de su alma, habían sido curadas por él. Se giró para quedar frente a él.

Y así una vez más las imágenes de las cinco siluetas desesperadas por ver herida a la silueta de mujer, queriendo cobrar venganza contra el ser que se las arrebato, volvieron a su mente, pero poco a poco las siluetas se hicieron visibles, podía ver algunos rostros, uno de ellos era Draven, aquel ser que hirió a la mujer, que ahora justo en ese momento podía verse a ella, sus ojos se llenaron de lágrimas, el dolor era insoportable ¿Qué sucedía? ¿Por qué veía todo eso? Draven, su rey oscuro, su macho, no sería capaz de hacerle daño ¿O sí?

Draven miró a su dulce hembra temblar, sus ojos llenos de lágrimas que amenazaban con desbordarse, él se acercó, trato de abrazarla, pero ella lo aparto bruscamente, lo empujo, ella retrocedió asustada, y tropezó con una roca, cayendo dentro del cenote, su cuerpo se hundía en lo más profundo, escuchó su grito desesperado.

- ¡Emily! –

Draven no dudo en saltar para salvar a su pequeña Luna, no le importaba su rechazo de hace unos segundos, solo quería salvarla, protegerla.

Los ojos de Emily se cerraban lentamente, logro verlo, él nadaba hacia a ella para salvarla, no, él no podía hacerle daño, no sería capaz, pero ¿Por qué vio todo eso? Tenía miedo, mucho miedo no de Draven, sino de ella, de cometer un error que lo hiciera enfurecer, que terminara odiándola y rechazándola. Ella no lo soportaría, porque ese vínculo que lo unía a él ya había hecho lo suyo, ella ya amaba a su Rey Oscuro. A su sexy Macho.