Ciel Levallois es solo una extra en una historia de romance de fantasía, en la cual ella y su familia pierden la vida cuando su hermana tontamente cae en las mentiras del villano.
Pero ahora, una nueva alma ha renacido en Ciel y ella no esta dispuesta a morir por culpa de su hermana, así que para cambiar ese destino, ella decide tomar el lugar de su hermana y casarse con el gran general del reino, el duque Aleksander Ronchembert, conocido como "la bestia", por ser un guerrero despiadado contra sus enemigos. ¿Podrá Ciel escapar de su destino?
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Capítulo 08.
Las dos semanas habían pasado, en la mansión estaba todo listo para la boda, las invitaciones fueron enviadas una semana antes y claro, cuando Darrell se enteró, armo un desastre en su habitación, golpeando y rompiendo todo al darse cuenta que se había acercado a la hermana equivocada, Aleksander si se casaría con una Levallois, pero no la que él ha estado seduciendo.
Cuando lo supo, dejo de ver a Avery, no la invito a ningún otro lado, pues no le será de utilidad y lo peor de todo, es que durante la semana faltante para la boda, nisiquiera podía acercarse a Ciel porque esta no iba a ninguna fiesta de té, por lo que supo al preguntar a otras jóvenes, estás dijeron que Ciel llevaba tiempo sin asistir y según su hermana Avery, Ciel se excusa diciendo que después de su accidente no se sentía lista para salir. Lo peor de todo, era que Aleksander se iría a una expedición y según los rumores se llevará a su esposa, ya que ese era el motivo por el cual la boda se hizo apresurada.
—¡maldito! No importa, seis meses son suficientes para eliminar a Dylan, sin su perro guardián no es nada.— habla para si mismo.
—no pierdas la compustura, ¿que eres?, ¿un salvaje?— le riñe la reina.
— no puedo evitarlo, no puedo creer que ese maldito haya cambiado a la novia a última momento.— camina de un lado a otro.
Todo debió estar planeado, por eso no se hizo público el compromiso y dejaron que solo se corrieran rumores, de los cuales él mismo se dejo llevar. Un sirviente toco a su puerta, para hacerle saber que el rey ya había bajado al jardín. Darrell y la reina se dirigen hacía el lugar, pues deben de estar a lado del rey durante la ceremonia.
—¿por qué tardan en bajar?, deberían de estar listos desde hace rato.— los regaña el rey.
— no se enoje padre, seguramente la reina se demoró porque le costo mucho ponerse hermosa.— comenta de forma burlona Dylan.
El rubio estaba de pie a lado de su padre y ante sus palabras, la reina apretó las manos en el abanico que llevaba en sus manos.
— Dylan, más respeto a mi madre, que ella es la rei...—
— silencio.— interviene el rey.— vamos, los invitados han empezado a llegar.
Dylan y el rey caminan juntos mientras hablan de manera tan familiar, mientras que Darrell y la reina deben de ir detrás de ellos. Darrell no puede evitar sentirse molesto al ver que el rey tiene más consideración por Dylan solo por el hecho de ser el primer hijo.
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Ya con todos los invitados en sus lugares, se anuncia que la ceremonia dará inicio pronto. La condesa paso a sentarse junto a Avery, quien al ver a Darrell ya en su lugar, quiso levantarse pero la condesa le pidió que se quedara quieta.
— espero te comportes, actúa como la adulta que eres, Avery.— le habla de forma severa.
— no haré nada madre, solo quería saludar al segundo príncipe, además el rey y la reina están con él.— menciona emocionada.
— no puedes solo acercarte a sus majestades, ahora calla y quédate quieta.— le sostiene del brazo con fuerza.
Avery se queja, pero no puede evitar mirar hacía el segundo príncipe, quería saber porque él no se había contactado con ella durante la última semana y tampoco ha respondido a sus cartas.
"Pobre señorita Levallois, ser obligada a casarse con la bestia." Comenta una joven.
"Sus padres no deben quererla al entregarla a semejante monstruo."
"Que vida tan miserable le espera."
Los murmullos seguían, la condesa escuchaba algunos, pero prefería ignorarlos, esas jóvenes son como Avery, se dejan llevar por lo que la gente dice, pero ella sabe que Aleksander no es un ser despiadado como dicen, lo comprobó el día que les visitó para formalizar el compromiso y fijar la fecha de boda. Además lo vio cuando visitó a Ciel y fue todo un caballero con ella.
Finalmente, la ceremonia dio inicio, en el altar, Aleksander hizo acto de presencia portando un hermoso traje blanco con detalles dorados y una capa que le daba otro toque de elegancia. Aunque para otros seguía siendo aterrador con esa máscara.
Ya que Aleksander estaba en su lugar, llego el momento de la entrada de la novia, quien venía del brazo de su padre. Ciel llevaba un bello vestido blanco con pocas joyas que le daban un toque elegante y hermoso.
Al llegar al altar, el conde se hizo a un lado, permitiendo que Aleksander sostenga la mano de Ciel y así, la ceremonia dio inicio, el sacerdote daba su discurso, mientras todos escuchan atentos, pero Darrell, mantiene su mirada fija en Ciel, a diferencia de Avery, ella parece más seria y además se veían hermosa con el vestido de novia, era una lastima no haber sabido antes que ella sería la esposa de Aleksander, pudo haberla llevado a su cama para pasar el rato, mientras conseguía a su amada Lilianna.
El sacerdote termino con su breve discurso y dio paso a que los novios intercambien sus votos y anillos, Ciel y Aleksander así lo hacen, finalizando de esa manera la ceremonia con el sacerdote declarando que ahora eran una pareja casada y reconocida por la diosa. Así que pueden sellar su "amor" con un beso ante el altar.
Aleksander aparta el velo de Ciel y se inclina bajando la máscara y tras sujetar a la joven de la cintura, une sus labios en un efusivo beso. Ciel pensó que sería solo un roce de labios, pero el duque fue más allá de eso, así que ella estira las manos rodeando el cuello de Aleksander para profundizar mantener el beso, saboreando los labios sus labios. Los presentes se sorprenden ante tan apasionado beso y cuando se separan, Aleksander se relame los labios colocando nuevamente la máscara y gracias a la posición en la que estaban, nadie pudo ver su rostro completo, incluso Ciel no tuvo tiempo de hacerlo.
— este matrimonio será interesante.— murmura Aleksander.
Ciel no dice nada, solo sostiene la mano de Aleksander para salir juntos de lugar, mientras los invitados se dirigen hacía el gran salón donde se llevará a cabo el banquete. Ciel y Aleksander caminan por otro pasillo que los llevará a una entrada diferente.
— esta noche dormirá aquí en la mansión y mañana podrá ir a casa de sus padres para despedirse, el viaje será dentro de dos días.— menciona Aleksander.
— de acuerdo, entonces me prepararé para el viaje. Espero no ser una molestia, he escuchado que hay zonas donde suelen haber bestias salvajes.— comenta.
— no se preocupe por eso, estará en una mansión bien custodiada, usted no correrá peligro.— le responde el duque.
— que lástima, con lo que me gustan las emociones fuertes. Quería sentirme como una damisela en peligro que es recatada por un poderoso caballero.— Ciel pasa suavemente la mano sobre el brazo del duque.
Este se sobresalta un poco al sentir ese roce, aun cuando fue sobre la ropa, se notaba las claras intenciones de la joven de seducirlo. La sonrisa ladina de Aleksander se esconde bajo su máscara, su esposa no era tan inocente como parece y eso lo noto desde que la beso en el altar. Cuando llegan, ambos entran al salón por un balcón interno y el guardia anuncia su llegada mientras ellos bajan las escaleras.
Algunos hombres no duda en comentar que la novia era hermosa, incluso hay quienes ha habían enviado una carta al conde para pedir permiso de cortejar a Ciel, pero lamentablemente, el conde ha permitido que su hija más hermosa se casará con un hombre tan temible.
"Es un desperdicio que una mujer hermosa tenga que ser la esposa de esa bestia."
"De haber sabido que esto pasaría, debí cortejarla sin esperar el permiso de su padre."
"Tal vez ella necesite consuelo, podría ofrecerle mi hombro para llorar por su terrible destino."
Los hombres seguían haciendo esa clase de comentarios, mientras que las mujeres se alegraban de no ser ellas las de la mala suerte al casarse con un hombre terrible.
Aleksander saludaba a los nobles de la facción del príncipe heredero y presentaba a Ciel con ellos, la chica por supuesto saludaba de forma amable y cortés. Los reyes también se acercaron a felicitar a la pareja.
— Aleksander, espero que seas buen esposo y que su matrimonio perdure.— el rey le da una palmada en el hombro a Aleksander y sostiene la mano de Ciel entre las suyas.— señorita, le deseo felicidad y cuide bien de mi sobrino.
— gracias por sus palabras majestad.— sonríe.— juro que apoyaré en lo que sea necesario a su excelencia.
El rey se veía feliz por la respuesta de la joven, mientras que Aleksander agradece de igual manera por sus palabras. Dylan felicita a Aleksander y después se dirige a Ciel, presentándose amablemente.
— Alek es un poco gruñon, pero es buena persona. Espero sean felices.— Dylan mantiene una radiante sonrisa.
— gracias alteza, también espero usted pueda ser feliz.— responde Ciel.
La reina solo los felicita de manera rápida, y se da la vuelta para alejarse con la excusa de saludar a alguien más. Darrell por su parte, pone su mejor sonrisa e intenta tomar la mano de Ciel, pero ella la aparta con la excusa de sostenerse con ambas manos del brazo de Aleksander. Así que Darrell solo aparta la mano de nuevo.
— felicidades. Aleksander, tu esposa es hermosa, eres afortunado, ojalá yo la hubiera conocido antes.— le dirige una sonrisa a Ciel.
— temo que sería lo mismo, yo desde los quince años, he estado enamorada de su excelencia, el héroe del reino, un hombre poderoso y varonil.— aprieta el brazo de Aleksander mientras sonríe.
Darrell se quedo en silencio al ver como Ciel se mantenía muy cerca de Aleksander y este solo parecía sorprendido por las palabras de la chica. Al ver que su comentario no funcionó, solo vuelve a felicitarlos y se aleja. Dylan quien aún estaba cerca ríe por la reacción de Darrell y es que Ciel ha sabido darle directamente a su ego.
— señorita...digo, Duquesa, debo decir que será emocionante tenerla cerca.— comenta Dylan y le da un guiño a Aleksander.
Dylan se apresura para ir con su padre, mientras que Ciel suelta el brazo de Aleksander, pero el duque la sostiene abrazandola del hombro.
— así que, enamorada de mí...— comenta divertido.
— no se ilusione.— responde con una sonrisa ladina.
— ¿por qué no?, podría convertirse en realidad.—
— o podría ser que usted se enamoré de mi, soy hermosa y mi personalidad es llamativa.— guiño.
Aleksander ríe ante las palabras de Ciel y la arrastra hacía el centro del salón para iniciar con el primer baile de la noche y su primer baile como marido y mujer.
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