Amandote En Secreto

–Alguien podría oírte, apúrate. (Hablo porque este hombre quiere recordarme el pasado justo ahora).

–Déjales escuchar, al menos se enterarán de todo, Esmy (Jales habla despreocupadamente).

­Jales, te juro que si no te levantas de esa silla y te alejas de mí, te voy a quitar ese cuchillo. mesa y mételo por la garganta. (Digo recogiendo el cuchillo que está sobre la mesa).

–Eso era lo que faltaba, ¿qué haces aquí? (Nicolas habla acercándose a nuestra mesa y dejo caer el rostro).

–Nos vemos mañana por la mañana en ese lugar, tenemos que hablar. (Jales habla en voz baja para que yo pueda oír).

–Nicolau, qué bueno ver a mi viejo amigo. ¿Quieres un poco de vino? (Jales dice, este hombre no tiene miedo a la muerte).

–No quiero que venga ninguna mierda de ti, y es Nicolas. (Nicolás habla irritado).

–Dejaste a Esmeralda aquí y yo solo quería hacerle compañía, incluso traje un bebe por ella. (Jales habla y Nicolas me mira).

–Él no hizo nada malo, simplemente estaba sentado aquí, no me molestó en absoluto. (miento forzando una sonrisa y tomo un sorbo de vino, terminándolo).

­¿Ver? Deberías estar agradecido porque le hice compañía a la esposa de tu hermano. (Jales habla y toma una copa de vino que llevaba un camarero en una bandeja y la pone en mi copa vacía). Aquí hay otro.

­Gracias. (Digo recibiendo y tomo un sorbo).

–Esmeralda, ¿no estás bebiendo demasiado rápido? (Nicolás dice que está preocupado, yo estoy demasiado nervioso, tengo miedo de que Jales cuente la verdad).

–Déjala divertirse. (Jales habla, poniéndose de pie). Alexis.

–Por primera vez no llegaste tarde. (Un hombre rubio de ojos azules habla mientras abraza a Jales, no mentía cuando dijo que es un gran amigo del novio).

–¿Qué hace aquí? (Hamilton habla después de llegar con el hombre).

–Jales es mi padrino de boda en mi boda. (Alexis, acabo de reconocerlo, es primo de Hamilton, habla y todos miran a Jales).

–Tcharam. (Jales habla).

–Somos amigos desde hace mucho tiempo, de hecho han pasado casi cinco años desde que lo conocí en Launstone. (Habla Alexis, eso era lo que faltaba).

–Estaba de viaje, pero no es necesario que lo sepan. (Jales habla). Quizás algún día te lo cuente.

–Esmeralda, eres muy hermosa. (Habla Alexis, parece que se acordó de mí).

­Gracias. (digo sonriendo).

–Pero me entristeció mucho no haber recibido una invitación a la boda. (Alexis habla). Fue una sorpresa cuando descubrí que ustedes dos se casaron.

–No invitaron a nadie, fue una sorpresa para todos, hasta mamá se desmayó de tanta sorpresa. (Nicolás habla y Alma se ríe).

–Alexis, tenías que verlo. (Dice Alma riendo). Fue muy divertido.

–No fue divertido, Alma. (Habla Nicolás).

–Tienes razón, no fue divertido. (Dice Alma tratando de no reírse).

–Y aquí está la novia más bella del planeta. (Jales habla y una mujer de cabello negro corto lo abraza)?

–¿Dónde fue? Al menos hoy podrías haber intentado llegar temprano, Jales. (dice la mujer cruzándose de brazos).

–Esmeralda, bailemos. (Hamilton habla y me tiende la mano).

–Aquí hay mucha gente, ¿y si me piso el vestido y me caigo? (Digo tomando tu mano).

–Si te caes te agarraré, nadie se reirá de ti. (Hamilton habla y miramos a Alma que está sentada comiendo pastel). Sacando al loco de ahí.

­Todo está bien. (Digo y él sonríe mientras me lleva a bailar).

–Se me olvidó decirte lo hermosa que estás hoy. (Me habla al oído y me hace sonreír mientras bailamos). Pero no creo que sea necesario, eso ya deberías saberlo.

–Lo dicen, pero yo no lo creo mucho. (Lo digo en broma).

–Mira a nuestro alrededor, dudo mucho que encuentres una mujer más hermosa que tú, ni siquiera Sophie que es la novia. (Él habla).

–No digas algo así. (digo sonriendo).

–Pero es la pura verdad. (Él habla).

–Si tú lo dices, lo creo. (digo y me hace girar).

­Te quiero muchísimo. (Dice algo tomándome desprevenido y me besa justo en el medio de la habitación).

–Hamilton… (hablo interrumpiendo el beso). Hay gente mirando.

Si fue un beso… bien, pero prácticamente estaba devorando mi boca.

–Pensé que te parabas a decir que tú también me amas. (Hamilton y yo simplemente lo miramos fijamente). Creo que tendré que esperar más.

­Perdón. (Hablo y él toma mi mano y volvemos a nuestra mesa).

–No me voy a rendir, te voy a esperar aunque sea hasta mi muerte. (Dice acercando la silla hacia mí, parece que cuando se mete algo en la cabeza nunca lo retira).

–¿Qué fue eso en medio del baile? (Habla la novia). Si quieres podemos buscarte una habitación...

–Dije que había gente mirando. (Digo mirando a Hamilton y me da un beso).

¿¡Hamilton?!

–No necesito permiso para besar a mi esposa. (Hamilton dice encogiéndose de hombros).

–Ese idiota tiene razón… (Jales dice, ¿por qué sigue aquí?). Nunca necesité pedir permiso para besar a mi prometida.

­¿Está casado? (Pregunta Alma con los ojos muy abiertos).

–No, rompimos el compromiso, o mejor dicho ella lo rompió. Soy libre, pero si aceptas puedes ser mi nueva novia. (Jales habla y Alma sonríe levemente mientras se pone roja como un tomate).

–Y­yo… todavía soy muy joven, necesito esperar hasta los 20, solo tengo 14. (Alma habla bajando la cabeza).

Hamilton y Nicolas se miran sin entender lo que está pasando aquí, creo que ni siquiera yo lo entiendo.

¿No me había dicho esta chica que le gustaba un chico plebeyo que también tiene 14 años? ¿O me estaba mintiendo?

–Tú tienes catorce y yo 24, hasta que tú tengas 20 yo tendré 30, puedo esperarte.

. (Jales habla mientras toma un sorbo de su vino).

–Entonces cuando tenga 20 nos vamos a casar. (Alma habla alegremente).

–¿De qué carajo estás hablando? (Parece que Nicolas finalmente ha entrado en razón y no está contento).

–La chica bajita aquí ahora es mi prometida. (Jales habla, pasando su mano por el cabello de Alma).

–Antes te mato. (dice Hamilton levantándose, están por empezar).

–¿Crees que ella pueda decidir algo así? Y tú. (Nicolás habla señalando a Alma). No te casarás con nadie sin la aprobación de tus hermanos mayores, especialmente cuando se trata de un desgraciado como ese.

–¿Soy miserable? Tú que te pasas la vida persiguiendo... (Jales es interrumpido por Alexis).

–Escucha bien, esta es mi casa, es mi compromiso y no está en tus putos reinos, así que cállate porque no quiero que mi día y el de Sophie se arruinen. (Alexis habla en serio). O podría olvidar que ustedes son mis primos y que Jales es mi amigo y padrino, y terminar dándoles una paliza.

–No eres más fuerte que yo y en una pelea con espadas yo ganaría sin problemas, pero está bien.

(Jales habla sentado y bebe su vino).

–¿Y ustedes dos? (Alexis habla mirando a Hamilton y Nicolas).

–Siéntate, no arruines la fiesta con tus peleas, por favor. (Pregunto y se sientan sin decir nada).

­Excelente. (Hablo y tomo un sorbo de mi vino).

–¿Desde cuándo bebes vino? (Pregunta Hamilton y vuelvo a mirar mi vaso vacío).

–Hace poquito, comencé hoy. (digo mirándolo y encogiéndome de hombros).

Hamilton narrando...

Apenas llegamos al salón fui a buscar a Alexis para presentarle a Esmeralda y él aprovechó para presentarme a Sophie, creo que van bien juntos.

Bueno, creo que todo iría mejor si al regresar a la mesa no encontrara a Jales sentado muy cerca de Esmeralda.

Y no puedo creer que le estuviera proponiendo matrimonio a Alma en seis años, ¿no tiene este hombre amor para toda la vida? Afortunadamente se fue temprano.

Pensé que finalmente escucharía a Esmeralda decir que me ama, pero creo que es demasiado pronto para eso.

Como había estado bebiendo mucho ya no hablaba entre ellos y se estaba adormeciendo. Tuvimos que volver a Launstone, también se estaba haciendo tarde.

–Ups, con cuidado. (Hablo mientras abro la puerta de nuestra habitación, la llevo en mi regazo). Bebiste demasiado, Esmeralda.

­Estoy cansado. (Habla con la cabeza hundida en mi cuello). ¿Podemos irnos a casa?

–Ya estamos en casa, mi amor. (Digo recostándola tranquilamente en la cama). Déjame quitarte los tacones.

–Gracias por protegerme siempre y no dejar que nadie me lastime, te amo... (No entiendo la última parte, dice Esmeralda cerrando los ojos y beso su frente).

–No te vayas, no me dejes aquí sola. (Esmeralda habla sosteniendo mi camisa). Por favor... por favor.

–No voy a ninguna parte. (Hablo mientras me acuesto a su lado y acaricio su cabello rojo).

–Gracias mamá. (Esmeralda habla y se apaga).

Pensé que me estaba hablando a mí, pero creo que estaba soñando con su madre.

Pero no importa, escucharla decir "te amo" aunque no estaba dirigido a mí, sino a su madre, me deja con una sonrisa en el rostro.

A la mañana siguiente...

Hace horas que amanece pero Esmeralda sigue durmiendo como un tronco, beber no es para ella.

Me duché, me vestí y hoy quiero dejarme el pelo recogido.

¿La despertaré? Pronto será la tarde, ¿cuántos vasos bebió?

–Buenos días hermano. (Saludo a Nicolás mientras recojo mi espada). ¿Empezamos a entrenar?

–Por supuesto, pero hoy será práctica de tiro. (Nicolás habla y me hace una reverencia).

–No soy bueno en esto. (Hablo recibiendo).

–Por eso quiero que aprendas. (Nicolás habla, recogiendo su arco). Papá aún no ha vuelto.

Ayer de la fiesta solo regresamos Esmeralda, mamá, Nicolás y yo, Alma le rogó a papá que se quedara con la abuela por unos días, y la abuela dijo que quería hablar con papá sobre algo importante.

Pero papá nunca antes había dormido fuera del palacio, ¿de qué quería hablarle la abuela que hizo que no regresara hasta ahora?

–¿Crees que hay algún problema? (Hablo mientras posiciono la flecha en el arco).

–No lo sé, papá sabe protegerse y lleva varios guardias. (Nicolas habla y trato de dar en el blanco pero hablo). Eres un inútil.

Esmeralda narrando...

Cuando desperté, estaba solo en la habitación. Miré por la ventana y pude ver a los empleados cumpliendo con sus deberes.

Creo que dormí demasiado.

Aproveché y me di una ducha fría, me lavé el pelo, elegí un vestido blanco con muchos detalles florales y me dejé el pelo suelto.

–Me duele mucho la cabeza. (Digo saliendo de la habitación).

Voy a la cocina y encuentro a Futura y Delfina cocinando.

–Finalmente decidiste despertar, es casi mediodía. (Dice Futura mirándome). ¿Dormiste bien, mi amor?

–Como una piedra. (Digo sentándome). Me duele mucho la cabeza.

–¿Quieres que te traiga alguna medicina? (El futuro habla preocupado).

­No es necesario. Delfina me prepara algo, tengo hambre. (Hablo y ella solo me mira con las cejas levantadas). Hazlo rápido, te estoy esperando.

­Sí. (Delfina habla bajito, pero lo entiendo perfectamente).

–No te escuché bien, repite lo que dijiste. (Digo mirando a Delfina de arriba a abajo).

–Eso es todo por ahora, alteza. (Habla Delfina, por su tono de voz sé que no está nada contenta).

–En el futuro, iré a buscar mi libro a mi habitación. (Hablo pasando junto a Futura quien está roja de contener la risa). Por favor controlenla para que no ponga veneno en su comida. (Susurro la última parte).

­Puede irse. (Dice Futura riéndose levemente).

Salgo de la cocina con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

Puedes juzgarme todo lo que quieras, pero me siento bien, al fin y al cabo ella se pasó toda la vida pisándome porque iba a acostarme con el príncipe que solo usaba su cuerpo, y ni siquiera tuve que hacer nada para hacerlo me amar.

Subo las escaleras y cuando pasaba por la habitación de al lado, o sea la habitación de mi amigo,

Nicolas, me empujan hacia adentro y me colocan contra la puerta después de que se cierra.