AMOR Y MAFIA

De camino a Estados Unidos la Omega se recargo en el asiento mientras el vuelo iniciaba, dormitaba, estaba cansada, Julián sentía la enorme necesidad de tomarla y acurrucarla en brazos, más no lo hizo, solo la miro dormir, sus pestañas largas y risadas y la bronceada piel tan perfecta que daba miedo, pasaron algunas horas hasta que el vuelo aterrizó, en ese aeropuerto Julián busco el taxi que los llevaría al hospital, miro a la chica un poco sería quiza incómoda.

-Pudiste llamar por teléfono o enviar un mail.. no era necesario que fueras en persona…

-¿Tanto te desagrada verme? Debo admitir que lo entiendo, no debe ser fácil para ti… tener que lidiar con el hecho que tu Omega destinada es una mafiosa… yo tampoco lo pedí así creeme… estoy dispuesta a… dejarte libre de mi, después de esto, después de que tu padre se recupere y Laura esté bien, me alejaré de tu vida lo prometo y no volverás a verme, puedes hacer tu vida con ese Omega o con algún otro…. Y en cuanto a lo de llamar, no tenía tu número, lo intente, lo busque pero no lo tenía, Laura no lo tiene y tú padre está en terapia intensiva…

-Carl lo tiene, Marcos también lo tiene..

-Carl… el, está pasando por un momento difícil y Max está con el y Marcos aún no llega de viaje, de verdad no fue mi intención interrumpirte, pero Laura está mal y Rushiel te necesita.

Julian no lo entendía, Nayla era fuerte e indiferente, hasta fría, pero a la vez se preocupaba por la gente a su alrededor, el sin embargo no tenía miedo ni angustia en absoluto.

-Papa saldrá bien de esta, es fuerte, diría que hasta inmortal, jejeje

Ella miraba la sonrisa del alfa, era un alfa sumamente atractivo, sin duda cualquier Omega lo amaría con el alma entera, y lo sabía, Julián lo merecía, merecía una vida tranquila tal como el la quería, no la vida de balas y muerte que Nayla traía arrastrando, pensó que caprichoso el destino, poniendo a dos polos distintos de pareja, como los imanes, se atraen pero son polos opuestos, agachó la mirada mientras veía sus manos temblar, Julián miraba por la ventana en ningún momento le regaló una sola mirada, tampoco contesto nada, ella lo sabía, Julián no contestaría nada a sus palabras y ella tampoco busco respuesta, así paso durante el viaje al hospital, al llegar allí Nayla simplemente se marchó, no dijo nada solo se fue, Julián no la volvería a ver hasta en la noche.

El alfa entro al hospital y subió a dónde la recepcionista le dijo tenían a su padre, a lo lejos miro a Laura sentada sola en aquella sala de espera, era de esperar pues Rushiel solo los tenia a ellos, se acercó para hablarle, Laura inmediatamente se levantó y lo abrazo para agradecer que estuviera allí, una enfermera salio para llevarlo al cuarto dónde le extrajeron la sangre necesaria para su padre, después pasó un momento a verlo, se notaba estable

-Perdon papá… perdón si en algún momento te reproche algo, haz hecho lo mejor que haz podido para sacarme adelante, no te guardo rencor y tampoco te odio, debes salir de aca… solo recupérate, me haces falta sabes… siempre me haras falta, no importa que tan adulto sea papá, te necesito.

Salio a la sala de espera mientras Laura entraba a ver a Rushiel, el saco otro cigarrillo para salir a la calle a fumarlo, lo encendió y al momento dio otra calada, un automóvil blanco se detuvo en la entrada y Julián sintió aquella presencia, miro a todos lados hasta que del automóvil la vio bajar, la Omega que su lobo reclamaba como suya estaba allí vestida con un hermoso vestido claro que entonaba bien sus curvas y aquellos tacones que la hacían ver más alta e imponente, bajo del automóvil y miro a todos lados mientras sacaba el móvil, ignorando que un alfa la miraba desde lejos, ese maldito impulso que tienes de ir con tu persona destinada es terrible, pensaba Julián mientras inhalaba el humo del cigarrillo, Nayla camino un poco y choco con el atractivo chico con bata médica que la hizo perder el equilibrio, Reiden la tomo de la cintura para no caer y sonrió al mismo tiempo que pedía disculpas, Julián no pudo evitar el coraje de ver la mano de otro alfa tocar la delicada cintura se su Omega y camino hasta ellos al ver las sonrisas de ambos

-Lo siento señorita, no me fijé, soy un poco torpe, más cuando me topo con chicas bonitas…

Nayla entendió perfectamente esa referencia y el coqueteo en esas palabras y sonrió para responderle con educación

-Jajaja torpe y coqueto diría yo, no se preocupe doctor todo bien…

Reiden seguía sosteniendo la cintura de la Omega y está miro con ironía su mano, olió al alfa un aroma agradable a melocotón, no estaba mal pensó, pero no sé comparaba con nada con el aroma de su alfa… tomo la mano del doctor que aún la sostenía y sonrió para pedirle que la retirará, tarde un alfa furioso llegaba hasta donde ellos para retirar la mano y jalar de la manera más brusca y agresiva al alfa mientras la Omega no supo que decir, Julián jalo con furia mientras dejo salir sus feromonas y tomo a Nayla de la cintura.

-Me disculpa doctor…. Debo llevar a mi Omega al automóvil.

-¿Tu Omega? Jajajaja ¿tu Omega Julián Lavisky? ¡Bruto!

-Mi omega, mía, con permiso.

Dijo subiendo a fuerza a Nayla a ese auto, cosa que para nada le hizo gracia a la chica, que se erizo al sentir el aroma de las feromonas que la volvían loca, miro a Julián, el verde en sus ojos, ese verde que solo le ofrecía el Rut, pero no podía ser debía resistirse.

 -¿Qué diablos te crees? ¿Acaso no eres tú quien me rechaza? Y tú…. En Rusia tienes un Omega, el doctor nisiquiera era nada mío…

-Te estaba tocando ¡y lo permitiste! Nayla yo no tengo ningún Omega, mi omega eres tú pero entiéndeme, es difícil…

-Por supuesto que te entiendo, por ello mismo lo decidí, te dejare libre te lo he dicho, solo quiero que tu padre se recupere y Laura esté estable y me marcharé así como tú te irás a Rusia.

-Nayla… te odio… odio esto que siento, odio haber encontrado a mi Omega destinada y que sea asi, yo era feliz como el alfa solteron de mi familia, destino hijo de puta… te odio con la misma puta intensidad con la que te amo… Nayla Colens…. Eres lo peor y lo mejor que me pasó en la vida ..

Nayla lloro, está vez si era de dolor y gusto, abrió la portezuela del auto y se dispuso a bajar, Julián no lo permitió, se aferró a su mano con furia y desesperado la beso, Nayla no lo evitó lo sabía, lo quería, lo anhelaba, deseaba ese beso, deseaba a ese alfa, deseaba ser suya, no importaban los traumas pasados ella no sentía miedo de Julián ni sentía dolor cerca de el, dejo salir las feromonas y Julián perdió un poco más la cabeza, se despegó de la jadeante Omega para recuperar aire y encender el auto, salio de allí manejando mientras Laura miraba y sonreía… “destino al final de cuentas” nadie mejor que Laura entendía aquella situación.