Es la historia de una mujer que descubre el engaño de su marido y las mentiras de su familia que la alejan de su núcleo familiar.
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Confesiones
Llamo a Alfredo un buen amigo en Madrid, el es jefe de la policía Española y tiene una empresa de detective, el me contará lo que sabe de JM y su alcance en la Mafia Española, así podré estar tranquilo con respecto a mi familia y su seguridad.
-Rin,rin,rin,
-Hola Alfredo,¿ como estás tú?.
-Hola Víctor, que alegría saber de ti, supe que vino tu familia y lamento no haber conocido a tu hijo.
-Si tuvimos que salir rápido, por unas amenazas y por eso te llamo quiero que tú me cuentes la verdadera historia de JM.
-Ese Hombre, se perdió en el camino hace mucho tiempo, yo no entiendo como era tu amigo, el era un asesino en potencia, en su juicio no se dijo nada nuevo, todos conocíamos quien era él, solo tu estabas ciego con él y faltan todavía muchas cosas más por descubrirse, anoche apareció muerto en su celda, en forma muy extraña, dejo dos cartas una a sus padres y otra a Nohemí, ella está como loca, hoy lo creman por orden de sus padres, yo voy a estar presente para verificar que todo /salga en orden, con ese tipo de personas nunca se sabe y a Nohemí, la tienen en máxima seguridad.
-Lo que me cuentas, me tranquiliza, por una parte, y por la otra me duele que allá haya muerto, él fue mi amigo de verdad y nunca demostró frente a nosotros que llevará doble vida. De todos modos quiero que me tengas al corriente de todo lo que averigües del caso.
-Claro que si hombre, yo te mantendré informado.
Me despido de Alfredo y me quedo en silencio, conocer la muerte de JM me dolió, hace tres días hablé con él en la cárcel y saber que está muerto, no es algo que dude, pero si me dolió, sobre todo por sus padres, que lo dieron todo por él, esto tengo que contarselo a Dalia, ella tiene que saberlo.
Salgo a buscar a Dalia que la encuentro hablando con su tía al verme se queda viéndome, está mujer me conoce más de lo que me imaginé, me pregunta si me siento bien, yo le respondo con un movimiento de cabeza, pero ella sabe que algo pasa, se despide de su tia y me invita a caminar, yo le tomo la mano y salimos a dar un paseo, ella me toma la mano y me pregunta que estaba pasando, yo sin titubear, le comento lo que me dijo Alfredo, ella queda en silencio, luego me responde con un refrán.
Le comenté de las cartas y que pronto sabríamos más información, pero me dijo que estuviera tranquilo y que él solo se buscó por todo lo que pasó. Que trate de olvidarlo y que simplemente se lo entregue a Dios, que el es el único que lo puede perdonar.