Julieta, se verá envuelta en una relación prohibida, pues se ha enamorado del padre de su esposo.
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La hermana de Julieta
Nelly...
Soy Nelly hija de dos bastardos, mi madre se embarazó de un hombre casado, primero tuvo a mi hermano que es mayor que yo por un año y medio.
Luego ella me tuvo a mí, viví con ella hasta los cinco años, de allí un día vino mi padre y se la llevó.
Ella no tuvo corazón y nos dejó como si no valiéramos nada, mi abuela fue quien nos crio desde entonces.
Mi abuela no es una mujer ni amorosa mucho menos sencilla, ama el dinero más que la familia.
Apenas pudo entregó a mi hermano a mi padre y este lo vendió, aun recuerdo ese día como si fuera ayer.
Esperarían unos meses antes, de llevarme y venderme a un mercader de 45 años. Que se quedó viudo y buscaba una nueva esposa.
Al pensar en ello, busque más información, siempre hay hombres mayores de buen ver, que me tratarían bien.
Pero no era ese mi caso, el tipo parecía de 80 años, muy descuidado y con un carácter terrible, golpeaba a sus empleados.
Esa no es la vida que merezco, por eso decidí hacer las cosas a mi manera.
En una de mis salidas conocí a un joven, era bello y me trataba bien, me enamore y me entregue a él.
Unos días después el muy desgraciado desapareció, llore mucho porque me había enamorado y creí que él me sacaría de este lugar y me daría una buena vida.
El tiempo fue pasando y con él, se acercaba el día que mi padre vendría a venderme.
Quería huir, pero no podía, ya que no tenía un solo centavo para irme.
Así el día llego, le llore y suplique a mi abuela porque no lo hiciera, a lo cual respondió te he cuidado porque tu virtud tiene un alto precio.
En caso contrario hace mucho te hubiera dejado morir de hambre.
Mi padre me arrastró al carruaje, allí no pude más y grité que ya no era pura.
Recibí una gran paliza de ellos, un médico llegó y me examinó, confirmando lo que les había dicho.
Ellos estaban furiosos y yo adolorida. Quería irme lejos, pero al no tener apoyo alguno podrían aprovecharse de mí.
Estuve en ese cuarto dos días, hasta que ellos volvieron por mí me amarraron y me llevaron lejos, cerca de la frontera para ser vendida a un burdel.
Aquí sentí como mi vida se había terminado. Mi padre aseguraba que yo era virgen y que el dinero lo necesitaba urgente.
Así me entrego a un mercader de esclavos llamado Patricio, este se haría cargo de llevarme al lugar de mi destino final.
El día fue largo y cansado, pero Patricio quería aprovechar mi cuerpo antes de entregarme, realmente no era tan feo.
Como él creía que yo era virgen aún, decidió "cuidar mi pureza", pero aun así me dijo que si lo complacía me daría algunos privilegios.
Sabía a qué se refería, no era tonta y acepté.
Que más podía hacer, si lo hacía feliz podría tener una buena comida y mejor comodidad para dormir.
Me llevo a otro lado, y bajo sus pantalones me arrodilló y yo muy tímida fingí no saber que hacer.
Me guio, me enseño como hacerlo, y lo hice llegar a su clímax, pero no sé contento.
Me puso de espaldas y me preparo por detrás, nunca lo hice por ahí, estaba nerviosa y le pedía que no.
Sin embargo, era un buen amante, sabía hacer las cosas.
Me preparo muy bien y casi no sentí dolor, solo placer, mis jugos se desbordaban y él los usaba para lubricarme más.
Masajeando mi zona me hizo llegar al éxtasis, mientras le pedía más.
Me hizo unos chupones pero que importaba, ese tipo era muy bueno en esto.
Mejor de lo que fue el tipo a quien le entregue mi pureza, con ese no sentí lo que experimente el día de hoy.
Él se vació en mí, pero no estaba satisfecho y yo menos, quería más y este giro.
Me beso y yo le correspondí, una guerra por quien tenía el control.
Al separarse me dijo; si me dices la verdad no te entregaré a ese prostíbulo.
No podía decir la verdad completa, pero a medias sí.
Entonces le dije que un hombre me golpeó y abuso de mí hace unos meses, mi padre al saber que no era virgen me vendió y me obligó a callar para no hacerle daño a mi hermano.
Este asintió y fue allí me tomó por completo, fundiendose en mi cuerpo, me hizo gritar de placer muchas veces, tomandome como su mujer.
Después de eso me llevó a su cama para dormir a su lado.
Los días pasaron y este me enseño su negocio, como ser fría y calculadora, a engañar a las jovencitas para llevarla con nosotros.
Entonces le agarré el gusto, puesto que me dejaba dinero y placer.
Patricio permanecía a mi lado vigilando mis pasos, cosa que no vi necesaria.
Me gustaba lo que hacía y lo que recibía a cambio, no me iría de su lado, por un pobretón.
Por uno que me ofrezca poder, una posición social y más dinero, sin duda lo haría.
Los meses pasaban, yo me cuidaba de un embarazo estaba descartado por ahora.
Patricio me empezó a dar más confianza y con ella pude ir a otros lugares sin él para conseguir más jóvenes.
No éramos exclusivos, eso me lo dejo claro desde el inicio, si le gustaba una la tomaría pero siempre sería su favorita.
Con esto en mente, porque no disfrutar también de otros hombres.
Así que iba de pueblo en pueblo, y si alguno me gustaba me lo llevaba a la cama.
Muchos de ellos soldados que se encontraban vigilado, les daba una buena noche de placer mientras mi gente se llevaba un par de chicas.
La mayoría sin familia para que nadie las extrañe.
Todo iba bien ahora tenía algo de dinero y una pequeña casa para mi, podía comprar joyas y vestidos, cuando me reencontraba con Patricio. Era una locura de pasión y lujuria.
Podía pasar una noche entera en sus brazos, mientras él poseía mi cuerpo muchas veces.