MISTERIOS DEL BOSQUE

_ ¿les puedo ayudar en algo? _ pregunta la chica y yo asiento con la cabeza. me siento aliviada porque no tengo ni idea lo que necesito.

le explico que estoy buscando tener peces, entonces me dice una lista de cosas, que por supuesto olvido casi al instante. como si estuviera captando todo, asiento con la cabeza y hago ruidos mientras pretendo entender a qué demonios se refiere.

 para mi suerte, Henry está prestando atención. entonces noto que ella frunce el ceño y mi atención regresa a la conversación.

_ no creo que los peces duren 3 horas en su bolsa _ ella dice preocupada.

_ creo que necesitas un contenedor para viajar se conecta a la toma del encendedor del auto y listo_ por suerte, le está dando las indicaciones a Henry

nos hace entrega de todo lo que necesitamos. son demasiadas cosas. y yo que pensé que tener un pez, era lo más tranquilo y práctico. no tengo ni idea de para qué sirve y me pregunto si estoy firmando una sentencia de muerte para los peces.

al final, Henry elige cuatro peses dorados y un limpia peceras, para despues dirigirnos al mostrador para pagar.

_ ¿qué tamaño necesitan tener para que te los puedas comer? _ bromea Kent mientras hacemos fila para pasar a caja.

Las mujeres que están en la tienda, en busca de su mascota ideal, se lo quedan mirando. En este momento nosé si reír por la broma o llorar.

Kent está en las nubes, alejado de todas las miradas que lo apuntan. este hombre tiene un sentido del humor algo retorcido.

_ ¡deja de bromear!_ le dice Henry dándole un codazo.

_ solo es una broma, señoras, no se crean_ habla Kent

De pronto un pequeño gatito salta sobre el mostrador. Al este ser liso, no alcanza a agarrarse bien y cae al suelo con un maullido.

_ ¡fuera! _regaña la mujer al pobre gatito.

yo, no pude evitar inclinarme para verlo y me doy cuenta de que solo tiene un ojo azul

Estaba por preguntarle que le pasó a su otro ojo, pero la mujer se me adelantó.

_ nadie lo quiere porque perdió un ojo_ explica cuando salta a mis brazos

su cola se agita en el aire mientras se remueve para acomodarse mejor. Una vez comodo, olfatea.

_ ¿cuál es su nombre? _ pregunto.

_ no tiene nombre _ responde la mujer mientras se encoge de hombros.

de pronto recuerdo los contras de tener un gato y retrocedo. no quiero tener su pelaje encima de mí, pero el gatito se remueve más sobre mí. Estoy apunto de tirarlo a un lado, cuando la criatura se aferra más a mi y se alza hasta frotar su cara contra la mía.

_ parece que le gustas _ la mujer sonríe y yo le devuelvo la sonrisa algo incómoda.

quisiera que me quiten al gato de encima, pero nadie se mueve a hacerlo. Luego el gatito se contonea y levanta su patita hacia el pez que sostiene Kent.

_ ¡no, eso no se hace! _ le digo y empieza a ronronear de nuevo, volviendo su ojo hacia mí. frota su cara contra la mía no parece tan malo

_ si lo quieres, te lo puedes llevar. el dueño de la tienda lo sacrificará si no se iba hasta el fin de semana _ la mujer suspira mientras sigue guardando los artículos en el mostrador.

_ ¿qué? ¡solo porque no se vende! ¿qué clase de persona es?_ digo indignada

_ dice que nunca se venderá por su ojo, que solo le genera gastos _

aprieto los labios molesta, por el hecho que lo sacrificaran. ¿Que culpa tiene el gatito por una situación que él no puede controlar?

lo observo a los ojos, bueno, a su único ojo y se me hunde el estómago. sé que al gatito le quedan unos dias de vida y eso me molesta. hecho un vistazo a Henry, que lo está fulminando con la mirada.

lo aparto de su mirada, preguntándome qué diablos le pasa. más le vale que no sea alérgico a los gatos.

_ ¡ acaso no odias a los animales! _ dice con firmeza cuando se se da cuenta de mis intenciones.

_ sí, pero yo no lo elegí, él me eligió a mí _ le digo y él niega con la cabeza.

_ no, apestara la cabaña _ suelta Henry con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre su pecho.

_ está entrenado para ir al baño, señor. solo necesita que le pongan su arenal o le pongan una puerta para gatos y saldrá solo. _ le dice la mujer y yo brinco de alegría

_ se lo llevará gratis, será un regalo. _ dice la mujer

_ ves _ lo miro sonriéndole.

_ dijiste que serían peses y que los demás animales no te gustan. _ contrataca Henry

_ pero... este si me gusta _ le digo moviendo las pestañas y haciendo una cara de ternura. Por ahí leí que esa clase de actitudes, derrite a cualquier hombre. Espero que este sea el caso.

_ la respuesta es no _ repite Henry mirándolo feo en mis brazos. _ la mujer suspira frustrada.

_ siempre son los novios o esposos los que dicen que no _ exhala.

_ el no es mi novio _ le digo y ella me mira interrogante.

_ solo soy su casero _ afirma y la señora asiente rápidamente volviendo a guardar todo.

_ ahora entiendo _ murmura y yo suspiro volviendo a dejar al gatito sobre la encimera.

Rápidamente maúlla cuando lo dejo, así que le acaricio la cabeza.

_ tranquilo, ciclope _ le digo, acaricio su pecho

_ no le pongas nombre, no te lo vas a llevar. puedes elegir otra cosa, menos a un maldito gato _ Henry me regaña como si yo fuera una niña o de su propiedad.

_ mi contrato permite mascotas _ le escupo molesta. Yo le pregunté a Jenny cuando hicimos el contrato y no puso restricciones.

_ no un maldito gato _ se apresura a responder.

_ o un perro, o un pollo o pato _ añade Kent y yo enarco una ceja.

a los conejos se los comen los lobos, a un perro, probablemente también, pollo y patos, suspiro y me encojo de hombros.

la señora nos entrega lo que compramos y aparte una cajita donde van los peces. 10 minutos después nos vamos.

La joven que nos ayudó, recoge el carrito y nos saluda de despedida con la mano.

_ ¡adiós, cíclope! _ la chica se ríe y yo le levanto la pata de mi ahora gato, que se despide con la mano. me río y subo a la camioneta.

_ no puedo creer que dijeras que sí _ reclama Kent, quien le riña a Henry, mientras yo me acomodo en mi asiento. Feliz porque me salí con la mía. aún no entiendo cual es su problema con los gatos

_ iban a sacrificarlo _ le digo indignada pero triunfante. me contoneo hasta el asiento del medio.

_ ¿cómo le puedes decir que no a esa carita hermosa? _ pregunto, extendiendo al gato hacia ellos.

_ fácilmente, simplemente lo dejabas en el piso y ... _ sus palabras se cortan cuando cíclope sisea y le da un manotazo en la cara

_ ¡ahí! _ Kent salta hacia atrás.

_ te lo mereces por ser idiota_ le digo y él murmura acomodándose en su asiento.

_ solo no vengas llorando si se lo comen los lobos. Sabes... La carne de gatos es su favorita _ Kent réplica.