NovelToon NovelToon
Azabache

Azabache

Status: Terminada
Genre:Juego del gato y el ratón / Edad media / Intrigante / Amor-odio / Romance / Mundo de fantasía / Completas
Popularitas:178.9k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Séptimo libro de la saga colores.

Lord Leandro Mercier ha regresado a la sociedad aristócrata después de muchos años desaparecido, nadie lo reconocerá, ya no es el joven gordito que era objeto de mofas en las celebraciones, ahora es el soltero codiciado de la capital de Floris, pero el destino lo pondrá frente a una ladrona que intentará robarle todo, sin esperarlo, también su tesoro más preciado, su corazón.

NovelToon tiene autorización de thailyng nazaret bernal rangel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

9. Fijación por la cortesana

...LEANDRO:...

Debía forzarme a no saber que estaba haciendo Liseth en el taller, a pesar de que deseaba asomarme nuevamente para molestarla con mi presencia y mis provocaciones, algo que me estaba resultando entretenido, me contuve y me concentré en continuar con mi trabajo, con mi pronta guerra con el duque.

No iba rendirme, le daría con todo, algo aprendí de los enemigos de mis hermanos, los mismos que se convirtieron en míos.

Aprendí que cada quien tenía secretos que podían usarse como puntos débiles y el duque no podía poseer una vida tan perfecta con tal actitud tan controladora.

Por supuesto que estaba cuidando algo.

Seguí observando por la ventana del estudio.

Un hombre de piel oscura con traje oscuro y cuerpo fornido estaba caminando por los alrededores, llevaba varios minutos apareciendo y desapareciendo. Me resultaba sospechoso, tal vez el duque había empezado a vigilar mis pasos.

¿Debería seguirlo?

Si seguía rondando lo haría.

No podía permitir que el duque siguiera tomando delantera.

Salí del estudio para ejercitarme un poco.

Como alegó la señorita Liseth, yo tenía un tiempo de ocio, muy corto y lo aprovechaba para ir a una estancia trasera que tenía la mansión.

Me cambié de ropa y entré al salón, donde tenía pesas de hierro y cuerdas para trepar.

Empecé a ejercitarme.

Levantando las pesas y trepando, saltando y dándole golpes a un saco de cuero relleno con arena.

Entrené por casi una hora.

Mi estómago empezó a rugir de inmediato, pero lo ignoré y seguí entrenando.

Estás ansias debían acabarse.

Recordaba que de niño lloraba por no poder parar de comer, era más los comentarios de mi padre y sus comparaciones sobre su hijo primogénito, el ejemplo, un niño que tampoco era feliz a causa de complacer a su padre.

Mi hermano Sebastian sufrió tanto como yo por la rigidez de mi padre.

No podía negar que llegué a sentirme celoso de que él fuera más agraciado y talentoso, pero no lo odiaba.

Ansiaba libertad, como yo y pronto la consiguió en sus viajes de exploración, mientras que yo me quedaba estancado entre cuatro paredes, con un padre humillando a mi madre, convirtiendo la casa en un caos.

No tenía escapatoria, afuera era juzgado por mi inseguridad y mi apariencia, adentro, me ahogaba entre tanto control.

Así que no iba a permitir que un sujeto como el duque viniera a perturbar mi libertad.

Pensaba en como me escondí en ese árbol y esperé hasta que mi padre se acercó, al ver su expresión de victoria, sus manos guardando el testamento por el que me había golpeado y humillado, avancé con la daga.

Me atravesé y empujé la daga justo en su pecho, en su corazón.

Su expresión cambió, sus ojos se abrieron y me ví reflejado en sus pupilas grises.

Al ver que aún respiraba di un último movimiento a la daga y así fue como su brillo desapareció.

¿Podría hacerlo nuevamente?

Mis manos temblaban al observarlas.

El sudor me corría por el cuerpo, por mi pecho descubierto y mi rostro.

Salí del salón y entré a la mansión por la puerta trasera, al pasar por la cocina el olor a comida me volvió a descontrolar.

La cena estaba pronta a servirse.

— Hijo ¿Estabas entrenando?

Mi madre salió de la cocina al verme parado en el umbral.

— Un poco.

Observó el sudor y mi voz jadeante.

— No te excedas.

— Dame un poco de agua, por favor.

Buscó un vaso, los sirvientes sirvieron el agua y mi madre volvió.

Bebí sin parar.

— ¿Comiste?

— No tenía hambre — Corté y frunció el ceño.

— Leandro, no trates tu cuerpo así.

— Madre, no te preocupes por mí.

— No me vengas con eso, si sigues así te vas a matar — Gruñó y me pasé una mano por el cabello.

— Estoy bien, me siento bien.

— Ya — No me creyó.

— ¿La Señora Liseth ya se marchó? — Pregunté, jadeando aún.

— No, la inventé a cenar — Dijo, tomando el vaso vacío de mi mano.

— ¿Qué hiciste qué?

— ¿Otra vez olvidaste cómo ser cortés? — Arqueó las cejas — Es una empleada que no se queda a dormir aquí, así que por lo menos deberías ofrecerle la cena ¿Quién sabe dónde vivirá o si tiene piezas suficientes para pagar un plato de comida?

— No confío en ella, ni siquiera sé nada sobre su vida, no creo que esté muriendo de hambre — Gruñí, no quería verla demasiado, ya se me estaba metiendo entre ceja y ceja, así que era mejor mantener la distancia.

— Eso no tiene importancia.

No comprendía la actitud tan condescendiente hacia Liseth.

— Bien, que se quede a comer — Accedí a regañadientes, más bien fingía que no me disgustaba para que no se hiciera ideas en la mente.

— Ve a cambiarte, no me gusta que andes medio desnudo por los pasillos — Me regañó.

Llevaba pantalones y botas, eso debería bastar para andar en mi propia casa.

Solté una carcajada y caminé hacia las escaleras para subir a mi habitación.

Liseth se encontraba observando una pintura familiar y pasó sus manos por un jarrón sobre una mesita que adornaba el vestíbulo.

— ¿Qué le dije de curiosear?

Se sobresaltó y me observó — Solo apreciaba lo delicado que es este... — Sus ojos pasearon por mi pecho — Jarrón — Vaciló — La pintura... — Señaló hacia el retrato — ¿Quiénes son los que posan junto a su madre?

— Mi hermano, el marqués Sebastian Mercier y su esposa Emiliana Mercier junto a mi sobrina en brazos — Dije, recordando que antes de marcharme pedí que posaran para un retrato familiar.

Lamentaba no poder incluir a Chester y tampoco a Wiliam, pero ante la sociedad, ellos no eran parientes y si se llegaba a saber sobre la verdadera procedencia del marqués, mi familia terminaría de caer en la desgraciada, así si estaríamos expuestos a un escarnio público y terminaríamos viviendo exiliados.

— ¿Por qué usted no posa con ellos?

— Fue un obsequio.

Tenía apariencia desmejorada en ese entonces. Nunca me agradó ser retratado, me recordaba lo que fui y cuanto me odié por ello.

Mi padre siempre criticaba el resultado, Leandro era el único problema, mi postura encorvada y la ropa ajustada, todo eran quejas y quejas sobre mi poco atractivo.

No podía dejar atrás la presencia de mi padre, ni siquiera en con su muerte, me perseguía sus recuerdos y su sombra, parecía estar siguiéndome desde otro plano, porque no dejaba de atormentar mi mente.

— Oh — Observó mi retrato, el que estaba colgado al lado — ¿Por qué deben pintarse retratos?

— Para la historia familiar, todos los antepasados hicieron lo mismo.

Parecía curiosa — Nunca he sido pintada.

— Sería un retrato muy hermoso — Susurré y me observó.

— ¿Qué dijo?

— Nada, me comentó mi madre que se quedará a cenar — Hice ademán de subir un escalón.

— Sí no lo desea puedo marcharme, no me molesta... Comeré en otra parte...

— No, descuide, no me molesta...

Posé la mano en el barandal.

Sentí como todo mi mundo se tambaleaba y tuve que aferrarme al barandal.

Cerré mis ojos por un momento.

— Mi lord ¿Se encuentra bien?

Estaba a mi lado, elevé mi cabeza, todavía me encontraba mareado.

— Estoy bien — Gruñí, dando otro paso.

Casi tropiezo, pero Liseth me sostuvo, rodeando mi espalda con su brazo, colocando su hombro bajo mi brazo.

¿Cómo podía tener tanta fuerza cuando estaba apoyando la mitad de mi peso en ella? ¿A caso yo estaba perdiendo peso?

Tiró de mí, mantiendo firme mi cuerpo, estaba seguro que podía levantarme del suelo si le apeteciera.

— No está bien ¿Qué le sucede? — Palmeó mi mejilla y giré mi rostro hacia ella — ¿Qué tiene? Le diré a su madre que...

El mareo estaba pasando, coloqué mi dedo contra sus gruesos labios y se quedó inmóvil, sus ojos azabaches estaban abiertos de par en par.

El olor de su piel era provocativo.

— Si hace eso la despido... Solo perdí el equilibrio.

— No me parecía que era eso — Su respiración se atoró.

— Esos labios tan gruesos deberían ser prohibidos — Observé su boca.

— ¿Está delirando? — Se estremeció.

— No — Me aparté al sentir el tirón de mi miembro, tuve que quitar su brazo de mi espalda — No comente nada a mi madre o será la última vez que pise la mansión.

— Mi lord... — Sus mejillas parecían estar sonrojadas, su piel escondía muy bien sus emociones.

— No insista en llevarme la contraria.

En mí mente surgían miles de preguntas indebidas sobre su anterior oficio, imaginaba como sería estar dentro de ella, tocando esa piel, sentir su calor, escuchar sus gemidos, ver su rostro en frenesí.

No podía dejar de pensar en eso.

Liseth era tan tentadora, incluso en ocasiones parecía no notar lo que lograba con solo respirar cerca de mí.

Subí las escaleras, con un bulto entre las piernas.

No podía gastar más energía que la que usé haciendo ejercicio, así que debía controlar mi mano.

...****************...

Durante la cena comí con lentitud, picando pequeñas porciones.

— ¿Tiene familia? Liseth.

Ella se tensó ante la pregunta de mi madre.

— No, no tengo.

— Ooh es una pena — Mi madre se preocupó — ¿Cómo es qué podías valerte por ti misma?

— Me crió una conocida y cuando crecí tuve que trabajar — Dijo, manteniendo expresión neutral.

Podía hablar tan poco de si misma y eso me desagradaba. Se que yo no era el más indicado para criticar su forma de ser, en el pasado era tan poco conversador que no se podía contar las pocas veces que emitía una monosílaba en las cenas y eventos.

No me interesaba su vida privada, pero mi curiosidad me estaba tentando a saber más de ella.

— ¿Empezó de cortesana muy temprano? — Pregunté y me lanzó una mirada.

— Leandro — Me reprendió mi madre, con el ceño fruncido — No son preguntas adecuadas o de nuestra incumbencia.

— Disculpen, temo que debo retirarme, ya es muy tarde — Dijo, levantándose.

Mi pregunta no fue adecuada. No sabía porque me molestaba su anterior vida, no tenía nada en contra de las cortesanas, ni siquiera juzgaba sus vidas, sabía que había pocas opciones para las mujeres de baja posición.

— Puedes quedarte a dormir — Propuso mi madre, con un poco de vergüenza.

— No, no se preocupe, gracias por la comida, estaba deliciosa — Dijo, haciendo una reverencia — Buenas noches, mi lady.

Salió sin despedirse de mí.

— Leandro, no debiste hacer semejante pregunta — Me reprendió — Fue irrespetuoso.

— No tenía nada de irrespetuoso.

— Es inmiscuirse en su vida privada.

Solté una larga respiración

Me levanté — Permiso, madre...

— No terminaste de comer.

Salí del comedor y observé por una de las ventanas del pasillo.

Los faroles estaban encendidos, en un callejón había una figura extraña, se asomó por un momento donde alcanzaba a dar la luz, el mismo hombre de piel oscura seguía vigilando la zona.

Me apresuré a la salida, temiendo por la integridad de Liseth.

— ¿A dónde se dirige mi lord? — Preguntó el mayordomo.

— ¿La señorita Liseth acaba de salir?

— Así es, mi lord.

— Saldré un momento.

— ¿Quiere un abrigo?

— No tardaré demasiado.

Abrió la puerta para mí y bajé las escaleras hacia el patio, crucé la reja y observé a ambos lados de la calle.

Liseth estaba tomando un callejón y la seguí.

Caminé rápidamente.

El hombre fornido no se veía por ninguna parte.

Fruncí el ceño cuando Liseth desapareció de mi vista, recorrí el callejón, saliendo a otra calle aledaña.

Me escondí tras una pared cuando apareció el hombre fornido.

Liseth también apareció, en la otra acera, afuera de una posada.

Observó al hombre fornido y fruncí el ceño cuando él se aproximó a ella.

No parecía estar asustada.

Al contrario.

Me percaté de que se conocían.

Entraron juntos a la posada y apreté mi mandíbula.

Así que eso era lo que tanto buscaba ese hombre, a Liseth y ella parecía muy dispuesta a recibirlo. Tal vez era algún amante o un cliente preferido, apostaría por lo primero.

Me sentí enojado.

Yo temiendo por su integridad y resulta que conocía a ese hombre, no solo eso, lo invitó a pasar a su habitación.

No me apetecía imaginar lo que sucedería entre esas cuatro paredes.

Liseth ya tenía un hombre, no me importaba si era su amante, su amor o un simple encuentro aventurero, no quería tener ningún interés por ella, ni siquiera el deseo que crecía dentro de mí.

Ella no era una mujer para mí.

1
Karlite
Excelente historia la amé también me encantas los chocolates 🤤
Luz Maria Rodriguez
Muy buena novela, felicidades sutora👍
Luz Maria Rodriguez
Se está reuniendo la familia y faltan más para que se conozcan y entonces si cuando estén todos juntos va a ser un gran alboroto
Luz Maria Rodriguez
Muy bien Lord Leandro su sueño se va a cumplir, casarse con Maude es lo mejor que le puede suceder, independientemente de lo que venga después, su hijo estará seguro con su padre y eso es lo mejor no andará como huérfano como su mamá 👍
Luz Maria Rodriguez
Al fin Leandro le dijo a Maude el por qué de las pesadillas. Ojalá Roquer se arrepienta y regrese a Pepper
Luz Maria Rodriguez
Bueno ya se resolvió parte del problema con el duque puesto en prisión mientras sigan las averiguaciones y que traigan al baron de Marla pobre hombre también le va a tocar algo por lo que hicieron pues trataron a la bebé 🚼 como si fuera mercancía haz de cuenta que hicieron un trueque
Luz Maria Rodriguez
Esto se está poniendo mejor, haber que va a decir el duque cuando Leandro le saque sus trapitos al sol, de que manera se va a defender el duque, se me hace que cuando lo empiece a cuestionar Leandro va a cometer un error que va a ser que a El también lo enjuicien, debe ser muy cuidadoso Lord con el cuestionamientos que le haga póngale una zancadilla para que caiga
Luz Maria Rodriguez
Espero que el capitán le crea al Lord de que El no sabe nada y que sólo Maude y su hermano son los que raptaron a Pepper aunque ella le tocará a su hermano que no lo hiciera Roquer no la escuchó y lo hizo
Luz Maria Rodriguez
Sin duda alguna los tiempos no han cambiado, se fijan sólo en la apariencia y desprecian a la gente de color y hasta nuestros días lo siguen haciendo, se creen mucho porque pertenecen a la nobleza 🙈🙈🙈
Luz Maria Rodriguez
El rey 👑 sigue con la mala fama de su hermana Vanessa, aunque su vida es otra historia, pero la gente no olvida tan fácilmente y como están pasando los años y el 👑 Rey no se ha casado por eso siguen con los comentarios
Luz Maria Rodriguez
Lo bueno que Maude y Leandro lograron salir del palacio del duque sin que los encontrarán pero si se arriesgaron mucho y no encontraron nada que pueda perjudicar al duque pero llegaron muy agotados por el ejercicio que hicieron al brincar por los tejados.
Ahora llegaron Chester y Tiffany será sólo visita de cortesía ya veremos
Enith😊
Pobrecito Leandro, quedó marcado por el bullying
Luz Maria Rodriguez
Por lo menos Roquer no se quedó con las ganas de darle su merecido porque ese duque es muy fanfarrón y altanero pero con unos golpes lo descontaron y lo dejaron semiinconciente por burlarse de los padres de ellos y todavía enfrente de ellos les dice que murieron dejándolos a ellos huérfanos siendo unos niños que no se podían valer por ellos mismos, no tenían familia y los amigos tampoco quisieron hacerse cargo de ellos por eso se convirtieron en ladronzuelos de algo tenían que sobrevivir para salir adelante
Luz Maria Rodriguez
Roquer, lo mejor que puedes hacer es huir y dejar a la muchacha al final de la ciudad y tu continúa tu camino, lo que debes de hacer es huir antes de que te atrapen y seas muerto pues te pueden ahorcar por ese delito, además es la hija del duque, no tientes tu suerte, hazle caso a Maude, desde un principio deberías de haberlo hecho pero tú sed de venganza te está llevando al matadero
Enith😊
Jajajajajajaja, que pecao, es un tragon
Enith😊
Cómo??? Ñercoles, la vaina tomó otro giro, esto si no lo vi venir.
Enith😊
Será que pepper encuentre o la atropelle el amor con Roger?
Enith😊
Ay no sea mentiroso, sin depilarse y sin bañarse pues llego de la calle y de una se puso el vestido para ir a verlo, gass😂
Enith😊
Depilate, por favor🤭
Luz Maria Rodriguez
Ni modo Liseth ya te descubrió Leandro y sabe que eres una asesina y te quiere entregar sin que tú le expliques el por qué de las cosas, aunque viéndolo bien el tampoco es una perita en dulces el también tiene cola que le pisen, haber cual va a ser su excusa
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play