Pasiones Prohibidas

Damian.

—¿Qué piensas hacerme? —preguntó Anna en medio de lágrimas.

—Nada de lo que no sepas que soy capaz, ¿sabes por qué estás aquí? Pregunté sacando un estuche, de el equipaje que cargo.

—¡No!!! Gritó negando con la cabeza.

—Voy a presentarte un amigo, alce mis manos y le hice señas a Anthony para que se acercara.

Anthony se acercó y ella palideció —Por favor, no me hagas nada.

—Dices que no sabes por qué estás aquí, pues te mostraré la razón.

Saqué una cámara de video, que pertenecía a ella, la puse en una mesa quedando frente a ella y puse a reproducir la grabación.

En la grabación se podía observar ella, que puso a grabar y decía que había escuchado una información importante sobre un asesinato que se iba a efectuar esa noche.

Anna tiene cuatro años trabajando para mí en mi club exclusivo, en una ocasión se me insinuó y la rechace, diciéndole que no cumplía las expectativas para ser una sumisa.

No dijo nada en ese entonces, pero no creí que su resentimiento la llevará a traicionar mi confianza, debido a que ella sabe que eso jamás lo perdono.

En la grabación se vio cómo llegó a nuestra mesa, la cámara la tenía puesta en alguna clase de argolla o accesorio, ya que tenía una excelente imagen a todo lo que pasaba por al frente de ella.

En la imagen se podía observar que estaba con Andrés y Alejando en la mesa, dejo la bebida que vino a traer y enseguida caminó, quedó posicionada atrás de nuestra mesa y se escuchó a Andrés decir que la rata había caído y ya estaba lista.

Nos levantamos de la mesa y caminamos directo a la salida, ella corrió y casi en la salida chocó con Andrés y luego era él, el que tenía la cámara.

Ella pidió disculpas y se fue enseguida.

Andrés empezó a reírse de cómo ella me miraba al irse y subimos a su auto los tres.

En el auto saque la mascara de Vicenzo Olivieri y me la coloque, Andrés se colocó su antifaz, yo me podía ver perfectamente, pero a él se le vio sacar el antifaz; sin embargo la cámara no mostró cómo se veía, fuimos directo a la bodega 3B, bajamos y ahí estaban varios de mis hombres y su identidad se veía reflejada en ese grabación.

Fue un excelente espionaje debido a que se podía ver la ubicación exacta de esa bodega.

Entramos a la bodega y ahí se encontraba Camilo uno de mis transportadores de la drogas y armas, hace una semana se perdió un cargamento, dijo que había sido una falla de la lancha y se había incendiado, pero a los tres días esa mercancía fue propuesta a unos de mis compradores que él no conocía.

Estuve a poco de asesinar a uno de mis mejores mecánicos por la traición de Camilo, debido a que en su informe notificó que hubo una falla en el motor,su mano estaba quemada así que fue creíble la historia.

Si se quemo un poco de piel yo estaba dispuesto a terminar lo que él inició.

Cuando Camilo me vio llegar empezó a gritar que lo perdonara que él no quiso hacer lo que hizo, que había alguien que había secuestrado a su hija y lo hizo en medio del desespero.

Se pudo ver que me pare al frente de él, Alejandro bajo las cadenas y Camilo quedo a mi altura.

—Si eso sucedió sabes cual era tu paso a seguir, pregunté.

—¡Si señor! debía decirle y usted hubiera encontrado a mi hija.

—Que bien que sepas que yo lo hubiera hecho, dije, camine a una mesa que estaba a una esquina y tome un bisturí volví a caminar a donde él, esto de aquí te lo hiciste tú, pregunte y con el bisturí empecé a cortar la herida de su brazo.

—Si lo hice, perdóname, gritaba y de sus pantalones empezó a salir orina.

—¿Tienes algún nombre para mí? pregunté.

—No, solo hice lo ordenado sin preguntar, solo quería a mi hija de regreso, decía Camilo en un sollozo.

—Lastima un nombre me hubiera servido mucho, ya que te gustan las quemaduras te daré gusto en eso, camine y jale un cubo que había a un extremo lo abrí, tenía gas inflamable.

Hice señas a Alejandro y él alzó un poco la cadena alzando el cuerpo colgado, puse el cubo abajo y Alejandro volvió a bajar la cadena quedando el cuerpo con los pies dentro del gas.

Saqué un encendedor y lo tiré al cubo y el cuerpo de camilo empezó a arder en llamas, lento desde de sus pies subiendo por cada parte de su cuerpo, estremecía su cuerpo y desgarradores gritos salían de él hasta que dejó de moverse.

—Creo qué quedó complacido, escuché decir a Andrés en la grabación.

Salimos, ordené que limpiarán la bodega y no dejaran rastro de ese traidor, subimos al auto esta vez Andrés y yo, Alejandro se quedó supervisando la limpieza.

Cuando subí al auto quité mi máscara y volví a ser Damian Dufort.

Andrés condujo y me dejó en uno de mis apartamento en el centro de la ciudad y él se retiró, condujo unas cuadras y ahí se encontraba su apartamento en un exclusivo edificio.

En el loving del edificio se encontraba Anna esperando sentada, cuando lo vio camino a él diciendo que le venía a decir que no podía más y se iba, que ella me amaba demasiado y yo la despreciaba y ella no podía con mi despresio se abalanzó a Andrés, diciendonque me informara de su ida, todo quedó negro luego se escucho ruidos como si ella corriera y se terminó la grabación.

Alce mi rostro y miré a Anna la cual no dejaba de llorar y negar con la cabeza.

Fui a quitar mi máscara y gritó que no lo hiciera.

Me quedé parado observando la escena repugnante, ya que al igual que el traidor de Camilo se hizo su ropa, pero no creo que logré imaginar lo que le espera.