¿Disfrutarias de ser mirada por un extraño? ¿y si, solo fuera producto de tu imaginación? ¿Te provocaría morbo o miedo?.
Está es la historia de Madisson, luego de salir de una relación donde quedó rota emocionalmente. ¿Será su imaginación haciéndole una muy mala jugada?
Novela +21
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Cap 9. Tu Eterno Enamorado
Narrador
Diego, sudaba aferrándose a las sábanas, la angustia que sentía de mirar a su madre reducida a pura tristeza al tener el cuerpo de su pequeña Ami, sin vida dentro de sus brazos. La lluvia que caía era bastante fuerte
-Ami, perdóname te lo suplico, gritaba Nathaly, siendo arrastrada lejos del cuerpo sin vida de su hija, Diego luchaba por llegar al lado de su mamá que estaba siendo sedada mientras que Kiara, se mantenía dándole fuerza.
Maddi, camino hasta su lado con su peluche dentro de sus manos y trató de consolarlo, el solo la empujó y salió corriendo. Quedó estático al mirar como su cuerpecito se levantaba con la sábana que la cubría y miro a su madre llorando sobre su tumba.
-¡Ami, perdóname! Trato de consolar a su madre, pero ella no se lo permitió.
Corrió, corrió tan duro fue posible, tomo un lápiz de su bolsillo y marco la fecha de aquel día como recordatorio que nunca quisiera olvidar...
Sintió las punzada de su primer tatuaje 30/05/92 a 16/08/99.
Diego, se sentó en su cama bastante exaltado no dejaba de tener la misma pesadilla recurrente.
Miro la hora 5:45am, se levantó para salir a correr un poco, necesitaba despejar su mente ya se acercaría esa fecha tan fúnebre en su vida...
**Narrador**
La alarma no paraba de sonar, eran casi las 7:00 am y Maddi, entraba a las 8:00am en el periódico que estaba casi de polo a polo, se levantó literal con el pies izquierdo. Todo su cabello cayendo sobre su cara, resopló con frustración quitando algunos mechones de su cara. Trabajar desde casa le daba la libertad de no cumplir con ningún horario y luego de la noche a la mañana tenerlo que cumplir le estaba pegando muy duro.
A penas era miércoles, tenía que nuevamente verle la cara al HP de Anthony, que ahora parecía interesado en vigilar sus pasó
¿que tanto tenía que hacer el en su lugar de trabajo?. Se levantó a prisa, ni si quiera le daría chance de bañarse antes de salir o volvería a llegar tarde. Realmente la puntualidad no era para nada su punto fuerte.
Ya Diego, estaba por llegar, solo se dió prisa en el baño dandose un aceo personal fugas, cepillo sus dientes, pero a eso sí le dedicó un poco más de tiempo.
Como todas las mañana corrió para vestirse se coloco un jeans negro, con un sueter negro y zapatos deportivos blancos.
Tan rápido fue posible pinto sus labios y un poco su cara, ya estaba repicando el teléfono con el nombre de Diego, en su pantalla. Agarró su bolso bastante grande y fue al encuentro de Diego...
Lanzo su bolso en la parte trasera de su vehículo, abrazo a Diego, se veía hermoso de traje y todas las formas posibles. Sacudió su cabeza talvez tanta castidad le estaba afectando su juicio, pero sintió deseo de comerse a su amigo por una vez.
¿Será que el pensaba igual?
Diego corrió su mano y la metió por sus hombros dándole un pequeño apretón, su piel se erizo en automático trato de disimular su incomodidad.
A él le pareció mirarla sonrojada, pero le resto importancia y solo condujo para llevarla a su trabajo...
Los recibía un gran edificio de de diez piso con grandes ventanas panorámica negra y hay estaba Anthony, nuevamente esperándola.
Maddi, volteo sus ojos en frustración. Le dió un besos a Diego, quedando su cara muy cerca al separarse sintió deseo de besarlo en su boca, últimamente sus deseos se estaban sobre pasando, jugando con la idea de ser observada, sentirse deseada y ahora con deseo de matar esas ganas que la calcomanía.
\-¿Puedes venir por mi? Pregunto
\-¡Claro! Respondió él.
Maddi, bajo de su auto y él arranco a penas ella estuvo fuera, no quería verle más la cara a Anthony, y no debía intervenir en sus problemas maritales, en pelea de pareja el tercero siempre sobraba...
Maddi, camino con paso firme pasando de Anthony, se paró en la recepción y saludo a Héctor, como era habitual en ella. Le dejo una galleta sobre su mostrador y ondulo su mano en el aire en forma de despedida...
Lo sintió seguir sus pasos hasta que lo cuestionó
\-¿Que quiere? ¿porque me sigues? ¿Y que tanto haces aquí en el periódico? Eres abogado.
Él le dió una sonrisa de suficiencia acercándose a ella, estiró su mano para intentar tocarla
\-Oh el señor, Sisima, dijo ella mirando tras su espalda él se volteó y ella corrió al ascensor entrando antes de que esté se cerrará...
Se sintió dichosa de haberlo engañado.
Salió encontrándose con Lisset por el pasillo, entrelazó su mano con la de ella caminando juntas a su oficina.
\-¿Y qué te trae de tan buen humor?
¡Flores! Respondió ella, mostrándole la flor que Diego, le regaló, para iluminar su día.
\-¡Ahora si tienes que contarme lo todo!
\-No, hay nada que contar, solo es un gesto lindo y deseo mirar lo lindo del día de la vida.
Llegaron a su oficina y Lisset, grito emocionada mirando las rosa sobre el escritorio de Maddi.
\-¡Genial! Me siento celosa, este chico si sabe cómo conquistar, hablo Lisset, saco la tarjeta para leerla
**Tu Eterno Enamorado**
\-**En mi eterno cielo azúl solo eres tú**.
**La luz de tu mirar transparente que me guía. Mi rayito de luz al amanecer**.
¡**Deseando robarte una sonrisa**!
Maddi, sonrió sin saber quién era aquel extraño ya comenzaba a disfrutarlo.
\-Tú me lo contarás todo, pero horita debo irme. Tengo trabajo.
Maddi, elevo su ceja a forma de sorpresa.
\-No, señorita no me mires así. Eres tú la que ahora cargas a tu ex besando el suelo por donde caminas, un admirador secreto enviandote poemas y rosas. A tu "amigo" cuidándote. Hizo énfasis en la palabra amigó...
Maddi, la miro salir y se quedó hay mirando a la nada...
El día lo paso sumergida en la redacción de su novela, sentía un poco aburrida.
Solo pensaba quién podría ser ese enamorado y su casa vecina si estaría sola. Ella estaba muy tomada cuando le pareció mirar a alguien y se lo cuestionaba. Le daba un poco de miedo si hubiera alguien que estuviera mirándola. ¡Alguien la miraba! Si, en ese momento sentía su autoestima por los suelos, pero debía admitir que esa pequeña idea le causaba aparte de miedo, morbo, se sentía bonita, deseada, pero no era lo mismo llamar al diablo que verlo llegar y de hay su miedo...
Ya era casi la hora de salida, usaba sus lentes sus ojos ardían con su vista y mente casada de tanto escribir.
Guardo sus cosas en su bolso para bajar a esperar a Diego, estaba cansada y tenía mucha prisa de llegar a casa.