No todo puede ser color de rosa, ¿O si?
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Consuelo.
Mientras tanto, en el baile, Lily estaba pasando la mejor noche de su vida. Definitivamente se había olvidado de la decepción que su padre le había ocasionado.
Luego de haber bailado por mucho tiempo, la pequeña se quedó dormida en los brazos de su tío. Cédric fue a buscar a Victoria, quien charlaba con sus amigas, pero tan pronto como lo vió, supo que ya era hora de irse.
Se despidió de sus amigas y siguió a Cédric al coche.
—Lo siento, creo que no podremos ir a cenar ahora que la princesa se quedó dormida, pero podemos comprar comida para llevar –propuso y ella simplemente asintió, poniéndose el cinturón de seguridad. La verdad es que Victoria no estaba de humor para nada, pero no podía ser cruel con su cuñado, no después de que él hizo todo este trabajo por Lily–.
El viaje a casa fue silencioso, pues al igual que ella, Cédric tenía una tormenta en su mente. Todo hubiera sido más fácil si su hermano fuera fiel, pero ese no es el caso.
Una vez que llegaron, Victoria quiso tomar a su hija para llevarla a la cama, pero Cédric se le adelantó y la llevó a su habitación. La acomodó suavemente en la cama y la arropó. Era evidente que ella estaba muy adormilada, pues cuando vió a su tío sonrió dulcemente.
—Buenas noches, papi...
Murmuró quedándose profundamente dormida, Cédric se quedó tieso, no podía creer que su sobrina lo hubiera confundido. Pero sabía que no podía culparlo, literalmente tiene la misma cara que Alexander.
Miró a la puerta y allí vió a Victoria, quien ahora tenía lágrimas recorriendo por su rostro. Él sabía que ella estaba destrozada, su familia ahora estaba rota, y ella no podía hacer nada para evitarlo.
Él arropó suavemente a la niña y beso su frente con ternura.
—Buenas noches, mí amor.
Susurró y salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de él. Ahora estaba frente a Victoria, quien intentaba secar sus lágrimas pero fue inútil. Él no dijo nada, simplemente la abrazó.
Lo cierto es que él le había contado a Victoria que Alexander tenía una amante desde el principio, más precisamente el día que su hermano tuvo aquella pelea en el bar. Él creyó que ella haría un escándalo, que lo golpearía, y le pediría el divorcio a su hermano, pero no fue así. Ella mantuvo la calma y fingió que nada había ocurrido.
Ella se derrumbó en los brazos de su cuñado, llorando desconsoladamente. Hacía varias semanas que ha estado llorando en silencio, sufriendo sola, pero nada le rompía más el corazón que ver a su hija extrañar a su padre.
Ella bien sabía lo que debía hacer, debía divorciarse, ¿Pero como? Él era el hombre que amaba. No entiende qué salió mal, ¿Por qué él quiso buscar una amante y arruinar su matrimonio? ¿Que había de malo con ella? Si, es cierto, hace mucho tiempo no tenían intimidad pero es que ya no podían enfocarse tanto en él, pues Lily la consumía mucho.
Tampoco ayudaba que él prefería trabajar en lugar de estar en casa, antes pensaba que era porque él amaba su trabajo, pero ahora entiende que es porque tiene una amante joven y bella.
Cédric la llevó al sofá, dejándola descansar, secó sus lágrimas y la miró a los ojos. Le dolió verla así de rota.
—¿Vas a divorciarte? –preguntó él, la verdad es que estaba preocupado. De verdad quería que Victoria rompiera con Alexander, más sabía que, de no ser así, debía respetar su decisión–.
—Sí, lo haré... –murmuró, secando sus lágrimas–. Tú mismo lo viste, él se fue con su amante y no le importó que Lily hubiera quedado con el corazón roto.
Él suspiró aliviado, por fin ella se divorciaría de su hermano bastardo.
—Bien, esa es la mejor opción, no puedes seguir sufriendo por él y mucho menos dejar que Lily también pase por eso. Será difícil, lo sé, sobretodo porque él es un gran abogado, pero tenemos muchas pruebas en su contra, lo que te ayudara para poder quedarte con la niña. Y no, no debes preocuparte por nada, yo llamaré a mí padre, él es juez y te ayudara una vez que el cuente todo lo que ese maldito te hizo.
Ella asintió levemente, sabía que no sería fácil, pero tenía que hacerlo, por ella y por su hija.
—Gracias por escucharme, Ce –lo llamó por aquel apodo cálido que solía usar cuando eran más jóvenes–. Y sobre todo muchas gracias por haberme dicho sobre la infidelidad de Alexander desde el primer momento, sé que no fue fácil para ti, pero te lo agradezco.
—Claro, haría cualquier cosa por ti, lo sabes...
Ella bien sabía que eso era cierto, pues conocía los sentimientos de su cuñado hacia ella. Pero no quería abusar y tampoco darle falsas esperanzas, aún tenía el corazón roto y lo que menos necesitaba ahora mismo era una relación.
siempre se sale adelante 🫣🫢🤫👋🇵🇦
no te conviene siendo el mejor abogado con todo lo que tu zorra le mando a Victoria tiene las de ganar y tu que eras embarrado