Desgraciada Vida

al poco tiempo de desayunar me dirigí a despedirme de la pequeña Miranda, quien corrió hacia mí abriendo sus brazos, lo que más me sorprendió fue ver a Izan despedirse de ella con cariño y delicadeza, parecía que le agradaban los niños y que era un hombre bueno cuando de Miranda u otro niño se trataba, pero con respecto a ella, parecía ser todo un salvaje, tal vez sufra de bipolaridad o simplemente puede que sea todo lo malo que mi mente piensa de él, un déspota, mujeriego que no le importa la vida de nadie más sino la suya, impulsivo y descontrolado capaz de hacer cualquier cosa por imponer su voluntad...

A veces da un poco de miedo, pero intento mantenerme al margen, aunque por fuera parezca una persona irrompible soy todo lo contrario, muy sensible a las palabras y los actos de las personas, aunque no lo demuestre, pero eh sufrido tanto en mi vida que a veces siento que todo a mi alrededor quisiera aplastarme.. me miró y con una señal me hizo entender que subiera al auto.. acto que hice, luego el también subió, nadie decía una sola palabra, al menos podré ver la ciudad, aunque sea por la ventana de este auto, se dijo así misma..

luego de lo que pareció ser un viaje de media hora se detuvieron en una enorme pastelería, en el techo de este se alojaba un pastel enorme, lo cual llamo la atención de Aura, se quedó admirándolo varios segundos hasta que la hicieron volver a la realidad..

-entraras o te quedaras como sonsa mirando ese enorme pastel de metal?- dijo el con desagrado

- entraré- contestó ella

-buenos días señor Petit, señorita un gusto- dijo amablemente el encargado del lugar

-buenos días, gracias por recibirnos-

-es con todo el gusto, señorita-

-mi padre le dijo cuales son mis gustos?-

-por supuesto señor, también me ordeno sumar los de la señorita, así que vengan por aquí y así ella podrá decirme que sabores le gustarían-

estos caminaron detrás del hombre cada uno por su lado, realmente no parecían una pareja de enamorados y bueno la verdad no lo estaban, pero tenían que cumplir con lo pactado así que cuando llegaron al mostrador ella habló..

- me gustaría una combinación de naranja y arequipe-

- tiene buenos gustos señorita, casi no lo piden pero es realmente delicioso-

- yo dije que quería una mezcla de ron y café-

- por supuesto, su padre me lo notificó claramente, así que lo que haremos es darles a cada uno una porción de los sabores que pidieron, así podrán decirnos si están satisfechos-

Mientras esperaban que les trajeran la prueba del pastel, Aura se levantó de la silla y camino hacia un gran ventanal que estaba a un lado y pudo admirar aquella torre que caracterizaba tanto a París, era de día y se veía realmente hermosa, entonces se preguntaba como se vería de noche.. un hombre alto y guapo se acerco a ella al verla sola admirando a través del ventanal..

- que hermosa vista, no cree usted señorita?-

-realmente lo es- contesto ella

- con todo respeto me refería a usted, no había visto señorita tan hermosa, aunque tal vez la haya visto antes-

-le agradezco el cumplido, es muy amable, pero no creo que sea posible- dijo un poco sonrojada

Izan que observaba desde la mesa aquella escena, no le gustó para nada que aquel hombre coqueteara con su prometida, fuera falso su amor o no, no permitiría que ningún hombre se atreviera a poner los ojos en lo que muy pronto sería suyo! se acercó a ellos tomando a Aura de la mano..

- vamos cariño?- dijo atrayendo de la cintura

-eh si vamos- se despidió de aquel alto y guapo joven que le había sacado una sonrisa..

- fue un gusto señorita- dijo el joven mirando a Izan con una sonrisa y retandolo

el solo apretó los dientes y se llevó a Aura rápidamente a la mesa claramente enojado..

- te alejas un segundo y ya hay hombres queriendo ligarte-

- que le pasa al señor? le molesta que otros hombres me miren?- contestó levantando una ceja en señal de irritarlo

- serás mi esposa por lo tanto ningún otro puede ni debe tocarte, que te quede muy claro-

- ah pero el señor si se puede manosear con una prostituta en medio de la noche, en la CASA donde segun él, vive la que será su esposa- dijo enojada

-eso es diferente-

-por que? porque eres hombre y yo mujer? eres un machista-

probaron los pasteles y acordaron en que cada piso fuera de un sabor... Aura aún seguía ofendida por las palabras de Izan, puede que no se casen enamorados, pero de igual manera sería su esposa y solo se comportaba como si ella fuera alguien sin criterio ni derecho a expresarse ni decidir por si misma, se levantó rapidamente y se dirigió al coche, al subir a este no pudo evitar soltar algunas lágrimas, en su vida nunca había sido tomada en cuenta, todo el mundo la veía como alguien a quien solo se le desprecia y se le dice que hacer, a veces se sentía tan poca cosa que no quería ni seguir viviendo en este mundo tan despiadado..

Izan fumaba un cigarrillo con la mirada fija en el auto, podía ver a aquella joven y hermosa mujer llorar, pero su personalidad y su semblante frío y déspota no le permitían sentir compasión, le dejo claro que solo el mandaba en esa relación y eso le bastaba.. se subió al auto y vio a Aura secar algunas lágrimas... no dijo nada y solo condujo..

Por otra parte, aquel joven que se había acercado a Aura en la pastelería no lo había hecho por simple curiosidad, sino porque sus intenciones eran otras, más allá de las que dejo ver en ese lugar, se había propuesto hace muchos años encontrarla y ahora que lo hizo no iba a retroceder ante un imbécil como Izan Petit, eso jamás, lo haría con cautela y sin ser descubierto...

En la mansión Petit la pequeña Miranda se preparaba para asistir a su primer día de escuela, Aura que no hacia nada había llegado, le dijo al chófer que ella también iría a llevar a la hermosa niña de largos cabellos rojizos que tanto adoraba, después de peinarla la tomo de la mano y caminaron al coche donde esperaba el chófer

-todo listo señora?

-si Ivan, ya podemos irnos-

se pusieron en marcha y al poco tiempo estaban dejando a la pequeña en una escuela grande y hermosa, le dio un beso en la frente y esta corriendo entro feliz..