una misteriosa casa donde constantemente desaparecen las personas que entran en su interior.
Sara es una joven introvertida. a la que constantemente molestan sus compañeros de clases. un día, cuando camina sola de regreso a casa. se encuentra con un grupo de chicos que la llevan hasta la misteriosa casa del bosque donde como una broma. la hacen entrar para ver si es capaz de volver a salir.
ella y otro dos chicos se aventuran dentro de la casa. para descubrir que paso en realidad con todas esas personas que desaparecieron allí.
NovelToon tiene autorización de Yesica larez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 9: Invitados a la cena
por fin me siento satisfecha - María sonrió, ya golpeando con delicadeza su vientre. Había comido de todo un poco de lo que había en la mesa y saciando por completo su hambre, miró a su alrededor y encontró a sus amigos profundamente dormidos en sus lugares.
También sintió un poco de sueño y quiso tomar una pequeña siesta. Se recostó de la mesa y cerró sus ojos sonriendo. Poco a poco fue quedándose dormida hasta que el sueño la venció totalmente.
Justo en ese momento entraron los dueños del lugar, dos hombres con aspectos aterradores. Que al ver los platos vacíos y la mesa completamente desordenada, comenzaron a limpiar el lugar y a colocar más comida en la mesa, para que sus nuevos invitados pudieran continuar comiendo una vez terminada su siesta.
Cuando terminaron de ordenar todo, volvieron a salir de la habitación, dejando a chicos descansar un poco más.
Unas pocas horas, más tarde, todos despertaron renovados y felices, al ver que nuevamente tenían comida deliciosa para disfrutar.
- esto es fantástico - exclamó leo, sirviendo un gran tazón de frutas. No podía evitar alegrarse por la suerte que les había tocado con esa habitación tan perfecta. - saben, nunca quiero abandonar este lugar - dijo con la boca un poco llena.
- ni yo - María también comía con ganas. Sin dejar de sonreír.
Sara y Mateo no comentaron nada, solo continuaron comiendo hasta que estuvieron llenos.
Cuando no quedo nada más que comer en la mesa volvieron a recostarse una vez más para descansar. Ninguno se preocupó por limpiar el desastre que habían dejado tras terminar. Nuevamente, los hombres de antes regresarán y volvieron a repetir la acción de limpiar la mesa y llenarla de alimentos nuevos.
Está situación se repitió en varias oportunidades en la que los chicos despertaban comían y volvían a dormirse por largas horas.
No Sino hasta que Sara un tanto cansada por repetir la misma comida una y otra vez, dejo caer tenedor molesta - ya me cansé de comer está cosa - dijo mirando la carne que aún quedaba en su plato. se levantó furiosa y cruzándose de brazos dijo - ya deseo marcharme de aquí.
Los otros la miraron como si se hubiera vuelto loca -¿por qué? - pregunto Mateo con el tenedor a medio camino de su boca.
Sara lo pensó por un segundo, sin saber que contestar, sabía que debían hacer algo más que solo comer y dormir, pero había olvidado de que se trataba.
- no lo sé - dijo por fin, volviéndose a sentar.
Miró su plato donde aún descansaba la deliciosa carne, se veía deliciosa y ya no era un pedazo pequeño, sino que había vuelto a su tamaño original.
- solo come Sara - dijo María sin despegar la vista de su propio plato
- si está deliciosa - Mateo devoto su trozo de carne en segundos y cuando su plato estuvo vacío solo se recostó a dormir otra vez. Sara al ver ese acto quiso golpearlo, pero también ella comenzó a tener sueño.
Entonces tomo el tenedor en sus manos y el sueño se desvaneció, reemplazado por un hambre tan grande que solo pensó en comer todo lo que pudiera. - ya basta Sara - se escuchó una voz a lo lejos - debes marcharte de una vez - Sara no presto atención, solo deseaba comer y comer hasta estar satisfecha - detente ya
- Emma - Sara levantó la mirada. Su hermana estaba allí, mirándola con cara de decepción
- dijiste que me buscarías - Emma sonrió con sarcasmo - o ya lo olvidaste.
- no lo olvide - dijo la chica levantándose de la mesa lo siento Emma, solo me distraje un poco. Pero ya voy por ti.
- te estaré esperando
- si espérame - Sara abrió los ojos en ese momento, miró a su alrededor y vio que la mesa nuevamente está llena de alimentos recién hechos.
- miró a sus compañeros que seguían comiendo como si no hubiera un mañana.
Se levantó de su silla dispuesta a salir de allí - es hora de irnos - dijo sin más y tiro de mantel haciendo que todas las cosas de la mesa cayeran al suelo.
- ¿pero qué...? - María también se levantó dispuesta a recuperar algo de la comida, pero esta se desintegro en cuanto toco el suelo.
Inmediatamente después la puerta del fondo se abrió y cerró por si sola, pero no entro nadie en la habitación. - miren - todos vieron con asombro como la mesa comenzaba a llenarse de deliciosos manjares. Leo quiso volver a sentarse, pero Sara que ya había entendido la trampa de la mesa lo detuvo.
- debemos irnos de inmediato - la chica rodeo la mesa, para llegar a la puerta, pero justo en ese momento su cabeza le jugó una mala pasada, haciéndola sentir hambrienta y un tanto cansada - Emma, ayúdame - dijo en un susurro tratando de resistir la tentación.
Cerro los ojos con fuerza y poco a poco el hambre se desvaneció. - salgamos de una vez.
Giro el pomo de la puerta y está cedió con mucha facilidad.
Los demás dudaron en seguirla, a diferencia de Sara, los demás no tenían motivo para querer salir de allí. - está bien - acepto María después de luchar contra el hambre también comenzaba a dominar su mente - nos iremos.
Tomo de la mano a Mateo y lo arrastró hasta la puerta. Leo con mucho pesar también camino hacia la puerta, pero, no sin antes tomar una porción de pavo y guardarlo en su pantalón, sin que nadie se diera cuenta.
- bien, hagámoslo - uno a uno cruzo la puerta, deseando que la siguiente habitación fuera menos demandante.
...****************...
Emma despertó justo en ese momento, un poco aturdida, miró a Nathan que continuaba dormido y tuvo una idea. Tomo su cuaderno y comenzó a pasar las páginas.
Buscaba algo que siempre quedará igual en cada cambio del laberinto.
Busco una y otra vez hasta que, cansada y furiosa tiro el cuaderno contra el muro. Este cayó abierto en la parte central mostrando el laberinto número 10 que habían dibujado.
Emma lo miró con impotencia y sintió ganas de llorar. Justo en ese momento Nathan despertó.
- ¿qué ocurre? - el chico la miró llorar y se acercó para consolarla. No era la primera vez que pasaba eso. Ambos llevaban mucho tiempo tratando de salir de ese horrible lugar, sin obtener resultado.
Miró hacia donde se encontraba el pequeño libro y una revelación clara se presentó ante él.
- Emma, creo que ya sé dónde está la puerta- la chica levantó la mirada
- ¿cómo? - Nathan señaló la pared contra la que había chocado la libreta. Una pequeña abertura se había formado justo allí, revelando la puerta de color lila.
Esto enojo aún más a la chica que comenzó a patear la pared - todo nuestro esfuerzo fue para nada - la ansiedad se apodero de ella haciéndola perder el control - la estúpida puerta siempre estuvo aquí, justo en la entrada. lágrimas de furia comenzaron a bajar por sus mejillas, mientras ella seguía golpeando la pared con todas sus fuerzas.
- ¿te sientes mejor? - Nathan la abrazo una vez más, antes de recordarle que debían continuar con su camino.
Emma respiró hondo y asintió más calmada - si, vámonos de este lugar.
Cruzaron la puerta sin esperar a ver qué había del otro lado.